jueves, 16 de agosto de 2012

En tierras de Induráin

"Navarra española" es un pleonasmo similar a "trágica muerte"
Mañana comienza una nueva edición de la Vuelta España, un patrimonio nuestro injustamente maltratado por la organización -hasta hace bien poco quería volver a abril- y que ha adquirido  inusitados bríos, con bastante dosis de suerte.

Cualquier aficionado al ciclismo reconocerá que en los dos últimos años la Vuelta ha sido la gran ronda más emocionante, aunque por motivos al margen de los organizadores (o eso creemos): en 2010 el duelo entre Nibali y Mosquera y en 2011 el baile de líderes jamás visto y el duelo entre Cobo y Froome.

Salvo en el caso del italiano, todos eran corredores desconocidos o incapaces de dar dos pedaladas seguidas fuera de sus fronteras naturales, pero eso da igual: el organizador quiere espectáculo, y lo quiere desde los hermanos Franco y Víctor Cordero. Si hay que vestir a un Nozal, pues se viste. Ellos tan contentos con poner únicamente finales en cuesta -que neutralizan toda la etapa hasta el medio minuto final- y sólo una etapa de montaña, preferentemente en Asturias y asfaltando una nueva cuesta de cabras.

La fórmula ha funcionado, a Guillém le llueven los elogios y hasta incluso parece que en la previa de esta edición los medios dedican más atención, a pesar de que coincide en fechas con el inicio del campeonato de balompié. A mí no me termina de convencer esas etapas raquiticas, esos recorridos ayunos de fondo, esos diseños a cartabón -este año la carrera no baja de Madrid- y esa continua aparición de sorpresas, pero bueno, esto es un circo y yo me dedico a analizar los nuevos monstruos en la pista. A veces también la pista, pero creo que con decir "la Vuelta" ya basta.

El recorrido ya tuvo su entrada cuando se presentó en enero, por lo que simplemente hay que destacar la machacona presencia de finales en alto, las bonificaciones en cada etapa de 12", 8" y 4" (las Vueltas de 2008 y 2011 se decidieron por este aspecto), el recorrido exclusivo por el norte de España -cinco etapas en Galicia, incluyendo la única CRI- y el prólogo CRE en Pamplona.

La ronda española regresa a la españolísima Navarra -¡un saludo a esos carlistas que votan a Unión del Pueblo Navarro o al PP, según como cambien las siglas en cada elección!- tras 18 años de ausencia, dicen que por ser vascos e independentistas, pero yo en Navarra veo veto al aborto, Opus Dei, rancio tradicionalismo y sí, algún joven con peinado raro, pero meramente folcklórico. Y muy poco ciclismo, con una única carrera al año. Para recibir la carrera española han ideado un recorrido sanferminero, con final en la plaza de toros incluído. Ni un humorista lo hubiese hecho mejor, pero con las cosas navarras siempre hay que tener mucho humor.

18 años, ya ven. Y en la tierra de Induráin. Como los navarros son muy suyos y sólo se entienden entre ellos, en 1996 trajeron el Tour de Francia, que no les debía parecer una prueba extranjera. Fue una etapa de 260 km. -nunca se ha vuelto a hacer esa distancia en el Tour- y su gran héroe entro muy retrasado, en un claro homenaje a la mentalidad imperante en la zona. Es la ironía con la que se suele pagar en este tipo de situaciones. 

La gran estrella es Alberto Contador, el favorito indiscutible al triunfo final, que vuelve tras su brevísima e injusta -por breve- sanción de apenas siete meses. Con sus certificados médicos bien afilados, su mayor rival será ese malvado británico llamado Froome que dispone de un certificado médico de órdago -nada menos que un raro virus africano que devora los glóbulos rojos, ¿saben con que se combate?- y que saltó a la pista central del circo hace un año, y que tras varios intentos quiere un título grande.

Contador viene con su equipo de comparsas -aunque Navarro está bien- y Froome viene con Porte, Urán y Henao, el colombiano debutante en Europa que cuenta con guiños en cada una de las carreras que ha disputado, incluyendo un 9º puesto en el Giro trabajando de gregario. Ya ven: prácticamente neoprofesional y corre dos grandes en año. La fórmula Sky.

En lo que parece un duelo de tú a tú a ver quien tiene el certificado más de níquel hay bastante invitados con posibles,  a los que el juego de bonificaciones, finales en alto y pachanga propia de la Vuelta -se puede salir de discotecas entre etapa y etapa- puede favorecer: los conocidos casos de J. Rodríguez (arropado por Moreno y Menchov), Antón (con el dicen que prometedor Landa y el debut en una grande del muñeco roto Sicard) y Valverde y su fiel gregario Cobo -o al revés, qué más da-, que por conocidos y repetitivos no merecen mayor análisis.

