martes, 21 de agosto de 2012

Unzué y Valverde cantan después de asados

Enseñando a Piti como poner el brazo para la nº 19
Vaya por delante que fue en el Giro 2009 donde se introdujo la novedad de dos finales en alto dentro de los cinco primeros días de carrera, y fue una novedad muy buena: quita paja de la general, demuestra quien ha venido a pasearse y engancha al seguidor desde el primer instante.

En la Vuelta, tras el final de ayer en Arrate, hoy se llegaba a Valdezcaray. Ninguna de las dos cimas iba a producir mucha diferencia, y así ha sido, pero la general ha quedado despejada en gran medida y la gente que vive de esto ha tenido historias para comentar, al menos muchas más que en el tradicional final al sprint de las primeras semanas de grandes vueltas.

Unzué, el afamado director navarro que vivió su Éxtasis particular en la CRE de Pamplona, iba parloteando con Juan Carlos García (el entusiasta locutor deportivo de TVE) desde el coche de equipo. Lo hacía con esa cadencia suya tan de cura, tan de ir pidiendo perdón, y restando importancia a Valverde: "ya ha tenido dos picos de forma y creemos que llegará muy justo a la tercera semana".

No se qué dos picos de forma: en la primavera que cuenta -Ardenas- ni se le vio; y en el Tour, pues lo mismo. Estaba jugando a esconder las cartas, y hete aquí que un golpe del destino -que en el caso del murciano siempre es el asfalto- descubrió el juego de trilero de Unzué pocos kms. más adelante. No tenía ningún as en la manga, sólo enseñaba la vena al murciano, para que picase el que quisiese.

También dijo -igual que Valverde en Arrate- que su equipo había trabajado mucho -ojo, estamos en la tercera etapa en línea de la carrera- y que nadie les había ayudado, bromeando con que habían dejado el liderato -la fuga del día iba con unos vergonzosos 13´ de diferencia- y demás chanchullos del que se cree en la cresta de la ola, o de la gallina. 

En una zona muy llana antes de llegar a Santo Domingo de la Calzada (donde la gallina cantó después de asada) entró el viento lateral y el Sky se organizó para intentar formar un abanico; el primer encargado fue Flecha, que pasó con ímpetu a la cabeza. Instantes después, se caía gran parte del bloque del Movistar -iban en cabeza- con Erviti, Nairo Quintana y, cómo no, Valverde.

Valv. (Piti) se ha ido este año al suelo en la Volta, en el Tour en repetidas ocasiones y ahora en la Vueltas, y siempre a las primeras de cambio, no precisamente en la última etapa. Desde su recordada caída camino de Caravaca de la Cruz en la Vuelta de 2004 -vicisitud que ayer no quiso ser recordada por el Dúo Cómico-, cuando el equipo transversal de Eufemiano Fuentes paró la carrera para que el murciano pudiese reincorporarse, la vida profesional de Valverde ha sido de una caída tras otra, bien sea en su forma traumática, o en forma de despiste o enganchón con el chubasquero, o de bolsa de sangre donada a la ciencia judicial.

De Unzué poco se puede decir no sabido ya, simplemente recordar como Mancebo dijo que fue quien le ofreció contactar con Eufemiano Fuentes si quería mejorar su rendimiento deportivo, así como el que no quiere la cosa. Especialista en quedar como un santo siempre, lo logra porque es un poco mejor que el resto de la piara en la que se mueve, pero eso no lo hace una persona mejor.

Tras la caída, pasaron varios kms. hasta que descolgó a Castroviejo y Rojas -no vale ni para tirar de un compañero-  para ayudar a Valverde, hasta entonces únicamente ayudado por el enjuto cuerpo de colombiano de Nairo Quintana. Tal cual. Es el mismo director que, cuando Valverde perdió la Vuelta 2006 bajando Monachil declinó cualquier responsabilidad, así como en el Alto del Caracol en la Vuelta 2008: ahí estaba Unzué para recordar a Valverde la importancia de estar atento. Ahí estaba este gran navarro, que debería llamarse por lo menos Sancho Unzué III, para hacer su trabajo de director deportivo.

Por delante el Sky tiraba como un poseso, ayudado también por el Katusha y en última instancia por el BMC. Juan Carlos García se volvió a acercar con su moto a Unzué, que ya no tenía su habitual tono melifluo y de paja con sotana en el confesionario del Opus, sino muy tenso y cabreado: "el Sky ha provocado la caída", dijo.

Evidentemente, es lo que le gustaría creer a él. Las caídas, salvo que alguien empuje, las provoca la fuerza de la gravedad, que es una Ley universal que opera para todos los cuerpos por igual, pero parece que para Valverde más por igual que para los demás. Y Flecha ni ningún Sky empujaron a Valverde, que es autosufiente en este noble arte: tanto, tanto, que en el Tour 2006 se cayó el solito en medio del pelotón y abandonó, también a las primeras de cambio, ahorrándose que pudiese salir algo de la Operación Puerto en plena disputa del Tour.

El Sky no provocó la caída, hizo simplemente su trabajo. Valverde ya no tiene esos amigos transversales en el pelotón que le ayuden a paralizar una carrera, como en 2004, para ganancia de Zabriskie. Unzué fue quien no hizo su trabajo. Poco más adelante, Juan Carlos García narraba desde su privilegiada posición en la moto como Jaimerena -el mamporrero de Unzue- se había acercado al coche del director del Sky para mirarle fijamente sin decir nada. Al estilo navarro, ya ven, que no difiere mucho del de Catania o Palermo.

Nicolás Portal es uno más de la abundante nómina de directores del Sky. Fue un profesional francés y estuvo a las órdenes de estas dos neuronas navarras. Juan Carlos García, realizando muy bien su trabajo, fue a recabar su opinión y lo dijo bien claro, en un castellano aceptable: "Flecha ha intentado el abanico para provocar algo, pero no una caída. Lo de Unzué debe ser una broma"

El Movistar y Unzué no querían trabajar para defender el maillot, y ahora tenían que trabajar por detrás con gente que no sabe hacerlo o inexperta (Rojas y Castroviejo, por este orden) para un corredor que suele estar por detrás intentando remontar. Justicia poética, o justicia de Santo Domingo, aunque hoy fuese martes y esto es La Rioja y no la pía, beata y mojigata Navarra de Unzué. Sí, lo de Unzué debe ser una broma, pero ya dura casi 30 años.

Al inicio de Ezcaray, todavía en estas fechas un barrio lleno de bilbaínos, Valverde todavía iba por detrás, mientras en cabeza la fuga se quedó desde la primera cuesta compuesta por el joven australiano Simon Clarke y Tony Martin, tras quitar a un pintoresco marbellí muy resalao, a Rosendo el amigo del navarro Txente -otra inteligencia suprema- y a un Bazayev que realizó una ascensión notabilísima.

Les hablo ahora de la fuga porque durante todo este tiempo la pésima realización de TVE no enseñó ni una imagen, tan centrada como estaba en mostrar caóticos planos de grupos, persecución y nada. Cuando atacó Contador, a nueve para meta, ya encontraron su lugar en el mundo: el madrileño haciendo uno de esas cosas que no llevan a nada, y sólo arrastrando consigo a un hiperactivo Froome, a su futuro compañero de equipo Roche y Navarro, que ya no será su compañero de equipo porque se va al Cofidis a ver si vale para algo. Fue el primero que se descolgó.

