lunes, 20 de agosto de 2012

De Almódovar del Campo a Viana

Disculpen que no me haya sumado a la ola de felicitaciones que ha acompañado el retorno de Alberto Contador. Tampoco se fue tanto: apenas siete meses de sanción de competición, más los efectos retroactivos que no van a notar en el organismo, aunque sí en el palmarés.

Como no me ha dado tiempo a continuar el serial compuesto por el análisis de la jugosísima sentencia del TAS sobre el caso solomillo, y que forzosamente va a concluir con que la sanción impuesta al carnívoro de Pinto era demasiado benevolente, los hechos se han precipitado y ya está aquí de nuevo este ciclista especialista en meterse en líos: de equipo, de compañeros, de selección de calendario, de dopaje.

Volvió en el Eneco Tour, donde acabó quinto. No era su tipo de carrera -este año la última etapa acabó en un muur-, pero si lo es esta Vuelta a España que lo ha recibido como un hijo pródigo, a pesar de que la sola presencia de Contador y sus dos certificados médicos condicionan cualquier carrera ciclista, y la condicionan en el aspecto más importante: el de quien se va a llevar la carrera.

Entre los abundantes aspectos desagradables de este muchacho que siempre nos han vendido como muy cuerdo y cabal, está la terca realidad consistente en que es bastante impulsivo y rabioso. Ya en el Giro 2011, donde nunca tuvo que participar, salió a stravincere, y a fe que lo hizo; si alguien esperaba una actitud distinta para esta Vuelta de su retorno tras la sanción, una actitud asociada a una madurez que parece no llegar nunca, estaba muy equivocado.

En la CRE se defendió -primera victoria para Unzué en 30 años de estructura en una gran vuelta, se corría en casa: una moto equivocó el recorrido para el Quick Step que volaba, como si esto fuese Italia- y en la primera etapa con final en la navarrísima Viana realizó un gesto inequívoco, casi tanto como el de tocarse la oreja cuando está mintiendo, de tal manera que corre el riesgo de acabar como Mr. Potato: con ella desprendida, o de color rojo.

En la Vuelta a España se conservan las bonificaciones que han desaparecido de las otras dos grandes vueltas, y se conservan de una manera espléndida: 12, 8 y 6 segundos para los tres primeros de cada etapa en línea, y 6, 4 y 2 para los tres primeros de cada uno de los dos sprints intermedios de cada etapa.

No es algo baladí: la Vuelta de 2011 se acabó decidiendo a favor de Cobo porque sumó más bonificaciones que Froome, y Contador ganó su Vuelta en 2008 también gracias a una simpática bonificación que sumó en el sprint intermedio de Almódovar del Campo, desde entonces lugar de peregrinación contadorista a la altura de Arriondas o la carnicería de Irún.

El recorrido de la primera etapa, extremadamente imaginativo, incluía un paso por meta a 16 km. de la conclusión, para apreciar las bellezas incorruptibles de Viana. Ahí estaba un sprint intermedio en el que Contador, de manera muy sorprendente, pasó 3º, sumando así 2" en la general. Al día siguiente no había crono -como si pasó en 2008- que justificase esa avidez de segundos, y aunque la hubiese, no olviden que estamos hablando de la primera etapa de las veintiuno que hay en carrera.

Al contrario: lo que ha habido es la llegada en Arrate, tras muchos años de ausencia artificial de la Vuelta. Apenas 155 km. de etapa y final en esta meta que jamás produce diferencias entre los favoritos. Los que se presuponen como los cuatro más fuertes de la carrera (A.C, J. Rodríguez, Froome y Valverde) han llegado en el mismo tiempo, y el resto de aspirantes a la vertiginosa distancia de 6". Estamos en la Vuelta: las bonificaciones producen más diferencias que los finales en alto.

Alberto Contador, al que los siete meses en la nevera no han cambiado un ápice, ha atacado hasta en siete ocasiones en una subida que no produce diferencias. Para los contadoristas esto es espectáculo. "Lo importante es dar espectáculo", decía el primero de los fieles de esta extraña secta convertida a vegetariana a fuerza de golpes recibidos en Pau.

