viernes, 7 de septiembre de 2012

Carrera secreta: no tanto (I)

Un diseño de portada francamente mejorable
El mundo del ciclismo anda un poco convulso por la publicación hace dos días de un libro donde Tyler Hamilton cuenta bastantes cosas de la época que vivió, que no se diferenciaba mucho de la anterior -pasó a profesionales a finales de los noventa- y de la posterior -dejó el ciclismo en 2004-. Se titula The Secret Race, y lo que cuenta no es tan secreto, o al menos no tendría porque serlo tras la Operación Puerto, donde Tyler Hamilton salió completamente desnudo.

¿Por qué secreto? Porque está dirigido al público americano que, a pesar de su reciente interés por el ciclismo -e irá a más- apenas sabe algo más allá de dos términos: Lance Armstrong y Tour de Francia, y de ahí el subtítulo: Inside the Hidden world of the Tour de France. Doping, cover-ups, and winning at all costs (Dentro de la realidad desconocida del Tour de Francia. Doping, encubrimientos y ganar a cualquier coste)

A mí me hubiese gustado más el enfoque biográfico, pero se ha centrado en la única carrera que conocen en EE.UU: el Tour. Y el único personaje que conocen: Lance Armstrong, que aparece en portada en una foto del año 2000, probablamente del Dauphiné que regaló a Hamilton. Recuerden que era la época en que los gregarios andaban más que los jefes de filas -rivales, eso sí- y después emigraban para serlo, con magros resultados, como si hubiesen perdido la fórmula mágica. Un periodista solía solventarlo todo con "la motivación".

Aún así, de lo que se va conociendo del libro, se pueden sacar varias cosas interesantes, aunque tampoco vayan a sacar las trompetas del juicio final: si eso ocurriese algún sería cuando un ciclista relevante -Hamilton lo fue, sin duda- se pusiese delante de un periodista sin compromisos y buen conocedor de lo que había para hablar y responder sin tapujos. De momento, esta última figura no existe, ni se la espera, aunque para redactar este libro de 287 páginas se hayan realizado 60 entrevistas en 2 años.

C.S.C: las siglas desaparecidas de la O.Puerto
Los extractos que van saliendo se centran en la engañifa para evitar los positivos. "Ferrari inventó uno donde se diluía el Andriol (marca comercial de testosterona) en aceite de oliva" ¿Alguien ahí recuerda como Lance Armstrong apreciaba el aceite de oliva de la cooperativa de Manuel Beltrán? ¿Y cómo este andaluz contaba la anécdota con la dicción de la clase popular cuando recibe el arrumaco de un poderoso, como si hubiese estado ungido divinamente?

Decía algo así: "un día le traje una variedad superior, y no le gustó, me pidió la de siempre, la de cooperativa". ¡Qué magnánimo! Ahora el aceite de oliva adquiere un nuevo uso, aunque sin dejar de ser un condimento en las ensaladas. Eso si que es aliño. Según Hamilton. "lo guardábamos en pequeñas ampollas, y bastaban unas pocas gotas para obtener mejora sin dar positivo".

Como suele ser habitual en estos relatos -Jaksche también resguardo un pasado impoluto, y Millar-, Hamilton afirma que no se empezó a dopar hasta el tercer año de profesional, utilizando una medición muy americana: a los 1000 días. Resulta difícil de creer. Un día que estaba muy cansando, a principios de la temporada 1998, Pedro Celaya -identificado con nombre y apellido- le ofreció una pastilla roja diciendo que era "para su salud". Hamiton sabía perfectamente lo que significaba, y aceptó.

Ahí esta un pasaje importante, el del consentimiento del ciclista: no le obligaron. Se ofreció en un momento de debilidad (no es la figura religiosa, es la del estado físico), igual que en la famosa frase del camello que quiere prosperar: "a la primera dosis invito yo", que tiene aparejada la siguiente frase de "a la segunda vendrás de rodillas y ansioso". A partir de ahí, la espiral médico-deportiva: chutes de EPO para ir al Tour 1998, donde fue segundo en una crono tras Ullrich.

Era el año del regreso de Armstrong tras su convalecencia por el cáncer. No corrió el Tour, pero en la Vuelta fue cuarto casi rozando el tercer escalón del podio. Según Hamilton, estaba todo el día hablando de EPO y sus virtudes para el rendimiento deportivo, con grandes dosis, dado que por entonces ni se buscaba, ni se detectaba: apenas lo del 50% de hematocrito en la sangre. Ojo: venía de un cáncer con metástasis y se automedicaba así.

En el 2000, cuando se introdujeron los primeros controles de EPO, Ferrari -al que Armstrong veneraba- cambió el protocolo de dopaje: en vez de pinchazos subcutáneos, directamente en vena; en vez de 2000 unidades en un día concreto de la carrera, 300-400 unidades directamente en vena todos los días por la noche, y sin problemas en los controles. Esto no eran microdosis, eso ya llegaría más adelante.

¿Y donde se ocultaban los restos? Se inyectaban en caravanas que seguían la carrera y que pertenecían a esta auténtica banda criminal, y como díce Hamilton "la inyección la hacía del Moral". Después metían la aguja vacía en una lata de refresco, se aplastaba y se tiraba al contenedor como basura normal. El reparto de la sustancia corría a cargo del jardinero de Armstrong cuando tenía casa en Niza, que seguía la carrera a distancia prudencial.

Todo se hacía en 30 segundos, y únicamente a tres corredores del equipo: Hamilton, Livingston -que después acabaría tarifando con Amstrong- y Armstrong. Hamilton dejó el equipo en 2001. Visto como subían después Padrnos, Noval, Rubiera -este ya venía aprendido- o Ekimov, es de suponer que ampliaron el tratamiento a todo el equipo.

En el Tour 2001 Armstrong dejó a Hamilton sin su dosis de doping, y acabó 94º, cuando el año anterior había sido 25º. El texano tenía celos de su compañero, que había hechos tests con Ferrari y habían salido muy buenos, dice que en gran parte -esa vanidad de los ciclistas- por haber perdido peso, una auténtica obsesión para el médico italiano. Evidentemente, dejó el equipo por el CSC, hasta entonces un equipo de mala muerte que se reforzó también con Sastre.