El resto de favoritos, claro, a dejar trabajar a sus gregarios. Ezcaray se puede hacer prácticamente en plato grande tras los kms. iniciales -Rominger lo hizo- y ahí se puso la locomotora Menchov y Losada para que J. Rodríguez fuese en volandas hacia el liderato, una vez que se acabó la aventura de Contador, una más en su historial de brindis al sol. Eso fue la etapa entre los favoritos, donde las diferencias las puso una caída que dejó cortado al líder, Alejandro Valverde, y fuera de juego a su equipo y el inútil de su director.

La etapa se resolvió con Clarke -es muy rápido, como se vio en Burgos- dejando planchado en la meta a T. Martín, y Bazayev (que es sprinter) llegando a sólo 21" tras no haber recibido plano alguno en la ascensión, ni referencia de la penosa realización y cobertura. Un poco más retrasado llegó un pequeño grupo que había saltado del pelotón, donde Marcos García (gallego ex-Xacobeo) del Caja Rural celebró su cuarto puesto como si hubiese ganado...No deben de tener pinganillos en su equipo, será que en Navarra no están de moda.

Antón perdió 30" y Valverde 59", y ahora J. Rodríguez encabeza la general con 1" sobre Froome y 5" con Contador. Esto fue la etapa, pero visto que lo más importante había sucedido antes de meta, es normal que hubiese postetapa, entendida a la manera siciliana o navarra o murciano llegado a figura gracias a los favores y las hemotransfusiones, tanto más da.

En las entrevistas de TVE, Juan Carlos García ya pudo entrevistar a Flecha, que midiendo mucho sus palabras pero con ese punto de chulería que le caracteriza dijo que "siempre que pasa algo tiene que haber un culpable (...) antes que esperar que uno tome la iniciativa hay que dar uno el paso", en clara alusión a cómo el Movistar había cejado insultantemente en sus funciones de defender el liderato o llevar el ritmo del pelotón.

Además, añadió para su beneficio personal -estamos hablando de Flecha, si por su boca fuese ya habría ganado cinco Roubaix- que "a mí me tiró una moto [fue un coche, sic] de la organización en el Tour, y nadie me esperó, ni hubo protesta al día siguiente en la etapa...no lo digo por rencor, pero cuando te vienen dando lecciones de ética y de moral..." Recordemos que Flecha fue también discípulo de Unzué, y sabe de lo que habla cuando espeta eso de "ética y de moral" (este es el tipo de sueltos de un post que son muy celebrados entre los numerosos ciclistas profesionales que leen este blog).

Pero hubo más postetapa, mucha más. No se enteró TVE, pero cuando Valverde entró en meta -con sólo 59" perdidos- fue azuzado por los retrasados mentales que retransmiten el ciclismo por las radios de este país a que fuese al autobús del Sky. Ahí es donde debería haber estado Unzué para calmar a su pupilo, pero una vez más sus funciones de director se limitaban a conducir el coche y dar entrevistas con voz de eunuco.

El murciano, que tiene un intelecto muy limitado, aceptó el envite de los fanáticos de las ondas y provocó un bochornoso espectáculo que hoy y mañana será muy jaleado por la prensa anglosajona, porque tiene narices que un dopado que nunca ha confesado y que acaba de regresar este año de dos años de sanción vaya pidiendo lecciones de "ética y moral" a un equipo que sólo ha hecho su trabajo.

Brillante trabajo, Unzué.

"No he perdido el liderato por un abanico, sino porque no hay ningún respeto" Vamos, que creía que le iban a esperar por ser el líder, o por ser Valverde. El murciano y el navarro ya se las habían tenido con el equipo británico durante el Tour, al que acusaban de no darles ningún margen en las escapadas, como si les tuviesen tirria o, peor aún, como si se lo tuviesen que dar por alguna razón no definida. El espectáculo de hoy sólo abunda en el descrédito del ciclismo que representan alguien tan sucio como Valverde y su director.

En el autobús del Sky Valverde pidió explicaciones a Urán y Henao, que para algo hablan la misma lengua y viven en Pamplona. Se se las hubiese pedido a Stannard a lo mejor se iba para casa con un buen puñetazo en el ojo, porque los británicos no son igual de pusilánimes que los colombianos, de natural modosos. Por supuesto, ni Valverde ni Unzué fueron a pedir explicaciones a Contador, quien encendió la mecha en la subida. De no ser por ese ataque, es muy probable que Valverde hubiese entrado con los favoritos.Azuzado por unos fanáticos con micrófono y mientras su director deportivo se tomaba un carajillo, Valverde deja su mejor momento de la temporada fuera de la carrera y ante unos mindundis. Como siempre.
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Esta noche habrá previsible fronda en las radios contra los pérfidos británicos, pero hace tiempo que no me doy a esos vicios. Si alguien tiene a bien dejar un resumen en los comentarios del post, será bien recibido. Seguro que es muy divertido lo que dicen.
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Saxo Bank, que es un equipo que no hay por dónde cogerlo, ficha a Bennati. El corredor italiano, que lleva tres temporadas en las que no rasca bola alguna, va a un equipo en donde seguirá su tónica salvo que viva una resurreción de esas que logra Riis (Julich o Nuyens). Un buen refuerzo para Contador.
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Educado en el Raval, y en el regateo con los clientes, además de la tradición ciclista de quedarse con todo el material -sea de uno o no-, esta noticia se explica mucho mejor considerando al personaje, al paisanaje y a la perra gorda, que al final es lo que cuenta.Y también el Raval y el Barrio Chino, que viene siendo lo mismo.
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Completísimo artículo de temas variados: Probenecid, la historia de Arrate...Casi parece la entrada de un blog...
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Daniel Friebe es un escritor de cosas de ciclismo -tiene una biografía de Merckx, por ejemplo- y a veces publica cosas más pintorescas, como este artículo sobre montañas en España para hacer un turismo ciclista.  Si lo leen, no cita en ninguna ocasión Asturias, lo que a mí me parece como hablar de sexo sin lujuria. Preguntado por twitter al respecto, contesta que no cabía todo, y que las montañas en Asturias son demasiado duras para un viaje cicloturista...y sin embargo mete Ancares, que está completamente perdido del mundo, y es durísimo...
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Con el "Cuito" al aire. El asfaltado del final de la etapa reina de la Vuelta, sin realizar. En los últimos cuatro años una de las "innovaciones" de la carrera española ha sido asfaltar una montaña virgen en Asturias, que poco o nada aporta al ciclismo respecto a otros finales más tradicionales. Siempre con la connivencia de las autoridades locales, que piensan que eso será un motor del turismo, cuando sólo crea movimiento un día al año.  Debería darles vergüenza, pero como es un negocio, lo que les da son suculentos beneficios en forma de comisiones. ¿Cómo si no se entiende que esté sin realizar el asfaltado a dos semanas del paso de la carrera? Pues porque están aprovechando la premura de plazos para extorsionar y sacar algo más de dinero público, como es tradición en la región y en España en general.

2008: Fuentes de Invierno 2010: Cotobello 2011: La Farrapona 2012: ¿Cuitu Negro? Ya os vale. 


lunes, 20 de agosto de 2012

De Almódovar del Campo a Viana

Disculpen que no me haya sumado a la ola de felicitaciones que ha acompañado el retorno de Alberto Contador. Tampoco se fue tanto: apenas siete meses de sanción de competición, más los efectos retroactivos que no van a notar en el organismo, aunque sí en el palmarés.

Como no me ha dado tiempo a continuar el serial compuesto por el análisis de la jugosísima sentencia del TAS sobre el caso solomillo, y que forzosamente va a concluir con que la sanción impuesta al carnívoro de Pinto era demasiado benevolente, los hechos se han precipitado y ya está aquí de nuevo este ciclista especialista en meterse en líos: de equipo, de compañeros, de selección de calendario, de dopaje.

