lunes, 20 de mayo de 2013

Recetas de Postres: Tarta de queso y frutos rojos

Ingredientes:

600 g de queso Philadelphia®
4 huevos
1 c.s. de Maizena®
180 g de azúcar
120 g de galletas de canela
60 g de almendras molidas
60 g de mantequilla fundida más un poco para el molde
250 g de frutos rojos

Preparación:

Precalentar el horno a 150º y engrasar un molde desmoldable con la mantequilla. Trocear las galletas, ponerlas en el vaso de la batidora con las almendras molidas y la mantequilla fundida; triturar hasta obtener una textura arenosa.

Tapizar con este preparado el fondo del molde. Lavar el vaso y echar el queso, los huevos, 150 g de azúcar y la Maizena previamente diluida con 2 cucharadas de agua fría. Triturar a velocidad máxima hasta obtener un compuesto liso. Verter en el molde y hornear a 150ºC durante 1 hora y 15 minutos.

Dejar enfriar antes de desmoldar y servir con los frutos cocidos durante 3 minutos en una cazuela con el resto del azúcar y 2 cucharadas de agua.

Recetas de Postres: Arroz con leche


Ingredientes:

1 litro y medio de leche
200 g de arroz
125 gr de azúcar
20 gr de mantequilla
un par de ramitas de canela frescas
cáscara de un limón
canela molida a gusto

Preparación:

Usar una cacerola (de las que no se pegan) de mediana a grande y calentar la leche a fuego medio con el azúcar, la cáscara del limón y las ramitas de canela. Dejar hasta que la leche empiece a hervir.

Mientras tanto debemos lavar bien el arroz. Lo mejor es ponerlo en un colador bajo el grifo de agua fría. De este modo eliminamos el exceso de almidón que el arroz pueda tener (primero el agua saldrá blancuzca, luego, cuando salga ya clara, es porque el arroz está limpio).

Cuando la leche empiece a hervir agregamos el arroz a la cacerola y removemos bien con una cuchara de madera. Poner el fuego entre moderado y bajo. Vamos a cocinar por casi una hora. es muy importante que vayamos revolviendo, especialmente durante los ultimo 20 minutos para que el arroz no se pegue al fondo de la cacerola.

A los 50 minutos probar el arroz a ver si está hecho. No debería quedar mucha leche en la cacerola, de ser sí el arroz absorberá aún un poco más. Retirar del fuego sólo cundo quede muy poca leche.

Retirar las ramas de canela y la cáscara de limón. Agregar la mantequilla y fundir con el arroz. Dejar reposar 5 minutos.

Servir en cuatro pequeños cuencos y decorar con canela molida a gusto.

domingo, 19 de mayo de 2013

Humillación al Galibier

Otros ciclistas suelen alzar los brazos
Se volvió a cumplir la predicción. No era muy difícil: las dos etapas de montaña de fin de semana y antes del segundo día de descanso han sido un simulacro de ciclismo, una farsa vendida como competición por mero capricho del organizador y una humillación para este deporte en uno de sus grandes mitos, el Galibier.

El sábado se anuló la subida a Sestriere y la charlotada del Jafferau fue imposible de ver: los helicópteros no pudieron volar y sólo se pudo ver la llegada de los ciclistas a meta. Casi mejor así.

El Fantini trabajó descaradamente para Nibali por medio de los honrados y jóvenes Garzelli y Di Luca. Cuando quedaban dos km. para meta, si tenemos que hacer caso a radiovuelta, saltó Santambrogio y Nibali fue a su rueda. No disputó el sprint, por lo que el corredor que estuvo tres años en el BMC porque Ballan lo quiso a su lado y no hizo nada, inscribió su nombre en una supuesta cumbre mítica del ciclismo, tanto que era la segunda vez que se subía.

