domingo, 2 de septiembre de 2012

El primer ganador en Ancares

Tres etapas ya y las que vendrán
¿Pasará algo en los Lagos de Covadonga? La cima mítica de la Vuelta, un poco descolorida en las últimas ascensiones, es el prólogo -y puede que sea más que eso- antes de la etapa reina de mañana, el Pajares alargado que es Cuitu Negro. De momento, el pelotón ya ha dejado atrás Galicia tras cinco días seguidos en la región, mucho mejores de lo esperado, aunque escasamente decisivos para la general.

El viernes se llegó a Ferrol, la ciudad marítima en la punta del continente europeo, con bastante patrimonio histórico y una geografía ciertamente peculiar, al margen de su ubicación en un extremo del mundo. Fue una etapa espectacular, y sin final en cuesta de cabras. Lo fue por el recorrido y la entrega de los ciclistas, demostrando que tiene que haber espacio para todos en una carrera de tres semanas, y no sólo para los uphill finishers.

Se formó una escapada muy buena con clásicos como Genderman, Simon Clarke -menuda Vuelta-, De Gendt, Flecha y el a la postre vencedor, el británico Cummings. El pelotón, a pesar de tenerlos a 2´a 50 km. de meta, fue incapaz de darles caza, porque nadie quería ayudar al Argos, el equipo de Degenkolb, ganador los cuatro sprints de la Vuelta.

Además, uno de sus posibles rivales, el italiano Viviani, también iba en la escapada, por lo que los equipos que podrían colaborar se quedaban en nada. El Argos lo intentó, pero fue inútil. Los escapados gozaron de amplio margen para batallar: el primero en atacar fue Flecha, en una de las múltiples entradas a Ferrol, perfectamente asfaltada y remozada para la ocasión.

Con menos público que en las anteriores etapas en Galicia, el catalán fue alcanzado por Cummings y Cameron Mayer, otro Orica-Green Edge como Clarke, que se deben haber sentido muy bien en Galicia con tanto eucalipto, árbol originario de Australia. Cummings atacó con la precisión de un rematador de toda la vida y se fue solo hacia la etapa, en un final en toboganes muy vistoso. Fue una etapa preciosa en cuanto a recorrido y resolución, de auténtico ciclismo, incluso en el hecho de que Flecha fuese de nuevo tercero ("eramos todos buenos en la escapada") y entrase persiguiendo.

El sábado el pelotón internacional conoció la montaña lucense, desconocida en el amplio sentido de la palabra. Es una región con cotas no muy altas, pero extremadamente abrupta por la profundidad del corte que hacen los pequeños riachuelos en las montañas, extremadamente antiguas incluso en tiempo geológico. Los ciclistas pasaron por un pueblo llamado Navia de Suarna, a sólo 300 metros de altura y rodeado de montañas de 1.400 metros, que en estas circunstancias se convierten en colosos.

Además, el ritmo fue altísimo. En la escapada iba Losada, peón de J. Rodríguez que esta temporada está andando como nunca -en el Giro estuvo a punto de ganar una etapa- y Contador puso a tirar al Saxo Bank con lo que tenía: Pires, Noval, Paulinho...es lo que hay. Apenas reducían tiempo, y sólo al inicio del puerto final, el casi inédito Ancares, el gran trabajo del polaco Majka dejó todo resuelto.

Ancares es el puerto que da nombre a toda la sierra que separa Lugo de León y Asturias, y tiene tantas subidas posibles que parece un pequeño Galibier. No se rían con la comparación: no se sube a 2.600 metros, pero se puede subir a 1.750 y salvando un desnivel parecido. Esta vez se quedaron a cota 1.500, subiendo por una carretera infame que parece mentira que todavía exista, pero hay una alternativa aún más dura que se llama Pan do Zarco, que algún día tendrá que ser explotada.

Lo que es una vergüenza es que la Vuelta no hubiese venido jamás por ahí hasta el año pasado: bosques de especies autóctonas, pueblos encantados de ver pasar la Vuelta -como Balouta, cuatro almas, que se decoró como hacen en el Tour cuando pasa la caravana- y un público que respondió viniendo de sitios bastante alejados -todo está alejado de este lugar- dando un color a los kms. finales que hizo que pareciese una etapa del Tour.

