jueves, 21 de febrero de 2013

Empieza la temporada

Una estampa de Qatar
Este fin de semana empieza por fin la temporada ciclista con la Het Volk y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, las dos carreras que abren el calendario belga y, en definitiva, el ciclismo entendido como un deporte de resistencia y de competición, tras unas serie de múltiples carreras con una característica común: no se han podido ver en directo.

Con la excepción del Down Under y el Tour de Qatar, el resto de competiciones ciclistas celebradas han tenido cobertura en diferido, y no es que las dos agraciadas con tele en directo hayan sido las más afortunadas. Eso sí, no han faltado las crónicas en directo de famosos propagandistas que seguían el twitter oficial de las carreras. Los mismos que celebraron el triunfo de Contador en la pasada Milán-Turín como gran victoria justo cuando les llegó la noticia de su victoria, y sin haber visto ni una imagen.

Parece que el ciclismo, a lomos de la crisis económica y la propia crisis de este deporte, ha vuelto a los años gloriosos -por decir algo- del teletipo y las crónicas de grandes firmas hablando de grandes gestas desde la línea de meta, cuando los ciclistas estaban subiendo el Galibier a 100 km. de distancia. A nadie le extraña, y todos lo dan por bueno.

En el Down Under, disputado mientras las autoridades australianas ultimaban un demoledor informe sobre la extensión del dopaje y la corrupción en su país, Greipel se llevó tres etapas y el criterium de antipasto -el que se dedicaba al cáncer cuando pagaban dinero público a Armstrong para que fuese-, su auténtica especialidad. La general fue para Slagter, el joven holandés de Blanco que ganó una etapa, y que ya demostró tener muy buen final en cuesta el año pasado en Tirreno-Adriático.

Sin embargo, la etapa más destacada para mí fue la segunda, que fue para el gran, gran Geraint Thomas, con un numerito considerable dejando clavados a todos los favoritos. Ahora está disputando el Mundial de pista y después bajará de nuevo con los mortales -no es una metáfora: se ha tirado en el Teide un mes- para ganar su primera clásica de piedras: al tiempo. Gerrans también ganó la etapa de Willunga.

Paralelamente se disputaba el Tour de San Luis en Argentina, con Contador ganando una etapita para solaz de los comentaristas. La general fue para un argentino que el año pasado había sido segundo, y Cavendish, Modolo y Gavazzi también ganaron una etapita cada uno, mientras disfrutaban de los atractivos de una de las zonas más pobres del país austral.

En Francia la general de la Estrella de Bessegues fue para Hivert, al que algunos han descubierto esta semana en Andalucía, y en el Tour del Mediterráneo el éxito final le correspondió a Lovkvist, antiguo joven prometedor que no ganaba desde 2009, y eso que ha estado siempre en grandes equipos; el último, el Sky; el actual, uno suizo llamado IAM cycling. Etapitas para Greipel, su esbirro Roelands y etapa del Mt. Faron para Peraud. Por su parte, la gran noticia de Haut Var fue el abandono de Andy Schleck, que va camino de completar un año entero sin acabar una mísera carrera. Ganó Vichot por el puestómetro.

En Qatar hubo tele en directo, pero para nada: una península desértica organiza la gymkana para ciclistas que es su Tour, donde Boonen ha obtenido el 20% de sus más de 100 victorias como profesional. Es triste ponerlo así, pero es la verdad. Con esos mimbres, normal que Cavendish ganase las cuatro etapas de la carrera y, en consecuencia, la general. Ahora, que venga alguien y me diga que eso es ciclismo. O que merece la pena perder el tiempo para ver eso.

En Omán, otro capricho de petrojeque pero con algo más de fundamento porque el país tiene atractivos turísticos que podemos conocer en diferido, Sagan ganó dos etapitas con numeritos de órdago -los de siempre, pero siempre impresionan-, Kittel y Bouhanni la primera y la última al sprint, Joaquím Rodríguez una subiendo una cuesta de aupa y Froome la decisiva, que le valió también la general. Contador estuvo atacando, quizás reivindicando un "¡Contador al juicio de la O.P! ¡Contador al juicio de la O.P!", porque ya se sabe que este chico se sobreexcita en estas fechas y con los calendarios que tiene. Deportivos y judiciales.

Ya ven que los corredores importantes están muy entonados en febrero. Dicen las malas voces del pelotón que, con tanto trasiego a sitios exóticos -y donde el primer laboratorio aprobado por la AMA está a varios miles de kms.- la gente se anima más, además de que para el pasaporte biológico viene fenomenal eso de estar en febrero a tope, porque si no lo de julio canta mucho.

En Mallorca Valverde ganó uno de los trofeos, y recientemente en Andalucía ganó el prólogo de San Fernando (un ratito a pie, otro andando) y la última etapa en el Rincón de la Victoria -un lugar ideado para acoger llegadas ciclistas, siquiera sea por el nombre-, además de la general: en siete días de competición, cuatro victorias. Es que es tan bueno que no se puede parar: eso sí, cuando llegan las carreras importantes le cuesta ardores pasar del 2º puesto.