¡Pobre Santambrogio! Nada más llegado al BMC salió que estaba dentro de la cuadra del Lampre que recurría al dopaje, y el equipo lo tuvo en la nevera un tiempo prudencial, hasta que cambió de opinión y compitió sin especial brillo en las carreras de tres semanas. Cumple 29 años este año enrolado en un equipo menor, lo que no le ha impedido ser de los mejores en la Tirreno-Adriático y ganar su etapita del Giro. Otro representante del ciclismo que cambia y la nueva generación.

Peor ha sido hoy en el Galibier, claro. Por la mañana Michelle Acquarone, que está en esto porque le gusta el ciclismo y no el dinero, saludaba los cielos despejados y que la etapa programada por puro capricho (¿que necesidad tiene el Giro de ir a explorar el Galibier?) se iba a poder disputar. Acabando cuatro km por debajo, pero se iba a poder disputar; atravesando paisajes completamente nevados, pero asegurando a los patrocinadores que su inversión iba a tener retorno.

Se situó la meta a la altura de la espantosa estatua en honor a Pantani, en el supuesto punto donde su médico lanzó el ataque que, a la postre, le dio el Tour 1998, no en vano conocido como el del caso Festina. Estamos en un deporte que dice que esta cambiando, pero homenajea a su Ben Johnson, el ciclista que acabó fiambre seis años después.

Pues nada mejor que alguien a la altura del homenajeado: Giovanni Visconti, de profesión "sus labores" ha ganado en el Galibier. Con una fuga en solitario. Los cinco últimos kilómetros bajo la nieve. Se ha desplomado al entrar en meta, pero porque es sprinter. Visconti, el corredor que sufre con el frío, siciliano como es.

Visconti, de improbables dotes escaladoras, humilla una cima mítica del ciclismo. Esto es mucho peor que la victoria de Jalabert en Covadonga en 1994. Este corredor pasó a profesionales con el mismo pálpito que Nibali, pero jamás ha hecho nada: tres campeonatos nacionales y, especialmente, un subcampeonato ante Simeoni, al que no saludó en el podio. Ese es el ciclismo que representa Visconti.

Siempre en equipos menores, Unzue con su olfato de clarete y pacharán lo fichó en 2012 para Movistar, donde el muy ufano corredor afirmó que iba de colíder a las clásicas, se supone que con Valverde. No hizo nada, claro: su única victoria fue un GP Primavera que le regaló el murciano, igual que hizo en 2007 con J. Rodríguez. En el Giro, su objetivo, fracasó en las etapas que tenía marcadas (incluyendo lloros y lamentelle de italiano) y a final de temporada cumplió una sanción por dopaje.

Era cliente de Ferrari. En la RAI hoy no han dicho ni mú de este asunto: simplemente se referían a una depresión durante el invierno. Es el ciclismo que cambia, señores. Un joven italiano que no anda ni para atrás, incapaz de ganar fuera de su país salvo que le regalen la etapa, frecuenta un conocido médico dopador. Normal que en Movistar no lo despidiesen, considerando que el galeno italiano llevó a todo el equipo (incluyendo a David López, ahora en el Sky que expulsa a corredores con pasado de dopaje) en 2007.

En fin, que se va a decir del equipo de Rubén Plaza, o Tino Zaballa. Por ejemplo, se va a decir que llevan tres años ganando dos etapas en cada Giro, y con cinco corredores diferentes: al sprint y en montaña, con consumados escaladores como Kiryenka, Amador o....Visconti. En el Galibier. Grande impresa. Si, concretamente convertir a un rodador en escalador.

En meta el doliente sicialiano se derrumbó, para despues gimotear ante los micrófonos de sus compatriotas que ha nacido el mismo día que Marco Pantani, concretamente el 13 de enero. Sin haber leído las crónicas de la humillación al Galibier en otros escribas a sueldo, estoy seguro que construirán su pedazo de propaganda en torno a esta casualidad y a las palabras "leyenda" y "nieve". Como si lo viese.

En la lucha por la general absolutamente nada: Betancur volvió a ser segundo y araña segundos de bonificación y algunos en línea de meta, no mucho. Nibali salió a rueda de un ataque de Majka y Kiserlovski, como si le inquietasen: más bien lo hacían a Santambrogio, pero ya todo da igual. Lo mejor que puede hacer este Giro, que todavía tiene que rendir seis etapas, es acabar.

