viernes, 7 de diciembre de 2012

APM - CAPITOL 7/12/12

Óscar Freire: Opera selecta (y II)

No hacer nunca
Sanremo 2004
Sinceramente, una de las fotografías más icónicas del ciclismo. Un clásico para siempre y para enseñar en todas las escuelas de ciclismo. Erik Zabel, Mr. Sanremo (durante cinco años seguidos fue 1º-1º-2º-1º-1º) llevaba dos años sin oler la carrera, en parte por caídas. Vestido con el maillot de campeón alemán, y tras un sprint imperial que le iba a colocar en la fabulosa cifra de cinco victorias en La Clasiccisima, el experto alemán cometió un fallo para la historia del ciclismo.

Se puso a alzar los brazos sin haber cruzado la línea de meta. Freire, que venía embalado, aprovechó para estirarse al máximo y consiguió superar al desdichado alemán en el último metro, dejando una estampa que, insisto, pasarán décadas y la veremos igual que vemos las de Van Steenbergen y Van Looy: la misma cara de sorpresa, el mismo momento fugaz, los dos grandes campeones, el momento de la decepción.

Era la primera clásica para el campeón español, una victoria que se había retrasado demasiado y que podía haber llegado mucho antes. Después vendrían otras dos Sanremos como dos soles que, junto con su puntería para acabar siempre entre los diez primeros, le situan como uno de los mejores corredores de siempre en la clásica de las clásicas.


Un campeón y dos comparsas
Paglietta 2006 De entre todas las victorias de etapa de Freire en la Tirreno-Adriático me quedo con esta. Tras haber ganando la general -y tres etapas seguidas- el año anterior, en esta edición sólo ganó en una, pero nada menos que el final en Paglietta, en cuesta y especialmente revirado. También había conseguido ganar en otros finales similares, especialmente el de Torricella Sicura.

El sprint se lanzó prontísimo y fue a cara de perro entre algunos conocidos habituales y uno nuevo que empezaba a asomar el hocico ese año, de neoprofesional: Ricardo Riccó. Freire consiguió imponerse a Astarloa y el italiano de ematocrito ballerino con un último golpe de pedal de auténtico maestro. Y de jerarquía ante arribistas.


Sanremo 2000 Freire había fichado con el Mapei y, tras haber ganado dos etapas (una al sprint, otra en cuesta) en la reciente Tirreno-Adriático, salía a por todas en la Sanremo. Era la primera vez que corría la mejor de las pruebas de un día, la primera vez que afrontaba más de 290 km. en competición y la primera vez que iba a subir al podio. Si la memoria no me falla, es el corredor más joven en haber subido al podio desde entonces. En su primer intento.

Sin embargo, en el Mapei decidieron enviar al ataque a Bettini, que por entonces era un corredor que pasaba por poco más que la ramera de Bartoli. Cuando el siniestro italiano acabó su número circense, Freire se encontró solo para el sprint, situación que se repetiría a lo largo de su carrera. Aún así, tercero y por muy poquito, batido por Zabel y por el resucitado Baldato, que obtenía su mejor resultado en cinco años en el debut del Fassa Bortolo, el equipo medicalizado por Cecchini.

Era el primer arcoiris que se subía al podio de Sanremo desde Saronni en 1982. El italiano consiguió ganar. En Freire jamás confiaron, y Squinzi se retiró del ciclismo sin haber ganado jamás la carrera que más ambicionaba: precisamente la Sanremo. Ahí perdió su oportunidad.

Luig Puig 2004 Nos tocará contarlo de mayores: hubo un tiempo en que se retransmitía todo el ciclismo profesional que había en España, y había muchas carreras. Una de ellas era el Luis Puig, prueba de un día valenciana en honor del que fuera presidente de la UCI. Freire ya había sido segundo en 2000 -batido por Zabel- y en 2004, poco antes de la Sanremo, se escapó a pocos km. de meta y nadie fue capaz de alcanzarlo.

No había nadie viendo la prueba, que llegaba a alguna localidad turística completamente vacía. Fue una de las tres victorias en solitario de Freire, junto con el Mundial de 1999 y la etapa de Ascona en la Vuelta a Suiza. Encabezando el grupo entró un joven Valverde, que tenía por misión ganar todas las pruebas menores del calendario español, y que ese día falló en casa del patrocinador.