Volvió en el Eneco Tour, donde acabó quinto. No era su tipo de carrera -este año la última etapa acabó en un muur-, pero si lo es esta Vuelta a España que lo ha recibido como un hijo pródigo, a pesar de que la sola presencia de Contador y sus dos certificados médicos condicionan cualquier carrera ciclista, y la condicionan en el aspecto más importante: el de quien se va a llevar la carrera.

Entre los abundantes aspectos desagradables de este muchacho que siempre nos han vendido como muy cuerdo y cabal, está la terca realidad consistente en que es bastante impulsivo y rabioso. Ya en el Giro 2011, donde nunca tuvo que participar, salió a stravincere, y a fe que lo hizo; si alguien esperaba una actitud distinta para esta Vuelta de su retorno tras la sanción, una actitud asociada a una madurez que parece no llegar nunca, estaba muy equivocado.

En la CRE se defendió -primera victoria para Unzué en 30 años de estructura en una gran vuelta, se corría en casa: una moto equivocó el recorrido para el Quick Step que volaba, como si esto fuese Italia- y en la primera etapa con final en la navarrísima Viana realizó un gesto inequívoco, casi tanto como el de tocarse la oreja cuando está mintiendo, de tal manera que corre el riesgo de acabar como Mr. Potato: con ella desprendida, o de color rojo.

En la Vuelta a España se conservan las bonificaciones que han desaparecido de las otras dos grandes vueltas, y se conservan de una manera espléndida: 12, 8 y 6 segundos para los tres primeros de cada etapa en línea, y 6, 4 y 2 para los tres primeros de cada uno de los dos sprints intermedios de cada etapa.

No es algo baladí: la Vuelta de 2011 se acabó decidiendo a favor de Cobo porque sumó más bonificaciones que Froome, y Contador ganó su Vuelta en 2008 también gracias a una simpática bonificación que sumó en el sprint intermedio de Almódovar del Campo, desde entonces lugar de peregrinación contadorista a la altura de Arriondas o la carnicería de Irún.

El recorrido de la primera etapa, extremadamente imaginativo, incluía un paso por meta a 16 km. de la conclusión, para apreciar las bellezas incorruptibles de Viana. Ahí estaba un sprint intermedio en el que Contador, de manera muy sorprendente, pasó 3º, sumando así 2" en la general. Al día siguiente no había crono -como si pasó en 2008- que justificase esa avidez de segundos, y aunque la hubiese, no olviden que estamos hablando de la primera etapa de las veintiuno que hay en carrera.

Al contrario: lo que ha habido es la llegada en Arrate, tras muchos años de ausencia artificial de la Vuelta. Apenas 155 km. de etapa y final en esta meta que jamás produce diferencias entre los favoritos. Los que se presuponen como los cuatro más fuertes de la carrera (A.C, J. Rodríguez, Froome y Valverde) han llegado en el mismo tiempo, y el resto de aspirantes a la vertiginosa distancia de 6". Estamos en la Vuelta: las bonificaciones producen más diferencias que los finales en alto.

Alberto Contador, al que los siete meses en la nevera no han cambiado un ápice, ha atacado hasta en siete ocasiones en una subida que no produce diferencias. Para los contadoristas esto es espectáculo. "Lo importante es dar espectáculo", decía el primero de los fieles de esta extraña secta convertida a vegetariana a fuerza de golpes recibidos en Pau.

Atacar hasta siete veces en una subida como Arrate, en el tercer día de carrera, es una tontería en un corredor que en teoría aspira a la clasificación final: quédense con esta premisa. Habrá quien aplauda -de nuevo los contadistas-, igual que en el Tour 2011 ese famoso bardo llamado Juanma Trueba y que opera desde el piso franco de As dijo de una de las payasadas que montó Contador con S. Sánchez que "será tan recordada, o más incluso, que algunos de sus triunfos".

Y se quedó tan ancho, oigan.  Es difícil que alguien recuerde, no ya el nombre de la tachuela, sino ese propio ataque, porque en una gran vuelta lo que queda es la clasificación final. De ese Tour, a tenor de lo demostrado en estos tres días de competición en la Vuelta, Contador ni su dañino entorno (¿seguirá Pepe from Valencia en él? ¿Y Telepizza como asesor nutricional?) ha aprendido absolutamente nada.

El ataque, y más en un corredor como Contador, tiene que concentrarse en un único momento decisivo, que vendrá en la tercera semana en las etapas de Asturias. Como hizo Andy Schleck en el Galibier. Antes, sencillamente, no hay terreno, y simplemente se trata de limitarse a reducir las pérdidas en bonificaciones ante J. Rodríguez y especialmente Valverde, ganador hoy en Arrate y que ha dicho "que con esta victoria ya he cumplido en esta carrera", para pasmo del aficionado.

Sin embargo, ya lo ven: buscando los segunditos de un sprint intermedio y quemando cartuchos hasta siete veces -especialmente patéticos los dos arreones en el llano antes de meta, en uno pidiendo apartarse a la moto de televisión- cuando no había nada que ganar. Es verdad que Contador suele ganar sus grandes vueltas con márgenes relativamente ajustados, pero no es menos cierto que casi siempre gana.

¿A qué se debe este actitud? Principalmente a su arrogancia e impulsividad, esa que impregna toda su carrera. Sin embargo, los más viejos y veteranos saben que cuando un favorito va buscando las bonificaciones desde tan temprano, o quemando fuerzas en la tercera etapa, es que no va tan bien como parece querer.

Lo dijo muy bien ese zorro viejo -por este orden- llamado Carlos Sastre con la Vuelta del año pasado, donde el favorito número uno en la previa y en la primera semana era Nibali, que parecía poner todo de su lado en el tremendo golpe de mano del Liquigas en la llegada a Córdoba: "si va buscando las bonificaciones es que tan bien no se verá".

La carrera corroboró la intuición del gregario de Hamilton, Basso, los Schleck y Cobo. Veremos a ver que pasa en este Vuelta con un corredor que llega de siete meses sin competir y que, aunque ganase un Giro de Italia viniendo de la playa, su última grande se saldó con un sonoro fracaso de un 5º puesto y sin ningún triunfo parcial  -tiene serias dificultades para vencer en etapas de grandes vueltas-, y que ha pedido a sus compañeros de equipo un estado de forma con el que no contó ni el Giro 2011 ni en el Tour de ese año, donde corrió virtualmente solo.

De momento, hoy en Arrate se ha visto como Froome, que cuenta con un certificado médico que rivaliza con el de la epilepsia de Contador, no se ha despegado en ningún momento. También se ha visto que la impulsividad de Contador, al igual que en la etapa de Alpe D´Huez en el Tour 2011, da poquísimo rédito: siete ataques, siete, para al final ser el cuarto de los cuatro favoritos y no sumar bonificación alguna. Eso sí, tiene la del sprint intermedio, que esperemos que no sea un Almódovar del Campo 2.0.
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Alfredo Varona, que ya hizo aquel esperpento de entrevista a Roberto Heras en Público, repite medio, deporte y esperpento con una entrevista a Cobo. Las preguntas son propias de un bolero, y entre las respuestas me quedo con esta frase del cántabro: "A mí no me importa ser segundo, pero me repatea serlo por detrás de un ciclista que se ha dopado". Menudo saludo a Piepoli, y eso que le regaló la etapa de Hautacam 2008.
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Eritreo, "negro africano", exótico...y con problema cardíaco...si, definitivamente es ya un ciclista como los demás. 
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Qué grande, pero qué grande es Bahamontes. Nunca me canso de decirlo. A por los noventa años con la cabeza perfecta y dando entrevistas como esta.
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Diezmil y pico equipos en el tropela.net para la Vuelta, y sólo el 1´9% ha escogido a Cobo, vigente campeón, en su elección. 

jueves, 16 de agosto de 2012

En tierras de Induráin

"Navarra española" es un pleonasmo similar a "trágica muerte"
Mañana comienza una nueva edición de la Vuelta España, un patrimonio nuestro injustamente maltratado por la organización -hasta hace bien poco quería volver a abril- y que ha adquirido  inusitados bríos, con bastante dosis de suerte.

