martes, 8 de enero de 2013

Bettini escupe de frente con aire de cara

El tonel de vino está vacío
El premio al tonto del año recién iniciado ya tiene un serio contendiente, y es nada menos que un clásico en la materia, el inagotable -por cansino- Paolo Bettini. El hiperprotagonista italiano, que ora muestra su cara más pia -como cuando abrazaba a Pinotti tras su caída en el mundial CRI-, ora su auténtica cara de mármol de Carrara, se ha desmarcado recientemente con unas declaraciones en las que se permite aconsejar a Lance Armstrong.

Me atrevo a decir, y sin consultar ninguna base de datos, que Bettini y Armstrong coincidieron en carrera no más de setenta días de competición, y es un cifra tan baja que no se explica únicamente por los cuatro años de diferencia que se llevan. Es muy conocida la afición del americano a no disputar más que el Tour de Francia y carreras aledañas, pero no está de más recordar que Bettini rara vez pisó Francia a partir del año 2000.

Aún así, los dos eran capos del pelotón, con superpoderes especiales otorgados por esa mayoría invisible que les facultaban para bloquear carreras, reducir el ritmo, amedrentar a herejes y hetedoxos y bueno, parecer más de lo que eran: tuertos en el país de los ciegos, y vaya como se aprovecharon de la circunstancia.

Será por eso que Bettini, al que no se conoce especial relación con Armstrong más allá de los vasos comunicantes del ciclismo y sus médicos, haya recomendado al cowboy de Texas que confiese, al calor de los recientes rumores -y en los que creo con la misma fe que en el Palmar de Troya- sobre una posible deposición, nunca mejor dicho, del único hombre desposeido de siete Tours de una tacada.

De sirviente de Bartoli
Las circunstancias han sido estas: Pepito, que ya no viene tanto por Madrid, tiene la oportunidad de dar su opinión sobre el caso Armstrong a Capodacqua, el honesto periodista -nada de ironía aquí- de La Repubblica. Quizás con mal de altura por estar hablando con el mismo que publicó lo de Pavarotti pero no quiso hacer lo mismo con lo de Pepito -¡ay!- ni lo de su ex-amigo Sansone, Bettini se envalentonó y dijo lo que dijo.

Siguiendo la tónica marcada por Capodacqua -que cree que una confesión de Armstrong serviría para hacer borrón y cuenta nueva, lo que quieren todos cuya nómina depende del ciclismo, incluso como cronistas-, Bettini hace la italianada de hacer de coro y anima a una confesión de Armstrong bajo este argumento: "lo digo como excorredor: de aquí no se sale, siempre será tu mundo".

Terrible, ¿verdad? Y más en boca de un italiano. Un italiano que en su vida deportiva recurrió a todo tipo de mafias (¡un saludo a Astarloa!) y que, bueno, tras pegar la cuchillada siempre era el primero a tender la mano. Uno de esos italianos, me refiero. Da qui non si esce mai. Dicho por un excorredor que ahora es el seleccionador nacional italiano. Da qui non si esce mai.

"No creo en los arrepentidos en el deporte" es otra frase memorable, digna de El Padrino. Viene a decir, a pesar de que Capodacqua esté de vacaciones en cuerpo presente y no tire del hilo, que Bettini no cree -limitándonos al ciclismo- ni en Manzano, ni en Jaksche ni, por supuesto, en Sinkewitz, el valiente joven alemán que dijo que fue el propio Bettini el que le introdujo en los parches de calor, recibió el correspondiente aviso de "el sistema" y acabó pagando con su carrera deportiva, mucho después de cumplida su sanción. Normal que no crea en los "arrepentidos del deporte", siendo muy sintomático el empleo de esta categoría propia del mundo de la Mafia.

Con el hematocrito de una morcilla
"Sin embargo, si el arrepentimiento sirve para romper el círculo vicioso que hemos vivido y poder reescribir nuevas páginas (¿¿??), bienvenido sea", para a continuación decir la frase que todos han reseñado mal, por una incorrecta traducción del italiano: "Confiesa Lance, echa fuera el gargajo, sería lo mejor para él y para todos", donde se ha preferido poner "escúpelo", que es así como más visual.

En fin. De escupitajos y flemas va el asunto, desde luego. El propio Bettini ha escupido, con su apelación a la valentía, de frente y con viento de cara. Se debe creer que somos tan tontos como Capodacqua, que no quiso ver lo de Pepito. Su llamamiento a confesar mientras permanece callado de lo suyo recuerda al de David Etxebarría, aunque traer a colación al ciclista vasco de bolsillo en este contexto es casi una aberración.

Bettini, que conquistó uno de los mejores palmarés en clásicas de todos los tiempos en los mismos años en que Armstrong ganó sus siete Tours, no quiere hablar de lo suyo, en parte porque tampoco le pregunta el periodista, como siempre bailando claqué sobre sus obligaciones y deontología profesional. Será que iba a pane e acqua.