Si les parece una solución drástica, contemplen la posibilidad cierta de etapas descabezadas sin Stelvio o Gavia o, peor aún, puertos míticos coronados por Rabbotini, Cobo o Visconti. La última vez que se subió a las Tres Cimas de Lavaredo ganó Riccó, y también se saludó como el nuevo Pantani, la nueva generación y una hazaña. El Galiber sólo ha sido final de etapa en dos ocasiones: en una ganó A. Schleck recorriendo siete km. más, en otra ha ganado Visconti. Ante la estatua de Pantani. Me parece un digno homenaje al ciclista muerto por ser ciclista, pero no un vencedor digno de esa cumbre.

sábado, 18 de mayo de 2013

Una carrera a la deriva

Único puerto de hoy. Sin asfaltar
Decían las viejas parcas, esas que escriben en los periódicos, que el Giro comenzaba tras la crono de Saltara: mentira, una vez. Esa frase manoseada y muchas veces vacía se tiene que emplear cuando las grandes carreras se dedican a hacer excursiones por otros países, pero en el Giro cada etapa cuenta, mientras exista esa etapa.

Ayer, por ejemplo, la organización tenía en plantel una espectacular etapa de 254 km (la distancia del Tour de Flandes) entre el pueblo de nacimiento de Verdi en Parma -se cumple el bicentenario del nacimiento del genio italiano- y Cherasco, el pequeño pueblo piamontés donde últimamente acaba el Giro del Piamonte. La etapa es necesaria en una gran vuelta, a pesar de lo cual miren como la saluda a primera hora este ciclista:


Estamos hablando de todo un ganador de Sanremo, que se queja de una etapa de fondo y resistencia, y con un puerto pedalabile final. No se que está pasando en el pelotón -aunque se intuye-, pero ver a ciclistas quejándose de estas cosas, y ciclistas que no acaban de salir de su pozo a pesar de su juventud, es significativo.

La carrera no es dura, al contrario: ya verán por qué. La etapa de Cherasco fue preciosa, sin añadido alguno. Puro ciclismo: escapada de valientes que se forma en el km. 30, que llega a tocar los 12´ de ventaja,  y cuyo último miembro, el sobradamente conocido Pablo Lastras, sólo es neutralizado a 13 km. de meta, tras 226 km. escapado.

En medio de ese paisaje increíble que conforman las Langhe piamontesas -zona colinar entre 300 y 500 metros sobre el nivel del mar, plagada de algunos de los mejores viñedos del mundo- los ciclistas iban en fila india con sucesivos ataques, contraataques, subidas, bajadas, falsos llanos, ataques de valientes como el joven Liberty Giampaolo Caruso, para una resolución al sprint.

Ganó Cavendish de una manera increíble, sin lanzadores: casi 400 metros y un Nizzolo que a punto estuvo de superar al británico. El Cannodale preparó el sprint para Viviani -quien ha visto y quien ve a este equipo-, que lo hizo todo, todo mal: por eso no gana nunca, y va camino de sumarse a la larga lista de velocistas con posibles que nunca hace nada. Por cierto, ayer Modolo fue octavo, quizás su auténtica medida como corredor. Y Goss llegó el 167º, a 16´ de sus supuestos pares en cuanto a velocidad, que no entrega.

Hoy comienza el fin de semana, que en ciclismo de grandes vueltas casi siempre significa montaña. No en este Giro de Italia, planificado con desidia -los ciclistas han manifiestado su malestar con los múltiples traslados- y sólo mirando el dinero y hacer un recorrido atractivo para que viniese Wiggins. Ahora que se ha ido el borracho mallorquín, queda la carrera desnuda, que carece de cualquier atractivo para la general.