Cualquier aficionado al ciclismo reconocerá que en los dos últimos años la Vuelta ha sido la gran ronda más emocionante, aunque por motivos al margen de los organizadores (o eso creemos): en 2010 el duelo entre Nibali y Mosquera y en 2011 el baile de líderes jamás visto y el duelo entre Cobo y Froome.

Salvo en el caso del italiano, todos eran corredores desconocidos o incapaces de dar dos pedaladas seguidas fuera de sus fronteras naturales, pero eso da igual: el organizador quiere espectáculo, y lo quiere desde los hermanos Franco y Víctor Cordero. Si hay que vestir a un Nozal, pues se viste. Ellos tan contentos con poner únicamente finales en cuesta -que neutralizan toda la etapa hasta el medio minuto final- y sólo una etapa de montaña, preferentemente en Asturias y asfaltando una nueva cuesta de cabras.

La fórmula ha funcionado, a Guillém le llueven los elogios y hasta incluso parece que en la previa de esta edición los medios dedican más atención, a pesar de que coincide en fechas con el inicio del campeonato de balompié. A mí no me termina de convencer esas etapas raquiticas, esos recorridos ayunos de fondo, esos diseños a cartabón -este año la carrera no baja de Madrid- y esa continua aparición de sorpresas, pero bueno, esto es un circo y yo me dedico a analizar los nuevos monstruos en la pista. A veces también la pista, pero creo que con decir "la Vuelta" ya basta.

El recorrido ya tuvo su entrada cuando se presentó en enero, por lo que simplemente hay que destacar la machacona presencia de finales en alto, las bonificaciones en cada etapa de 12", 8" y 4" (las Vueltas de 2008 y 2011 se decidieron por este aspecto), el recorrido exclusivo por el norte de España -cinco etapas en Galicia, incluyendo la única CRI- y el prólogo CRE en Pamplona.

La ronda española regresa a la españolísima Navarra -¡un saludo a esos carlistas que votan a Unión del Pueblo Navarro o al PP, según como cambien las siglas en cada elección!- tras 18 años de ausencia, dicen que por ser vascos e independentistas, pero yo en Navarra veo veto al aborto, Opus Dei, rancio tradicionalismo y sí, algún joven con peinado raro, pero meramente folcklórico. Y muy poco ciclismo, con una única carrera al año. Para recibir la carrera española han ideado un recorrido sanferminero, con final en la plaza de toros incluído. Ni un humorista lo hubiese hecho mejor, pero con las cosas navarras siempre hay que tener mucho humor.

18 años, ya ven. Y en la tierra de Induráin. Como los navarros son muy suyos y sólo se entienden entre ellos, en 1996 trajeron el Tour de Francia, que no les debía parecer una prueba extranjera. Fue una etapa de 260 km. -nunca se ha vuelto a hacer esa distancia en el Tour- y su gran héroe entro muy retrasado, en un claro homenaje a la mentalidad imperante en la zona. Es la ironía con la que se suele pagar en este tipo de situaciones. 

La gran estrella es Alberto Contador, el favorito indiscutible al triunfo final, que vuelve tras su brevísima e injusta -por breve- sanción de apenas siete meses. Con sus certificados médicos bien afilados, su mayor rival será ese malvado británico llamado Froome que dispone de un certificado médico de órdago -nada menos que un raro virus africano que devora los glóbulos rojos, ¿saben con que se combate?- y que saltó a la pista central del circo hace un año, y que tras varios intentos quiere un título grande.

Contador viene con su equipo de comparsas -aunque Navarro está bien- y Froome viene con Porte, Urán y Henao, el colombiano debutante en Europa que cuenta con guiños en cada una de las carreras que ha disputado, incluyendo un 9º puesto en el Giro trabajando de gregario. Ya ven: prácticamente neoprofesional y corre dos grandes en año. La fórmula Sky.

En lo que parece un duelo de tú a tú a ver quien tiene el certificado más de níquel hay bastante invitados con posibles,  a los que el juego de bonificaciones, finales en alto y pachanga propia de la Vuelta -se puede salir de discotecas entre etapa y etapa- puede favorecer: los conocidos casos de J. Rodríguez (arropado por Moreno y Menchov), Antón (con el dicen que prometedor Landa y el debut en una grande del muñeco roto Sicard) y Valverde y su fiel gregario Cobo -o al revés, qué más da-, que por conocidos y repetitivos no merecen mayor análisis.

Entre la armada extranjera, compuesta un año más por retales de las caídas del Tour, destacan Van den Broeck -octavo en 2011-, Gesink -cuyo mayor rival es el asfalto-, Mollema -cuarto el año pasado-, Quintana -el otro colombiano prodigioso, compañero de Cobo y Valverde, pero que anda como los dos juntos-, Talansky -es del Garmin/Girona, yanki, tiene 23 años-, Monfort y De Gendt, que afronta su segunda grande del año tras el tercer puesto del Giro, pero donde tiene que estar atento desde el primer día, algo que no le favorece.

De los que vienen a preparar el Mundial destacan Gilbert -cero victorias esta temporada, increíble- y su compinche Ballan, Thomas Dekker -volvió y está en el Garmin, será la tercera grande que dispute en su vida, pero lo que realmente quiere es brillar en el Mundial de Valkenbourg, en su casa-, Cunego -Bettini insiste en decir que no lo llevará, pero seguro que cambia de opinión-, Tony Martin, Terpstra, Breschel o Boom.

En cuanto a sprinters, la nómina es sencillamente pésima. Bennati es el que más galones tiene, pero nunca gana, por lo que la rivalidad con J.J Rojas será altísima. En esa nadería pueden aprovecharse Degenkolb o el joven francés Bouhanni, además de Ben Swift (es Sky, no hacen falta más argumentos), Viviani, Steegmans o Koldo FdL. Ninguno de ellos haría entre los cinco primeros en un sprint del Tour de Francia, pero es que este año hay nueve finales en repecho en la Vuelta y claro, los sprinters se han ido a otras partes.

Induráin, ese gran navarro por lo que tiene de serio e introspectivo -como su paisano Moneo, de formación radicalmente distinta, pero mismo talante-, suele clavar sus análisis cuando le dan la oportunidad de expresarlos. Mañana la Vuelta comienza en su tierra, y seguro que le parece muy bien. A mí también, pero seguramente por motivos totalmente contrarios a los suyos. Ojalá veamos una buena vuelta al margen del kilómetro final.
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En los JJ.OO CRI  ganó Wiggins, completando un año de ensueño. No fueron rivales ni Tony Martin ni su compañero de selección y equipo Froome, que hace justo un año era un corredor de serie Z del pelotón y ahora acumula dos podios en grandes vueltas con sendas etapas y una medalla olímpica.
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La carrera más importante disputada en agosto ha sido la clásica de San Sebastián, que debido a su importancia se ha celebrado un martes. Es una carrera venida a menos de tal forma que este año se ha disputado de milagro. SMS Sánchez hizo lo que no hizo en los JJ.OO: a nueve de meta, como en el Tour, y subiendo Arkale se fue en solitario sin que nadie pudiese seguirlo, tras un gran trabajo de sus compañeros Mollema y Gesink. El murciano lleva en forma desde cuando ni se sabe, haciendo bueno eso que dicen del ciclo del corredor que cambia de equipo: el primer año siniestro, el segundo diestro. Tanto, tanto que el entendido Breukink ha ampliado su renovación de contrato de dos años por otro más adicional, hasta el 2015. 

