miércoles, 12 de septiembre de 2012

Carrera secreta: no tanto (II)

Sin tatuajes
Al parecer, Tyler Hamilton va enseñando por ahí, dentro de las ruedas de prensa y entrevistas que concede por la publicación de su libro, la zona del cuerpo donde se pinchaba casi diariamente durante su experiencia de ciclista profesional. En su caso es la zona debajo del codo donde está la vena cubital media, un sitio difícil de ver por los pliegues, y que evita que se haya tenido que hacer el consabido tatuaje que adorna tantas pieles de ciclistas y deportistas profesionales.

Recordemos que, según los papeles de la Operación Puerto, el calendario de dopaje de Hamilton en su increíble 2003 (llegó a ganar la Lieja-Bastogne-Lieja) incluía estar picándose 200 días al año. El resultado es tener una zona de la piel llena de irregularidades, además de la conciencia bastante intranquila, tanto como para contar bastantes cosas de las que sabe.

Por haberlo vivido en piel propia. Cuando un ciclista habla y escribe de estas cosas, hay que tenerlo en consideración: no abundan los ejemplos, y lo que cuenta esclarece muchas cosas de la sociedad cerrada que es el ciclismo. Sólo hace falta ver el silencio con el que ha sido recibido en España, un silencio que va más allá de que esté escrito en inglés y que cada uno de para lo que de: han hecho igual que con Manzano. Acabamos de vivir "la mejor Vuelta a España de la Historia" (sic), no nos estropeen la fiesta contando la verdad.

En mayo de 2000, Lance Armstrong subió con Hamilton a su avión privado en Niza, donde entonces residía, y realizaron un pequeño vuelo hasta un aeropuerto español -con absoluta probabilidad Girona- donde ambos corredores se extrajeron sangre para ser reinfusionada dos meses después, durante la disputa del Tour de Francia. Bruyneel estaba presente. Al año siguiente Armstrong se instalaría en Girona.

Era una transfusión sanguínea: "con las otras cosas, simplemente era tomarse una pastilla o ver un poco de sangre manchando un algodón tras un pinchazo; aquí era ver cómo poco a poco una gran bolsa de plástico transparente se iba rellenando con tu propia sangre caliente y oscura. Son cosas que nunca se olvidan". No se olvida la primera vez, pero cuando se hacen muchas se llega a olvidar. Como todo.

"La siguiente semana estaba muy débil, sin fuerzas. Eso me impacto profundamente" Recuerden que era mayo y el Tour se aproximaba, y había que pasar por el Dauphiné. Imaginen a un ciclista que, de repente, ve como su estado de forma desaparece y se encuentra inane. "Mi fuerza ya no estaba en mis músculos, sino en la sangre, en esas bolsas".

Como ven, el libro está escrito de una manera infantil, pero no tiene por qué destacar por sus cualidades literarias, y menos en un mundillo que elogia una boñiga como el libro de Tim Krabbe, que parece un libro de autoayuda. De los malos. Este mismo personaje es autor de una frase que últimamente se escucha mucho: "Un aficionado al ciclismo, ante el dopaje, sólo puede encogerse de hombros". Pues vale: todos como Nosferatu.

"El Dr. Fuentes, para mí Ufe, me dijo a principios de 2004 que había comprado un nuevo tipo de congelador, más sofisticado. Lo llamaban "Siberia": permitía dejar congeladas varias bolsas de sangre de una sola extracción, evitándome tener que hacer una serie de viajes muy penosos a Madrid. Su uso costaba 50.000 dólares por temporada, más una serie de pagos adicionales en función de las victorias obtenidas".

Ya ven: de ir en avión a Girona -y después tener que vigilar que no se fuese la electricidad y echase a perder la sangre, como encargaron hacer a Landis- con Lance a poder tener la sangre almacenada y lista para usarse cuando se quisiese -prácticamente sin caducidad- con un solo viaje. Si Hamilton ya se sentía sin fuerzas con su primera bolsa extraída allá por el año 2000, no se como se sentiría cuando le sacaron tres de golpe en 2004, como consta en la ficha 4142 de la Operación Puerto.

"Con Ufe tenía un código para concertar el lugar donde haríamos la reinfusión, en plena competición. Poníamos en un SMS 167 y eso era el número de la habitación del hotel donde lo haríamos. Estaba siempre nervioso, temía que me pillasen. Así, cuando llamaban a la puerta y veía por el quicio que era Eufemiano, me levantaba de un respingo".  Ya ven que lo de Nosferatu no está tan mal traído.

"Después de la etapa del Ventoux en el Dauphiné 2004 [la del récord de la RDA de Ibán Mayo] me convocaron desde la UCI. No había ningún positivo, pero dejó con la mosca detrás de la oreja. Me pareció que aquella cita en la sede de la UCI era algo extrañísimo. En una etapa del Tour, Landis me dijo [por entonces todavía en el UsPostal, al año siguiente cogería el puesto de Hamilton en el Phonak] que Armstrong había llamado a Verbrugghen en persona, sugiriendo investigar al Phonak, porque seguramente estábamos usando alguna cosa nueva. No era verdad. Me quedé ciego de la rabia, me vinieron a la mente años de humillaciones. Así que fuí a buscar a Armstrong y lo mandé a tomar por culo. Fue una gran satisfacción".

Ya ven como era el texano. No le bastaba con ponerse hasta las trancas, es que -aprovechando su contacto con la UCI- señalaba con el dedo a los demás. Ese año también fue el encargado de difundir que Euskaltel iba con derivados sanguíneos de vacuno, el famoso Actovegyn. Mayo voló en Dauphiné y salió como co-favorito en ese Tour, aunque ahora resulte extraño y hasta grotesco. La UCI nunca pilló nada a los vascos, y su caída fue paralela a la caída de Jesús Losa a raíz del asunto Cofidis-Millar.

El pasaje es un buen argumento para todos aquellos que dicen que, como todos van igual, al final acaba ganando el mejor. Ni todos van igual, ni se juega limpio: como dice Hamilton en otro pasaje del libro, "Lance tenía una obsesión sobre si otros equipos podrían estar empleando medios y equipos más avanzados para el dopaje. Se puso totalmente paranoico en 2001 cuando se enteró que Ullrich había pasado el invierno en Sudáfrica, donde habían inventado una sangre sintética, el Hemopure".

Stand comercial de Hemopure en una feria de productos militares
El medicamento estaba a punto de ser comercializado en este país, que cuenta con una notable industria farmaceútica. ¡Sudáfrica! Por ahí también fue el CSC de Riis, Sastre y los Schleck en diciembre de 2006, concretamente en Somerset West. Repetirían los dos años siguientes. Será una casualidad, ¡con lo grande que es el mundo mundial!

El Hemopure tiene mucha historia: Sudáfrica es uno de los grandes mercados mundiales de sangre -por razones política ligadas al Apartheid y al dinero-, y se desarrolló para usos militares, "para usar cuanta menos sangre posible". Como las criogenizadoras siberias, robadas por la trama operativa de la Operación Puerto al Ministerio de Defensa.

No hay nada que temer: tanto Riis como Sastre han dicho que no conocían a Eufemiano Fuentes, también médico de ese Ullrich sudáfricano que provocó un brote de paranoia -felizmente superado- en Armstrong. Lástima que Hamilton haya dicho lo contrario, citando incluso el lugar y el momento en el que vio a Riis y Fuentes juntos. Y, de momento, todo da la razón a Hamilton, que ya no tiene por qué mentir, al contrario que los otros.
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Hoy se disputa el GP de Valonia, la preciosa prueba de un día belga con final en la ciudadela de Namur. Si no les parece suficiente atractivo, corren Freire, Boonen y Van Avermaet.
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Menchov, que siempre me ha parecido un gran tipo -especialmente porque no le sigue las gracias a los periodistas, cosa que les gusta nada-, se suma a la moda de adoptar un niño, como ya hicieron Horrillo (con el que mantiene una gran amistad) o Evans. Las tres fotos son preciosas. Bromas, las justas, y el resto a las cosas realmente importantes de la vida.

martes, 11 de septiembre de 2012

Una selección de Samueles Sánchez

La selección española. Falta la publicidad de Murcia.
El seleccionador nacional español, el siempre despierto segoviano J.L de Santos -lo conocerán porque siempre está comentando carreras en la tele, no por celebrar éxitos- ha comunicado su lista de corredores seleccionados para el Mundial de este año.

