sábado, 14 de julio de 2012

De dopado a dopado

Oye Brad, ese maillot me suena
La etapa más larga de este Tour tenía dos primeras en los primeros 100 km., perfectos para formar la fuga, y dos trampas al final, perfectas para despertar al personal, que no entiende este tipo de etapas, puestas de moda desde que en 1999 el Tour metió el Tourmalet a mitad de una etapa, y el resto llano hasta Pau.

Se formó una gran fuga de la que sobrevivieron 5 corredores destacados de los demás subiendo el segundo primera: Kiserlovski, Millar, Peraud, Egoi Martínez y un Europcar, que ya están todos recuperados de su rodilla colectiva y patologías varias. Otro grupo de fugados donde todo el interés lo ponían dos gregarios del Liquigas para llevar a Sagan al punto intermedio fue neutralizado por la gran labor del Green Edge para su su líder Goss.

Superado ese punto de interés (ojo: un sprint intermedio) el pelotón se dejó llevar a gran velocidad -la marcada por la salida de la etapa y el paso por los momentos cruciales- y la etapa acabó con gran adelanto. Los fugados colaboraron muy bien y, en la cota que subía a un bonito pueblo en la rivera del Ródano, se marcharon Peraud y Millar. El británico no tuvo problemas en batir al francés y celebrar su victoria a su manera: tirándose al suelo y contando su vida.

En el pelotón quedaban por repartir los jugosos puntos de la sexta plaza de la etapa, y Goss desvió su trayectoria de muy mala manera para impedir que Sagan le adelantase. El eslovaco, gesticulando con la mano como un italiano, le dedicó un sonoro y pautado "Vaffanculo", y no era para menos. Al principio del Tour ya se quejó Freire de las malas artes de este australiano que gana muy poco. Ayer las vio todo el mundo.

Eso incluye a los jueces, que aplicaron una sanción de -30 puntos en la clasificación de la regularidad a Goss por su marrulería, un castigo que envía directamente a la mierda el fenomenal trabajo que hicieron Albasini y Weening neutralizando la fuga de los Liquigas para el sprint intermedio. Es dudoso que Goss haya aprendido la lección, y en un sprint más numeroso volverá a aplicar la guerra sucia propia de los sprinters de su país: Allan Davis, McEwen, Renshaw a codazo limpio o Cooke.

Con la victoria de Millar ya son cuatro corredores británicos diferentes que ganan etapa en este Tour, después de Cavendish, Froome y Wiggins. La etapa de ayer, obtenida por un corredor de 35 años y con un larguísimo historial, sirve de gozne perfecto para una serie de sucesos correlacionados que también se produjeron ayer.

Al parecer, era el 45º aniversario de la muerte de Tom Simpson, ese referente del ciclismo británico que murió en las faldas del Ventoux porque quiso transformar su fisiología de clasicómano a ganador del Tour según el nivel tecnológico de su época, 1967: anfetaminas. Era británico, muy británico. Millar también: un contrarrelojista del que se alababa su clase (¡esa etapa de Córdoba! ¡esa etapa de Beziers!) cuando todo era fruto del nivel tecnológico de su época: EPO.

Según dicen los propios interesados (ciclistas y gente que vive del ciclismo, desde fabricantes de bici a los necesarios periodistas), esa época tecnológica de la EPO ya se ha superado, y con ella todo el dopaje. Ahí está el propio Millar, que se ha construido un personaje ad hoc copiando las técnicas de los pastores evangelistas americanos y la dialéctica del cristiano renacido: antes era pecador, ahora estoy purificado. Gano limpio.

Gano limpio y dedico la victoria a un corredor que murió completamente dopado. Como si alguien gana algo y lo dedica a Pantani. Así es el ciclismo, el deporte esquizofrénico transmitido por periodistas acríticos que, cuando oyen el nombre del británico o el italiano, aplauden igualmente. ¿Qué referente puede ser Tom Simpson? Murió dopado, murió a causa del dopaje, intentó tragar más de lo que le cabía  ¿Qué intentan transmitir con eso?.

A mí, francamente, no me extraña nada que Millar dedique su asqueroso triunfo de etapa a Simpson: es su referente necesario, dentro del personaje que se ha construido. ¿Sabían que pertenece al comité asesor de la AMA? Sí, y es el mismo corredor que cuando volvió de su sanción lo hizo militando en el Saunier de Mayo, Cobo, Piepoli, Simoni, Ricco y Marchante, el mismo que estuvo en el Tour 2008 del cuarto puesto del gregario Vandevelde, el mismo que consiguió al año siguiente el hasta entonces incapaz de subir un puerto con los mejores Wiggins. Millar, el que en 2010 se hizo Giro-Tour-Vuelta-Mundial. Y todo limpio.

Fue una dedicatoria de dopado -le gusta que le llamen ex, pero ¿la condición de dopado se pierde alguna vez?- a dopado, pero vendida como algo elogioso. Sobre el nuevo ciclismo británico, ese que ha ganado en este Tour cuatro etapas con cuatro corredores diferentes (sprint, montaña, crono, fugado), ya comenté en el lejano 2009, cuando empezaba a asomar la patita, lo que me parecía. Simplemente aplican el nivel tecnológico de su época. Simpson, anfetas; Millar, EPO; esta nueva hornada, todavía no se sabe.

Casualmente, el mismo día de esta apoteosis bufa de Millar ganando una etapa en el Tour , Bradley Wiggins publicaba una columna en The Guardian que merece un tratamiento más extenso, donde dice que gracias a la cultura del fair play de los británicos nunca se podrá dopar, que eso pondría en peligro muchas cosas de su entorno y, bueno, más propaganda para la mente británica y gran parte del mundo del ciclismo.

Aquí, que ya hemos visto cartas semejantes de alguien tan mentiroso como Contador -ha competido toda su vida con un certificado de hematocrito del 52%, y a partir de 2005 con un certificado de epilepsia- uno que es capaz de decir en un juicio en el TAS que "siempre me he rodeado de gente que ha rechazado el dopaje" -incluso el reciente médico Pepe from Valencia, sancionado de por vida por la USADA-, ya sabemos el valor que tienen esas cartas.

Para mí, ninguno. De dopados hemos oído de todo, incluso alguno ha convocado manifestaciones de apoyo popular en su pueblo -el toque berlanguiano que no tendrá un inglés, es cierto-, y siempre con las mismas argumentaciones mientras estaban en la cresta de la ola, las que ahora repiten los británicos, que se dirigen a una audiencia nacional mucho menos familiarizada con el ciclismo que la nuestra.  Sin embargo, esa falta de trato con la historia del ciclismo ¿lleva a que se desconozca que Simpson murió completamente dopado? ¿O es que ya se da por bueno todo, hasta una dedicatoria? No me creeré a ningun adalid del antidopaje o del nuevo ciclismo -ambos términos están relacionados- jamás, y menos si con una nueva victoria va a una dedicatoria a alguien como Tom Simpson.
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Jopé, qué entrada de blog más currada, aunque el tema sean cotilleos. Cosas del New York Times: los piques en twitter entre las parejas de Froome y Wiggins, con visión general al mundo de twitter en los ciclistas, dopaje y otras cosas.
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En el próximo Purple Weekend o Euro Yeye, seguro que vemos a algún leonés o asturiano súbitamente interesado por el ciclismo.