Y no sólo con desidia: por capricho, envidia y pura italianidad, el organizador Michelle Acquarone, que conseguirá hacer bueno a Zomegnan y que ya fue el causante de la impresentable Sanremo de ese año, había programado para el domingo el Galibier. Bien, no se va a poder subir, pero fíjense en la historia que hay detrás, que se podía intuir en la presentación de la carrera en octubre pasado.

Lo ha tenido que anunciar ayer, a dos días vista, las autoridades del departamento francés donde está el puerto-mito, un puerto que no necesita el Giro para su propia leyenda. La organización de la carrera italiana todavía no ha dicho nada -también está anulado el Mt.Cenis-, quizás porque espera (y les aseguro que conozco la mentalidad italiana para no considerar esto una invención) un milagro de última hora, queseyo, un día de 35º y que se fundan los tres metros de nieve que hay. 

Repito: a esta hora la carrera todavía no ha anunciado la modificación de la etapa de mañana. Peor aún: con la etapa de hoy a punto de comenzar, anuncian que no se podrá subir Sestriere -como si hubiese nevado esta noche, lleva así día- y que la etapa queda reducida a una unipuerto, completando el kilometraje final con vueltas al valle de Susa, conocido por su conflictividad social en torno a las obras de alta velocidad ferroviaria Lyon-Turín.

La subida final, y esto no es innovación de última hora (al contrario: es regresión a un ciclismo caduco) es la subida al Jafferau, una de las montañas que rodean la ciudad de montaña de Bardonecchia, subsede olímpica en Turín 2006. No se sube ahí desde el Giro de 1974, cuando Fuente ganó una de sus cuatro etapas, que no le sirvieron para ganar la carrera.

Visto el Giro que está quedando -es muy probable que dentro de cinco días el Gavia y el Stelvio estén impracticables, pero no lo dirán hasta última hora, por si cae el milagro-, que gane la etapa de hoy y que suceda en el palmarés a Fuente alguien valiente y arriesgado, tipo un Matthew Goss. También en 2009, ciuando se subió el BlockHaus, ganó Pellizotti. Sería de justicia para una carrera que se rompe con todas las costuras, empezando las de su impresentable organizador.
***
Katusha renueva a Paolini por dos años. En 2015 el ciclista italiano tendrá 38 años. Queda demostrado que la mejor victoria de Freire fue retirarse a tiempo. Un poco tarde, pero a tiempo. Y la próxima temporada, Paolini irá mejor que en esta, ya lo verán.

viernes, 17 de mayo de 2013

Did not start is the limit

British coolness: hotel con moqueta. Esos ácaros....
Quizás el primer indicio estaba ahí y no se supo interpretar: apenas habían transcurrido las primeras pedaladas del Giro de Italia y caía el primer Sky. No contra el parcheado asfalto italiano, sino en la clasificación general. De una manera ignomiosa y ciertamente sorprendente, especialmente mirando el espejo del UsPostal, ese referente ineludible para el equipo científico.

Se citan mucho los siete Tours consecutivos de Armstrong -note el lector que no utilizo la palabra "ganados", pero no encuentro una partícula mejor que "de"-, pero no tanto que durante esa tiranía farmaceútica, además de que sólo otros tres corredores también acabaron la carrera, el equipo del yanki llegó siempre completo a París, salvo un abandono.

Ni se caían, ni enfermaban. Lo llaman la suerte del campeón, pero ya sabemos que era mucho más que eso. El UkPostal, la tremenda apisonadora que arrolló en las pruebas más importantes por etapas de 2012, era exactamente igual. Todos enteros, nadie abandona, todos en forma para tirar decenas de km. del pelotón., llega este Giro y ¡zas!.

Ganan el segundo día la crono por equipos. Encabezando el equipo entra Dario Cataldo, supuesto joven italiano fichado este año y que había sido 12º en los dos Giros anteriores. Pieza clave, por tanto: por eso lo dejaron entrar el primero, aunque el liderato fue para su compañero y compatriota Puccio, más avispado en el sprint del primer día en Nápoles.