Se disputa en Holanda, en la región de Limburgo, y a pesar del tópico sobre el país, es muy duro. Es un circuito muy similar al de la edición de 1998, también disputada en Valkenbourg, y que resultó ser un mundialazo, el último disputado bajo condiciones climatológicas adversas.

Con decirles que se sube el Cauberg a sólo 1´2 kms. de meta....precisamente este hecho, el de no acabar en la famosa montaña de la Amstel Gold Race y sí tras un tramo llano, ha hecho que muchos corredores se hayan interesado por esta carrera, a pesar de que jamás disputan la clásica cervecera, o cualquier clásica de las Ardenas.

Es el caso de Boonen, que llega como un tiro al Mundial, pero eso ya será tema de la previa que necesariamente habrá que hacer antes de la carrera, siempre una gran cita. Pero quédense con esta cantinela a la hora de analizar la selección española, el objeto de este post: va mucha gente, muy buena y muy rápida, y la selección tendría que haberse construido en torno a esa idea.

Difícil encontrar que cabe en la cabeza de De Santos; ya se vio en el papelón de los JJ.OO, con Castroviejo medalla de oro a la entrega, para que después los rematadores se quedasen sentados en el sprint reducido por el bronce, o si quiera en el salto de Vinokourov. Debía ser que no había ruedas a vigilar. Y mejor no nos remontamos a los últimos desempeños de la selección en los Mundiales, baste recordar el de Geelong 2010, con Valverde y L.L Sánchez hablando a cola del pelotón mientras se formaba la escapada. Después, a perseguir.

No puede atribuirse como mérito de De Santos no llevar a Barredo y Rojas, dos clásicos de sus convocatorias; diversas penalidades aflijen a estos dos jóvenes Liberty y, aunque el asturiano hubiese servido para trabajar, el murciano todavía es recordado por haber ido a Copenhague 2011 diciendo que no firmaba nada y que se veía con posibilidades.

La selección está compuesta con parte de lo mejor del pelotón español, que es mucho: Lastras y su experiencia y saber hacer, aunque está mayor y en la Vuelta no se ha notado progresión de menos a más. Viene de una gravísima lesión en el Giro y a ver cómo aguanta un recorrido en el que nunca ha brillado. Castroviejo va a la crono y también hará muy buena función en el equipo, porque es un titán.

Flecha acude al Mundial, una de las escasísimas ocasiones en la que lucirá el maillot nacional. A pesar de su reputada fama de corredor de pruebas de un día, jamás ha brillado con la selección, en parte porque el Mundial queda lejos de sus objetivos de la temporada y principalmente por sus propias limitaciones como ciclista. En la Vuelta ha mostrado un buen nivel, es un corredor que sabe filtrarse en fugas y, especialmente, perseguir.

Y ahí se acaba la selección.

Los otros seis corredores son auténticas vedettes que en rarísimas ocasiones han trabajado para sus compañeros en la gran cita del arcoiris. El resto de selecciones van con bloques polifuncionales, aquí sólo se lleva a tres currantes, y así nos va a ir. Ojalá me equivoque, pero los antecedentes de De Santos y su visión de carrera son terribles.

Al conocido caso de Freire y su obsesión por el cuarto Mundial -cuando el tercero es de hace ya ocho años, para que vean la justa dimensión-, que no obstante llega en buena forma pero que jamás ha trabajado para nadie a sus 36 años, se une Dani Moreno -perdón por la aberrración de poner al mismo nivel a estos dos corredores- un corredor egoísta y que siempre se guarda algo para sí mismo en vez de para el equipo.

Los dos han brillado este año en las Ardenas, y comparten equipo con J. Rodríguez, que llega lanzado. El catalán, que en 2008 fue sexto y en 2009 bronce tras ir escapado todo el día -el seleccionador dio por buena una fuga donde estaba un tío ya quemado por el desgaste-, al menos sabe trabajar -como atestigua su brillante paso por el Caisse d´Epargne al servicio de Valverde- y bueno, es un corredor con justas aspiraciones a ser campeón del mundo, pero el final llano no le favorece: o hace una gran diferencia en el Cauberg para llegar solo, o no vale.

Además, también esta Valverde, que ha disputado una gran Vuelta a España metiéndose en sprints y en refriegas de etapa, aunque sus medallas mundiales quedan muy lejos y habrá que ver que tal rematador es en un sprint llano -debería venir la carrera muy dura o seleccionada- y Contador, incluido en la lista del seleccionador desde que se supo su sanción por dopaje.

No llegaba a los JJ.OO, pero se metía de cabeza en el Mundial. Además, hará la crono -que es bastante exigente- con serias posibilidades de medalla, en parte por el bajo nivel de competidores (T. Martin, Terpstra y Chavanel como máximos rivales). En cuanto a lo que se puede esperar de su rendimiento, pues no mucho.

En 2008 se autoincluyó en el Mundial y fue patético, no se le vió ni una sola vez -apenas había corrido pruebas de un día en su carrera- y ahora, en teoría, viene la madurez de sus excursiones por las Ardenas de 2010. No lo veo trabajando, y por supuesto no lo veo rematando, aunque podría hacer daño en alguna de las subidas al Cauberg.

Sin embargo, el corredor más extraño en la lista es S. Sánchez: amigo del lucimiento personal, el asturiano vendrá a sumar puntos para el Euskaltel, su equipo comercial tan anémico de los mismos. No les extrañe que nopuedanopuedanopueda y después aparezca por ahí para sumar uno de sus míticos 7º puestos, los que suele acumular en las carreras de las Ardenas, salvo en Flecha Valona donde ha sido dos veces podio.

Además, ya ha dicho en alguna ocasión que para completar su flamante carrera deportiva "sólo me falta una medalla en el Mundial, he sido dos veces cuarto", y mal vamos si se sale con mentalidad de sumar medalla y no ganar. Acude tras un largo historial de caídas y sin haber mostrado nivel competitivo alguno en las últimas citas. O asume su rol de trabajador -en el que raras veces se ha visto, como gran parte de sus compañeros- o será el principal problema de la selección.

Una selección claramente descompensada a favor de las estrellas, muchas de ellas sin capacidad de remate en un recorrido así: sólo veo a Valverde y J. Rodríguez capaces de ser campeones del mundo, pero otros cuatro creen que pueden serlo. Así no se va a ninguna parte, y el seleccionador vuelve a caer en los errores de siempre.

Egoi Martínez es un corredor de mucho fondo que ha estado escapado en las últimas pruebas de un día disputadas (Hamburgo y Montreal, por ejemplo), Gorka Verdugo ha acabado muy bien la Vuelta y es un corredor con experiencia y capacidad de perseguir y, Alberto Losada puede ayudar muchísimo y especialmente, ¿por qué no está Intxausti? ¿De Santos no vio la etapa de Fuente De? Con eso de que nadie la vio...