Hoy se disputa la segunda carrera más importante de este agosto plomizo: el GP de Hamburgo.
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Wiggins celebra su oro olímpico pillándose un "ciego de alcohol", y eso que es ex-alcoholico. Como ven, el deporte profesional transmite grandes valores que algún partido político quiere que sean copiados por el conjunto de la sociedad. Semanas más tarde, es descubierto en Mallorca en las mismas y fumando. Fu-man-do. El deporte es salud. En breve conoceremos su certificado médico, si procede. De momento, ya van diciendo por ahí que es asmático, como todos los ciclistas profesionales. Un asmático que fuma. Como tu abuela.
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Freire articulista. Debutó antes de la prueba en ruta de los JJ.OO con un artículo que indudablemente estaba escrito por él mismo -fíjense en la forma de las frases y lo que dice- y, para después de la prueba, algún corrector tipo su amigo Pedro Horrilo o el propio Arribas ya le hizo un repaso: parece que no están escritos por la misma persona.
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Me dicen que número 10, el amenazador de muerte y campeón de sí mismo, no se recupera de su lesión, esa que le dejó maltrecho de muchas costillas justo antes del Tour y que sin embargo no impidió verle entrenando por su recoleta región a los pocos días. Esa maldita lesión ha impedido que pueda estar en esta Vuelta a España. Esa maldita lesión que algunos -los de siempre, ya lo saben- relacionan con una cosa muy fea, casi de diez, y que a lo mejor acabamos sabiendo a final de año, cuando la federación tiene que publicar por imperativo legal la pedrea del año. 

sábado, 28 de julio de 2012

El silencio es oro

Este deporte no tiene remedio. Antes de lo que propagandistas que trabajan como periodistas empiecen a publicar sus crónicas de los lamentables sucesos vividos esta tarde en Londres, recuerden esto: este deporte no tiene remedio.

Veníamos de un Tour en el que, de nuevo, un equipo en su conjunto había andado una o dos velocidades por encima de los rivales, hasta el punto de ganar las tres últimas etapas, ir en fugas, colocar a dos hombres como primero y segundo de la general, y ahí estaban los propagandistas hablando del nuevo ciclismo limpio, de rodamientos de cerámica y trajes sin cremallera como explicación al fenómeno.

No tienen remedio, pero no me preocupa. El problema es el ciclismo, que en el mayor escaparate mundial del deporte, y en el día en que tiene un protagonismo casi exclusivo -fin de semana, primer día de competición- ha vuelto a lanzar un mensaje inequívoco: este deporte no tiene remedio.

El olimpismo ya había amenazado que el ciclismo corría el riesgo de ser excluido del programa olímpico tras las fuertes sospechas del dopaje de Ullrich en Sidney 2000, el positivo de Hamilton en Atenas 2004 o el positivazo por CERA de Rebellín en Pekín 2008, donde fue plata. Ahora el ciclismo envía al olimpismo un nuevo campeón: Vinokourov, 39 años, y un pasado de dopaje como pocos otros corredores del pelotón.

Como ven, el kazajo aúna en un sólo hombre rasgos muy envidiables para la salud de este deporte: joven y con una hoja de servicios inmaculada. Ha ganado de la misma forma en que ganaba cuando atendía a partes iguales a Eufemiano Fuentes y a Michelle Ferrari: atacando de lejos, sin flaquear nunca, mientras los demás se van disolviendo, quizás porque no son de la misma raza kazaja con la que lo vendían dos famosos propagandistas.

La carrera estaba diseñada para un triunfo de Cavendish, y así lo veían todos. Sin embargo, la prueba en ruta de los JJ.OO no ha acabado nunca en sprint masivo, porque hay muchos intereses en juego y pocos hombres para controlar. El Sky-selección británica ha controlado en cierta medida durante todas las subidas al circuito de Boxhill, pero después ha caído en una emboscada necesaria.

A 40 km. de meta y ya encarando de nuevo hacia Londres, ha habido un ataque con nada menos que treinta corredores, donde Suiza colocó a cuatro de sus cinco hombres, y España a tres. Los suizos, con un impresionante Schär y un increíble Albasini, han puesto la fuga con velocidad de cohete, ayudados por un incombustible Castroviejo, un chaval vasco que ya iba en la fuga del día y que parecía diminuto entre las dos montañas suizas.

A la hora de tirar no, porque menudo carrerón que ha hecho Jonathan Castroviejo. Cuando los suizos ya había desaparecido, en parte porque se quemaron y en parte porque Cancellara tomó una curva como un principiante y se fue al suelo, Castroviejo seguía tirando, llevando la fuga -también hubo impulsos de Gesink, Leipheimer y Fuglsang- a un límite en el que empezaron a reventar los perseguidores.

Ahí se vio quedarse a Froome, y también a Wiggins, y también a Eisel, que hoy no corría por Austria y si por la casa comercial que le paga. Tiraba Alemania, y también un poco Australia, pero al paso por Putney Bridge estaba claro que la carrera ya estaba en la fuga, con 51" de ventaja sostenidos desde hace tiempo y con sólo 10 km. para meta.

Fulham Road, Stanford Bridge y entrada a King´s Road, la arteria central que atraviesa Chelsea. No se el lugar exacto en que atacaron, cada uno por su lado, Vinokourov y Urán, pero cuando pasaban por Sloane Square y Harrod´s ya estaba claro que iban a ganar: nadie, absolutamente nadie, tiró en el pelotón del resto de fugados.

Eso incluye a los dos murcianos presentes, el malhadado Valverde y el cazador de etapas, pero nunca de grandes victorias, SMS Sánchez. Castroviejo se desgañitó y dio un lección de ciclismo, entrega y pundonor para que el duo murciano hiciese lo de siempre: ir a cola, echar la culpa al empedrado y ni siquiera meterse en el sprint. Mucho vasco para tan poco murciano. Mucho vasco para tan poco seleccionador. De Rojas mejor no hablamos, ¿vale?

Con la cámara fija de meta enfocando a la extraña pareja kazaja-colombiana, a la sombra de Buckingham Palace y tras pasar el arco de Wellington, Urán, que sólo tiene dos victorias de profesional en siete años, miró hacía atrás y Vinokourov se fue como un fiera hacia meta. Campeón en solitario, sin ni siquiera sprintar. Simplemente dar pedaladas como martillazos, su estrategia de siempre.

En el sprint de los fugados Kristoff se llevó el bronce, Phinney cuarto -disputará al menos igual número de JJ.OO-, Lagutin quinto y O´Grady, que es quinto de Vinokourov en edad y prácticas y disputa sus sextos JJ.OO,  sexto. SMS Sánchez, por si les interesa, fue 14º, pura inercia. Un propagandista muy famoso titulará Kazajastán-Colombia-Noruega, de tan preocupado que está por el nuevo ciclismo cuando el viejo nunca se ha ido.