Bah, da igual, Cataldo ya se pondría líder en los finales complicados en el sur de Italia, intercambiándose el maillot de líder con su compañero como hacía de manera circense el ONCE cuando ganaba CRE. Pues no: al día siguiente el italiano entró el 197º de la etapa, dejándose 19´31", siempre mejor que el 206º de un día después, con otros 28´20" de pérdida.

Había enfermado. De ese momento también salen las primeras muestras de debilidad de Wiggins. Ya saben que en el ciclismo, cuando enferma uno de un equipo, enferman más. Aunque no compartan habitación, ni hábitos, ni preparación ni objetivos. Lo hemos visto en ONCE, Banesto, PDM, MG Technogym, TVM, Kelme...

Enfermó Cataldo, y también Wiggins empezó a flaquear: en Serra San Bruno entró por detrás de todos los favoritos, perdiendo 17". Por entonces, la polémica era saber por qué sus lugartenientes Urán y Henao no se habían quedado con el líder. A partir de ahí, ya conocen la historia: un corredor que olvida súbitamente como bajar, un corredor que se arrastra, hasta la humillación de ayer.

En una etapa de 3 horas y 140 km, disputada bajo un aguacero constante en las prósperas tierras del Véneto, Wiggins se quedó continuamente, hasta la humillación del Montello: la subida, apenas 340 metros sobre el nivel del mar (aquí se disputó el Mundial 1985) tenía una bajada igual de intrascendente, donde el vigente campeón del Tour se quedó, esta vez irremediablemente. Acabó entrando en meta a 3´17" de los favoritos.

Primero dijeron que andaba malito de los pulmones, ayer por la noche que le dolía la rodilla. Esto último lo dijo David Walsh, convertido en escriba de los milagros del Sky, y empotrado en el equipo durante 15 días. El mismo periodista que esta mañana ha anunciado, justo al mismo tiempo que la página web del Sky, que Wiggins abandonaba la carrera. No, no es un periodista a sueldo del régimen: es que tiene muy buenas fuentes.

Curiosamente, he buscado de qué estaba malo Cataldo y sólo ponía que estaba malo, sin más. La bruja de Vaughters había dejado caer que Wiggins estaba enfermo del estómago hace unos días. Lo sabrá bien el que tomaba EPO como palomitas en la Girona de finales de los noventa, al fin y al cabo fue el que transformó al pistard Wiggins, que se quedaba en cuestas como Montello, en un podio del Tour de Francia en 2009, en sólo un invierno y con 29 años.

El también tiene motivos para ocuparse. Había enviado al Giro el equipo de gala en versión veterana (Millar, Vande Velde, Danielson, Stetina) para arropar al vigente campeón, el canadiense Hesjedal. Tras ataques en etapas intrascendentes y minutadas espectaculares en las etapas que cuentan, ha abandonado hoy. Es la primera vez en muchos años (¿cuantos?) que un vigente campeón de una grande abandona. De una manera ignomiosa. Es más: Millar está cerrando el pelotón todos los días y, en la crono de Saltara, su supuesta especialidad, acabó el 195º.

Seguramente, es todo casualidad. Ya saben que en el ciclismo estos fenómenos se producen con mayor frecuencia que en otros ámbitos de la realidad. Los dos equipos científicos, los del nuevo ciclismo, caen como moscas. Desde dentro del pelotón cuentan que, acostumbrados como estaban a que la UCI avisase de que iban a empezar a detectar algo, les está sorprendiendo la forma de encarar las sustancias GW 1516, donde ha ido paralela su detección al anuncio de los primeros positivos. Sin aviso previo.

Claro, han caído ciclista medio mierdas como Marlón Pérez (37 años, íntimo amigo de Urán, que exigió su fichaje al Caisse d´Epargne en 2007. Y fue concedido) y Miguel Ubeto (37 años también), un venezolano recomendado por Matxín al Lampre, en lo que es su primera contribución al equipo que tiene mayor historial de positivos entre los que están en activo, pero el aviso está ahí. Para el que sepa verlo.  Una nueva sustancia no la usan esos ciclistas, periféricos en el ciclismo y en la geografía. No la usan exclusivamente.