Entre la armada extranjera, compuesta un año más por retales de las caídas del Tour, destacan Van den Broeck -octavo en 2011-, Gesink -cuyo mayor rival es el asfalto-, Mollema -cuarto el año pasado-, Quintana -el otro colombiano prodigioso, compañero de Cobo y Valverde, pero que anda como los dos juntos-, Talansky -es del Garmin/Girona, yanki, tiene 23 años-, Monfort y De Gendt, que afronta su segunda grande del año tras el tercer puesto del Giro, pero donde tiene que estar atento desde el primer día, algo que no le favorece.

De los que vienen a preparar el Mundial destacan Gilbert -cero victorias esta temporada, increíble- y su compinche Ballan, Thomas Dekker -volvió y está en el Garmin, será la tercera grande que dispute en su vida, pero lo que realmente quiere es brillar en el Mundial de Valkenbourg, en su casa-, Cunego -Bettini insiste en decir que no lo llevará, pero seguro que cambia de opinión-, Tony Martin, Terpstra, Breschel o Boom.

En cuanto a sprinters, la nómina es sencillamente pésima. Bennati es el que más galones tiene, pero nunca gana, por lo que la rivalidad con J.J Rojas será altísima. En esa nadería pueden aprovecharse Degenkolb o el joven francés Bouhanni, además de Ben Swift (es Sky, no hacen falta más argumentos), Viviani, Steegmans o Koldo FdL. Ninguno de ellos haría entre los cinco primeros en un sprint del Tour de Francia, pero es que este año hay nueve finales en repecho en la Vuelta y claro, los sprinters se han ido a otras partes.

Induráin, ese gran navarro por lo que tiene de serio e introspectivo -como su paisano Moneo, de formación radicalmente distinta, pero mismo talante-, suele clavar sus análisis cuando le dan la oportunidad de expresarlos. Mañana la Vuelta comienza en su tierra, y seguro que le parece muy bien. A mí también, pero seguramente por motivos totalmente contrarios a los suyos. Ojalá veamos una buena vuelta al margen del kilómetro final.
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En los JJ.OO CRI  ganó Wiggins, completando un año de ensueño. No fueron rivales ni Tony Martin ni su compañero de selección y equipo Froome, que hace justo un año era un corredor de serie Z del pelotón y ahora acumula dos podios en grandes vueltas con sendas etapas y una medalla olímpica.
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La carrera más importante disputada en agosto ha sido la clásica de San Sebastián, que debido a su importancia se ha celebrado un martes. Es una carrera venida a menos de tal forma que este año se ha disputado de milagro. SMS Sánchez hizo lo que no hizo en los JJ.OO: a nueve de meta, como en el Tour, y subiendo Arkale se fue en solitario sin que nadie pudiese seguirlo, tras un gran trabajo de sus compañeros Mollema y Gesink. El murciano lleva en forma desde cuando ni se sabe, haciendo bueno eso que dicen del ciclo del corredor que cambia de equipo: el primer año siniestro, el segundo diestro. Tanto, tanto que el entendido Breukink ha ampliado su renovación de contrato de dos años por otro más adicional, hasta el 2015. 

Hoy se disputa la segunda carrera más importante de este agosto plomizo: el GP de Hamburgo.
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Wiggins celebra su oro olímpico pillándose un "ciego de alcohol", y eso que es ex-alcoholico. Como ven, el deporte profesional transmite grandes valores que algún partido político quiere que sean copiados por el conjunto de la sociedad. Semanas más tarde, es descubierto en Mallorca en las mismas y fumando. Fu-man-do. El deporte es salud. En breve conoceremos su certificado médico, si procede. De momento, ya van diciendo por ahí que es asmático, como todos los ciclistas profesionales. Un asmático que fuma. Como tu abuela.
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Freire articulista. Debutó antes de la prueba en ruta de los JJ.OO con un artículo que indudablemente estaba escrito por él mismo -fíjense en la forma de las frases y lo que dice- y, para después de la prueba, algún corrector tipo su amigo Pedro Horrilo o el propio Arribas ya le hizo un repaso: parece que no están escritos por la misma persona.
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Me dicen que número 10, el amenazador de muerte y campeón de sí mismo, no se recupera de su lesión, esa que le dejó maltrecho de muchas costillas justo antes del Tour y que sin embargo no impidió verle entrenando por su recoleta región a los pocos días. Esa maldita lesión ha impedido que pueda estar en esta Vuelta a España. Esa maldita lesión que algunos -los de siempre, ya lo saben- relacionan con una cosa muy fea, casi de diez, y que a lo mejor acabamos sabiendo a final de año, cuando la federación tiene que publicar por imperativo legal la pedrea del año.