Vinokourov ya fue plata en Sidney 2000, en el famoso copo del Telekom. Era la primera vez que su país obtenía una medalla olímpica, y ahí empezó el mito Vinokourov, al menos para los centroasiáticos. Más famoso que los Beatles, es capaz de movilizar recursos propios de un Ministerio para construir un equipo a su medida sólo un mes después de desmoronarse el Liberty por la Operación Puerto -donde todos los papeles de 2006 que le incriminaban desaparecieron-, así como de movilizar recursos de esa misma naturaleza para comprar nada menos que una Lieja-Bastogne-Lieja.

¿Naturaleza? Nada en Vinokourov es natural. Con una postura encima de la bici indecente, era capaz de ganar cronos, porque usaba sangre que no era suya. Sería la famosa raza kazaja. Al donante jamás se le ha vuelto a ver en posiciones de cabeza, quizás porque no tiene la misma facilidad económica de su líder, que lo volvió a acoger en el equipo tras la cuarentena de rigor.

Según los propagandistas, Vinokourov pagó sus pecados de dopaje -de los que nunca confesó, como Valverde y Contador- y ahora tiene todo el derecho a competir. Ya, igual que yo tengo todo el derecho a pedir sanciones de por vida para dopados, porque esto no tiene remedio y este deporte se va por el garete en cuanto a credibilidad. Un dopado que compra carreras gana el oro olímpico con 39 años. Vende esto como deporte: a televisiones, a patrocinadores que no sean dictaduras petroleras centroasiáticas, al simple aficionado de pie de calle. Esto no tiene remedio.

Curiosamente, los JJ.OO tenían una norma que impedía a un sancionado por dopaje competir en las Olimpiadas inmediatamente posteriores a cumplir su positivo. Y el comité olímpico británico, que organiza estos JJ.OO, tenía una norma aún más restrictiva que impedía representar al país a cualquier dopado.

Como David Millar se vende muy bien, la norma se recurrió al TAS -la suya y la general, la conocida como Osaka- y se anuló, así pueden estar en los JJ.OO tanto el famoso ciclista de la jeringa dentro de un libro, como Valverde, como Vinokourov. Dicho y hecho: una norma que era un avance en el deporte se conculca y ¿cómo se paga? Llega un conocido ladrón y se lleva todo el oro. Este deporte no tiene remedio. No lo tiene.

Vinokourov pudo volver a competir sin que nadie le exigiese confesión de quien le dopaba, donde conseguía la droga, cómo había que hacerlo, quien instruyó en el dopaje sanguíneo, qué sabe de ciclismo. Vinokourov calló, como ha callado Valverde y Contador, y ha vuelto. Vinokourov calló, porque una vez más en este deporte el silencio es oro, y lo seguirá siendo mientras no se alce la voz y se piden sanciones de por vida ya. Que no vuelve a suceder algo como lo de esta tarde. Que el ciclismo no sea el hazmereir de todos los deportes.

viernes, 27 de julio de 2012

Toda la carrera para Cavendish

Saludando a una seguidora
Mañana, abriendo el calendario olímpico, se disputa la prueba de ruta en ciclismo, con un circuito que unos califican de fácil y otros de difícil. Yo creo que es muy fácil, y la dificultad de la carrera vendrá de controlar la misma.

Después de varias subidas a un circuito en el condado de Surrey, los ciclistas regresarán a Londres por un recorrido muy llano y facilito, incluso sin curvas. El máximo favorito, y lo es desde hace años, es Mark Cavendish.

El que va camino de ser el mejor sprinter de la historia irá acompañado de una selección con el vigente campeón del Tour (Wiggins), Millar, el segundo del Tour (Froome) y Stannard. No es una selección de ensueño como la irrepetible de España en Pekín 2008, pero es la que mejor en forma está.

Con un supersprinter como Cavendish en liza, todos tendrán que intentar reventar la carrera antes del previsible sprint, pero no es nada fácil. A ver si por lo menos vemos una gran prueba ciclista, como viene siendo la prueba desde que los profesionales pudieron competir en Atlanta 1996. De hecho, la carrera de Pekín fue emocionantísima y vibrante.

El resto de selecciones tienen aspirantes en un segundo escalón al de Cavendish, por lo que su obligación es hacer una carrera durísima a mitad de los 250 km. de la misma, cuando se hacen las subidas a Boxhill. Esto significa quitar de delante, o no ir cómodamente a rueda, del previsible ritmo cómodo-rápido que marcarán Wiggins y Froome.

Para esto hay corredores de sobra, o eso parece: de la última subida a meta hay 30 km., distancia suficiente para que trotones como Nibali, Cancellara o SMS Sánchez puedan coger diferencia y montar algo de peligro. Sin embargo, cualquiera que haya visto el reciente Tour, sabe perfectamente que Wiggins o Froome pueden anular cualquier escapada, por muy prestigiosa que sea.

Si el resto de selecciones quieren evitar el cantado sprint victorioso de Cavendish, deberán hacer de cada una de las nueve subidas a Boxhill un infierno. Por decirlo en manera ciclista: subir igual que Boonen sube año tras año el Taainenberg. Como si fuese la última subida. Alguien como Cavendish no debería aguantar eso, pero ya sabe que el Sky es mágico, y que correr en casa da alas...

Según SMS Sánchez, el grupo de fugados debería recorrer esos 30 km. con al menos 2´ de ventaja. Demasiado, y creo que en el cálculo del murciano se incluyen apoyos a los británicos por parte de selecciones que, contando con sprinters de entidad, piensan que pueden disputar el oro a Cavendish. Hablo de Alemania y Greipel, por ejemplo. O Australia con Goss.

España acude con la peor selección de siempre, con dos únicos ganadores: Valverde y SMS Sánchez. El primero no está muy motivado, el segundo está muy vigilado. Ventoso, Castroviejo y Rojas apenas pueden soñar con hacer una buena carrera. Además, el seleccionador De Santos ha dado repetidas muestras en los últimos años de no saber dirigir a la selección en carrera.

Abundan los ciclistas que deberían evitar el sprint masivo, como Boonen, Gilbert o Van Avermaet, por no hablar de Sagan, el Cancellara que todos invocan, Gerrans -ojo con este-, Breschel o Chavanel. Sin embargo, todo apunta a que se vivirá la edición más aburrida de los JJ.OO, casi tan aburrida como el Mundial del año pasado. Ojalá me equivoque.
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Urraburu, un especialista, coge de aquí y de allá, pero especialmente del departamento de medios del Sky, para pintar este retrato dickensiano de Wiggins.Para el que no conozca Londres, como es el caso de este bardo vasco, podría parecer que Killburn es una especie de Bronx en los setenta, cuando nada más lejos de la realidad: está en la zona 2 -eso en Londres es centro-, tiene su High Street un poco decadente y llena de franquicias y negocios cerrados -como tantas zonas de Reino Unido- y un bonito cine art-decó que domina toda la parte central del barrio, ahora utilizado por una iglesia protestante como lugar de celebraciones. No se diferencia en nada de ninguna otra parte.
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Antonio Alix, que descubrió la penicilina y ahora está en pos de solucionar el cambio climático, vuelve a perpetrar una de sus columnas gallegas: por el continente y el contenido. Atención a los giros lingüísticos típicamente gallegos ("quiero creer que el uso de sustancias prohibidas disminuye"), que constituyen todo el relato y su fundamento.

"Las cosas del «creer» no suelen tener fundamento; son intuiciones, suposiciones o iluminaciones": lo que en otra persona sería una contradicción, en Alix es prueba de su altura de miras, que llega a las "iluminaciones". Porque quiere creer. Y cree.