Esto sólo lo va a salvar un arrebato o un accidente, como en ese género cinematográfico llamado españolada.
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Jesús Hernández ha pasado en el último año 300 días con Contador. Lo escribe Alain Laiseka, el periodista de Deia que tiene una chisporreante imaginación, capaz de inventarse diálogos que jamás ha visto ni oído: esta vez en el primer párrafo y con este diálogo de Riis a Parches de calor: "Mira Jesús, vas a correr poco, muy poco, pero quiero que pases mucho tiempo con Alberto, que entrenes con él, que nunca esté solo. Iros de concentraciones, lo que queráis, pero que no sienta la soledad. Estate con Alberto"

El titular dice "El tercer hombro de Contador". Yo creo que debería haber sido "El segundo hombre de Contador". El tercero es el médico.
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El Sky sigue pescando en el caladero navarro: si en el pasado se llevó a Urán y Zandio, ahora se lleva a Kiryienka y David López, un corredor que apuntaba buenas maneras en 2007 -cuando todo el equipo volaba ¡Fertonani, no te olvidamos!- y que se ha quedado totalmente estancado. Por cierto, aquí dicen que Movistar ha hecho una oferta a Pozzato...como si con el infame Visconti no les hubiese bastado.
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Carlo Bomans, el seleccionador belga, lleva un equipazo al Mundial, pero en el que ha dejado fuera a DeGendt, que si disputará la crono: "creía que había dicho que quería gente nueva en la selección". Pues no. Con la ausencia de este corredor atacante e irreductible no sólo pierde Bélgica -salvo machada de Gilbert se augura fracaso, hay mucho gallo-, sino todos los aficionados al ciclismo. Además, Bomans también ha dejado fuera a Vanendert, que fue 2º en la Amstel de este año, precisamente el mismo final que el Mundial.
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En EE.UU se está incubando algo muy gordo con el ciclismo, que con la capacidad que tiene este gran país ("la superpotencia necesaria", en acertada definición) de irradiar su cultura por el mundo será decisivo. Se ve aquí, allí y allá. Y claro que la bicicleta tiene potencial de crecimiento en EE.UU: el 48% de desplazamientos dentro de una ciudad se hace en un radio inferior a 3 millas, unos 5 km. Allí todo es grande, y con que la bici   haga bajar ese porcentaje cinco puntos será algo muy grande.
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Ya está en la calle, con la celeridad acostumbrada, la revista aperiódica decana del ciclismo en España. Un editorial del director, que tiene una mirada despierta y viva, insulta a Tyler Hamilton por contar lo que cuenta en un libro, probablemente porque el último que leyó este hombre chico era Mi primera cartilla. Beloki equipara lo de Fuente De a lo de Pajares en la Vuelta 2005, y con eso está todo dicho. En páginas interiores, como en las publicaciones de género, su redactora ocupa ¡cuatro páginas! con fotos de ella misma con vestido rojo, blanco, posando con niños, reclinada en el regazo de ciclistas...

lunes, 10 de septiembre de 2012

Contador enseña la manita. Y la patita

No sabe restar
Terminó lo que la propaganda oficial está calificando de la mejor Vuelta de la historia; terminó, como era de esperar, con el quinto triunfo de Degenkolb, un debutante de 23 años que no ha tenido rival al sprint: creo que es suficientemente indicativo de la exageración de la primera afirmación.

Entre cuatro corredores (Valverde, J.Rodríguez, Degenkolb y Gilbert) han ganado 12 de las 21 etapas de la carrera, para que vean que grande ha sido la Vuelta; por no decir que los tres primeros de la general han acabado dentro del margen de los 2´de diferencia entre ellos, pero el 4º se ha ido a  más de 10´.

¿Gran Vuelta a España? Sin duda alguna, por tercer año consecutivo la mejor grande de la temporada en cuanto a emoción, disputa, momentos singulares e incertidumbre; ¿la mejor de la historia? Pues no: sin ser exhaustivo, creo que las ediciones de 1992, 1998, 1999, 2002, 2003 o gran parte de las últimas han sido igual de buenas que la de 2012.

Supongo que se dirá esa exageración sobre esta edición de la Vuelta a España porque ha acabado ganando Alberto Contador, muy querido por los medios de comunicación y por una parte muy importante de la afición, sensible ante el drama personal del corredor que no duda en utilizar a conveniencia (hermano inválido, cavernoma, vegetariano a la fuerza) e insensible ante todo lo demás, especialmente sus certificados médicos, su chulería y su increíble capacidad para mentir.

Ahí lo tiene retratado entrando en la meta de Madrid, levantando siete dedos, una tontería de moda que obligaron a hacer a Induráin con el quinto Tour -el uso viene del mundo del fútbol-, aunque el navarro nunca lo hizo compitiendo,  y que después Armstrong se encargó de remarcar, para gusto de los propagandistas antes llamados periodistas.

De esos usos vienen esos lodos: al parecer, Contador quiere indicar que tiene siete grandes vueltas en su haber, cuando para los registros del ciclismo tiene cinco; está a dos de que se pueda considerar objetivamente un grande la historia, y a tres Tours de equipararse con los grandes de la historia de este deporte centenario. Mucho ánimo en su intención, pero que no cuente lo que no tiene.

En meta parecía que su brillante asesor de comunicación, Jacinto Vidarte -es tan bueno que tiene un twitter, pero no lo usa- le reprochaba haber hecho el gesto, y Contador se mostraba fiero con el señor de gafas, ex redactor de Marca como mejor bagaje para gestionar la imagen de una estrella de su deporte. Así van las cosas: las suyas personales, y las del país.

Hago el gesto porque me sale de las narices (operadas), parece afirmar Contador. Yo en la foto veo la manita, pero nada más, salvo la arrogancia: una vez más, Contador se muestra como realmente es, y tras la manita asoma la patita, igual que en tantas ocasiones. Por supuesto, en el podio volvió a sacar la pistola y disparar al aficionado.

El público, muy escaso, no abucheó al ciclista por su feo gesto, cosa que si reservó para la alcaldesa por decreto de la ciudad, que tiene el cargo por su propia valía -especialmente en comunicación verbal- y no por ser la mujer de quien es. Como ven, el ciclismo es una metáfora más para explicar este país y por qué estamos como estamos. Un retrato, una serpiente multicolor.

Contador gana la Vuelta con 1´16" sobre Valverde, que podían haber sido únicamente 21" de no mediar la caída de Valdezcaray: la típica ventaja de Contador en una gran vuelta, y más en esta donde sólo ha sido superior en contadísimas ocasiones. El murciano ha mantenido un gran nivel las tres semanas, a pesar de decir lo contrario en la salida. Ahora dice que va a por el Mundial. Pues vale.

Además, ha ganado 2 etapas, y los maillots de la regularidad y la combinada, obtenidos el último día gracias a meterse en el sprint (6º, que gran corredor se perdió para el calendario de primavera) y pidiendo permiso a J. Rodríguez, el damnificado. El catalán había dicho en la previa de la Bola del Mundo que no lucharía por la montaña -estaba a pocos puntos de S. Clarke-, que se conformaba con lo que tenía, y se ha quedado con bien poco en el podio final.

Tres etapas y un tercer puesto final, pero con la sensación y la realidad de haber perdido la carrera por un día de mal cálculo. J. Rodríguez entra en el selectísimo grupo de corredores que han doblado podio en una grande en el mismo año desde el último doblete Giro-Tour (1998, acabó en muerte a los 34 años), integrado por Beloki (2002), Contador (2008), Sastre (2008) y Nibali (2010).

Cuarto Froome, que fue de más a menos -como su equipo-, y que no entra en la clasificación anterior a pesar de haberlo intentado. Dijo que venía probarse si valía como jefe de filas, pero es difícil sacar una conclusión, salvo que no creo que renuncie a su aspiración; quinto Dani Moreno, gregario de J. Rodríguez que siempre ha reservado un muchito para sí mismo, tanto como para acabar quinto y que su jefe pierda la Vuelta porque el día que importaba el no estaba.

Gesink sexto, y como el resto de corredores, totalmente anónimo: la carrera se ha monopolizado entre los tres primeros y, la primera semana, con el cuarto; el resto han acabado en su posición sin mérito aparente, salvo sobrevivir: en el caso de Gesink y su largo historial de caídas, eso es lo más importante. Séptimo el joven americano de 23 años Talansky, buen escalador; octavo Ten Dam, el magnífico gregario del Rabobank, otro peleado con el asfalto; noveno Antón, ídem; y décimo Intxausti.

