martes, 15 de enero de 2013

Ya que me voy del convento, me cago dentro

Gññññññññññññññññeeeeeeeeee
Hace unos días de BMX, y hoy de ciclismo femenino. No, no se han equivocado de blog, que sigue siendo de ciclismo profesional masculino en carretera; sin embargo, bienvenida sea una excepción, porque me permite hablar de los temas propios de este espacio.

Si no, no hablaría del ciclismo femenino, que me interesa más bien poco y que tiene poquísimo que ver con el masculino. Ya me pareció de mal gusto hacerlo durante la Operación Puerto, y lo que yo hice por congruencia algunos también lo hicieron por otro tipo de congruencia: no hablar en absoluto. Ya verán en el próximo juicio, que está al caer.

Ayer anunció que se retiraba, a la joven edad de 29 años, Nicole Cooke, ciclista galesa de un pueblo perdido que, según la Wikipedia, cuenta como mayores amenities dos pubs. Imaginense el ambiente y, si no pueden, también pueden ver la estupenda serie Little Britain, especialmente los sketches protagonizados por un vecino singular de un pueblo galés, al margen de cuestiones de género. El ambiente, eso.

A lo mejor eso les ayuda a comprender el tremendo desfogo con el que ayer se despidió Cooke, hasta el punto que se ha colapsado su página web por la repercusión que ha tenido. No estamos hablando de una ciclista cualquiera, sino de alguien que fue saludada como la Jeannie Longo del siglo XXI, con el mismo efecto que los ciclistas a los que se saluda como el Eddy Merckx del siglo XXI.

Tenía todas las credenciales, y en gran medida las cumplió. Tras ganar ruta y crono como amateur en los Mundiales de 2001 en Lisboa, pasó a profesionales al año siguiente, topándose de bruces con la realidad de este deporte: el problema de los patrocinadores, en este caso aquel extraño equipo vasco-italiano copatrocinado por el Deia. Dos años después ganaba el Giro y, en 2006 y 2007, el Tour, además de las carreras para féminas más importantes, como Amstel Gold Race, Tour de Flandes y demás.

Sin embargo, una malvada y pérfida lesión a finales de 2007, cuando ya había acumulado ese impresionante palmarés con 24 años, estuvo a punto de retirarla. ¿Qué clase de lesión? No traumática, desde luego, porque fue al final de la temporada y no hubo un coche de por medio. Una lesión que casi le retira, y ya verán, ya.

Al año siguiente voló, especialmente en dos citas muy señeras: el Mundial y los JJ.OO, donde consiguió sendos oros para mayor gloria de su selección nacional, porque ambas carreras se disputan por países y no por casas comerciales. Ahí está la clave: consiguió ambos éxitos por mediación de Dave Braisford, el mismo factotum detrás del Sky y su fórmula secreta.

Desde entonces, hiel y miseria. No volvió a rascar pie con bola, o zapatilla con pedal. Seguro que se le reprodujo su misteriosa lesión.  Se podría decir que -casualmente- Cooke sólo comparecía para el Mundial, donde rozaba el podio pero se le escapaba la victoria. Hasta ayer, donde rompió con todo -lo que le convenía, claro- retirándose con bastantes secretos, por ejemplo los que podría contar sobre la selección británica, que en aquel mágico 2008 ganó nada menos que 21 oros entre pista, ruta y la farmacia.

Ya que me voy del convento, me cago dentro, dice el soez proverbio castellano. Pero sin salpicar, ojo. Han sido muy celebradas y jaleadas por la prensa de su país algunas declaraciones de un comunicado (aquí el completo) largo y aburrido, genuinamente redactado por ella, y donde los exabruptos a destiempo ponen el interés. Todo es a destiempo, porque lo tenía que haber dicho mientras estaba en el circo, no ahora que se sale. A los 29 años y tras haber desaparecido hace tres años. Como siempre, es mucho más lo que calla que lo que dice.