"Llámenme iluso, pero es que me gusta tanto este deporte con el que me gano la vida hablando y escribiendo (y que practico todo lo que puedo) que me resisto a creer que las carreras se siguen ganando por la sabiduría -maliciosa- de los médicos más que por la estrategia de los directores y la capacidad natural -con el entrenamiento adecuado y las ayudas médicas permitidas y necesarias- de los ciclistas"

No hombre, si lo más fácil sería llamarte iluso...
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Al parecer, Flecha está en negociaciones con el Vacansoleil. Parece que los holandeses no han aprendido suficiente del fichaje de Devolder.
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En casa de herrero, cuchillo de palo. Y Telepizza.
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Una bici para la gente que no anda en bici.
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La final de la Davis en Sevilla, nuestro jugador número doce, dejó un millón de euros de pérdidas netas. Se gastaron 3´7 millones de euros y se ingresaron 2´8 millones. Un negocio ruinoso, que se salva -como siempre en estos casos- por la fabulosa inyección (en porcentaje total) de dinero público. Este país no tiene remedio.

lunes, 23 de julio de 2012

Con el futuro del pasado

Por ahí va el futuro del ciclismo
Las tres últimas etapas del Tour fueron para el mismo equipo que cuenta entre sus filas con el primero y el segundo de la general. Podían haber sido cuatro etapas seguidas, pero como los dos mejores corredores de la carrera se pusieron a interpretar su particular Pimpinela el jueves en los Pirineos, Valverde pudo ganar su etapita.

En total se han llevado seis etapas. No se recuerda un dominio así desde que irrumpió la EPO en el pelotón, la sustancia que alteró este deporte hasta la médula. Lo más curioso es que el equipo autor de este dominio se vende como limpio, e incluso como el futuro del ciclismo.

Si el futuro del ciclismo es colocar a jefe de filas y gregario como primero y segundo de la general tras dos semanas, ganar seis etapas y tener a alguien como Boasson Hagen tirando 150 km. en etapas de montaña, meterse en sprints e ir escapado el antepenúltimo día, mal vamos.

Pero bueno, a nadie parece importarle mucho ese "mal vamos" que se ha convertido en la coda necesaria para este deporte. Wiggins, el ganador de este Tour, es muy bien recibido por todos porque abre el mercado inglés -de hecho, se diseñó el recorrido a su beneficio-, tiene varias historias que enganchan con el periodismo (incluyendo un padre pistard que ocultaba las anfetas de los setenta en sus pañales) y hasta le llaman Le Gentleman, a pesar de decir canalladas sobre los que no nos creemos su éxito.

Porque no es sólo el Tour: al conquistar la carrera francesa Wiggins logra una temporada sin comparación posible, al haber ganado desde enero París-Niza (1 etapa), Tour de Romandía (2 etapas), Dauphiné Libere (1 etapa) y Tour (2 etapas), más el muy probable oro olímpico en CRI dentro de diez días, una temporada a la altura de las más brillantes de la historia del ciclismo. Ha ganando prácticamente todo en lo que ha salido a competir, con excepción del preparatorio en Algarve y la Volta, donde abandonó por el mal tiempo.

Los necesarios propagandistas de este deporte sin remedio saludan al nuevo campeón, uno que era incapaz de subir una montaña siquiera en el tercer grupo de favoritos hasta 2009, donde sorprendentemente acabó 4º en el Tour. Por entonces, la razón era que había perdido 8 kg. Ahora es que entrena mucho, como si el resto de corredores no lo hiciese. O que las bicis tienen rodamientos de cerámica. Todo vale, ya lo saben.

Su segundo de a bordo ha quedado a 3´21", pero con casi 3´ sobre el tercero. Se han movido en otra galaxia. También aquí todo perfectamente normal para los entendidos del ciclismo, que hoy llenan sus crónicas de elogios y, por poner una pincelada de color en el discurso esperanzador, que quizás la carrera ha sido un poco aburrida.

¿Ganando un mismo equipo con seis minutos de diferencia sobre el primero de los extraños, que jamás recortó tiempo? Es algo más que aburrido: es apisonador. Froome, el segundo, también lo fue en la Vuelta a España de 2011, cuando nadie contaba con el. De repente, en un giro que no hemos visto, salió después de varios años un competidor excepcional. Salió de la chistera. Por lo de chiste.

Nibali, el tercero, hizo lo que pudo: alguna de sus mejores cronos, en La Planche des Belles Filles una de sus mejores subidas, y ataques sin mucho futuro. No abundan los italianos en el podio del Tour: en los últimos 22 años sólo cuatro nombres (Bugno, Chiappucci, Pantani, Basso), y anteriormente estuvieron 20 sin subir a ningún hombre.

Lo del siciliano es digno de encomio: ha conseguido subir al podio de las tres grandes con 27 años (e incluso ganar la Vuelta con 25) y utilizando armas clásicas, o no demasiado exageradas. Sin embargo, es una excepción en su país, que en los 4 últimos Tour ha ganado dos etapas (Petacchi, en 2010) y que ha tenido una presencia residual en carrera, ni siquiera en las fugas.

Cuarto Van den Broeck a 10´15", una distancia insalvable. Es la mejor posición de un belga en el Tour en tres décadas, que se une al podio de De Gendt en el reciente Giro, con similares registros históricos. Atacó varias veces, pero es un corredor que sólo aparece para el Tour y el Tour, con el nivel médico-deportivo registrado este año, queda muy lejos.

Quinto Van Garderen, un extraordinario resultado difícilmente pronosticable en la salida de Lieja. Al americano se le ha subido un poco a la cabeza y ha dicho que ganará la carrera en un futuro no muy lejano. Ese tipo de declaraciones suelen ir en contra de quien las pronuncia, y abundan los ejemplos en la historia del ciclismo. Muy fuerte en montaña, pero aún más en contrarreloj, gana el maillot de mejor joven y coge el entorchado del ciclismo yanki para las grandes vueltas.

Sexto Zubeldia, el corredor de 35 años y tres-cuatro victorias de profesional, que cuando quedó segundo en el Dauphine del año ¡2000! se anunciaba como el nuevo Indurain. Su principal valor es la resistencia, característica que ya se conocía, a la que ha añadido un certificado médico por una arritmia sobrevenida este mismo año, conocida hace dos días. Ha hecho las mejores cronos de su vida en el Tour de este año.

Su equipo se lleva la clasificación por equipos por apenas 6 minutos sobre el Sky, pero jamás han corrido como un equipo, simplemente como una suma de individualidades, donde quien más ha destacado ha sido F. Schleck con su sonoro positivo. Cayó Schleck y Zubeldia el resistente empezó a flaquear en todos los puertos, igual que cuando cayó Di Gregorio del Cofidis, su compañero Taaramae -impresionante en Les Belles Filles-, también con problemas de salud poco antes del Tour, desapareció. ¡Qué tendrán los equipos!

El caso de Evans podría ayudar: el defensor del título en el Tour se disolvió en la parte final de la carrera, cayendo a un deshonroso 7º puesto. Si bien hay defensores del título mucho peores (los dos españoles: Induráin en 1996 11º, Sastre en 2009 17º), sorprende ese despeñamiento de Evans por cómo se ha producido ("dolores estomacales") y por el ascenso de su gregario Van Garderen, que ni lo esperaba en situaciones de pinchazo.

De rueda, claro. Vale que el australiano tiene 35 años, pero se había presentado al Tour sin mucha competición y batallando mucho en la dos primeras semanas. Le habrá afectado el mismo mal que a Hushvod -temporada en blanco, tras un 2011 prodigioso- o Gilbert, que lleva un año sin ganar y es una sombra del corredor que fue. ¡Qué tendrán los equipos!