Un dato desapercibido de esta carrera es que sólo han abandonado un 10% de los corredores que tomaron la salida: no ha habido lluvia, apenas ha habido caidas y el recorrido, salvo la parte final de las etapas, era muy suave. No creo que haya sido la mejor Vuelta de la historia, y menos viendo al ganador final; como mucho, ha sido una Vuelta más: la mejor vuelta grande por etapas, y eso ya es muchísimo.
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La antepenúltima etapa de la Vuelta tenía como final La Lastrilla, un arrabal de Segovia, al que se accedía por una carretera revirada, pero con hechura de autovía. Ganó Gilbert con una demostración de fuerza perfecta: Ballan tiró abajo algún intento de ganar -el de Nicholas Roche- y el belga se quedó en cabeza demasiado pronto...cuando vio que el pelotón se aproximaba, puso el turbo y se fue a ganar en solitario su segunda etapa en esta Vuelta 2012. Valverde, que hizo un timing muy bueno, fue segundo: el sí esperó al momento justo.

La Bola del Mundo, como se preveía, no decidió absolutamente nada: igual que entró la clasificación general, igual salió. Suele pasar con estas etapas, salvo la excepción del Stelvio de este año en el Giro, pero ahí está el sonoro fiasco del Ventoux en el Tour 2009. Una escapada muy numerosa llegó a meta, y se impuso el gran Dennis Menchov ante Richie Porte: los gregarios del tercer y cuarto hombre de la general.

Entre los favoritos, J. Rodríguez atacó en la parte más dura y acabó metiendo a Contador más de cuarenta segundos, algo menos a Valverde, demostrando que sin lo de Fuente Dé -donde Menchov no anduvo nada- habría ganado una Vuelta diseñada para él. Que Moreno fuese de los mejores en la Bola del Mundo y acabe quinto de la clasificación indica que algo se ha hecho mal en el equipo.
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Vibrante edición del GP de Fournies, la prestigiosa carrera de un día francesa que se disputa en un circuito alrededor de la ciudad que da nombre a la prueba. Un increíble Óscar Freire, que venía de ser 3º el día anterior en la París-Bruselas (batido por Boonen y Renshaw) se metió en la fuga del día a más de 80 kms. de meta.

Contra todo pronóstico, y más teniendo en cuenta que jamás tuvieron una ventaja por encima de los 2´20", la fuga fue haciendo recorrido y sumando vueltas y más vueltas al circuito, mientras los acompañantes iban desapareciendo hasta quedar únicamente Freire y el especialista en fugas Morkov, danés del Saxo Bank. Quedaban 15 km. para meta y la exigua renta era de menos de 40".

En el pelotón se sucedían los intentos en solitario, y el gigante danés Bak del Lotto consiguió enlazar con el dúo cabecero. Lo que parecía que iba a ser una victoria de Freire se acabó traduciendo una nueva Gante-Wevelgem de 2007, cuando quedó atrapado en el sandwich T-Mobile que le hicieron Burghardt y Hammond.

Los daneses actuaron bajo motivos nacionales y no comerciales de su equipo: saltó Bak poco después de la pancarta de último km. y Freire, muy estúpido, se quedó esperando a que Morkov lo neutralizase. No lo hizo, y en meta dijo "Bak y yo somos buenos amigos", además de compatriotas. Freire tenía que haber saltado, y al sprint le hubiese podido batir, a pesar de los km. de escapada.

Al final, nada de nada: Bak ganó por un margen muy estrecho y el pelotón neutralizó a los fugados, con Kristoff, el sprinter compañero de Freire, ganando el sprint del pelotón con mucha superioridad. Una vez más Freire ha equivocado la estrategia, demostrando al mismo tiempo tener muy buenas piernas. No basta, porque con su actitud ha malogrado una casi segura victoria de su equipo.
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Este año las dos pruebas de Canadá han sido menos lucidas que en otras ocasiones. El viernes se disputó el GP de Quebec con triunfo de Gerrans sobre Van Avermaet, mientras el sprint del grupo fue para Rui Costa, y el domingo el GP de Montreal, con triunfo de Nordhaug del Sky -pasa a Rabobank el próximo año- tras una carrera muy insulsa. Segundo Moreno Moser y tercero Kolobnev.
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Un periodista de Antena 3 pregunta a Contador si va a celebrar su triunfo con un buen chuletón.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Carrera secreta: no tanto (I)

Un diseño de portada francamente mejorable
El mundo del ciclismo anda un poco convulso por la publicación hace dos días de un libro donde Tyler Hamilton cuenta bastantes cosas de la época que vivió, que no se diferenciaba mucho de la anterior -pasó a profesionales a finales de los noventa- y de la posterior -dejó el ciclismo en 2004-. Se titula The Secret Race, y lo que cuenta no es tan secreto, o al menos no tendría porque serlo tras la Operación Puerto, donde Tyler Hamilton salió completamente desnudo.

¿Por qué secreto? Porque está dirigido al público americano que, a pesar de su reciente interés por el ciclismo -e irá a más- apenas sabe algo más allá de dos términos: Lance Armstrong y Tour de Francia, y de ahí el subtítulo: Inside the Hidden world of the Tour de France. Doping, cover-ups, and winning at all costs (Dentro de la realidad desconocida del Tour de Francia. Doping, encubrimientos y ganar a cualquier coste)

A mí me hubiese gustado más el enfoque biográfico, pero se ha centrado en la única carrera que conocen en EE.UU: el Tour. Y el único personaje que conocen: Lance Armstrong, que aparece en portada en una foto del año 2000, probablamente del Dauphiné que regaló a Hamilton. Recuerden que era la época en que los gregarios andaban más que los jefes de filas -rivales, eso sí- y después emigraban para serlo, con magros resultados, como si hubiesen perdido la fórmula mágica. Un periodista solía solventarlo todo con "la motivación".

Aún así, de lo que se va conociendo del libro, se pueden sacar varias cosas interesantes, aunque tampoco vayan a sacar las trompetas del juicio final: si eso ocurriese algún sería cuando un ciclista relevante -Hamilton lo fue, sin duda- se pusiese delante de un periodista sin compromisos y buen conocedor de lo que había para hablar y responder sin tapujos. De momento, esta última figura no existe, ni se la espera, aunque para redactar este libro de 287 páginas se hayan realizado 60 entrevistas en 2 años.

C.S.C: las siglas desaparecidas de la O.Puerto
Los extractos que van saliendo se centran en la engañifa para evitar los positivos. "Ferrari inventó uno donde se diluía el Andriol (marca comercial de testosterona) en aceite de oliva" ¿Alguien ahí recuerda como Lance Armstrong apreciaba el aceite de oliva de la cooperativa de Manuel Beltrán? ¿Y cómo este andaluz contaba la anécdota con la dicción de la clase popular cuando recibe el arrumaco de un poderoso, como si hubiese estado ungido divinamente?

Decía algo así: "un día le traje una variedad superior, y no le gustó, me pidió la de siempre, la de cooperativa". ¡Qué magnánimo! Ahora el aceite de oliva adquiere un nuevo uso, aunque sin dejar de ser un condimento en las ensaladas. Eso si que es aliño. Según Hamilton. "lo guardábamos en pequeñas ampollas, y bastaban unas pocas gotas para obtener mejora sin dar positivo".

Como suele ser habitual en estos relatos -Jaksche también resguardo un pasado impoluto, y Millar-, Hamilton afirma que no se empezó a dopar hasta el tercer año de profesional, utilizando una medición muy americana: a los 1000 días. Resulta difícil de creer. Un día que estaba muy cansando, a principios de la temporada 1998, Pedro Celaya -identificado con nombre y apellido- le ofreció una pastilla roja diciendo que era "para su salud". Hamiton sabía perfectamente lo que significaba, y aceptó.