Atacar hasta siete veces en una subida como Arrate, en el tercer día de carrera, es una tontería en un corredor que en teoría aspira a la clasificación final: quédense con esta premisa. Habrá quien aplauda -de nuevo los contadistas-, igual que en el Tour 2011 ese famoso bardo llamado Juanma Trueba y que opera desde el piso franco de As dijo de una de las payasadas que montó Contador con S. Sánchez que "será tan recordada, o más incluso, que algunos de sus triunfos".

Y se quedó tan ancho, oigan.  Es difícil que alguien recuerde, no ya el nombre de la tachuela, sino ese propio ataque, porque en una gran vuelta lo que queda es la clasificación final. De ese Tour, a tenor de lo demostrado en estos tres días de competición en la Vuelta, Contador ni su dañino entorno (¿seguirá Pepe from Valencia en él? ¿Y Telepizza como asesor nutricional?) ha aprendido absolutamente nada.

El ataque, y más en un corredor como Contador, tiene que concentrarse en un único momento decisivo, que vendrá en la tercera semana en las etapas de Asturias. Como hizo Andy Schleck en el Galibier. Antes, sencillamente, no hay terreno, y simplemente se trata de limitarse a reducir las pérdidas en bonificaciones ante J. Rodríguez y especialmente Valverde, ganador hoy en Arrate y que ha dicho "que con esta victoria ya he cumplido en esta carrera", para pasmo del aficionado.

Sin embargo, ya lo ven: buscando los segunditos de un sprint intermedio y quemando cartuchos hasta siete veces -especialmente patéticos los dos arreones en el llano antes de meta, en uno pidiendo apartarse a la moto de televisión- cuando no había nada que ganar. Es verdad que Contador suele ganar sus grandes vueltas con márgenes relativamente ajustados, pero no es menos cierto que casi siempre gana.

¿A qué se debe este actitud? Principalmente a su arrogancia e impulsividad, esa que impregna toda su carrera. Sin embargo, los más viejos y veteranos saben que cuando un favorito va buscando las bonificaciones desde tan temprano, o quemando fuerzas en la tercera etapa, es que no va tan bien como parece querer.

Lo dijo muy bien ese zorro viejo -por este orden- llamado Carlos Sastre con la Vuelta del año pasado, donde el favorito número uno en la previa y en la primera semana era Nibali, que parecía poner todo de su lado en el tremendo golpe de mano del Liquigas en la llegada a Córdoba: "si va buscando las bonificaciones es que tan bien no se verá".

La carrera corroboró la intuición del gregario de Hamilton, Basso, los Schleck y Cobo. Veremos a ver que pasa en este Vuelta con un corredor que llega de siete meses sin competir y que, aunque ganase un Giro de Italia viniendo de la playa, su última grande se saldó con un sonoro fracaso de un 5º puesto y sin ningún triunfo parcial  -tiene serias dificultades para vencer en etapas de grandes vueltas-, y que ha pedido a sus compañeros de equipo un estado de forma con el que no contó ni el Giro 2011 ni en el Tour de ese año, donde corrió virtualmente solo.

De momento, hoy en Arrate se ha visto como Froome, que cuenta con un certificado médico que rivaliza con el de la epilepsia de Contador, no se ha despegado en ningún momento. También se ha visto que la impulsividad de Contador, al igual que en la etapa de Alpe D´Huez en el Tour 2011, da poquísimo rédito: siete ataques, siete, para al final ser el cuarto de los cuatro favoritos y no sumar bonificación alguna. Eso sí, tiene la del sprint intermedio, que esperemos que no sea un Almódovar del Campo 2.0.
***
Alfredo Varona, que ya hizo aquel esperpento de entrevista a Roberto Heras en Público, repite medio, deporte y esperpento con una entrevista a Cobo. Las preguntas son propias de un bolero, y entre las respuestas me quedo con esta frase del cántabro: "A mí no me importa ser segundo, pero me repatea serlo por detrás de un ciclista que se ha dopado". Menudo saludo a Piepoli, y eso que le regaló la etapa de Hautacam 2008.
***
Eritreo, "negro africano", exótico...y con problema cardíaco...si, definitivamente es ya un ciclista como los demás. 
***
Qué grande, pero qué grande es Bahamontes. Nunca me canso de decirlo. A por los noventa años con la cabeza perfecta y dando entrevistas como esta.
***
Diezmil y pico equipos en el tropela.net para la Vuelta, y sólo el 1´9% ha escogido a Cobo, vigente campeón, en su elección.