Luarca 2007 Era la tercera etapa de esa Vuelta y Freire había sido segundo en la primera y ganado la segunda, un sensacional sprint en Santiago de Compostela batiendo a Bettini de arcoiris, que estaba realizando una temporada de pena. Con la llegada a la pequeña localidad pesquera asturiana, los organizadores introdujeron un sprint en cuesta y revirado, donde el italiano hizo sus marrullerías habituales y ganó la etapa, con Freire segundo.

El cántabro se quedó bastante disgustado, pero siempre del buen ambiente de puyas y contrapuyas que siempre llevó con su rival. La venganza vendría poco más tarde cuando, tras el paréntesis de los Lagos, Freire ganó dos etapas seguidas donde Bettini ni se metió al sprint, dentro de esa extraña preparación que llevaba de cara a su segundo Mundial.

Mundial 1999 Qué menos que cerrar este recorrido sucinto por la trayectoria del inigualable Freire con su victoria más representativa. Tras una temporada lesionado y donde su equipo no lo llevaba a las grandes citas, el subcampeón del mundo sub23 hacía dos años no tenía contrato para el año siguiente, ni perspectivas de conseguirlo.

Una magnífica fotografía
Entrenando con su hermano tras moto por Torrelavega en un circuito que reproducía el que se iban a encontrar en Verona, y con la confianza de un seleccionador nacional que confiaba en sus posibilidades tras ver que el año anterior había logrado un dignísimo resultado de neoprofesional en Valkenburg, Freire se presentó en Italia como un desconocido para el gran público.

Y vaya Mundial. Los máximos favoritos eran Vandenbroucke, Ullrich y Casagrande. El primero se cayó y se lastimó la muñeca, pero estaba en la vuelta final; el segundo venía de ganar la Vuelta de menos a más y ganar el Mundial CRI tres días antes; y el tercero era un conocido arribista que nunca ganó nada relevante, pero vaya que lo intentó con todos los medios de la época a su alcance.

El italiano, una auténtica nulidad al sprint, tras ver que no se podía ir de sus rivales en la última subida, atacó en el llano, llevándose consigo a unos acompañantes entre los que estaba un tal "Freire Gómez", que estaba atentísimo a la carrera. Por detrás consiguieron anular la fuga a cuatro km. del final, vigilándose mutuamente antes del sprint en una larguísima recta.

En la última curva antes de encarar el rectilíneo, y con el zoom de la cámara sin meter, una figura saltó por el lado contrario al pelotón, cerrando el radio del viraje. No era un error, ni que hubiese frenado por miedo: saltó y consiguió la ventaja suficiente para llegar a meta en solitario, mientras los demás se disputaban los despojos que había dejado.

Yo ví el triunfo en Italia y en la tele no se lo podían creer. Freire Gómez ha vinto, y De Zan por lo bajini decía Ma chi e questo Freire Gómez?, con la extrema decepción de organizar un Mundial en casa y que no sólo no gane uno de los suyos, sino un completo desconocido de 23 años y sin apenas palmarés. Después ya lo iría aumentando, especialmente en Italia, e incluyendo otro Mundial en el mismo sitio y ante parecidos protagonistas. Aquel triunfo no fue una casualidad: nadie gana un Mundial de esa manera, con esa edad y con esa resolución si no es un auténtico campeón. El mejor en lo suyo.
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Menuda jugada que le han hecho a Gendermann. Pensaba que iba a continuar con el RadioShack, y se entera ahora, a punto de acabar el año, que no tiene ni equipo ni contrato para el año que viene. Por otra parte, no me extraña viendo su rendimiento, aunque tampoco se diferencia tanto del resto del equipo. El problema con el alemán es su trayectoria, tan descendente que rivaliza a nivel nacional con Ciolek.
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Acuso recibo de la última publicación de Cultura Ciclista, la biografía de Fignon. Fue enviado tras leer el post dedicado, debe ser que como el hombre-orquesta de la editorial se dedica desde el ámbito académico a eso de la comunicación, es partidario de la falsa creencia de "hablen bien o mal de uno, lo importante es que hablen". Yo haré reseña de todo lo que me envíen, para bien o para mal.