La última carrera por etapas destacable de este inicio de temporada ha sido Algarve, donde ha vuelto a ganar Tony Martin -como en 2011, cuando estuvo llena de periodistas españoles esperando el triunfo post-invierno de solomillo de Contador- y el brutal Henao se llevó la etapa de montaña sacando los ojos al resto de corredores, el más destacado Rui Costa, local y valverdiano.

Y queda el Laigueglia, el inicio de la temporada italiana tras la desaparición del Costa Etruschi y el fin del experimiento de recuperar Cerdeña. Ahí vimos que el Lampre no quiere volver a tener un 2012 y, perfectamente estructurado con Pietropolli lanzando, dejó en bandeja el triunfo a Pozzato, que volvía a ganar 10 años después en la carrera que conquistó dos veces consecutivas cuando era un recién llegado al pelotón. Será por eso que el Lampre ha apartado a Scarponi, primero sin meterlo en la foto de equipo y después, ante las preguntas, sin dar ninguna explicación y sólo confirmando el hecho. El ciclismo que cambia, otro año más.

No se pierdan este finde la Het Volk, a ver si Flecha consigue subir al podio de nuevo. En el segundo o tercer puesto del cajón.
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Elecciones en el CONI, uno de los pocos organismos -aún con sus errores- de los que se puede decir que lucha efectivamente contra el dopaje. En la nueva junta directiva no hay nadie del ciclismo, y ha salido elegido presidente un playboy romano -con romances incluídos con celebrities locales- que viene del mundo del remo, concretamente de un exclusivo club de canottieri de la Ciudad Eterna. Es una pésima noticia para la lucha contra el dopaje -ya ha dicho que sus primeras medidas se centrarán en prevención en las escuelas-, y una magnífica para el ciclismo italiano, que no gana una gran clásica desde hace tres años. Bueno, y la París-Tours de Marcato.
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Un nuevo soplagaitas anglosajón sale relativizando lo de Armstrong. Para que vean el nivelón de todos estos todólogos venidos a más con el tirón mediático de la confesión del texano, afirma sin ruborizarse que Armstrong "no había destacado como ciclista de élite antes de tener cáncer". Debe ser que ser campeón del mundo no es destacar. Tampoco se pierdan el detalle de que la entrevista está publicada en uno de los semanarios brasileños más importantes, el mismo país que organizará los JJ.OO de 2016 y que está inmerso en un plan ADO carnavalesco, importando técnicos y médicos deportivos de todo el mundo. ¡Ah! Su apellido, traducido, significa "Más dinero".
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Entrevista a Mikel Nieve, que este año irá al Tour con el objetivo de siempre: ganar la gran etapa de montaña y volverse a colar entre los diez primeros de la general, concretamente entre el puesto 9º y 10º. Ya lleva así tres años, desde su espléndida eclosión en la Vuelta 2010. Este año dice que es diferente, que irá a P-N, Volta y Romandía "a hacerlo bien e intentar ganar una etapa". Si, muy diferente.
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Boogerd, relegado como comentarista de la tele pública holandesa. Aquí va camino de las dos décadas que sufrimos a Pedro Delgado -conocido en Holanda como Pedro Drogado, por haber ganado como ganó aquel Tour al nacional Rooks-, el mismo que afirma que "Eufemiano Fuentes era un buen médico". Y tanto: era el suyo cuando ganó la Vuelta 1985....
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Alfredo Monchito Relaño, el director de As, y muy popular últimamente en este blog por haber tenido la poca vergüenza de escribir que "el ciclismo ha contaminado a otros deportes", tiene la cabeza comida por el fútbol, como todos los de su gremio. Como va de intelectual del balompié, tiene un libro que parece un chiste y, aunque publicado en 2010, he reparado ahora en el porque ya les digo que últimamente las librerías, incluso las de fiar, te meten el deporte en los exhibidores más nobles. ¡Con el dinero que les he dado y me tratan así!

Les juro que lo estoy describiendo y no caricaturizando: esta ideado y presentado como uno de esos libros gordos para niños de título "365 cuentos para leer", incluyendo las tapas brillantes, en este caso de plata. Se titula 366 historias de fútbol mundial que deberías saber,  y se compone de otros tantos artículos (cuentos) de historias del fútbol, muchas de hechas fábulas, habida cuenta que el autor ni las vivió, ni las vio, ni hay medio de haberlas conocido a no ser que sea través de crónicas de otros: lo que viene siendo una fábula, que se diferencia del cuento en que los protagonistas son animales.

Destinado -y por eso está concebido así- a un público no lector, se presenta en formas de pequeñas grageas de ingestión diaria, lo que deja una imagen ciertamente inquietante: ese futbolero que, tras entornar la página del cuento del día, se duerme con la cara de Monchito flotando en una nube y sonriendo mientras apoya su mandíbula barbuda en la mano y dice contaminame.
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(Relacionado con lo anterior) Monchito escribía esto en 1987. Sobre dopaje. En El País. Cuéntame un cuento, y verás que contento/me voy a la cama...
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Tiger Woods nunca ha tenido que pasar un control fuera de competición. El mejor golfista de la historia.