Cataldo sigue en carrera, recuperándose. Wiggins se ha pirado, seguramente porque desde casa apoyará mejor las legítimas aspiraciones de sus gregarios Urán y Henao en el Giro -curiosamente, ambos colombianos-, lo que demuestra una gran profesionalidad. No salir, cuando eres una estrella y el máximo favorito de una carrera, indica mucho: el límite para un ciclista, que están hechos de otra pasta, es ese. El límite de los aficionados no se conoce, pero tiende a ser infinito.
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Parece una buena idea: la Vuelta a Polonia, que básicamente consiste en etapas llanas como el sufrido país y una última etapa de montaña en circuito por Zakopane (el pueblo de casi 30.000 habitantes en plenos Tatras) experimentará con algunas innovaciones que, aunque sólo sea porque no se han aplicado en la Vuelta a España, ya merecen respeto.

Habrá bonificaciones en forma de tiempo en el paso por premios de la montaña o sprints intermedios y, además, puntos adicionales para la clasificación del UCI ProTour; y los equipos serán de seis corredores como máximo (mira tu, como el Sky en el País Vasco). La Vuelta a Polonia tiene una atractiva situación en el calendario -entre finales de julio y principios de agosto- y siempre ha sido muy mimada por la UCI.
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Jajajajajajaja, El Mundo Today no tiene nada que hacer ante la realidad: Suiza investigará a las casi 30 federaciones deportivas internacionales que tienen su sede en el país del secreto bancario y los lingotes de oro nazi. Según la noticia de agencia, los recientes escándalos en la FIFA dan mala imagen a un país en el que apenas hay corrupción...y no citan la UCI....jajajajaja A ver si encuentran el recibo de la centrifugadora de Verbrugghen....
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La AMA está cogiendo gusto a eso de las alertas sobre nuevas sustancias y sus efectos nocivos. La última es sobre los complementos nutricionales contaminados con IGF-1....¡un saludo a Aitor González y AnimalPack!

miércoles, 15 de mayo de 2013

Sin fuerzas

Dos etapas en los Alpes Julianos, dos, y los corredores ya derrengados con el ecuador de la carrera apenas pasado. Y no eran etapas especialmente difíciles, pero ha habido hundimientos de órdago, ataques de favoritos a bastantes kilómetros de meta que acaban llegando, marcheta y mucho, mucho secundario. Esta siendo un Giro donde las etapas, una por una, están teniendo bastante vidilla, pero con un tono menor en conjunto, cuando las etapas van una detrás de otra.

El martes la carrera mostó al mundo un puerto impresionante por el que tienen que volver en el menor tiempo posible: en un escenario que parecía una maqueta de Ibertren diseñada por un naturalista, los ciclistas afrontaron el coloso de Cason de Lanza. Con una carretera estrecha tipo Mortirolo, y una bajada espectacular entre tributarios del Piave, el primer gran puerto del Giro dejó bastantes señales.

De entrada, se quedaron S. Sánchez (enlazó en la bajada, pero aún así acabó a 4´30" del ganador de la etapa) y Ryder Hesjedal, defensor del título y que ha tenido un rendimiento paupérrimo sin explicación aparente: quizás sea su auténtico nivel, al fin y al cabo es el ganador de una gran vuelta que, teniendo 31 años, jamás había hecho top-five en una grande. En meta se dejó 21´.

El ritmo no fue duro: a la marcheta del Sky y el Astaná, que también dejó por el camino al cacareado Fabio Aru, el enésimo joven predestinado italiano, supuestamente escalador, y que en el primer gran puerto de su vida en una gran carrera, se quedó a las primeras de cambio. Después mejorará, claro, igual que Armstrong pasó el Tourmalet en 1994 con los sprinters. Y perdonen la comparación.

En la fuga del día iban un nutrido grupo de 13 corredores donde había más rodadores -e incluso sprinters como Bennati o contrarrelojistas como Millar- que escaladores, que llegaron al último puerto con poca ventaja. Urán, lugarteniente con aspiraciones de Wiggins, atacó a ocho km. de meta, y nadie pudo ni quiso acercarse.