Lo primero que le preguntó Riis fue por cómo se dopaban en el UsPostal, e imagino que en T-Mobile también sería lo primero que preguntaron a Livingston. Hamilton no le habló de las transfusiones sanguíneas -esa vanidad de los ciclistas- y se encontró con un danés que le vendía sus bondades con palabras entusiastas.

¿Y quien era el médico del equipo? Insisto: según el relato de Hamilton, de-todo-el-equipo. Eufemiano Fuentes. En los primeros compases de la Operación Puerto se dijo que estaba metido todo el CSC, pero después desapareció, igual que tantas otras cosas. Huelga decir que en los medios españoles todavía nadie ha hecho un extracto del libro, a pesar de las modernas tecnologías.Será porque todo es historia conocida.

 ¿Saben lo más gracioso? Que en el UsPostal se referían a la EPO como "Edgar", por lo de "Edgar Allan POE". Ya hubiese sido de retrúecano que fuese por alguna obra del escritor de Boston -igual que Hamilton-, con la de significados que tienen sus títulos. Hoy por hoy, me quedaría con La caída de la casa Usher, por la caída del UsPostal. Y el CSC.
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Bennati vuelve a ganar una etapa de la Vuelta en la tercera semana, lo que viene siendo su única victoria o la más importante de cada temporada: así fue también el año pasado. Ya lleva seis en la carrera, pero es uno de los corredores con la carrera más estancada que se conocen. El próximo año pasa al Saxo Bank.
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Nairo Quintana, que lleva cinco victorias esta temporada (general y etapa de Murcia, general y etapa de la Ruta del Sur, etapa del Joux Plane en Dauphiné: ojo, ojo, ojo), que es neoprofesional de 22 años, y que está haciendo una tremenda Vuelta a España de menos a más, afirma sin rubor que "nunca había competido más de ocho días seguidos". Es lo que tiene no haber competido nunca en una grande, o ser neoprofesional: pues felicidades por la adaptación. Y felicidades a Unzué, que tiene un corredor cuya proyección es difícil de cuantificar, pero muy, muy lejana.

Por mucho menos de eso, nos venden italianos, estadounidenses, británicos y franceses como los nuevos campeones por venir. Ambicioso es: "quiero ganar una de las tres grandes". Lo dice entre pasadas enfermedades, dramas familiares y el sello papal que le ha puesto Proudhomme, ahí es nada. Lo dicho: este chaval, si no se malea, llegará muy lejos, tanto como ambiciona.
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Es Urraburu, pero no tengo incoveniente en reconocer que el titular es magnifico, aunque quizás no por los motivos por los que fue ideado. La historia que cuenta también, aunque cómo la cuenta no.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Contador obtiene su recompensa

Mucho mejor que la celebración de la pistola y el tiro al aficionado
Supongo que el refranero español tendrá algo para explicar lo sucedido ayer entre Santander y Fuente De, todo Cantabria, algo así como "tanto va el cántaro", pero en la versión original el cántaro nunca ha sido sancionado por dopaje ni contenía más líquido que el que podía.

Quizás los continuos ataques de peseta de Contador a lo largo de la Vuelta propiciaron el estado de madurez necesario para lo de ayer, aunque en su momento sólo se tradujesen en mayor pérdida; quizás tuvo que mediar la tercera semana, el día después del descanso, una cierta confianza del líder o lo que fuese, pero la jugada de ayer le salió redonda.

 En todo caso, el ingrediente estaba claro: atacar, atacar y atacar; si no puedes con tu rival en su terreno -los finales de etapa con grandes porcentajes-, inténtalo de otra manera, pero atacando siempre; parece que Contador ha aprendido algo -y el hecho de estar a sólo 22" del liderato, claro- de la auténtica etapa mítica de Andy Schleck en el Galibier 2011: utilizar los llanos para poner peones, alianzas de carretera, la indecesión de los perseguidores y, lo más importante, atacar en el momento justo. Lo que venía siendo el ciclismo hasta la irrupción de los superequipos a principios de los noventa, donde los gregarios andaban mejor que los jefes de filas rivales.

¿Y cúal es el momento justo para atacar? Una respuesta ventajista sería decir que "cuando se acaba logrando el objetivo", pero es finalista porque se da a partir del resultado; sin embargo, vistos los casi 30 ataques infructuosos de Contador en esta Vuelta, habrá que concluir que el que ha salido bien, a muy poco de coronar el anónimo Collado de la Hoz de segunda categoría, también ha influido por el momento y la oportunidad, bien escogidos.

Quedaban 50 km. a meta y, como viene siendo habitual en esta Vuelta -por tercer año consecutivo la mejor grande con mucha diferencia- la etapa estaba lanzadísima y muy loca. El Katusha tenía la obligación de controlar, pero tuvieron un horrible momento de dejación cuando saltó Contador acompañado de otros corredores: a un ataque de un jefe de filas tiene que responder un jefe de filas. No se hizo en su momento y pasó lo que pasó.

Que J. Rodríguez, que tenía muy encarrilada la victoria final en la carrera (cifras de sprinter: 3 etapas, 2 segundos puestos, un tercero, ninguna crono por delante) perdió la mejor oportunidad de su vida de ganar una grande en el anónimo terreno que lleva hasta Fuente De, balcón de los Picos de Europa hacia Cantabria, a donde se llega por una carretera sinuosa, pero no dura. La carretera perfecta para el tipo de operación de guerrilla que hizo Contador.

Quedaban 50 km. para meta, decíamos, y Contador saltó como tantas otras veces en esta Vuelta, esta vez un poco más lejos, pero con un terreno no muy favorable. Como dijo J. Rodríguez en meta, "cuando lo teníamos a 20" le dije a Valverde que descolgase a los suyos [Quintana e Intxausti iban por delante] para echar abajo eso, pero ya ví que me contestaba así-así". Se confió mucho, porque no saltó en su momento: cuando atacó el jefe de filas.

Quemó a Losada en una persecución donde Contador, muy bien llevado por Paulinho -en Cantabria ganó una etapa de la Vuelta 2006- se fue al minuto de diferencia, líder virtual; el nerviosismo crecía y, al paso por la meta volante -6" de bonificación- de Potes, el carnívoro de Pinto se fue sólo por delante con Tiralongo, ciclista del Astana pero amiguísimo de Contador. Lo hicieron en la meta volante para que no fuese muy cantoso, aunque lo fue.

