sábado, 7 de julio de 2012

Hoy no empieza el Tour

Medio minuto después
Para esa gente a la que no le gusta el ciclismo, a pesar de que viven de él, todo lo sucedido esta semana ha sido "de transición", esa palabra que aleja al potencial aficionado de este deporte. Hay que recordar, una vez más, que el ciclismo es un deporte de resistencia, de fondo y de desgaste, y que para que haya etapas de montaña selectivas, tiene que haber antes todo lo anterior. Al parecer, el conocido bardo catalán López-Egea, definió la etapa del jueves -segunda victoria de Greipel- como "absolutamente prescindible", calificación que muy bien se podría aplicar a él mismo y su Periódico.

Como no habrán leído por ahí ni oído al Duo Cómico de TVE, en estas seis etapas "de transición" se han hecho siempre más de 200 km. de recorrido, pasando por lluvia, considerable velocidad -aunque menos que otros años- y otros elementos que configuran que el ciclismo sea conocido como el deporte más duro. Ellos sólo parecen interesados en las caídas, ese otro elemento que sin duda contribuye a la dureza y selección de este deporte, pero que nunca tiene que ser motivo de expectación o de gozo.

Escuchando la narración de la etapa, las continuas e indisimuladas muestras de aburrimiento de gente que vive de relatar este deporte, da la sensación de que estén esperando la caída para contar algo que les atraiga: a ellos y al resumen de medio minuto en el Telediario (El Parte), donde siempre tienen que aparecer caídas.

Ayer tuvieron buena carnaza, claro. Según Thibaut Pinot, el corredor más joven de este Tour, la brutal caída camino de Metz -quedaban algo más de 30 km. para el final de etapa- se produjo cuando el pelotón iba bajando una pequeña ondulación en una gran recta, con campos alrededor, y según su cuentakilómetros, a una velocidad de 78 km/h.

Claro, eso explica el desastre. Otros relatos abundan en que "de repente, hubo como una explosión en medio del pelotón, con bicis volando y todos al suelo". No era la primera del día: en una anterior se había caído Freire, que por entonces iba descolgado y que al llegar a meta descubría que tenía que abandonar el Tour con tres costillas rota y un pulmón perforado -ambas dolencias suelen ir unidas en este deporte-, y que dice adiós a lo que serían sus cuartos JJ.OO.

Los comentaristas de TVE no lo sabían, claro, y alabaron la inteligencia de Freire ¡quedándose a 30 km. de meta!. Después ya tuvieron elementos para comentar, de los que les gustan: una tremenda carnicería que se saldó con varios abandonos, importantes corredores para la general con pérdidas considerables de tiempo en meta y un pelotón desbocado.

Los que estaban por delante de la caída aceleraron el ritmo, especialmente un Vacansoleil que se dejó en la cuneta a Poels, su supuesto líder para la general. Y qué decir del RadioShack del líder Cancellara, que dejó atrás a F. Schleck, acompañado únicamente de un gregario. Si los hermanos luxemburgueses siguen el próximo año en ese equipo serían aún más idiotas de lo que se intuye que son en circunstancias normales. Parece que con tener a Cancellara y al cuarentón Horner delante les bastaba. También al joven Gallopin: pensarían que iba a poder ganar la etapa. Tremendo lo de este equipo.

Como suele pasar en estos asuntos, también estaban Gesink y todo el Rabobank que cuenta, además de Valverde -vimos a Cobo relevando, la primera vez en la temporada que estaba en cabeza de algo, aunque fuese el tercer pelotón-, Brajkovic y otros sospechosos habituales, porque dirán que las caídas son una loterías, pero siempre pillan a los mismos.

El balance en meta fue desolador: abandonos de Freire, Txurruka, Gutiérrez, Erviti, Astarloza, Poels, Danielson, Hesjedal, Wynant, Vigano y Dupont. Diez de los once abandonos se deben a una única caída, algo que yo no recuerdo. Se va el vigente campeón del Giro, que estaba muy centrado en carrera, dos gregarios de Valverde -o de Rui Costa- y dos de S. Sánchez -y otro como Verdugo está seriamente tocado-.

Además, corredores con muchas opciones como Brajkovic, Scarponi -muy enfadado en meta-, Sorensen o Vanendert se dejan 2´, y ahora tienen que recuperar ese tiempo si aspiran a entrar en el top-five o en el top-ten de la carrera. Etapas de transición. A veces se olvida que lo primero que se enseña en el ciclismo es a no caerse de la bici, y que en estas etapas de transición pasan estas cosas.

Según Valverde, todo un as, "parece que todo el mundo quiere ganar el Tour de Francia", incluyéndole a él. Según Voeckler, que parece un poco más sabio, la caída se debió a las emisoras, supuestas garantes de la seguridad del ciclista en carretera, pero que llaman a rebato a todos al mismo tiempo, produciéndose la caída.

Se cayeron, y se cayeron muchos, tantos como no se recuerda en otro Tour, especialmente por las consecuencias. La llegada fue para un increíble Sagan, que también evitó otra posible caída en pleno sprint, cuando se salió la cadena de un lanzador y lo esquivó rebasándole por la derecha, y teniendo todavía fuerzas para remontar a todos los corredores desarrollando una cadencia de pedaleo increíble, tampoco nunca vista en un sprint donde predomina el 11.

Se impuso a Greipel, que se había caído dos veces a lo largo de la etapa, y a Goss, que tiene serias dificultades para ganar: basta ver su palmarés. El eslovaco consigue ganar tres etapas en su debut en el Tour, y sólo se han disputado siete días. El anterior corredor que ganó tres etapas en su Tour de estreno fue Hinault en 1978, pero no las ganó en un espacio tan corto de tiempo. Es un corredor que marcará una época.

Hoy el Tour de Francia aborda su primer final en alto, al cumplirse justo una semana de carrera. Y no es un final fácil: la Planche des Belles Filles es una subida dura, con grandes porcentajes, nada que ver con las llegadas a SuperBesse de 2008 y 2011, sus antecedentes más cercanos en cuanto a recorrido y situación en carrera. El Tour gira, pero todo lo pasado no ha sido de transición. Nunca lo ha sido, pero año tras año se vende así.
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Siguiendo la línea marcada por otros grandes hispanistas como John Elliott o Raymond Carr, el corresponsal de The Independent en España publica un libro sobre el genial e inevitable Federico Martín Bahamontes. No he tenido ocasión de leerlo, pero seguro que está bien. Lo que hay que preguntarse en estos casos y en los dos egregios ejemplos que pongo al inicio es por qué tiene que hacer este tipo de cosas un inglés.

En los historiadores, siempre se ha justificado de manera maniquea; con un deportista de la talla de Bahamontes, a ver qué explicación hay. Es cierto que en Reino Unido hay una importante industria editorial sobre temas deportivos -sustentada en que hay lectores, que compran cualquier tipo de libro sobre sus ídolos en cualquier deporte- que ayuda a la publicación de este género, pero ¿por qué no existe en España? ¿porque no hay lectores? ¿o porque nadie ofrece esto a los lectores? Porque gente dispuesta a escribir sobre estos temas los hay a patadas, y muy buenos.
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Su señoría La Senadora, aficionada al oro y al platino, seleccionada para los JJ.OO de Atenas. Ahora está lesionada, esa cosa tan frecuente en los deportistas profesionales (¿es deportista profesional o senadora profesional?) cuando se acerca una gran cita. Y seguro que rinde a gran altura, tanto, tanto como la Cámara Alta. Y con el mismo preparador de siempre.