Ahí esta un pasaje importante, el del consentimiento del ciclista: no le obligaron. Se ofreció en un momento de debilidad (no es la figura religiosa, es la del estado físico), igual que en la famosa frase del camello que quiere prosperar: "a la primera dosis invito yo", que tiene aparejada la siguiente frase de "a la segunda vendrás de rodillas y ansioso". A partir de ahí, la espiral médico-deportiva: chutes de EPO para ir al Tour 1998, donde fue segundo en una crono tras Ullrich.

Era el año del regreso de Armstrong tras su convalecencia por el cáncer. No corrió el Tour, pero en la Vuelta fue cuarto casi rozando el tercer escalón del podio. Según Hamilton, estaba todo el día hablando de EPO y sus virtudes para el rendimiento deportivo, con grandes dosis, dado que por entonces ni se buscaba, ni se detectaba: apenas lo del 50% de hematocrito en la sangre. Ojo: venía de un cáncer con metástasis y se automedicaba así.

En el 2000, cuando se introdujeron los primeros controles de EPO, Ferrari -al que Armstrong veneraba- cambió el protocolo de dopaje: en vez de pinchazos subcutáneos, directamente en vena; en vez de 2000 unidades en un día concreto de la carrera, 300-400 unidades directamente en vena todos los días por la noche, y sin problemas en los controles. Esto no eran microdosis, eso ya llegaría más adelante.

¿Y donde se ocultaban los restos? Se inyectaban en caravanas que seguían la carrera y que pertenecían a esta auténtica banda criminal, y como díce Hamilton "la inyección la hacía del Moral". Después metían la aguja vacía en una lata de refresco, se aplastaba y se tiraba al contenedor como basura normal. El reparto de la sustancia corría a cargo del jardinero de Armstrong cuando tenía casa en Niza, que seguía la carrera a distancia prudencial.

Todo se hacía en 30 segundos, y únicamente a tres corredores del equipo: Hamilton, Livingston -que después acabaría tarifando con Amstrong- y Armstrong. Hamilton dejó el equipo en 2001. Visto como subían después Padrnos, Noval, Rubiera -este ya venía aprendido- o Ekimov, es de suponer que ampliaron el tratamiento a todo el equipo.

En el Tour 2001 Armstrong dejó a Hamilton sin su dosis de doping, y acabó 94º, cuando el año anterior había sido 25º. El texano tenía celos de su compañero, que había hechos tests con Ferrari y habían salido muy buenos, dice que en gran parte -esa vanidad de los ciclistas- por haber perdido peso, una auténtica obsesión para el médico italiano. Evidentemente, dejó el equipo por el CSC, hasta entonces un equipo de mala muerte que se reforzó también con Sastre.

Lo primero que le preguntó Riis fue por cómo se dopaban en el UsPostal, e imagino que en T-Mobile también sería lo primero que preguntaron a Livingston. Hamilton no le habló de las transfusiones sanguíneas -esa vanidad de los ciclistas- y se encontró con un danés que le vendía sus bondades con palabras entusiastas.

¿Y quien era el médico del equipo? Insisto: según el relato de Hamilton, de-todo-el-equipo. Eufemiano Fuentes. En los primeros compases de la Operación Puerto se dijo que estaba metido todo el CSC, pero después desapareció, igual que tantas otras cosas. Huelga decir que en los medios españoles todavía nadie ha hecho un extracto del libro, a pesar de las modernas tecnologías.Será porque todo es historia conocida.

 ¿Saben lo más gracioso? Que en el UsPostal se referían a la EPO como "Edgar", por lo de "Edgar Allan POE". Ya hubiese sido de retrúecano que fuese por alguna obra del escritor de Boston -igual que Hamilton-, con la de significados que tienen sus títulos. Hoy por hoy, me quedaría con La caída de la casa Usher, por la caída del UsPostal. Y el CSC.
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Bennati vuelve a ganar una etapa de la Vuelta en la tercera semana, lo que viene siendo su única victoria o la más importante de cada temporada: así fue también el año pasado. Ya lleva seis en la carrera, pero es uno de los corredores con la carrera más estancada que se conocen. El próximo año pasa al Saxo Bank.
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Nairo Quintana, que lleva cinco victorias esta temporada (general y etapa de Murcia, general y etapa de la Ruta del Sur, etapa del Joux Plane en Dauphiné: ojo, ojo, ojo), que es neoprofesional de 22 años, y que está haciendo una tremenda Vuelta a España de menos a más, afirma sin rubor que "nunca había competido más de ocho días seguidos". Es lo que tiene no haber competido nunca en una grande, o ser neoprofesional: pues felicidades por la adaptación. Y felicidades a Unzué, que tiene un corredor cuya proyección es difícil de cuantificar, pero muy, muy lejana.

Por mucho menos de eso, nos venden italianos, estadounidenses, británicos y franceses como los nuevos campeones por venir. Ambicioso es: "quiero ganar una de las tres grandes". Lo dice entre pasadas enfermedades, dramas familiares y el sello papal que le ha puesto Proudhomme, ahí es nada. Lo dicho: este chaval, si no se malea, llegará muy lejos, tanto como ambiciona.
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Es Urraburu, pero no tengo incoveniente en reconocer que el titular es magnifico, aunque quizás no por los motivos por los que fue ideado. La historia que cuenta también, aunque cómo la cuenta no.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Contador obtiene su recompensa

Mucho mejor que la celebración de la pistola y el tiro al aficionado
Supongo que el refranero español tendrá algo para explicar lo sucedido ayer entre Santander y Fuente De, todo Cantabria, algo así como "tanto va el cántaro", pero en la versión original el cántaro nunca ha sido sancionado por dopaje ni contenía más líquido que el que podía.

Quizás los continuos ataques de peseta de Contador a lo largo de la Vuelta propiciaron el estado de madurez necesario para lo de ayer, aunque en su momento sólo se tradujesen en mayor pérdida; quizás tuvo que mediar la tercera semana, el día después del descanso, una cierta confianza del líder o lo que fuese, pero la jugada de ayer le salió redonda.

 En todo caso, el ingrediente estaba claro: atacar, atacar y atacar; si no puedes con tu rival en su terreno -los finales de etapa con grandes porcentajes-, inténtalo de otra manera, pero atacando siempre; parece que Contador ha aprendido algo -y el hecho de estar a sólo 22" del liderato, claro- de la auténtica etapa mítica de Andy Schleck en el Galibier 2011: utilizar los llanos para poner peones, alianzas de carretera, la indecesión de los perseguidores y, lo más importante, atacar en el momento justo. Lo que venía siendo el ciclismo hasta la irrupción de los superequipos a principios de los noventa, donde los gregarios andaban mejor que los jefes de filas rivales.

¿Y cúal es el momento justo para atacar? Una respuesta ventajista sería decir que "cuando se acaba logrando el objetivo", pero es finalista porque se da a partir del resultado; sin embargo, vistos los casi 30 ataques infructuosos de Contador en esta Vuelta, habrá que concluir que el que ha salido bien, a muy poco de coronar el anónimo Collado de la Hoz de segunda categoría, también ha influido por el momento y la oportunidad, bien escogidos.

Quedaban 50 km. a meta y, como viene siendo habitual en esta Vuelta -por tercer año consecutivo la mejor grande con mucha diferencia- la etapa estaba lanzadísima y muy loca. El Katusha tenía la obligación de controlar, pero tuvieron un horrible momento de dejación cuando saltó Contador acompañado de otros corredores: a un ataque de un jefe de filas tiene que responder un jefe de filas. No se hizo en su momento y pasó lo que pasó.

Que J. Rodríguez, que tenía muy encarrilada la victoria final en la carrera (cifras de sprinter: 3 etapas, 2 segundos puestos, un tercero, ninguna crono por delante) perdió la mejor oportunidad de su vida de ganar una grande en el anónimo terreno que lleva hasta Fuente De, balcón de los Picos de Europa hacia Cantabria, a donde se llega por una carretera sinuosa, pero no dura. La carretera perfecta para el tipo de operación de guerrilla que hizo Contador.

