viernes, 27 de julio de 2012

Toda la carrera para Cavendish

Saludando a una seguidora
Mañana, abriendo el calendario olímpico, se disputa la prueba de ruta en ciclismo, con un circuito que unos califican de fácil y otros de difícil. Yo creo que es muy fácil, y la dificultad de la carrera vendrá de controlar la misma.

Después de varias subidas a un circuito en el condado de Surrey, los ciclistas regresarán a Londres por un recorrido muy llano y facilito, incluso sin curvas. El máximo favorito, y lo es desde hace años, es Mark Cavendish.

El que va camino de ser el mejor sprinter de la historia irá acompañado de una selección con el vigente campeón del Tour (Wiggins), Millar, el segundo del Tour (Froome) y Stannard. No es una selección de ensueño como la irrepetible de España en Pekín 2008, pero es la que mejor en forma está.

Con un supersprinter como Cavendish en liza, todos tendrán que intentar reventar la carrera antes del previsible sprint, pero no es nada fácil. A ver si por lo menos vemos una gran prueba ciclista, como viene siendo la prueba desde que los profesionales pudieron competir en Atlanta 1996. De hecho, la carrera de Pekín fue emocionantísima y vibrante.

El resto de selecciones tienen aspirantes en un segundo escalón al de Cavendish, por lo que su obligación es hacer una carrera durísima a mitad de los 250 km. de la misma, cuando se hacen las subidas a Boxhill. Esto significa quitar de delante, o no ir cómodamente a rueda, del previsible ritmo cómodo-rápido que marcarán Wiggins y Froome.

Para esto hay corredores de sobra, o eso parece: de la última subida a meta hay 30 km., distancia suficiente para que trotones como Nibali, Cancellara o SMS Sánchez puedan coger diferencia y montar algo de peligro. Sin embargo, cualquiera que haya visto el reciente Tour, sabe perfectamente que Wiggins o Froome pueden anular cualquier escapada, por muy prestigiosa que sea.

Si el resto de selecciones quieren evitar el cantado sprint victorioso de Cavendish, deberán hacer de cada una de las nueve subidas a Boxhill un infierno. Por decirlo en manera ciclista: subir igual que Boonen sube año tras año el Taainenberg. Como si fuese la última subida. Alguien como Cavendish no debería aguantar eso, pero ya sabe que el Sky es mágico, y que correr en casa da alas...

Según SMS Sánchez, el grupo de fugados debería recorrer esos 30 km. con al menos 2´ de ventaja. Demasiado, y creo que en el cálculo del murciano se incluyen apoyos a los británicos por parte de selecciones que, contando con sprinters de entidad, piensan que pueden disputar el oro a Cavendish. Hablo de Alemania y Greipel, por ejemplo. O Australia con Goss.

España acude con la peor selección de siempre, con dos únicos ganadores: Valverde y SMS Sánchez. El primero no está muy motivado, el segundo está muy vigilado. Ventoso, Castroviejo y Rojas apenas pueden soñar con hacer una buena carrera. Además, el seleccionador De Santos ha dado repetidas muestras en los últimos años de no saber dirigir a la selección en carrera.

Abundan los ciclistas que deberían evitar el sprint masivo, como Boonen, Gilbert o Van Avermaet, por no hablar de Sagan, el Cancellara que todos invocan, Gerrans -ojo con este-, Breschel o Chavanel. Sin embargo, todo apunta a que se vivirá la edición más aburrida de los JJ.OO, casi tan aburrida como el Mundial del año pasado. Ojalá me equivoque.
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Urraburu, un especialista, coge de aquí y de allá, pero especialmente del departamento de medios del Sky, para pintar este retrato dickensiano de Wiggins.Para el que no conozca Londres, como es el caso de este bardo vasco, podría parecer que Killburn es una especie de Bronx en los setenta, cuando nada más lejos de la realidad: está en la zona 2 -eso en Londres es centro-, tiene su High Street un poco decadente y llena de franquicias y negocios cerrados -como tantas zonas de Reino Unido- y un bonito cine art-decó que domina toda la parte central del barrio, ahora utilizado por una iglesia protestante como lugar de celebraciones. No se diferencia en nada de ninguna otra parte.
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Antonio Alix, que descubrió la penicilina y ahora está en pos de solucionar el cambio climático, vuelve a perpetrar una de sus columnas gallegas: por el continente y el contenido. Atención a los giros lingüísticos típicamente gallegos ("quiero creer que el uso de sustancias prohibidas disminuye"), que constituyen todo el relato y su fundamento.

"Las cosas del «creer» no suelen tener fundamento; son intuiciones, suposiciones o iluminaciones": lo que en otra persona sería una contradicción, en Alix es prueba de su altura de miras, que llega a las "iluminaciones". Porque quiere creer. Y cree.

"Llámenme iluso, pero es que me gusta tanto este deporte con el que me gano la vida hablando y escribiendo (y que practico todo lo que puedo) que me resisto a creer que las carreras se siguen ganando por la sabiduría -maliciosa- de los médicos más que por la estrategia de los directores y la capacidad natural -con el entrenamiento adecuado y las ayudas médicas permitidas y necesarias- de los ciclistas"

No hombre, si lo más fácil sería llamarte iluso...
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Al parecer, Flecha está en negociaciones con el Vacansoleil. Parece que los holandeses no han aprendido suficiente del fichaje de Devolder.
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En casa de herrero, cuchillo de palo. Y Telepizza.
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Una bici para la gente que no anda en bici.
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La final de la Davis en Sevilla, nuestro jugador número doce, dejó un millón de euros de pérdidas netas. Se gastaron 3´7 millones de euros y se ingresaron 2´8 millones. Un negocio ruinoso, que se salva -como siempre en estos casos- por la fabulosa inyección (en porcentaje total) de dinero público. Este país no tiene remedio.