El siciliano de 36 años se exprimió a fondo para su líder de otro maillot, tanto que a mitad del repechillo que lleva a Fuente De, a unos 13 km. para meta, Contador voló solo. No hagan caso a quienes digan por ahí que fue un Disneylandis, o algo siquiera sospechoso: ni por las ayudas recibidas, ni por el terreno, ni por los rivales, ni por las diferencia obtenidas fue algo sobrehumano; no, todo fue perfectamente plausible, incluso en un ciclismo y un ciclista como Contador.

Totalmente entregado en pos del liderato, A.C realizó la crono que el recorrido no tenía; por detrás, Valverde atacó en las narices de J. Rodríguez en la misma cota en la que Contador se fue en solitario, dejando al corredor catalán con la triste estampa del líder persiguiendo en solitario seguido de una ristra de corredores que no le van a ayudar, incluyendo un Parches de calor que hizo un feo gesto al llegar a meta con el maillot rojo destronado.

Bueno, a lo mejor todos lo haríamos si trabajasemos gracias a un amigo y no a nuestros propios méritos, especialmente el día en que el amigo se vindica a sí mismo, y sólo a sí mismo. Como Valverde: ayer corrió muy bien. Tras su ataque, Quintana y sobre todo Intxausti se vaciaron en la persecución de Contador, por un lado; y en dejar atrás a J. Rodríguez, por otro. Todo se hacía con la misma acción: atacar.

Fue una persecución muy emocionante: un hombre solo como Contador, lejos de dar una exhibición, vio como su diferencia se recortaba y su triunfo de etapa sólo fue seguro en los últimos 400 metros, con un Valverde desbocado -y vindicado, qué magnífico corredor hubiese sido en lo suyo- que entró a sólo 6", mientras los ridículos comentaristas de RTVE hablaban de Nocentini como rival para la etapa, o algo así.

El murciano no se llevó la etapa, pero si el segundo puesto con un margen muy amplio sobre J. Rodríguez, que entró a casi 2´30" de los atacantes. Si Contador demostró un poco de madurez -después lloró, claro, había traído hasta a la madre a Cantabria, algo tenía pensado aunque lo negase- al no sacar la pistola en meta, más aún mostró J. Rodríguez, muy entero en su caída, igual que jamás fue arrogante en sus victorias, e incluso muy crítico consigo mismo en la llegada a Arrate: como tiene que ser en los tres casos.

Fue una gran jornada de ciclismo, escamoteada porque sólo disponemos de los últimos 28 km., merced a la pesima realización de TVE. No hay imágenes del momento del ataque de Contador en el Collado de la Hoz. "Hoy será [ha sido] un gran día que quedará en la memoria de los aficionados" Más bien en la evocación: verán como ya hoy se habla de etapa mítica -en mi opinión, lo fue mucho más la del Stelvio de este Giro-, histórico y demás epítetos. Para mí ha sido simplemente una etapa de ciclismo muy buena, y de ciclismo clásico: en todos sus elementos. Eso sí que me parece para recordar.
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Continuan las reacciones al libro de Hamilton que se publica mañana. Son reacciones preventivas, por lo que pueda decir. Ya salió hace poco lo de Riis ("no conozco a Eufemiano Fuentes", que tiene narices), aquí debajo tienen otra (que tiene cojones y falta de vergüenza) y Jaksche que vuelve a hablar, dado que estuvo en el CSC, aunque ya conocía a Eufemiano de su paso por la ONCE, donde Manolo Saiz hizo de Celestina. No aporta nada nuevo, pero es especialmente interesante lo que dice sobre los periodistas de ciclismo: que están comprados por los equipos, que les dan regalitos y viajes todo incluído para que vayan más suaves. Y vaya que lo hacen.
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Sastre niega conocer a Eufemiano Fuentes. Debutó en ONCE, donde estuvo tres años, y después estuvo con Riis y sirviendo a Hamilton y Basso, todos buenos conocedores del hemodruida canario. Por no hablar de su cuñado exitus. Por cierto, no se pierdan el detalle que ha tenido que ser un periódico danés el que se lo preguntase; los medios nacionales no lo han creído conveniente, igual que no preguntan a Noval, Heras, Beltrán o Rubiera sobre Armstrong, Del Moral, Pepe from Valencia o ese otro médico vasco con pinta de tener una enfermedad crónica, de tan buen médico que es.
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Me han dicho, pero no lo he podido comprobar por razones obvias, que Hamilton no cita a Álvaro Pino -su director en 2004 en el Phonak- en todo el libro. Si es así, ese libro vale bien poco, aunque el tam-tam anglosajón ya lo está vendiendo como El Definitivo. Como si lo fuese a haber alguna vez.
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En otro frente, pero con la misma causa, Vaughters reacciona a las acusaciones de Jaksche de que no lo ficharon en el Garmin, diciendo que ya tenían de dopados a Vande Velde -primera noticia-, Zabriskie -primera noticia, aunque era el compañero de piso de Landis en Girona- y Danielson -primera noticia, aunque su rendimiento laguna ya lo apuntaba-. Este Mortadelo estadounidense llamado Vaughters es capaz de desvestir un santo para vestir a otro: tras su reciente outing, hace lo mismo con tres pupilos. Seguro que no les ha consultado, porque en el caso de Vande Velde vivian muy bien del cuento.
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Johnny Weltz, el danés ex-ONCE, niega las acusaciones de Hamilton de haber sido la paloma mensajera del UsPostal. 
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El equipo Lotto presente en la Vuelta, afectado por una diarrea (tras el paso por Galicia y su cuidada gastronomía). Ya se han ido a casa tres. Eso sí, el escalador Bart De Clerq, un clásico del Giro y de acabar las generales entre los puestos 15º-25º, va a más cada día. Cosas del ciclismo: lo que a unos les sienta fatal, a otros les sienta fenomenal.
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Yo tampoco olvidaré nunca este artículo. Ni tus lágrimas con La Roja. En El Prado, en la misma sala que Las Meninas, hay un buen retrato de este tipo de español.

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Asturias? De nada, gracias

Cataldo, ganador negro en el Cuitu
Bueno, pues ya han pasado las dos etapas "decisivas" de Asturias y no ha pasado absolutamente nada entre los favoritos: se ha descolgado Froome, pero era una tendencia ya apuntada desde Galicia, y Contador ha seguido con sus ataques de chichinabo, en muchas ocasiones haciendo la carrera a su rival J. Rodríguez. Esta es una crónica no muy positiva de los días en Asturias, porque poca cosa ha habido.

