lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Asturias? De nada, gracias

Cataldo, ganador negro en el Cuitu
Bueno, pues ya han pasado las dos etapas "decisivas" de Asturias y no ha pasado absolutamente nada entre los favoritos: se ha descolgado Froome, pero era una tendencia ya apuntada desde Galicia, y Contador ha seguido con sus ataques de chichinabo, en muchas ocasiones haciendo la carrera a su rival J. Rodríguez. Esta es una crónica no muy positiva de los días en Asturias, porque poca cosa ha habido.

El domingo el organizador llevó la carrera a los Lagos de Covadonga, antaño subida fetiche de la carrera, hoy convertida, a fuerza de ganadores mediocres y de escapadas que llegan, en subida ferial, donde incluso ha ganado un paisanu, como en los Premios Príncipe Paleto, perdón, Príncipe de Asturias. El domingo todo se ajustó al guión a la perfección.

El Katusha y el resto de equipos implicados en la carrera dejó irse a una fuga hasta los 13´, porque total las bonificaciones siempre van siempre al líder, que lo es gracias a ellas pero que no quiere desgastar al equipo: va a ganar la Vuelta como una hormiguita, sumando aquí y allá, pues que ganen también las otras hormiguitas.

La fuga hizo su trabajo y, en medio de unos paisajes amarillos impropios de Asturias, se plantó en la base de la subida a los Lagos de Covadonga con tiempo suficiente como para ver una bonita ascensión entre los valientes. No fue así: de manera imprevista, un tal Piedra, sevillano de 26 años y que jamás había hecho entre los 50 primeros en una etapa de montaña -yo no lo llamaría escalador- atacó cuando quedaban muchos km. para la cima, fue ampliando su ventaja y acabó ganando con ¡dos minutos de ventaja! sobre sus rivales.

Vale que ninguno era de entidad -Mondory, el sprinter francés, fue tercero, la realización no mostró la entrada ni la ascensión de ninguno de ellos-, pero ¡menuda ascensión! Como el Caja Rural tenía señalada la etapa de la misma manera que el Xacobeo hacía lo propio, en la fuga también iba De la Fuente, ese simpático asmático que en la pasada Vuelta volaba por estas mismas tierras, y ahora renquea y no se sabe muy bien si está en el pelotón, o si tose, o si toma Ventolín.

Entre los favoritos Contador volvió a sus ataques de peseta, de juvenil, muy fáciles de responder por J. Rodríguez, y más en una subida a cachinos -por utilizar la lengua local- como es Lagos de Covadonga, donde empezó ganando Lejarreta a Hinault -hay hasta un grupo indie que se llama Los Lagos de Hinault- y siguieron grandes escaladores, y desde hace años ganan Mercados, Zimtechkos -menudo caballo de carreras sacó Eufemiano ahí, tres etapas en esa Vuelta-, Barredos, Efimkins y ahora Piedra.

Hoy era la etapa reina, con subidas a San Lorenzo, Cobertoria y un Pajares prolongado por una pista de esquí, una subida infame y difilmente ciclista, habida cuenta que los corredores han subido este último tramo a 12 km/h, aunque esto era motivo de elogio para el infame duo de comentaristas de RTVE, Carlos de Andrés y Probenecid Delgado, a los que todo les parece espectáculo. Y si no lleguen al final del post, que coincide con el final de la retransmisión.

El propio De Andrés, que es un alto cargo en TeleTenis -también conocida como TeleDeporte- dijo en antena que "al que no le guste la retransmisión, que se cambie de canal, que hay otras emisoras que ponen la Vuelta", una cosa bastante paradójica visto su cargo, pero no tanto si consideramos que es funcionario: vamos, que el va a cobrar igual aunque se hunda su empresa, o lo que sea El Ente.

A mí no me gusta y lo digo. Es francamente mejorable, y no valen disculpas técnicas. Es tan mejorable que el lamentable espectáculo dado al final de la retransmisión, y que coincidirá con el final del post, refleja muy bien que concepto de servicio público, de su propia profesión y de este deporte tiene esta gente, auténticas calamidades que cobran por ello.