Quedaban 50 km. para meta, decíamos, y Contador saltó como tantas otras veces en esta Vuelta, esta vez un poco más lejos, pero con un terreno no muy favorable. Como dijo J. Rodríguez en meta, "cuando lo teníamos a 20" le dije a Valverde que descolgase a los suyos [Quintana e Intxausti iban por delante] para echar abajo eso, pero ya ví que me contestaba así-así". Se confió mucho, porque no saltó en su momento: cuando atacó el jefe de filas.

Quemó a Losada en una persecución donde Contador, muy bien llevado por Paulinho -en Cantabria ganó una etapa de la Vuelta 2006- se fue al minuto de diferencia, líder virtual; el nerviosismo crecía y, al paso por la meta volante -6" de bonificación- de Potes, el carnívoro de Pinto se fue sólo por delante con Tiralongo, ciclista del Astana pero amiguísimo de Contador. Lo hicieron en la meta volante para que no fuese muy cantoso, aunque lo fue.

El siciliano de 36 años se exprimió a fondo para su líder de otro maillot, tanto que a mitad del repechillo que lleva a Fuente De, a unos 13 km. para meta, Contador voló solo. No hagan caso a quienes digan por ahí que fue un Disneylandis, o algo siquiera sospechoso: ni por las ayudas recibidas, ni por el terreno, ni por los rivales, ni por las diferencia obtenidas fue algo sobrehumano; no, todo fue perfectamente plausible, incluso en un ciclismo y un ciclista como Contador.

Totalmente entregado en pos del liderato, A.C realizó la crono que el recorrido no tenía; por detrás, Valverde atacó en las narices de J. Rodríguez en la misma cota en la que Contador se fue en solitario, dejando al corredor catalán con la triste estampa del líder persiguiendo en solitario seguido de una ristra de corredores que no le van a ayudar, incluyendo un Parches de calor que hizo un feo gesto al llegar a meta con el maillot rojo destronado.

Bueno, a lo mejor todos lo haríamos si trabajasemos gracias a un amigo y no a nuestros propios méritos, especialmente el día en que el amigo se vindica a sí mismo, y sólo a sí mismo. Como Valverde: ayer corrió muy bien. Tras su ataque, Quintana y sobre todo Intxausti se vaciaron en la persecución de Contador, por un lado; y en dejar atrás a J. Rodríguez, por otro. Todo se hacía con la misma acción: atacar.

Fue una persecución muy emocionante: un hombre solo como Contador, lejos de dar una exhibición, vio como su diferencia se recortaba y su triunfo de etapa sólo fue seguro en los últimos 400 metros, con un Valverde desbocado -y vindicado, qué magnífico corredor hubiese sido en lo suyo- que entró a sólo 6", mientras los ridículos comentaristas de RTVE hablaban de Nocentini como rival para la etapa, o algo así.

El murciano no se llevó la etapa, pero si el segundo puesto con un margen muy amplio sobre J. Rodríguez, que entró a casi 2´30" de los atacantes. Si Contador demostró un poco de madurez -después lloró, claro, había traído hasta a la madre a Cantabria, algo tenía pensado aunque lo negase- al no sacar la pistola en meta, más aún mostró J. Rodríguez, muy entero en su caída, igual que jamás fue arrogante en sus victorias, e incluso muy crítico consigo mismo en la llegada a Arrate: como tiene que ser en los tres casos.

Fue una gran jornada de ciclismo, escamoteada porque sólo disponemos de los últimos 28 km., merced a la pesima realización de TVE. No hay imágenes del momento del ataque de Contador en el Collado de la Hoz. "Hoy será [ha sido] un gran día que quedará en la memoria de los aficionados" Más bien en la evocación: verán como ya hoy se habla de etapa mítica -en mi opinión, lo fue mucho más la del Stelvio de este Giro-, histórico y demás epítetos. Para mí ha sido simplemente una etapa de ciclismo muy buena, y de ciclismo clásico: en todos sus elementos. Eso sí que me parece para recordar.
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Continuan las reacciones al libro de Hamilton que se publica mañana. Son reacciones preventivas, por lo que pueda decir. Ya salió hace poco lo de Riis ("no conozco a Eufemiano Fuentes", que tiene narices), aquí debajo tienen otra (que tiene cojones y falta de vergüenza) y Jaksche que vuelve a hablar, dado que estuvo en el CSC, aunque ya conocía a Eufemiano de su paso por la ONCE, donde Manolo Saiz hizo de Celestina. No aporta nada nuevo, pero es especialmente interesante lo que dice sobre los periodistas de ciclismo: que están comprados por los equipos, que les dan regalitos y viajes todo incluído para que vayan más suaves. Y vaya que lo hacen.
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Sastre niega conocer a Eufemiano Fuentes. Debutó en ONCE, donde estuvo tres años, y después estuvo con Riis y sirviendo a Hamilton y Basso, todos buenos conocedores del hemodruida canario. Por no hablar de su cuñado exitus. Por cierto, no se pierdan el detalle que ha tenido que ser un periódico danés el que se lo preguntase; los medios nacionales no lo han creído conveniente, igual que no preguntan a Noval, Heras, Beltrán o Rubiera sobre Armstrong, Del Moral, Pepe from Valencia o ese otro médico vasco con pinta de tener una enfermedad crónica, de tan buen médico que es.
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Me han dicho, pero no lo he podido comprobar por razones obvias, que Hamilton no cita a Álvaro Pino -su director en 2004 en el Phonak- en todo el libro. Si es así, ese libro vale bien poco, aunque el tam-tam anglosajón ya lo está vendiendo como El Definitivo. Como si lo fuese a haber alguna vez.
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En otro frente, pero con la misma causa, Vaughters reacciona a las acusaciones de Jaksche de que no lo ficharon en el Garmin, diciendo que ya tenían de dopados a Vande Velde -primera noticia-, Zabriskie -primera noticia, aunque era el compañero de piso de Landis en Girona- y Danielson -primera noticia, aunque su rendimiento laguna ya lo apuntaba-. Este Mortadelo estadounidense llamado Vaughters es capaz de desvestir un santo para vestir a otro: tras su reciente outing, hace lo mismo con tres pupilos. Seguro que no les ha consultado, porque en el caso de Vande Velde vivian muy bien del cuento.
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Johnny Weltz, el danés ex-ONCE, niega las acusaciones de Hamilton de haber sido la paloma mensajera del UsPostal. 
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El equipo Lotto presente en la Vuelta, afectado por una diarrea (tras el paso por Galicia y su cuidada gastronomía). Ya se han ido a casa tres. Eso sí, el escalador Bart De Clerq, un clásico del Giro y de acabar las generales entre los puestos 15º-25º, va a más cada día. Cosas del ciclismo: lo que a unos les sienta fatal, a otros les sienta fenomenal.
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Yo tampoco olvidaré nunca este artículo. Ni tus lágrimas con La Roja. En El Prado, en la misma sala que Las Meninas, hay un buen retrato de este tipo de español.

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Asturias? De nada, gracias

Cataldo, ganador negro en el Cuitu
Bueno, pues ya han pasado las dos etapas "decisivas" de Asturias y no ha pasado absolutamente nada entre los favoritos: se ha descolgado Froome, pero era una tendencia ya apuntada desde Galicia, y Contador ha seguido con sus ataques de chichinabo, en muchas ocasiones haciendo la carrera a su rival J. Rodríguez. Esta es una crónica no muy positiva de los días en Asturias, porque poca cosa ha habido.

El domingo el organizador llevó la carrera a los Lagos de Covadonga, antaño subida fetiche de la carrera, hoy convertida, a fuerza de ganadores mediocres y de escapadas que llegan, en subida ferial, donde incluso ha ganado un paisanu, como en los Premios Príncipe Paleto, perdón, Príncipe de Asturias. El domingo todo se ajustó al guión a la perfección.