Difícil de creer. Bettini fue cuarto en el Mundial sub23 de 1996 en Lugano, ese en el que Italia copó los cuatro primeros puestos. Después fue infinitamente mejor que los tres compatriotas que le precedieron. Sin embargo, todos tenían en común algo más que el pasaporte: compitieron con el hematocrito por encima del 50%.

Algunos dirán -los de siempre, los que no quieren recordar que en camino se produjeron cadáveres- que por entonces eso no era dopaje, que la tasa del 50% se introdujo algo después, a pesar de que la manipulación sanguínea que propicia la EPO ya estaba tipificada genéricamente como dopaje. Por esas cosas de la inocencia, y porque el ciclismo tiene que reescribir toda su historia, en aquellos tiempos se hablaba con ingenuidad de algunas cosas.

Es por eso que sabemos la tasa exacta con la que Bettini, por entonces con 22 años, compitió en el Mundial de Lugano: un hematocrito del 54´6%. Y sin ser profesional. Desde luego, entra dentro del libre discernimiento de cada uno pensar que eso era algo natural, o que después en profesionales compitió limpio. También escupir con viento de cara. Eso sí, si te piden que escupas tu mientras el otro se guarda el gargajo, es que eres tonto de remate. Como Bettini, cuyas declaraciones le retratan como persona. Tonto del año ya en enero.
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McQuaid, excluido del comité ejecutivo de la AMA.  Lo que hay que preguntarse es que hacía ahí, pero considerando que en su tiempo Lissavetzky también se compró un carguito para lucir en la pechera...
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Eramos pocos para el Giro (Wiggins, Nibali, Gesink) y se apunta otro: Cobo. La foto fue sacada en un momento en que no estaba deprimido. Paralelamente, el ciclismo ha estado en vilo -es un decir- por las invitaciones del Giro este año: a mí es un tema que no me interesa en absoluto, puesto que el nivel de los equipos que candidaron -sólo uno tuvo la vergüenza de descartarse para no ser un nuevo Varta en la Vuelta 1994- es paupérrimo. Al final el Giro ha escogido a los menos malos y los más exóticos, excluyendo al Katusha por eso de la ética. ¡La ética y uno de los invitados es el equipo de Savio! ¡Cómo esta este deporte!
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Aquí dicen que Bruseghin deja el ciclismo a sus 38 años...los asnos ya no estarán solos. En todo caso, la noticia hay que ponerla en cuarentena, porque nadie más ha dicho nada.
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Como sabrán, porque los medios de información de ciclismo son cada vez más propagandistas de los productos relacionados con el ciclismo -que vive un boom como industria, no así como deporte-, la marca de ropa pija y cara Rapha equipará al Sky esta temporada, sustituyendo a Adidas. La empresa británica se ha hecho con una cuota muy importante de mercado en muy poco tiempo, a pesar de sus elevados precios.

Entre la propaganda oficial, dicen que el día de la presentación de los ropajes -que nada aportan estéticamente respecto al diseño de Adidas, es más: son incluso más feos al tener "pequeños patrocinadores"- se colapsó la página web y esas tonterías habituales, que ya conocerán por las zamarras de Leo fuerza Messi o Modesto Cristiano, de las que puntualmente les informan.

Lo que más me ha sorprendido de esta propaganda es que Rapha ha hecho saber que ha facilitado para esta temporada a cada uno de los ciclistas del Sky con ¡700 piezas de ropa! (incluyendo calcetines y camisetas, ojo, no todo son maillots), lo que da una cifra cercana a las 19.000 prendas para los ciclistas. Me da a mí que el brutal sobreprecio que calcan a sus productos, y que cada uno es libre de comprar, es totalmente artificial...cuando algo se regala así, es porque no vale mucho.

¡Una pena que Michael Barry ya no pueda vender lo que le sobra por Internet!
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En la prestigiosa revista de música Rock de Lux, toda una institución en este país, sale citado este blog en el número de enero de 2013. Es en la página 6 a cargo de Xavi Cervantes, una de las mejores firmas de la publicación. Los elogios hacia mí son desmedidos y fuera de lugar, y los agradezco enormemente. Siempre pensé que saldría en RdL por mi talento musical, y miren....sigh....no somos nadie....
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Me dice mi kioskero que el último número de la revista decana del ciclismo en España se va a devolver íntegro sin vender, que cómo se les ocurre poner el precio a 4 euracos cuando diciembre es el mes con menos noticias del sector....pues eso: cómo se les ocurre. El caso es que ahí sigue, en todos los kioskos y con un tercio de enero recorrido, y ofreciendo un calendario cuando ya están de saldo en todas las papelerías, bancos y carnicerías. Pura estrategia comercial.