Dice que durante su carrera -debutó con 19 años- ha pasado por la época más oscura del deporte, pero ella ha levitado por encima. Esto lo pongo yo, claro. Que en ese tierno año ya le ofrecieron mandanga a tope -ya he explicado la génesis del equipo-, dando por hecho que había llegado virgen al profesionalismo: virgen y con dos oros mundiales. Claro, claro. Y peleando en la carretera contra las italianas. Claro, claro.

"El deporte al que he dedicado mi vida se ha vuelto mucho más increíble que cualquier teleserie", sin precisar cual. Las hay muy realistas, pero son las que se basan en hechos reales. Por ejemplo, en su largo comunicado, cuenta las batallitas de lo difícil que es ser chica en un deporte de hombres, el nulo apoyo de la federación de su país -especialmente en los inicios-, y que constituyen la mayor parte del contenido del texto.

Sin embargo, es más relevante lo que dice y no dice sobre el dopaje. Breve, muy breve, aunque empieza de manera directa. Para engañar. Señala casos conocidos como la de la canadiense Jeanson ("un icono nacional": se debe pensar que es como Gales) y que la verdad solo salió a la luz gracias "investigación periodistica de calidad". ¿Resultado? Se chutaba desde los 16 años.

Sin embargo, Cooke no reserva ninguna de sus andanadas para los periodistas que hacían de palmeros a Armstrong. Tampoco se debe haber enterado de la ola de endiosamiento que hay en su isla en torno a Wiggins. Será que es inglés y ella galesa. Eso sí, llama "criminal" a Jeanson y que está muy bien eso de arrepentirse cuando te han pillado. Lo dice el día que se retira.

De su compatriota Millar, convertido en icono de eso que ella llama "ciclismo renacido" no dice ni mú. Será que hay que leer entre líneas incluso cuando se ponen nombres propios. Los dos que más han destacado los medios que se han hecho eco de su retirada (he ojeado el Marca hoy y no hay ninguna referencia, no me extraña en absoluto) son Tyler Hamilton y Lance Armstrog.

Del primero dice que "conseguirá más dinero con su libro explicando como hacía trampas (...) que el que yo pueda lograr en años de trabajo honesto", lo que lleva a pensar que quizás podría escribir un libro, que estoy seguro que se vendería muy bien en su país. Y no creo que Hamilton gane tanto dinero: Cooke -y lo dice más adelante- está celosa que haya ganado el premio a mejor libro deportivo del año. Incluso sugiere que se done el montante del premio a la caridad.

Pues no. Con Hamilton es muy sencillo: había que denunciarlo cuando era el gregario que andaba más que jefes de filas con Armstrong; cuando dio positivo y seguía con su medalla olímpica; cuando insistía en su mentira. Por entonces no oí ni leí nunca a Nicole Cooke, que estaba en su labores "honestas". De hecho, tampoco se lo leí a muchos periodistas, esos de las "investigaciones de calidad". Y eso que era muy sencillo.

Ahora Hamilton canta y lo cuenta en un libro. Pues muy bien. También a Manzano la prensa talibán de este país le ha acusado siempre de querer hacer caja, en vez de detenerse en lo que contaba, que es lo importante y lo que el tiempo ha ido confirmando, ratificando y dejando corto, porque si hay algo que reprochar a Hamilton es que se haya quedado corto. Todo lo demás es pataleta. De una niñata de Gales.

En cuanto a Armstrong, como la cosa está calentita, es lo que más repercusión ha tenido: "Cuando Armstrong "llore" al final de esta semana en el programa de Oprah, y cuando esta le pase un pañuelo, guardad un pensamiento para todos aquellos mucho más respetables que se fueron [del ciclismo] sin ninguna recompensa, sólo con sueños rotos. Cada uno de ellos vale como cien Lance".