Ellos, y los ciclistas, claro: la Vuelta la están disputando el mejor vueltomano de su generación, dos de los mejores corredores del mundo, y el que parece el dominador del futuro, reciente segundo en el Tour y medallista olímpico hace un suspiro. No es extraño que la edición de este año de la carrera española tenga tan buena audiencia y seguimiento en el extranjero.

Valverde fue el primero en atacar, al que se unieron J. Rodríguez y Contador. Los tres no colaboraron, entró Dani Moreno -esto del Katusha canta un poco-, tiró un poco y después ya entró Froome, ayudado por Henao y Urán. Quedaba bastante puerto hasta que Contador volvió a atacar a 2 km. de meta, poniendo cara de mucho esfuerzo y rabia.

Se está viendo en toda la Vuelta: Contador ha gastado fuerzas en ataques de chichinabo que no llevan a ninguna parte, salvo a perder más tiempo, y ayer, que tenía que haber lanzado su ataque decisivo en el primer puerto para hacer diferencia, simplemente abrió un hueco que le permitió a J. Rodríguez calcular su distancia, alcanzarle y volver a ganar la etapa, con la bonificación incluída.

J.Rodríguez lleva tres etapas en esta Vuelta, que podrían ser cuatro de no ser por el despiste de Arrate. Y viene de ser segundo en el Giro, donde ganó dos etapas. Y Flecha Valona. Y dos etapas en País Vasco, donde fue segundo. Es uno de los mejores corredores del mundo, pero sencillamente se está saliendo. Con un recorrido muy propicio, pero se está saliendo. Él y su equipo.

Con Froome que parece que va a menos, Contador al que le falta un solomillo -o un buen director que sepa contenerlo-, Valverde anunciando que está muy cargado de días de competición y que irá a menos, parece más posible que nunca que J. Rodríguez gane la Vuelta a España. No queda ninguna crono y en las entrevistas post-etapa está como si hubiese estado zurziendo. Visto lo visto, hoy vuelve a ser el máximo favorito para los Lagos de Covadonga: por las bonificaciones y porque está un escalón por encima de sus rivales.
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Mi médico me ha recomendado que deje de leer a Urraburu, por eso de que la sangre se convertía en sulfuro al ver tanto español en paro y este simpático periodista trabajando. El fin del verano lleva a excesos, y me he permitido el lujazo de leer un artículo suyo, que tiene esta extraordinaria frase:

"Nació en Nairobi (Kenia). Sus padres vivieron durante mucho tiempo en ese país antes de que él naciera, lo que le pudo permitir heredar alguno de los genes de los grandes fondistas kenianos"
¡Chúpate esa, Mendel! ¡También vosotros, Watson y Crick! ¡Los genes se heredan por el ambiente! ¡Y por ósmosis!

El resto del artículo, escrito con párrafos-haikus, tiene errores tremendos como considerar a Froome "el primer corredor nacido en África en correr el Tour, en 2008", cuando desde Virenque -nacido en Marruecos- hasta sudáfricanos como Hunter ya lo habían hecho. Lo dicho: tanta gente en paro y Urraburu trabajando. Y cobrando.
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No me resisto a la crueldad de poner esta noticia redactada en gallego y escrita en castellano. Las últimas frases, y en general la construcción de la misma, son sencillamente gloriosas. Da la sensación que el redactor tiene un programa de conversión de voz a texto y está hablando...
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Relacionado con lo anterior, parece que la Vuelta 2013 saldrá de Pontevedra, en honor al presidente del Gobierno, aldeano local. Después hará etapa en Ponferrada  -por eso del Mundial del año siguiente "unas cifras mareantes para una ciudad de algo más de 70.000 habitantes"-,  para volver al noroeste en la parte final de la carrera con las etapas asturianas.
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Con estas premisas, no me extraña que la subida al Cuitu Negro ya se anuncie como un éxito: "Uno de los termómetros para medir este interés son los folletos repartidos en el centro. Entre julio y agosto de 2011 fueron treinta; este verano se elevaron a más de sesenta". Guau, 60 folletos en dos meses. Y de verano. Seguramente la llegada de la Vuelta incrementará la difusión de folletos, queseyó, hasta 90, o quizás 100.