Rolland, octavo, también puede hablar mucho de su Europcar, ganador de tres etapas, una suya, tras una cabalgada por los Alpes donde en el último puerto, en vez de flaquear, iba aún más rápido. Su equipo también padeció importantes problemas de salud colectivos antes de la carrera. Dicen que el futuro del ciclismo (otra vez) pasa por él, pero en este Tour también ha emergido el corredor del Franco-Condado Thibaut Pinot.

El más joven del Tour termina décimo, gana la etapa de Porrentruy, y brilla tanto en Alpes como en Pirineos, atacando y llegando con buen sprint a la meta. 22 años. ¿Saben qué? No iba a correr el Tour fue llamado a última hora. Lo pondré de nuevo: no iba a correr el Tour y fue llamado a última hora. Y ha hecho este Tour que ha hecho. No se ustedes, pero creo que hay un patrón que se repite.

Sagan gana el maillot verde en su primer Tour, también con 22 años, más tres etapas, tres segundos puestos y un dominio de la bicicleta y de las situaciones portentoso. De hecho, se puede decir que la mejor etapa del Tour es la que ganó en Seraing, la primera. Sólo otro corredor más joven que Sagan había ganado el maillot verde en su primera participación, nada menos que Walter Planckaert en los sesenta. Por último, la montaña fue para Voeckler, que dice que no se había marcado ese objetivo en la salida. 


Ha sido un Tour muy malo, con etapas muy buenas pero que no eran las decisivas, y lo ha sido en gran medida por el extraordinario dominio del conocido como UkPostal, en homenaje al UsPostal, al que ha mejorado en todos sus registros de arrogancia, si eso era posible. El futuro del ciclismo, dicen. Pues se parece bastante al pasado, el más reciente. 
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Con tanto baile de nombres hacia el Astana (se habla de los Schleck, Nibali, Froome), Kreuziger ha decidido acabar sus dos decepcionantes años con los centroasiáticos y ficha por el Saxo Bank.
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"A Madrid no le salen las cuentas olímpicas"  es el titular de una noticia que se ha hecho mucho de esperar en el periódico, porque los mimbres para titular así existen desde hace años. Celebremos pues la entrada en cordura de un medio de información todavía influyente que se deja muchas veces seducir por la pompa y el boato de los macroeventos deportivos, trascurando su necesaria función crítica sobre los mismos.

viernes, 20 de julio de 2012

Valverde en solitario

¿Vienes o qué? 
Si la etapa reina de los Pirineos decepcionó hasta el aburrimiento, sólo los más crédulos del lugar esperaban que el final en el inédito Peyragudes pudiese traer algo nuevo a una carrera que ya quedó definida en el también inédito La Planche des Belles Filles.

Una vez más en este Tour, la escapada del día llegó a meta. Esta edición de la carrera francesa va a acabar con los dos primeros de la general del mismo equipo, y los siete siguientes del top-ten sin ganar una etapa: es un buen índice de medición de la rivalidad que ha habido, porque significa que jamás han metido tiempo a los dos primeros.

El equipo Movistar se trabajó el triunfo, colando en la fuga a Rui Costa, Plaza y un Cobo que no se sabía si entraba o salía. También a Valverde, el predestinado para el triunfo. Subieron el Col de Mente a toda velocidad, y el murciano despegó en Bales tras ser fuertemente propulsado por su compañero portugués. El pelotón, impulsado por un Liquigas que sólo sabe tirar para absolutamente nada, jamás dejó que la escapada se fuese más allá de los 2´30".

Valverde estaba muy lejos de meta, pero sin embargo su pedaleo y su obcecación parecían ciertos, incluso más de lo que indicaba su exigua renta sobre un pelotón donde aguantaban todo tipo de corredores, incluyendo un Boasson Hagen que, no habiendo tenido que tirar gracias al trabajo del Liquigas, llegó a los últimos 10 km. de la etapa con los mejores. El único que flaqueó fue el pobre Zubeldia, ya renqueante en Mende, y al que nadie de su equipo ayudó: "es increíble, Klöden ha pasado al lado de mí y ni me ha mirado".

El corredor murciano subía bien el maravilloso Bales, sólo descubierto para el Tour en 2007, con su característico pedaleo de ir siempre levantado. Era muy raro verlo atacando en solitario y tan lejos y, como siempre pasa con este corredor, surgían inmediatamente las hipótesis de qué hubiese sido de su carrera de no haber estado siempre tan pésimamente gestionado y asesorado.

El Valverde que se vio ayer no tiene nada que ver con el que deslumbró a todos en su debut en el Tour de 2005 -el único que ganó un tú a tú a Armstrong en montaña-, el que rendía cuentas a un sprint que siempre salía favorable: ahora tiene que atacar de lejos, conservar una exigua ventaja y acabar dando las gracias. Y sin embargo, sigue siendo un buen corredor, pero muy lejos de sus rendimientos metahumanos. Quizás este sea el auténtico espesor del murciano, y le daba para ser de los mejores del mundo.

En el pelotón Van den Broeck acabó con la pantomima del Liquigas, pero no fue muy lejos. Le secundaron, dentro de sus posibilidades, Rolland y Pinot, ese corredor que enamora. A 3 km. para meta se quedaron solos en la persecución de Valverde Froome y Wiggins, y de ser por el nacido keniano, hubiesen alcanzado al murciano.

Sin embargo, volvieron a repetir la lamentable secuencia de "estoy más fuerte que tu y te humillo" que ya se vio en los Alpes, en el auténtico momento-Tour trasquilado. Y Froome lo hizo hasta en tres ocasiones, pidiendo a Wiggins que se acercase con la mano, en un gesto realmente incalificable. Iban a una velocidad muy superior a sus rivales, pero aún así Froome podía ir más rápido.

No fue una etapa de desgaste ni muy dura: las diferencias en meta así lo indican.  Sin embargo, la sensación de superioridad fue tal que parecía que sólo estaban en carrera los dos británicos. Froome siempre unos pasitos por delante, para recalcar su superioridad. Valverde ganó la etapa por pocos segundos, pero no era noticia: lo había vuelto a ser el espectáculo metadeportivo de la pareja del Sky.

El Tour acaba en tres días. En 1986, en la era pre-EPO y casi precientífica, Greg LeMond y Bernard Hinault subieron al podio como primero y segundo, cuando en la salida de carrera eran gregario y capitán. En 2012, en la supuesta era post-EPO y de ciencia blanca, van a acabar primero y segundo del Tour dos corredores del mismo equipo, capitán y gregario, por órdenes de equipo y jerarquía. No va a ganar el más fuerte de la carrera, va a ganar lo que hace que este deporte este donde este.
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C.A Sorensen, también presente en la fuga, no tuvo mejor idea que meter sus dedos entre la rueda para sacar un papel (¡un saludo a Zarrabeitia!) y acabó la etapa entre borbotones de sangre. 14º de la general, hoy no tomará la salida porque le han tenido que hacer un injerto de piel en un dedo.
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Descacharrante palmarés de Valverde publicado en El País: victorias que no existen -la etapa en el Tour 2007- éxitos destacados que no lo son tanto, éxitos omitidos....
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Así se las gastan los hermanos Izagirre: Gorka "Recuerdo una vez cuando estábamos en el caserío de Mutiloa que reñimos en el frontón, nos empezamos a pegar, él salió corriendo y cuando se alejaba agarré una piedra y se la tiré. Le di en la cabeza y le hice una brecha"