El domingo el organizador llevó la carrera a los Lagos de Covadonga, antaño subida fetiche de la carrera, hoy convertida, a fuerza de ganadores mediocres y de escapadas que llegan, en subida ferial, donde incluso ha ganado un paisanu, como en los Premios Príncipe Paleto, perdón, Príncipe de Asturias. El domingo todo se ajustó al guión a la perfección.

El Katusha y el resto de equipos implicados en la carrera dejó irse a una fuga hasta los 13´, porque total las bonificaciones siempre van siempre al líder, que lo es gracias a ellas pero que no quiere desgastar al equipo: va a ganar la Vuelta como una hormiguita, sumando aquí y allá, pues que ganen también las otras hormiguitas.

La fuga hizo su trabajo y, en medio de unos paisajes amarillos impropios de Asturias, se plantó en la base de la subida a los Lagos de Covadonga con tiempo suficiente como para ver una bonita ascensión entre los valientes. No fue así: de manera imprevista, un tal Piedra, sevillano de 26 años y que jamás había hecho entre los 50 primeros en una etapa de montaña -yo no lo llamaría escalador- atacó cuando quedaban muchos km. para la cima, fue ampliando su ventaja y acabó ganando con ¡dos minutos de ventaja! sobre sus rivales.

Vale que ninguno era de entidad -Mondory, el sprinter francés, fue tercero, la realización no mostró la entrada ni la ascensión de ninguno de ellos-, pero ¡menuda ascensión! Como el Caja Rural tenía señalada la etapa de la misma manera que el Xacobeo hacía lo propio, en la fuga también iba De la Fuente, ese simpático asmático que en la pasada Vuelta volaba por estas mismas tierras, y ahora renquea y no se sabe muy bien si está en el pelotón, o si tose, o si toma Ventolín.

Entre los favoritos Contador volvió a sus ataques de peseta, de juvenil, muy fáciles de responder por J. Rodríguez, y más en una subida a cachinos -por utilizar la lengua local- como es Lagos de Covadonga, donde empezó ganando Lejarreta a Hinault -hay hasta un grupo indie que se llama Los Lagos de Hinault- y siguieron grandes escaladores, y desde hace años ganan Mercados, Zimtechkos -menudo caballo de carreras sacó Eufemiano ahí, tres etapas en esa Vuelta-, Barredos, Efimkins y ahora Piedra.

Hoy era la etapa reina, con subidas a San Lorenzo, Cobertoria y un Pajares prolongado por una pista de esquí, una subida infame y difilmente ciclista, habida cuenta que los corredores han subido este último tramo a 12 km/h, aunque esto era motivo de elogio para el infame duo de comentaristas de RTVE, Carlos de Andrés y Probenecid Delgado, a los que todo les parece espectáculo. Y si no lleguen al final del post, que coincide con el final de la retransmisión.

El propio De Andrés, que es un alto cargo en TeleTenis -también conocida como TeleDeporte- dijo en antena que "al que no le guste la retransmisión, que se cambie de canal, que hay otras emisoras que ponen la Vuelta", una cosa bastante paradójica visto su cargo, pero no tanto si consideramos que es funcionario: vamos, que el va a cobrar igual aunque se hunda su empresa, o lo que sea El Ente.

A mí no me gusta y lo digo. Es francamente mejorable, y no valen disculpas técnicas. Es tan mejorable que el lamentable espectáculo dado al final de la retransmisión, y que coincidirá con el final del post, refleja muy bien que concepto de servicio público, de su propia profesión y de este deporte tiene esta gente, auténticas calamidades que cobran por ello.

Se escaparon muy pronto Dario Cataldo -que fue con grandes aspiraciones al Giro, y se topó con la cruda realidad- y el gran Thomas DeGendt, en su tercera fuga en la carrera tras las de Jaca y Ferrol. El belga llevó todo el peso de la escapada, de una manera tan exagerada y sin pedir relevo a Cataldo que todo quedó claro al final, y esto no lo voy a dejar para el final: yo creo que vendió la etapa.

Cataldo corre en el Quick Step, el mismo equipo que compró la etapa reina del Giro para Gárate ante Voigt en 2006, y el mismo equipo que lleva 42 victorias este año, pero ninguna en una gran vuelta por etapas. De hecho, el equipo de Lefevre llevaba dos años sin ganar etapa alguna en una grande, algo impropio de su nivel, aunque no tanto visto su mierda de año 2011, ya comentado por aquí. _

Al poco de empezar Cuitu Negro -que tiene nombre de cosa guarra sexual- De Gendt se quedó, y Cataldo se fue por delante sin mucha convinción, buscando no caerse de la bici; entrando en meta casi le recorta, pero para que no fuese muy evidente, el belga entró en meta ¡moviendo alternativamente la rueda a un lado y otro!, y no parece que por la pendiente, porque ningún otro ciclista lo hizo.

Ahí queda Cataldo como el primer ganador en Cuitu Negro, un corredor que difícilmente ganará algo grande, y que parece Nardello cuando intentaba entrar en el podio del Tour. Y con serias sospechas de haber comprado la etapa, que fue patética en toda su parte final: eso no es ciclismo, es equilibrimos, circo-cross o una nueva modalidad sobre ruedas aún por inventar.

El pelotón intentó recortar tiempo a los escapados, pero en el fondo era el Euskaltel que ayudaba a Contador para que después se descolgase Antón. En la Cobertoria todos fueron a refugiarse a cola del pelotón del fuerte viento, mientras los tres gregarios de Saxo Bank coronoban con 15" de ventaja sobre su líder, una situación nunca vista.

Contador atacó por primera vez poco antes de coronar Pajares, con los efectos de siempre: J. Rodríguez a su rueda, y Valverde flanqueado por Nairo Quintana -increíble este colombiano, me parece mucho mejor que Henao o Urán- un poco detrás. A partir de ahí, todo igual: el mismo guión de siempre. Contador atacando y mirando atrás en cuanto podía, mientras los ciclistas subían por la enésima montaña asfaltada en aras del progreso a través del turismo, cuando el turismo -si algún día llega a Asturias como para ser sustento- no va buscando eso, al contrario.

