jueves, 19 de julio de 2012

Etapa Virenque para Voeckler

Usted: aficionado al ciclismo que se cita una tarde para ver una supuesta gran etapa de montaña. Usted: aficionado al ciclismo con ánimo proselitista que dice a sus amigos futboleros que habrá una gran etapa. Usted, que acaba la tarde con cara de tonto.

Si te reconoces en esta situación, y sabes que va a volver a suceder en el futuro, es que no tienes remedio. Creo que todos lo sabemos bien. Ayer hubo otra más de esas etapas.

Los organizadores quisieron hacer un carrusel Pirenaico entre Pau y Luchon, pasando por Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. De salida se formó una fuga con tre-in-ta-y-o-cho corredores, 38, treinta y ocho.

No recuerdo una fuga tan numerosa, y menos en una etapa de montaña, en todos los Tours que he visto, y son muchos. Al pelotón le pareció bien: al tran-tran de Eisel y después el infatigable Boasson Hagen, subieron el Tourmalet de una manera humillante para este deporte, especialmente si quiere competir en el cada vez más reñido mercado del "espectáculo deportivo".

Por delante, la fuga se fue desnatando al ritmo que marcaba un corredor que va "un puntito" por delante de los demás, el repugnante Voeckler. El pequeño francés ha logrado convertirse en un personaje de sí mismo -había gran materia prima- y, por tanto, querido y respetado por el público, especialmente el connacional. Así puede narrar su epopeya sin que nadie se pasme o se lleve las manos a la cabeza.

Al parecer, el corredor alsaciano estuvo muy malísimo, pero malo de verdad, justo antes del Tour, tanto que parecía que no iba a poder salir en la carrera que lidero el año pasado durante 11 días, y de la que sólo se bajó del podio por hacer el estúpido en el Galibier mientras Contador demostraba que los hay aún más estúpidos en el pelotón. A todo eso se llamó, en su momento, espectáculo.

Estuvo sin tocar la bici, si hay que hacer caso a su relato, 13 días. En la primera semana perdió tiempo y después, a lo suyo: a ganar etapas. Antes lo hacía con mezcla de picardía y determinación, ahora lo hace sencillamente porque va "un puntido por encima". Su equipo ayuda, claro, como siempre en estos casos: ayer el sprinter japonés Arashiro le lanzó para el Aubisque, pasando el nipón en tercer lugar por la cima pirenaica.

También recibió ayuda de Kern, uno que en Dauphiné (6º en 2011, sin ningún resultado previo anterior) tuvo que abandonar, porque el dolor de rodilla de Voeckler era extensivo a todo su equipo, otro más de hombrecillos verdes que se crecen en la alta montaña. Les dieron un toque repugnante por lo que tiene de "se lo que estais haciendo, pero no vamos permitir algo como lo de 2011, pero no temais, no vamos a hacer nada", y ya llevan tres etapas ganadas, dos de ellas de alta montaña.

Voeckler puso a tirar a Kern en el Tourmalet para aumentar la diferencia con el pelotón, que no le parecía suficiente, y como en el pelotón iban sesteando, ¡la escapada aumento la diferencia sobre el pelotón en 4´! ¡Subiendo el Tourmalet! A estas alturas, Voeckler ya tenía la etapa ganada, y encima la quería ganar a lo Virenque.

Se desembarazó de Brice Felliou cuando quiso, y se fue en solitario a ganar en Luchon tras haber pasado en cabeza los cuatro puertos pirenaicos. A lo Virenque, que estaba en meta para felicitarle. Según Voeckler, en un relato que gusta mucho en Francia de le petit, no iba con la intención de la cabalgada pirenaica, que afrontaba cada paso de puerto como si eso ya fuese el final de etapa.

Hicieron de monigotes C.A Sorensen -otro corredor gesticulante, ayer la etapa parecía que consistía en a ver quien hacía más cucamonas- y Vinokourov, con un espléndido Gorka Izagirre que fue a lo suyo, y al final acabó tercero porque al kazajo se le salió el pie del pedal en el peor momento. Segunda fuga en el Tour, segundo puesto de honor. Hay madera de corredor.

En el pelotón Basso aceleró un poquito, lo suficiente para que Evans "con problemas estomacales" se descolgase y perdiese cualquier opción de podio. Quitó algún Sky de cabeza del pelotón, y Nibali atacó subiendo el Peyresourde. Sólo le pudieron seguir la pareja de Wiggins y Froome. Otro ataquito, y juntos hasta meta con 1´ de ventaja sobre otros corredores que tenían grandes esperanzas en la carrera.

Para hoy la organización tiene una etapa con Bâles -donde le saltó la cadena a Andy Schleck- y final en la estación de esquí del Peyresourde. Considerando que Nibali tiene casi 3´ de ventaja sobre Van den Broeck en la lucha por el podio, a lo mejor hoy conseguimos ver una etapa aún más birriosa que la de ayer. Eso sí, de recomendar este deporte mejor me abstengo.
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Habla Madariaga (Euskaltel, Euskaltel). Considerando el titular, y el tamaño de cuello que se gasta el susodicho, no hay que preocuparse mucho de las angustias que le afligen.
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Última entrevista conocida a Frank Schleck antes de su positivo, al acabar la etapa de Toussuire: reconoce que está cansado por los 71 días de competición acumulados en sus piernas. En el día de descanso también charló con periodistas de Luxemburgo, diciendo que estaba "muy cansado", pero que podía mejorar...