Como ya leí el libro en su momento, les digo que está muy bien. Empieza con el Tour 89, el de los famosos 8", para "exorcitar" y después sigue el clásico esquema cronológico de una biografía al uso: infancia, inicios, éxito y bajada. Los capítulos son muy breves, casi como si hubiese estado ideado para serializar en algún medio periódico, y tiene algunos pasajes notables. A mí me han gustado las batallitas en Italia -especialmente el Giro 84 que le robaron- y la parte final.

Adolece, empero, -estamos hablando de un libro que ha pasado el filtro ideológico de Cultura Ciclista, ya saben- de cierta complicidad con el lector, al que supone subnormal profundo para creerse, en boca de Fignon, cosas como "durante toda mi carrera nunca se habló de dopaje conmigo ni en mi entorno" o "en aquellos años nunca hablé con ningún médico que no fuera el del equipo" (pág 78).

Merece mención aparte la desganada traducción, que empobrece sobremanera el producto editorial. Les pongo algunos ejemplos del tortuoso castellano al que ha sido traducido este libro, seguramente desde la edición original francesa:

  • "Pero a la mínima tontería mi padre se enrabiaba conmigo" (pág 39)
  • "...un cicloturista que venía en sentido contrario interrumpió literalmente su carrera encima de mí en un choque frontal que a punto estuvo de costarme caro" (pág 127)
  • "...siendo plenamente consciente de que podía desagradar o decepcionar a aquellos para los cuales todo es sagrado, yo no tenía auténtica conciencia de estar participando en la redacción de un gran libro de historia" (pág 148)
  • "...gracias a una escapada bidón que tres corredores que habíamos propiciado..." (pág 149)
  • "Era vulnerable, estaba a merced de todas mis defecciones" (pág 200)
Y eso que he cogido varios ejemplos al azar. No obstante, no deja de ser el mejor libro del catálogo creciente de la editorial (y visto el avance, lo seguirá siendo cuando acabe 2013), que esperemos que amplíe sus miras con el tiempo y deje de ver enemigos donde no los hay, y si sana crítica constructiva para hacer las cosas mejor. Tampoco cuesta tanto.
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Proyecto europeo para mejorar la seguridad de los ciclistas. Tienen varios concursos y viajes a Bruselas para propuestas atractivas y económicas sobre esta problemática. Participen, o miren la web. Lean y difundan si piensan que alguien puede aportar algo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Óscar Freire: Opera selecta (I)

Esto no es un repaso exhaustivo de la carrera de Óscar Freire, sólo algunos momentos destacados que considero que son mis favoritos. He intentando huir dentro de lo posible de los grandes momentos en la mente de todos, e incluso incluyo algunas derrotas. Por supuesto, el orden de las reseñas no va es función de su importancia o de que me gusten más o menos, sino simplemente de cómo han ido viniendo a la cabeza.

Este sí es un suelo empedrado. Y curvado. 
St. Moritz-Ascona o la etapa de la Vuelta a Suiza donde se saltó una rotonda

La edición 2006 de la Vuelta a Suiza estaba saliendo muy bien a Freire, (3º, 5º y 4º en los sprints disputados), pero se acababa la carrera y el cántabro no se quería ir de vacío en la primera ocasión en que disputaba la carrera de su país de residencia.

Como ya tuve ocasión de escribir sobre esta gran victoria en su momento, simplemente añadir que es muy poco justo con uno de sus grandes momentos reducir la victoria al famoso salto de la rotonda, cuando fue una fuga larguísima, con un recorrido muy duro y rivales muy difíciles, incluyendo un pelotón que se echaba encima, como muestra la magnífica fotografía.

Además, la victoria se logró en un contexto particular: poco después de la Operación Puerto y en una carrera donde Eufemiano Fuentes logró, en un gesto de desafío a las autoridades, colocar a cuatro de sus hombres entre los cuatro primeros: Ullrich (luego descalificado)-Koldo Gil-Jasksche-Vicioso. Vaya tiempos y vaya carrera.

Campeonato del Mundo 2001

La foto fue ganando con el tiempo
Incluso el propio Freire considera que fue uno de los Mundiales en que peor forma llegó. Y ganó. Se ha escrito mucho sobre cómo Lanfranchi tiró a muerte para neutralizar a su compañero escapado Simoni, y si todo respondía a que se había corrido por casas comerciales y el Mapei había impuesto sus intereses. Todo puede ser en casa de ese gran mafioso que es y fue Squinzi, pero si el plan era que ganase Bettini -como ya intentaron penosamente en la Sanremo 2000- salió de una manera pésima, como en otros grandes designios de este mandamás, el del ataque de Olano y Rominger en Larrau 1996.