El Katusha y el resto de equipos implicados en la carrera dejó irse a una fuga hasta los 13´, porque total las bonificaciones siempre van siempre al líder, que lo es gracias a ellas pero que no quiere desgastar al equipo: va a ganar la Vuelta como una hormiguita, sumando aquí y allá, pues que ganen también las otras hormiguitas.

La fuga hizo su trabajo y, en medio de unos paisajes amarillos impropios de Asturias, se plantó en la base de la subida a los Lagos de Covadonga con tiempo suficiente como para ver una bonita ascensión entre los valientes. No fue así: de manera imprevista, un tal Piedra, sevillano de 26 años y que jamás había hecho entre los 50 primeros en una etapa de montaña -yo no lo llamaría escalador- atacó cuando quedaban muchos km. para la cima, fue ampliando su ventaja y acabó ganando con ¡dos minutos de ventaja! sobre sus rivales.

Vale que ninguno era de entidad -Mondory, el sprinter francés, fue tercero, la realización no mostró la entrada ni la ascensión de ninguno de ellos-, pero ¡menuda ascensión! Como el Caja Rural tenía señalada la etapa de la misma manera que el Xacobeo hacía lo propio, en la fuga también iba De la Fuente, ese simpático asmático que en la pasada Vuelta volaba por estas mismas tierras, y ahora renquea y no se sabe muy bien si está en el pelotón, o si tose, o si toma Ventolín.

Entre los favoritos Contador volvió a sus ataques de peseta, de juvenil, muy fáciles de responder por J. Rodríguez, y más en una subida a cachinos -por utilizar la lengua local- como es Lagos de Covadonga, donde empezó ganando Lejarreta a Hinault -hay hasta un grupo indie que se llama Los Lagos de Hinault- y siguieron grandes escaladores, y desde hace años ganan Mercados, Zimtechkos -menudo caballo de carreras sacó Eufemiano ahí, tres etapas en esa Vuelta-, Barredos, Efimkins y ahora Piedra.

Hoy era la etapa reina, con subidas a San Lorenzo, Cobertoria y un Pajares prolongado por una pista de esquí, una subida infame y difilmente ciclista, habida cuenta que los corredores han subido este último tramo a 12 km/h, aunque esto era motivo de elogio para el infame duo de comentaristas de RTVE, Carlos de Andrés y Probenecid Delgado, a los que todo les parece espectáculo. Y si no lleguen al final del post, que coincide con el final de la retransmisión.

El propio De Andrés, que es un alto cargo en TeleTenis -también conocida como TeleDeporte- dijo en antena que "al que no le guste la retransmisión, que se cambie de canal, que hay otras emisoras que ponen la Vuelta", una cosa bastante paradójica visto su cargo, pero no tanto si consideramos que es funcionario: vamos, que el va a cobrar igual aunque se hunda su empresa, o lo que sea El Ente.

A mí no me gusta y lo digo. Es francamente mejorable, y no valen disculpas técnicas. Es tan mejorable que el lamentable espectáculo dado al final de la retransmisión, y que coincidirá con el final del post, refleja muy bien que concepto de servicio público, de su propia profesión y de este deporte tiene esta gente, auténticas calamidades que cobran por ello.

Se escaparon muy pronto Dario Cataldo -que fue con grandes aspiraciones al Giro, y se topó con la cruda realidad- y el gran Thomas DeGendt, en su tercera fuga en la carrera tras las de Jaca y Ferrol. El belga llevó todo el peso de la escapada, de una manera tan exagerada y sin pedir relevo a Cataldo que todo quedó claro al final, y esto no lo voy a dejar para el final: yo creo que vendió la etapa.

Cataldo corre en el Quick Step, el mismo equipo que compró la etapa reina del Giro para Gárate ante Voigt en 2006, y el mismo equipo que lleva 42 victorias este año, pero ninguna en una gran vuelta por etapas. De hecho, el equipo de Lefevre llevaba dos años sin ganar etapa alguna en una grande, algo impropio de su nivel, aunque no tanto visto su mierda de año 2011, ya comentado por aquí. _

Al poco de empezar Cuitu Negro -que tiene nombre de cosa guarra sexual- De Gendt se quedó, y Cataldo se fue por delante sin mucha convinción, buscando no caerse de la bici; entrando en meta casi le recorta, pero para que no fuese muy evidente, el belga entró en meta ¡moviendo alternativamente la rueda a un lado y otro!, y no parece que por la pendiente, porque ningún otro ciclista lo hizo.

Ahí queda Cataldo como el primer ganador en Cuitu Negro, un corredor que difícilmente ganará algo grande, y que parece Nardello cuando intentaba entrar en el podio del Tour. Y con serias sospechas de haber comprado la etapa, que fue patética en toda su parte final: eso no es ciclismo, es equilibrimos, circo-cross o una nueva modalidad sobre ruedas aún por inventar.

El pelotón intentó recortar tiempo a los escapados, pero en el fondo era el Euskaltel que ayudaba a Contador para que después se descolgase Antón. En la Cobertoria todos fueron a refugiarse a cola del pelotón del fuerte viento, mientras los tres gregarios de Saxo Bank coronoban con 15" de ventaja sobre su líder, una situación nunca vista.

Contador atacó por primera vez poco antes de coronar Pajares, con los efectos de siempre: J. Rodríguez a su rueda, y Valverde flanqueado por Nairo Quintana -increíble este colombiano, me parece mucho mejor que Henao o Urán- un poco detrás. A partir de ahí, todo igual: el mismo guión de siempre. Contador atacando y mirando atrás en cuanto podía, mientras los ciclistas subían por la enésima montaña asfaltada en aras del progreso a través del turismo, cuando el turismo -si algún día llega a Asturias como para ser sustento- no va buscando eso, al contrario.

En meta, cómo no, J. Rodríguez picó 2" a Contador, más los 4" de la bonificación por el tercer puesto, por lo que el tríptico montañoso por el noroeste se salda con el líder más líder, y con una constatación que no oirán a De Andrés y Probenecid: Contador no ha recortado nada de tiempo en montaña, y J. Rodríguez ha ampliado su ventaja.

Sin embargo, están vendiendo un producto: es la Vuelta, y quedan seis días sin crono ni nada decisivo. Por eso mantienen la esperanza de la "Bola del Mundo" -tampoco pasó nada en 2010, pero no lo dirán, no vaya a ser que alguien se acuerde de Mosquera- y no se que más. Y por vender ese producto son capaces de vender cualquier moral o escrúpulo.

Cuando estaba a punto de acabar la retransmisión, pusieron unas imágenes grabadas del corredor eritreo Teklehaimanot, pero no porque en Covadonga hubiese llegado el penúltimo, que va. Esta vez ha debido llegar mucho antes, pero eso no era motivo de elogio: lo ponían porque estaba vomitando en meta. Después se deleitaron con el esfuerzo y esas cosas, pero ya tenían su imagen, igual que con las caídas.

Ciclistas vomitando por el esfuerzo. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas yendo más lento en bici que gente caminando a su lado. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas que trabajan todo el día sin pedir relevo y después pierden la etapa sin que nadie comente nada. Ese es el espectáculo que entienden. "Y al que no le guste, que se cambie de canal". Como si pudieramos. Ojalá os pudiesemos cambiar a vosotros y los organizadores, y quedarnos sencillamente con el ciclismo.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El primer ganador en Ancares

Tres etapas ya y las que vendrán
¿Pasará algo en los Lagos de Covadonga? La cima mítica de la Vuelta, un poco descolorida en las últimas ascensiones, es el prólogo -y puede que sea más que eso- antes de la etapa reina de mañana, el Pajares alargado que es Cuitu Negro. De momento, el pelotón ya ha dejado atrás Galicia tras cinco días seguidos en la región, mucho mejores de lo esperado, aunque escasamente decisivos para la general.