En meta, cómo no, J. Rodríguez picó 2" a Contador, más los 4" de la bonificación por el tercer puesto, por lo que el tríptico montañoso por el noroeste se salda con el líder más líder, y con una constatación que no oirán a De Andrés y Probenecid: Contador no ha recortado nada de tiempo en montaña, y J. Rodríguez ha ampliado su ventaja.

Sin embargo, están vendiendo un producto: es la Vuelta, y quedan seis días sin crono ni nada decisivo. Por eso mantienen la esperanza de la "Bola del Mundo" -tampoco pasó nada en 2010, pero no lo dirán, no vaya a ser que alguien se acuerde de Mosquera- y no se que más. Y por vender ese producto son capaces de vender cualquier moral o escrúpulo.

Cuando estaba a punto de acabar la retransmisión, pusieron unas imágenes grabadas del corredor eritreo Teklehaimanot, pero no porque en Covadonga hubiese llegado el penúltimo, que va. Esta vez ha debido llegar mucho antes, pero eso no era motivo de elogio: lo ponían porque estaba vomitando en meta. Después se deleitaron con el esfuerzo y esas cosas, pero ya tenían su imagen, igual que con las caídas.

Ciclistas vomitando por el esfuerzo. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas yendo más lento en bici que gente caminando a su lado. Ese es el espectáculo que entienden. Ciclistas que trabajan todo el día sin pedir relevo y después pierden la etapa sin que nadie comente nada. Ese es el espectáculo que entienden. "Y al que no le guste, que se cambie de canal". Como si pudieramos. Ojalá os pudiesemos cambiar a vosotros y los organizadores, y quedarnos sencillamente con el ciclismo.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El primer ganador en Ancares

Tres etapas ya y las que vendrán
¿Pasará algo en los Lagos de Covadonga? La cima mítica de la Vuelta, un poco descolorida en las últimas ascensiones, es el prólogo -y puede que sea más que eso- antes de la etapa reina de mañana, el Pajares alargado que es Cuitu Negro. De momento, el pelotón ya ha dejado atrás Galicia tras cinco días seguidos en la región, mucho mejores de lo esperado, aunque escasamente decisivos para la general.

El viernes se llegó a Ferrol, la ciudad marítima en la punta del continente europeo, con bastante patrimonio histórico y una geografía ciertamente peculiar, al margen de su ubicación en un extremo del mundo. Fue una etapa espectacular, y sin final en cuesta de cabras. Lo fue por el recorrido y la entrega de los ciclistas, demostrando que tiene que haber espacio para todos en una carrera de tres semanas, y no sólo para los uphill finishers.

Se formó una escapada muy buena con clásicos como Genderman, Simon Clarke -menuda Vuelta-, De Gendt, Flecha y el a la postre vencedor, el británico Cummings. El pelotón, a pesar de tenerlos a 2´a 50 km. de meta, fue incapaz de darles caza, porque nadie quería ayudar al Argos, el equipo de Degenkolb, ganador los cuatro sprints de la Vuelta.

Además, uno de sus posibles rivales, el italiano Viviani, también iba en la escapada, por lo que los equipos que podrían colaborar se quedaban en nada. El Argos lo intentó, pero fue inútil. Los escapados gozaron de amplio margen para batallar: el primero en atacar fue Flecha, en una de las múltiples entradas a Ferrol, perfectamente asfaltada y remozada para la ocasión.

Con menos público que en las anteriores etapas en Galicia, el catalán fue alcanzado por Cummings y Cameron Mayer, otro Orica-Green Edge como Clarke, que se deben haber sentido muy bien en Galicia con tanto eucalipto, árbol originario de Australia. Cummings atacó con la precisión de un rematador de toda la vida y se fue solo hacia la etapa, en un final en toboganes muy vistoso. Fue una etapa preciosa en cuanto a recorrido y resolución, de auténtico ciclismo, incluso en el hecho de que Flecha fuese de nuevo tercero ("eramos todos buenos en la escapada") y entrase persiguiendo.

El sábado el pelotón internacional conoció la montaña lucense, desconocida en el amplio sentido de la palabra. Es una región con cotas no muy altas, pero extremadamente abrupta por la profundidad del corte que hacen los pequeños riachuelos en las montañas, extremadamente antiguas incluso en tiempo geológico. Los ciclistas pasaron por un pueblo llamado Navia de Suarna, a sólo 300 metros de altura y rodeado de montañas de 1.400 metros, que en estas circunstancias se convierten en colosos.

Además, el ritmo fue altísimo. En la escapada iba Losada, peón de J. Rodríguez que esta temporada está andando como nunca -en el Giro estuvo a punto de ganar una etapa- y Contador puso a tirar al Saxo Bank con lo que tenía: Pires, Noval, Paulinho...es lo que hay. Apenas reducían tiempo, y sólo al inicio del puerto final, el casi inédito Ancares, el gran trabajo del polaco Majka dejó todo resuelto.

Ancares es el puerto que da nombre a toda la sierra que separa Lugo de León y Asturias, y tiene tantas subidas posibles que parece un pequeño Galibier. No se rían con la comparación: no se sube a 2.600 metros, pero se puede subir a 1.750 y salvando un desnivel parecido. Esta vez se quedaron a cota 1.500, subiendo por una carretera infame que parece mentira que todavía exista, pero hay una alternativa aún más dura que se llama Pan do Zarco, que algún día tendrá que ser explotada.

Lo que es una vergüenza es que la Vuelta no hubiese venido jamás por ahí hasta el año pasado: bosques de especies autóctonas, pueblos encantados de ver pasar la Vuelta -como Balouta, cuatro almas, que se decoró como hacen en el Tour cuando pasa la caravana- y un público que respondió viniendo de sitios bastante alejados -todo está alejado de este lugar- dando un color a los kms. finales que hizo que pareciese una etapa del Tour.

Ellos, y los ciclistas, claro: la Vuelta la están disputando el mejor vueltomano de su generación, dos de los mejores corredores del mundo, y el que parece el dominador del futuro, reciente segundo en el Tour y medallista olímpico hace un suspiro. No es extraño que la edición de este año de la carrera española tenga tan buena audiencia y seguimiento en el extranjero.