Aunque dice cosas muy ciertas, a las que ya habíamos llegado algunos hace mucho tiempo, a Cooke hay que reprocharle la oportunidad de su anuncio, su propia trayectoria, y su pertenencia al equipo británico, que huele tanto o más que Armstrong y el UsPostal. Todo su relato esta construido en torno a héroes y mártires, pero en el ciclismo hay poquísimos de los primeros. En cuanto a los segundos, es un puesto que empieza a ser muy disputado. En el momento de la retirada, claro.
***
Ayer, día 14 de enero, Joaquím Rodríguez llegó a Argentina, donde estará entrenando hasta el Tour de San Luis, donde seguirá entrenando con dorsal. Una buena temporada en la zona austral. Considerando que su coleguini Dani Moreno está en Brasil, ya sólo nos queda por saber la paloma mensajera. A Argentina ya se sabe desde hace tiempo por lo que van, en el camino abierto por Basso.
***
Gilbert se hace una marca de la bestia con la franja arcoiris a la altura del tobillo. Como si no tuviese la cara ya suficientemente picada.
***
Ayer Armstrong grabó la entrevista que será emitida próximamente en el programa de Oprah. Previamente, había pedido perdón a los trabajadores -aquí se podría decir acólitos- de Livestrong. Perdón por doparse, no por darles trabajo. De la pseudoentrevista ha transcendido que confiesa -habrá que ver en qué terminos-, que quiere devolver el dinero público que cobró a través del patrocinio de UsPostal -buena jugada de sus abogados- y que quiere testificar contra altos cargos de la UCI, donde seguro que no estará Mario Zorzoli.

Eso sí, no dará testimonio incriminatorio sobre colegas -full gas, Chechu, full gas- y todo parece encaminado a que le dejen volver a competir en triatlón, que era su último entretenimiento después de haber vuelto al ciclismo. Por cierto, esto último ya lo había dicho yo hace siglos. En exclusiva. Parece que ahora gusta mucho en el New York Times. Cosas veredes, amigo Sancho, y que jamás hubiese creído.

Todo esto quedará incompleto hasta que no se reviente la burbuja de los certificados médicos. Por acabar por hoy con este tema, recuerden esto: cuando alguien confiesa después de tantos años mintiendo, es porque saca más beneficios de confesar que de seguir como estaba. Si quiere confesar, que lo haga ante la AMA, donde le harán preguntas pertinentes y de detalle, y que tendrán aplicación práctica. Todo lo demás es marketing, el terreno donde mejor se mueve el enfermo de cáncer.
***
Periodistas (americanos) que empiezan a hacer un mea culpa en la entronización acrítica que hicieron de Armstrong. Aquí nunca pasará eso.
***
(Intimamente relacionado con lo anterior) Juan Gutiérrez, el periodista de As, deja este tweet preñado de hipocresía: "Aquellos que decían que no había pruebas, que Armstrong pasó más controles que nadie, y bla, bla, bla, bla...Pues eso...Que no los oigo". Ni los oirás, porque muchos son colegas y amigos tuyos (como Carabias o Llamas) y tampoco les van a pedir explicaciones, por un gremialismo mal entendido y peor practicado.

Esa gente es la que ha convertido tu profesión en un hazmereir. Con ese tweet de auténtico hipócrita no mejora mucho.
***
El diseñador encargado este año para destrozar la maglia rosa ha sido Paul Smith, auténtico enamorado de este deporte. No ha quedado mal del todo, pero esto no es fútbol y no creo que las ventas aumenten mucho por andar haciendo florituras que nada aportan.
***
Ya les había hablado de este ejemplo local de despilfarro de dinero público a cambio de un evento deportivo, en este caso una semifinal de Copa Davis. Ahora salen más datos, tan brutales que hay que destacarlos en palabra de un concejal de la oposición:

En cuanto a los visitantes, que se contabilizan en 3.604, que dejaron en Gijón 1,1 millones de euros, aseguró que «se gastó más el Ayuntamiento que todos los turistas que vinieron. Por cada uno, el gasto público fue de 765 euros. Es desproporcionado».