domingo, 31 de agosto de 2008

KINDER, KÜCHE UND KIRCHE

Quizás sea solo una idea pasajera, e inexplicable después de todo. Quizás no sea solo una idea pasajera: el reverso infeliz del Saroyan más amable, más optimista en la cotidianeidad, tanto que casi hace daño leerlo, al obligarte a verte tan lejos de él: un niño (varios) a los que proteger y ver crecer, una casa que nos proteja y una religión que pueda protegerlo todo.

Nos educan en la unidad de la idea; no siempre es facil huir de ella y pensar por uno mismo. Crecemos creyendo que podremos ser estrellas de la MTV, y la realidad pervierte ese deseo: la persona con la que estás no se parece en nada a las fotografías que decoraban carpetas y cuadernos y la vida que llevas nunca la habías imaginada.

Queda tiempo, sí; pero cada vez menos.