Valverde fue el primero en atacar, al que se unieron J. Rodríguez y Contador. Los tres no colaboraron, entró Dani Moreno -esto del Katusha canta un poco-, tiró un poco y después ya entró Froome, ayudado por Henao y Urán. Quedaba bastante puerto hasta que Contador volvió a atacar a 2 km. de meta, poniendo cara de mucho esfuerzo y rabia.

Se está viendo en toda la Vuelta: Contador ha gastado fuerzas en ataques de chichinabo que no llevan a ninguna parte, salvo a perder más tiempo, y ayer, que tenía que haber lanzado su ataque decisivo en el primer puerto para hacer diferencia, simplemente abrió un hueco que le permitió a J. Rodríguez calcular su distancia, alcanzarle y volver a ganar la etapa, con la bonificación incluída.

J.Rodríguez lleva tres etapas en esta Vuelta, que podrían ser cuatro de no ser por el despiste de Arrate. Y viene de ser segundo en el Giro, donde ganó dos etapas. Y Flecha Valona. Y dos etapas en País Vasco, donde fue segundo. Es uno de los mejores corredores del mundo, pero sencillamente se está saliendo. Con un recorrido muy propicio, pero se está saliendo. Él y su equipo.

Con Froome que parece que va a menos, Contador al que le falta un solomillo -o un buen director que sepa contenerlo-, Valverde anunciando que está muy cargado de días de competición y que irá a menos, parece más posible que nunca que J. Rodríguez gane la Vuelta a España. No queda ninguna crono y en las entrevistas post-etapa está como si hubiese estado zurziendo. Visto lo visto, hoy vuelve a ser el máximo favorito para los Lagos de Covadonga: por las bonificaciones y porque está un escalón por encima de sus rivales.
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Mi médico me ha recomendado que deje de leer a Urraburu, por eso de que la sangre se convertía en sulfuro al ver tanto español en paro y este simpático periodista trabajando. El fin del verano lleva a excesos, y me he permitido el lujazo de leer un artículo suyo, que tiene esta extraordinaria frase:

"Nació en Nairobi (Kenia). Sus padres vivieron durante mucho tiempo en ese país antes de que él naciera, lo que le pudo permitir heredar alguno de los genes de los grandes fondistas kenianos"
¡Chúpate esa, Mendel! ¡También vosotros, Watson y Crick! ¡Los genes se heredan por el ambiente! ¡Y por ósmosis!

El resto del artículo, escrito con párrafos-haikus, tiene errores tremendos como considerar a Froome "el primer corredor nacido en África en correr el Tour, en 2008", cuando desde Virenque -nacido en Marruecos- hasta sudáfricanos como Hunter ya lo habían hecho. Lo dicho: tanta gente en paro y Urraburu trabajando. Y cobrando.
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No me resisto a la crueldad de poner esta noticia redactada en gallego y escrita en castellano. Las últimas frases, y en general la construcción de la misma, son sencillamente gloriosas. Da la sensación que el redactor tiene un programa de conversión de voz a texto y está hablando...
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Relacionado con lo anterior, parece que la Vuelta 2013 saldrá de Pontevedra, en honor al presidente del Gobierno, aldeano local. Después hará etapa en Ponferrada  -por eso del Mundial del año siguiente "unas cifras mareantes para una ciudad de algo más de 70.000 habitantes"-,  para volver al noroeste en la parte final de la carrera con las etapas asturianas.
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Con estas premisas, no me extraña que la subida al Cuitu Negro ya se anuncie como un éxito: "Uno de los termómetros para medir este interés son los folletos repartidos en el centro. Entre julio y agosto de 2011 fueron treinta; este verano se elevaron a más de sesenta". Guau, 60 folletos en dos meses. Y de verano. Seguramente la llegada de la Vuelta incrementará la difusión de folletos, queseyó, hasta 90, o quizás 100. 

jueves, 30 de agosto de 2012

Ciclismo de finales de etapa

El pelotón está sobreviviendo al paso por Galicia. Con la de hoy ya son tres las etapas disputadas en suelo gallego, que ha acogido cálidamente la ronda española en toda su franja costera atlántica; eso sí, las etapas -incluyendo la contrarreloj- están siendo absolutamente intranscendentes para la clasificación general, como viene siendo la Vuelta.

El martes la carrera llegó a Sanxenxo, la Marbella gallega -oxímoron donde los haya- por un recorrido muy tranquilo que asistió a la ¡cuarta! victoria en cuatro sprint de Degenkolb: no está llegando ninguna escapada en esta Vuelta -salvo cuando ganó S. Clarke, hoy también en la fuga-, y cuando se llega al sprint siempre gana el mismo. La supuesta emoción en la general -donde el líder no se mueve, al revés del año pasado con 11 cambios de liderato- no se traslada a otros ámbitos de la carrera, fuertemente maniatados.

El alemán ganó esta vez con un sprint prolongado y en cuesta, demostrando lo versátil que es. El damnificado fue Bouhanni, que a pesar de la falta de triunfos está haciendo muy buena Vuelta: es su primera grande, es su primer año,y parece que va a más, especialmente cuando el sprint pica hacia arriba. Poco más se puede decir de esa etapa.

La crono tenía un recorrido entre Cambados y Pontevedra subiendo un puerto de tercera, donde se pudo ver un arcén señalizado como carril-bici. Es bien famosa la siniestralidad viaria gallega -cuya especifidad fue resaltada por el antiguo director de la DGT, Pere Navarro, y fue criticado por señalar la verdad-, pero viendo ese carril-bici con señales para el tráfico de 70 km/h, con curvas ciegas, y en pensar en lo peor fue lo mismo.

O el descenso del puerto, con curvas cerradas, gravilla y Pontevedra al fondo. La crono fue para Kessiakoff, que ya había ganado sorprendemente la crono de Suiza, fue al Tour y estuvo disputando la montaña, y aquí en la Vuelta ha batido a Contador y Froome. Parece que al sueco le van las cronos duras. Nadie se cayó y todos pudieron pasar el puente atirantado que, obviando cualquier escala y adecuación al entorno, han plantado en Pontevedra con motivo de los Quince Años de Despilfarro.

J. Rodríguez pudo conservar el liderato por apenas 1" sobre Contador, que hizo una buena crono y salió de la misma aventajando a Froome en 15" en la general, mientras Valverde cede con el líder 59", que serían 4" de no haberse caído camino de Valdezcaray. Los cuatro mejores corredores de la carrera, como ya se vio en la tercera etapa con final en Arrate, están separados por un único minuto.