El viernes se llegó a Ferrol, la ciudad marítima en la punta del continente europeo, con bastante patrimonio histórico y una geografía ciertamente peculiar, al margen de su ubicación en un extremo del mundo. Fue una etapa espectacular, y sin final en cuesta de cabras. Lo fue por el recorrido y la entrega de los ciclistas, demostrando que tiene que haber espacio para todos en una carrera de tres semanas, y no sólo para los uphill finishers.

Se formó una escapada muy buena con clásicos como Genderman, Simon Clarke -menuda Vuelta-, De Gendt, Flecha y el a la postre vencedor, el británico Cummings. El pelotón, a pesar de tenerlos a 2´a 50 km. de meta, fue incapaz de darles caza, porque nadie quería ayudar al Argos, el equipo de Degenkolb, ganador los cuatro sprints de la Vuelta.

Además, uno de sus posibles rivales, el italiano Viviani, también iba en la escapada, por lo que los equipos que podrían colaborar se quedaban en nada. El Argos lo intentó, pero fue inútil. Los escapados gozaron de amplio margen para batallar: el primero en atacar fue Flecha, en una de las múltiples entradas a Ferrol, perfectamente asfaltada y remozada para la ocasión.

Con menos público que en las anteriores etapas en Galicia, el catalán fue alcanzado por Cummings y Cameron Mayer, otro Orica-Green Edge como Clarke, que se deben haber sentido muy bien en Galicia con tanto eucalipto, árbol originario de Australia. Cummings atacó con la precisión de un rematador de toda la vida y se fue solo hacia la etapa, en un final en toboganes muy vistoso. Fue una etapa preciosa en cuanto a recorrido y resolución, de auténtico ciclismo, incluso en el hecho de que Flecha fuese de nuevo tercero ("eramos todos buenos en la escapada") y entrase persiguiendo.

El sábado el pelotón internacional conoció la montaña lucense, desconocida en el amplio sentido de la palabra. Es una región con cotas no muy altas, pero extremadamente abrupta por la profundidad del corte que hacen los pequeños riachuelos en las montañas, extremadamente antiguas incluso en tiempo geológico. Los ciclistas pasaron por un pueblo llamado Navia de Suarna, a sólo 300 metros de altura y rodeado de montañas de 1.400 metros, que en estas circunstancias se convierten en colosos.

Además, el ritmo fue altísimo. En la escapada iba Losada, peón de J. Rodríguez que esta temporada está andando como nunca -en el Giro estuvo a punto de ganar una etapa- y Contador puso a tirar al Saxo Bank con lo que tenía: Pires, Noval, Paulinho...es lo que hay. Apenas reducían tiempo, y sólo al inicio del puerto final, el casi inédito Ancares, el gran trabajo del polaco Majka dejó todo resuelto.

Ancares es el puerto que da nombre a toda la sierra que separa Lugo de León y Asturias, y tiene tantas subidas posibles que parece un pequeño Galibier. No se rían con la comparación: no se sube a 2.600 metros, pero se puede subir a 1.750 y salvando un desnivel parecido. Esta vez se quedaron a cota 1.500, subiendo por una carretera infame que parece mentira que todavía exista, pero hay una alternativa aún más dura que se llama Pan do Zarco, que algún día tendrá que ser explotada.

Lo que es una vergüenza es que la Vuelta no hubiese venido jamás por ahí hasta el año pasado: bosques de especies autóctonas, pueblos encantados de ver pasar la Vuelta -como Balouta, cuatro almas, que se decoró como hacen en el Tour cuando pasa la caravana- y un público que respondió viniendo de sitios bastante alejados -todo está alejado de este lugar- dando un color a los kms. finales que hizo que pareciese una etapa del Tour.

Ellos, y los ciclistas, claro: la Vuelta la están disputando el mejor vueltomano de su generación, dos de los mejores corredores del mundo, y el que parece el dominador del futuro, reciente segundo en el Tour y medallista olímpico hace un suspiro. No es extraño que la edición de este año de la carrera española tenga tan buena audiencia y seguimiento en el extranjero.

Valverde fue el primero en atacar, al que se unieron J. Rodríguez y Contador. Los tres no colaboraron, entró Dani Moreno -esto del Katusha canta un poco-, tiró un poco y después ya entró Froome, ayudado por Henao y Urán. Quedaba bastante puerto hasta que Contador volvió a atacar a 2 km. de meta, poniendo cara de mucho esfuerzo y rabia.

Se está viendo en toda la Vuelta: Contador ha gastado fuerzas en ataques de chichinabo que no llevan a ninguna parte, salvo a perder más tiempo, y ayer, que tenía que haber lanzado su ataque decisivo en el primer puerto para hacer diferencia, simplemente abrió un hueco que le permitió a J. Rodríguez calcular su distancia, alcanzarle y volver a ganar la etapa, con la bonificación incluída.

J.Rodríguez lleva tres etapas en esta Vuelta, que podrían ser cuatro de no ser por el despiste de Arrate. Y viene de ser segundo en el Giro, donde ganó dos etapas. Y Flecha Valona. Y dos etapas en País Vasco, donde fue segundo. Es uno de los mejores corredores del mundo, pero sencillamente se está saliendo. Con un recorrido muy propicio, pero se está saliendo. Él y su equipo.

Con Froome que parece que va a menos, Contador al que le falta un solomillo -o un buen director que sepa contenerlo-, Valverde anunciando que está muy cargado de días de competición y que irá a menos, parece más posible que nunca que J. Rodríguez gane la Vuelta a España. No queda ninguna crono y en las entrevistas post-etapa está como si hubiese estado zurziendo. Visto lo visto, hoy vuelve a ser el máximo favorito para los Lagos de Covadonga: por las bonificaciones y porque está un escalón por encima de sus rivales.
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Mi médico me ha recomendado que deje de leer a Urraburu, por eso de que la sangre se convertía en sulfuro al ver tanto español en paro y este simpático periodista trabajando. El fin del verano lleva a excesos, y me he permitido el lujazo de leer un artículo suyo, que tiene esta extraordinaria frase:

"Nació en Nairobi (Kenia). Sus padres vivieron durante mucho tiempo en ese país antes de que él naciera, lo que le pudo permitir heredar alguno de los genes de los grandes fondistas kenianos"
¡Chúpate esa, Mendel! ¡También vosotros, Watson y Crick! ¡Los genes se heredan por el ambiente! ¡Y por ósmosis!

El resto del artículo, escrito con párrafos-haikus, tiene errores tremendos como considerar a Froome "el primer corredor nacido en África en correr el Tour, en 2008", cuando desde Virenque -nacido en Marruecos- hasta sudáfricanos como Hunter ya lo habían hecho. Lo dicho: tanta gente en paro y Urraburu trabajando. Y cobrando.
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No me resisto a la crueldad de poner esta noticia redactada en gallego y escrita en castellano. Las últimas frases, y en general la construcción de la misma, son sencillamente gloriosas. Da la sensación que el redactor tiene un programa de conversión de voz a texto y está hablando...
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Relacionado con lo anterior, parece que la Vuelta 2013 saldrá de Pontevedra, en honor al presidente del Gobierno, aldeano local. Después hará etapa en Ponferrada  -por eso del Mundial del año siguiente "unas cifras mareantes para una ciudad de algo más de 70.000 habitantes"-,  para volver al noroeste en la parte final de la carrera con las etapas asturianas.
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Con estas premisas, no me extraña que la subida al Cuitu Negro ya se anuncie como un éxito: "Uno de los termómetros para medir este interés son los folletos repartidos en el centro. Entre julio y agosto de 2011 fueron treinta; este verano se elevaron a más de sesenta". Guau, 60 folletos en dos meses. Y de verano. Seguramente la llegada de la Vuelta incrementará la difusión de folletos, queseyó, hasta 90, o quizás 100.