Se escaparon muy pronto Dario Cataldo -que fue con grandes aspiraciones al Giro, y se topó con la cruda realidad- y el gran Thomas DeGendt, en su tercera fuga en la carrera tras las de Jaca y Ferrol. El belga llevó todo el peso de la escapada, de una manera tan exagerada y sin pedir relevo a Cataldo que todo quedó claro al final, y esto no lo voy a dejar para el final: yo creo que vendió la etapa.

Cataldo corre en el Quick Step, el mismo equipo que compró la etapa reina del Giro para Gárate ante Voigt en 2006, y el mismo equipo que lleva 42 victorias este año, pero ninguna en una gran vuelta por etapas. De hecho, el equipo de Lefevre llevaba dos años sin ganar etapa alguna en una grande, algo impropio de su nivel, aunque no tanto visto su mierda de año 2011, ya comentado por aquí. _

Al poco de empezar Cuitu Negro -que tiene nombre de cosa guarra sexual- De Gendt se quedó, y Cataldo se fue por delante sin mucha convinción, buscando no caerse de la bici; entrando en meta casi le recorta, pero para que no fuese muy evidente, el belga entró en meta ¡moviendo alternativamente la rueda a un lado y otro!, y no parece que por la pendiente, porque ningún otro ciclista lo hizo.

Ahí queda Cataldo como el primer ganador en Cuitu Negro, un corredor que difícilmente ganará algo grande, y que parece Nardello cuando intentaba entrar en el podio del Tour. Y con serias sospechas de haber comprado la etapa, que fue patética en toda su parte final: eso no es ciclismo, es equilibrimos, circo-cross o una nueva modalidad sobre ruedas aún por inventar.

El pelotón intentó recortar tiempo a los escapados, pero en el fondo era el Euskaltel que ayudaba a Contador para que después se descolgase Antón. En la Cobertoria todos fueron a refugiarse a cola del pelotón del fuerte viento, mientras los tres gregarios de Saxo Bank coronoban con 15" de ventaja sobre su líder, una situación nunca vista.

Contador atacó por primera vez poco antes de coronar Pajares, con los efectos de siempre: J. Rodríguez a su rueda, y Valverde flanqueado por Nairo Quintana -increíble este colombiano, me parece mucho mejor que Henao o Urán- un poco detrás. A partir de ahí, todo igual: el mismo guión de siempre. Contador atacando y mirando atrás en cuanto podía, mientras los ciclistas subían por la enésima montaña asfaltada en aras del progreso a través del turismo, cuando el turismo -si algún día llega a Asturias como para ser sustento- no va buscando eso, al contrario.

En meta, cómo no, J. Rodríguez picó 2" a Contador, más los 4" de la bonificación por el tercer puesto, por lo que el tríptico montañoso por el noroeste se salda con el líder más líder, y con una constatación que no oirán a De Andrés y Probenecid: Contador no ha recortado nada de tiempo en montaña, y J. Rodríguez ha ampliado su ventaja.

Sin embargo, están vendiendo un producto: es la Vuelta, y quedan seis días sin crono ni nada decisivo. Por eso mantienen la esperanza de la "Bola del Mundo" -tampoco pasó nada en 2010, pero no lo dirán, no vaya a ser que alguien se acuerde de Mosquera- y no se que más. Y por vender ese producto son capaces de vender cualquier moral o escrúpulo.

Cuando estaba a punto de acabar la retransmisión, pusieron unas imágenes grabadas del corredor eritreo Teklehaimanot, pero no porque en Covadonga hubiese llegado el penúltimo, que va. Esta vez ha debido llegar mucho antes, pero eso no era motivo de elogio: lo ponían porque estaba vomitando en meta. Después se deleitaron con el esfuerzo y esas cosas, pero ya tenían su imagen, igual que con las caídas.

Ciclistas vomitando por el esfuerzo. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas yendo más lento en bici que gente caminando a su lado. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas que trabajan todo el día sin pedir relevo y después pierden la etapa sin que nadie comente nada. Ese es el espectáculo que entienden. "Y al que no le guste, que se cambie de canal". Como si pudieramos. Ojalá os pudiesemos cambiar a vosotros y los organizadores, y quedarnos sencillamente con el ciclismo.