Los más optimistas, que suelen ser los que compran acciones preferentes y sellos como instrumentos de inversión de sus ahorros, dicen que es porque las fuerzas están igualadas, y yo creo que es porque no ha habido terreno para marcar la diferencia. Es extremadamente triste para el ciclismo que produzca más diferencia una etapa con repecho final+bonificación que la única crono de la carrera.

Y ¿por qué no decirlo? Es extremadamente triste que un corredor como J. Rodríguez salga líder de una gran vuelta tras la última crono. Es un recorrido ideado por él -como el Coll de la Gallina- y para él, como se ha visto hoy en la súbida al mirador de Ézaro, una auténtica cuesta de cabras con picos de hasta el 30% -eso no es ciclismo, es simplemente mantenerse de pie- que sólo favorece a sus características y a las de nadie más.

Presentado como el "Olimpo celta" por El País, que en su sección regional adquiere toques nauseabundos y de naftalina -y aún así es el único medio de la zona que se puede leer-, de la crónica escrita en gallego aunque redactada en castellano se extrae cosas muy divertidas. Vean esta: "la Vuelta no sólo será un maná económico puntual, sino un escaparate incomparable". No, es la dos cosas al mismo tiempo: es puntual, y es un escaparate incomparable si no fuese porque la horrenda retransmisión televisiva apenas deja apreciar nada: ni la carrera, ni el paisaje.

Hoy si se ha visto: como en una burda parodia de la Milán-Sanremo, la etapa ha ido pegada al mar por el inicio de la Costa de la Muerte, conocida así no por sus múltiples naufragios, sino por lo que espera a los naúfragos una vez en tierra. Pasando por poblaciones que se conocen por la sección de sucesos o por la película Mar adentro, el pelotón ha llegado lanzado a la subida a ese famoso mirador de Ézaro, o Olimpo celta si ustedes son unos flipados.

Para ser un Olimpo, había muchas torres de alta tensión -hay un famoso "salto de agua" cerca, el mismo que cercena el único río de Europa continental que desemboca al mar en cascada- y molinos eólicos, pero ya saben que el gusto gallego es particular, incontrovertible,  y con mucha uralita y granito. Atacó Antón en la base y después J. Rodríguez.

Tras el catalán sólo pudo aguantar Contador, que no quería pasar al relevo en las partes más duras, por lo que ambos se pararon. Parecía que por detrás podrían volver a agruparse, pero en una subida tan corta e intranscendente, J. Rodríguez se fue un poco más adelante y acabó ganando esta etapa diseñada para él -que sin embargo desconocía en su recorrido- con 8" de ventaja sobre Contador, al que ya supera en la general en 13".

Valverde fue tercero, y el que ha perdido más tiempo ha sido Froome. Sin embargo, pasar a relatar tiempos en la enésima etapa de la Vuelta diseñada para ser un simple final y no una etapa de montaña que haga diferencias, sería hacerles el juego a Olano, Guillén y toda la banda que ha ideado esta vuelta por etapas que se decide por las bonificaciones, y no por el recorrido. Y mañana, más Galicia. Con Ferrol del Caudillo.
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Así es La Voz de Galicia, un periódico que es una hoja parroquial: un titular para una sección, y otro titular para otra sección, a pesar de ser la misma noticia. 
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Soren Svenningsen será otro de esos daneses ejemplares que pagan sus impuestos, llevan a sus hijos a Legoland y tienden a consumir productos nacionales sobre los importados.  Soren es también miembro de la Federación Danesa de Ciclismo, la misma que ha tenido entre sus federados a Kim Andersen -el ciclista con récord de positivos-, Bo Hamburguer -el primer ciclista en dar positivo por EPO-, Bjarne Riis o Rasmussen. A Soren le gusta el ciclismo y lo practica en categoría Máster, por lo que es mitad monje, mitad soldado. Soren acaba de dar positivo por tres sustancias diferentes. 
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Los holandeses, calentando su Mundial. Resulta que se conoce ahora que Camenzind prometió a Boogerd 40.000 francos suizos por dejarse ganar el Lombardía 1998.  Ese año el Mundial se disputó en el mismo lugar que el de este año, en la holandesa Valkenbourg. Recordando la carrera, el más fuerte de la misma era el holandés, que pinchó inoportunamente -habría que revisar las imágenes- y acabó quinto. Días después era el Lombardía y volvió a ganar Camenzind, con Boogerd -que venía de ganar el Giro del Piamonte- segundo. El holandés dice que nunca le pagó esa cantidad prometida. Este deporte está fatal. Pero fatal-fatal.
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Esta es la calidad de los vídeos que se pueden encontrar en Eurosport.  Profesionales e interesantes. Mención aparte merecen las declaraciones de Contador, que no de haber sido ciclista hubiese sido "veterinario" -seguramente para evitar el gran fraude con clembuterol que hay en el vacuno español, el vasco en concreto- y cita como referentes ciclistas a Armstrong y Pantani.
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"Aunque no se comunicó a los medios, ahora se sabe que Puerta murió de una cardiopatía familiar" Y tan familiar, oiga, aunque aquí lo que más importa es lo de "aunque no se comunicó a los medios". Todo clarito, ¿te enteras?

domingo, 26 de agosto de 2012

Gilbert gana como siempre a Joaquím Rodríguez, esta vez en casa

Segundo-Primero-Especialista en Montjuic
Casi un año después de su última victoria, Phillipe Gilbert ha conseguido volver a alzar los brazos en la etapa que veía el regreso de la Vuelta a Barcelona, la gran capital europea que ha dado demasiado tiempo la espalda a la ronda española, en parte por el lamentable espectáculo de 1999, la última vez que llegó la Vuelta aquí.

Hubo un intento de parón por un supuesto circuito peligroso. Moreno, de los Moreno de toda la vida, tenía por entonces un equipillo y pasó del boicot, lanzado a Roscioli por delante, que ganó una etapa-farsa. En aquel equipo también militaba un caduco Ekimov, al que después rescató Armstrong: de militar en el Jazztel-Almería a subir el Tourmalet y ganar los JJ.OO CRI en Sidney 2000 y Atenas 2004.