Es un hecho bastante inaudito en los últimos tiempos: un (semi) favorito que ataca antes de la "distancia de seguridad" que marcan los medidores de potencia, y que acaba llegando sin que nadie lo neutralice. Yo no daba crédito, y más teniendo en cuenta que alcanzó su ventaja máxima de 30" poco después, y la mantuvo hasta la meta.

Se movió Evans, también el viscoso Pozzovivo, y en el último tramo su compañero Betancur, el único que hizo hueco -y necesitó dos intentos- para ir a lograr otra vez su querido segundo puesto. Se quedó Wiggins, que hizo pareja con Intxausti -valiente y al ataque, para después quedarse- y perdió con los favoritos otros 37".

La general, después del debut del altiplano de Montasio, quedaba con Nibali de líder con 41" sobre Evans y el tercero, Urán, ya a 2´04", sólo un segundo mejor que su supuesto líder Wiggins. La etapa de hoy no iba a cambiar esto: es triste decirlo, pero la etapa de Florencia fue más significativa para la general, porque ahí Urán perdió un tiempo precioso por hacer de gregario, y estaría dentro del minuto respecto a Nibali.

El esquema ha sido el mismo: escapada numerosísima (19 corredores) en donde, por arte de magia o vaya usted a saber qué, no había nada que se pudiese considerar, ni siquiera aproximadamente como escalador. No, no considero a Cobo un escalador. Y eso que había un puerto de tránsito de casi 20 km. de ascensión, y una subida final de 7 km. Los favoritos, cómodamente en la marcheta del Sky sin movimiento alguno.

Salvo el valiente ataque de Gresch bajando, la emoción la puso el duelo entre Navardauskas -magnífico gregario Garmin, donde no anda nadie, y eso que han venido con el equipo de gala- contra Oss, no precisamente dos escaladores. Al contrario. El lituano se desembarazó al tercer intento del supuesto clasicómano italiano y alzó los brazos en Vajont, ahí donde hace 50 años una presa mal planificada hizo que un rebasamiento por desprendimientos matase a 2.000 personas del fondovalle.

Intxausti atacó en el grupo de favoritos y recuperó para la general 18" en dos kms., que demuestran actitud y ganas de hacer las cosas bien. No se por qué el Lampre lleva a Niemiec entre los diez primeros, ¿por si Scarponi pincha y tiene que darle su rueda? Si que se por qué el pelotón llegó a más de 5´de los fugados, de los que no consiguieron reincorporar a ninguno: no hay fuerzas. Y el positivo del francés Sylvain Georges indica que habrá menos, pero ese es otro tema.
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Nueva biografía de Sean Kelly, supongo que para mejorar la de Walsh en los ochenta, en la que defendía al irlandés de sus repetidos positivos. El título es lo más significativo: "Hambre", durante mucho tiempo utilizado despectivamente contra los irlandeses y que, por esas cosas del nacionalismo y el orgullo paleto, han convertido en una bandera de enganche. Quizás sean capaces de titular una biografía de Roche con algo como "1987: la mayor patata de la historia". Hambre, patata e Irlanda es una sucesión similar a mina, vaca y Asturias.

martes, 14 de mayo de 2013

Recetas de Postres: Rosquillas 'tontas'

Ingredientes (para 10-15 rosquillas):

75 g huevos
25 g yemas
45 g azúcar
200 mg anís en grano
10 dl aceite
170 g harina

Preparación:

Para hacer la masa, primero se montan los huevos con las yemas y el azúcar. A continuación, se añade el aceite y se mezcla bien. Después, se añade la harina y con una batidora se trabaja la masa durante 20-25 minutos a velocidad rápida. La masa estará lista cuando esté bien unida y no se rompa.

Una vez hecha la masa, se hacen los aros.

Se meten en el horno a 180ºC durante 20 minutos para que se cuezan bien y se doren. Después, sacar del horno y dejar enfriar.