¡Qué cosas! Nos dicen -aprovechando lo último de Armstrong- que eso es el ciclismo del pasado, como si ahora tengamos que tragar con normalidad que alguien que en 2011 arrasó de tal manera como Gilbert, este año se haya arrastrado sin que mediase caída o enfermedad alguna. Como este tema ya se ha tratado, para descrédito de este deporte, ¿para qué abundar?

La etapa, que fue seguida por la medallista olímpica de natación Mireia Belmonte -asmática y alérgica al cloro, chúpate eso-, se decidió en la subida a Montjuic. Atacó Alberto Contador a 5 km. de meta, y con lo más duro de la subida por llegar. Hasta el tradicional Dúo Cómico de TVE tuvo que criticar a su querido amigo, especialmente por su precipitación y por no conocer el terreno.

Parece que Contador, en esta Vuelta, ha vuelto a su "lo importante es dar espectáculo", mantra tibetano obsesivamente repetido entre la Operación Puerto -parecía que hablaba con acento de Torrelavega- y el Tour que le regalaron expulsando a Rasmussen. Que se gane o no ya es lo de menos, porque cada uno de los ataques de Contador en esta Vuelta se han traducido en pérdida de tiempo en la general.

Neutralizado el carnívoro de Pinto, saltó Ballan, secundando y después superado por J. Rodríguez y Gilbert que, muy listo, fue lentamente hasta la rueda del catalán. El corredor del Katusha no podía dejar de relevar a pesar de llevar a alguien tan rápido como el valón a rueda, porque está luchando por la general y, aún siendo segundo y los ocho segundos de bonificación, compensaba.

Dicho y hecho. En la meta Gilbert aceleró un poco y ganó, de la misma manera que ha ganado Amstel y Flecha 2011 con Joaquín Rodríguez segundo. Si no le ha podido ganar en su casa cuando se corre en Valonia, tampoco le ha podido ganar en su casa catalana. La diferencia en meta con los favoritos se traduce en que el corredor catalán ya tiene 53" con Froome en la general, y 1´ con Contador, que volvió a perder tiempo en la general sin ganar nada. "Lo importante es dar espectáculo".

El día anterior en el Coll de la Gallina Alberto Contador atacó a un km. de meta, para después ir pedaleando en el aire en los metros finales -con un desarrollo de cicloturista-, mientras Valverde y J. Rodríguez le superaban en los últimos metros. La subida, como suele pasar siempre que hay porcentajes del 15%, apenas produjo diferencia entre los favoritos.

Mañana hay día de descanso, para favorecer el traslado de 1.000 km. a Galicia, donde la Vuelta disputará ¡cinco etapas!, incluyendo la única CRI de la carrera, 40 km. por Pontevedra, y dicen que un puerto de tercera. Como el propio Valverde reconocía en meta, y que se puede extender al 95% del pelotón, "apenas conozco las carreteras de Galicia". Pues que se santigüen. Por Santiago.
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Degenkolb ha ganado los tres sprints de la Vuelta, todo por potencia en los últimos metros, muy parecido a Boonen. La comparación no es baladí: el alemán ha sido quinto este año en Sanremo y sólo tiene 23 años. Su último triunfo ha venido en Motorland Aragón, una fenomenal inversión de 80 millones de euros de dinero público para asfaltar un secarral al lado de Alcañiz y decir que eso es un circuito de carreras.

Está la pista. Están las gradas. Está el paddock. Pero no hay gente, ni vergüenza. Los últimos cuatro km. de tomas aéreas, retransmitidas para toda Europa que tiene que pagar los excesos de estos Quince Años de Despilfarro, constituyeron una buena muestra de la vergüenza propia que algunos ciudadanos de este país experimentamos ante esos dispendios. Se habla mucho del aeropuerto de Castellón, pero hay cientos de ejemplos equivalentes por toda la geografía de la Península, incluyendo sitios como Alcañiz (Teruel).

Para dar algo de uso al recinto, en 2010 se trajo el circo de las motos, pero que exige un canon creciente de siete millones de euros por Gran Premio. Hay uno al año: quedan otros 51 fines de semana donde el recinto se llenará con la Copa Megane o los supertractores, o que se yo. Dicen que cada GP tiene un retorno de 30 millones: no se lo creen ni ellos.

Ahí ganó Degenkolb: en un decorado de Mad Max o Waterworld, ante un graderío vacío -había 42º y no estaba a la sombra- y encima de una pista que no está construida sobre asfalto, sino sobre deuda. Es la Vuelta a España.
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Espectacular triunfo de Boasson-Hagen en Plouay. Rui Costa atacó muy bien a cinco de meta, pero el noruego cerró el hueco y, mientras el corredor de Movistar intentaba hacer amago de parar porque no le interesaba llegar con él, el Sky se fue solo para delante y entró en solitario como los grandes campeones. Costa amarró el segundo puesto, señal de que tiene muy buenas piernas.
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Se ha disputado estos días la Vuelta a Dinamarca, decidida una vez más por la crono. Ganó Westra y se llevó la general. Sprints para Greipel y Cavendish.
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David Blanco, el ciclista gallego que pedalea remando, 37 años, gana por quinta vez la Vuelta a Portugal. El año pasado Matxín lo fichó para el Geox, y rindió al nivel que cabe esperar. Volvió a Portugal y ha obtenido este éxito enrolado en un equipo que logró los tres primeros puestos en la etapa de montaña, entre otras lindezas. En Portugal se viene desarrollando desde hace años un ciclismo alternativo a medio camino entre la feria de los monstruos y el circo con bestias, y que probablemente sea el ciclismo del futuro.

viernes, 24 de agosto de 2012

Desde la enfermedad a la tiranía

Supongo que muchos llegan hoy al blog por el asunto de la sanción de la USADA -la agencia antidopaje- a Armstrong. A diferencia de la inmensa mayoría de medios, lo que hubo que decir de Armstrong ya se dijo aquí cuando había que decirlo, no cuando el corredor tiene 40 años y está retirado, así como la inmensa mayoría de sus rivales.  Tengo muy poco que añadir o decir, estaré a la espera de lo que diga la USADA sobre los años en que regresó Armstrong. En 2009, cuando fue compañero de Alberto Contador y todo el equipo era llevado por Michelle Ferrari, y en 2010. Y también lo que tengan que anunciar sobre el certificado médico de Armstrong: el fue el que creo la escuela que después han intentado seguir todos. Desde la enfermedad a la tiranía.