El circuito de Lisboa no era tan duro como habían anunciado y Freire no llegaba como gran favorito, a pesar de haber sido 1º y 3º los dos años anteriores, o incluso de haber ganado su primera vuelta por etapas (el Giro de la Provincia de Lucca) una semana antes o ser segundo en Tours. Con 50 hombres en la llegada, Freire ganó porque Erik Dekker se abrió en su extremo y pudo pasar por ahí, para derrotar a Bettini en la misma línea de llegada. El italiano siempre ha dicho que es su derrota más amarga, ya lo ven en la foto.

El mejor clasicómano de su generación -algo que por entonces no apuntaba, sólo tenía una Lieja- no consiguió ganar el Mundial hasta cinco años después, cuando estaba en su decadencia y pasada la treintena. A saber que hubiese sido de su carrera de haber ganado en Lisboa. A Freire simplemente le permitió ganarse la fama del tío más peligroso del pelotón con el que llegar al sprint. Una fama digna del salvaje oeste, pero merecida.

San Benedetto del Tronto 2003


Como para pedir a Cipollini que no alce los brazos
El primer año en el Rabobank se saldó con 7 victorias menores, un Tour obligado a acabar a la fuerza, el primer contacto con el norte y un Mundial ganado por un compañero. Una de las mejores imágenes de la temporada y de su carrera fue la victoria en el uno de los olimpos de los sprinters como San Benedetto del Tronto, la etapa final de la Tirreno-Adriático de aquel y otros muchos años.

Un periodista analfabeto le preguntó un día por sus relativamente escasas cuatro etapas en el Tour, a lo que Freire respondió que tiene casi diez en la Tirreno, que muchas veces tenía mejor participación de sprinters que el Tour. Ese año ganó a Cipollini, nada menos que enfundado en el maillot arcoiris, con la misma técnica que haría inolvidable al año siguiente con su primer triunfo en Sanremo: hasta que no se cruza la línea de meta no se levantan los brazos.

Al cliente de Eufemiano Fuentes Pavarotti le sentó muy mal esa derrota; en general, su temporada como campeón del mundo fue desastrosa, mezcla de su edad -35 años-, de su arrogancia y de pensar que se lo iban a dar todo regalado. La foto, una vez más, es magnífica, y representa la astucia y la especial habilidad de Freire como pocas otras.

Flecha de Brabante 2005


Llegar al sprint con Freire es casi una victoria
Un pero relativo que se puede poner a Freire es que nunca consiguió ganar una gran carrera con el maillot de campeón del mundo. Quizás la de mayor alcurnia sea esta, la primera de una increíble serie de tres victorias seguidas (y otras dos veces segundo) en la carrera del circuito urbano alrededor de Bruselas. En 2003 ayudó a que Boogerd ganase, y logró ser segundo. En 2005 llegó al escenario en un día de perros y controló la carrera de tal manera que ganó fácilmente en el sprint a sus dos rivales.

Su mayor exhibición vino en 2007, con gran ayuda de J.A Flecha, estando en cabeza en todo momento y controlando de tal manera que parecía un campeonato del mundo. Entonces ya era algo habitual ganar en el norte, pero en 2005 fue toda una demostración de sus capacidades. Como tantas veces en su carrera, fue el primer español en ganar la carrera, y el segundo tras Astarloa en ganar una prueba en Bélgica.

No sería una definición exagerada calificar a Freire como un especialista en circuitos: el Mundial, la Flecha de Brabante, incluso la Sanremo podría ser definida como un circuito exacto y milimetrado año tras año, aunque no haga bucle. En todas alzó los brazos tres veces.

Dax 2006


McEwen: rara vez descalificado, siempre marrullero
Sin duda, la mejor victoria de Freire en el Tour y uno de sus grandes sprints de siempre, cuando no uno de los mejores de la historia reciente del Tour: hasta está Boonen con el maillot arcoiris. Ayuda mucho que esa fuese una edición caótica en todos los sentidos, sin trenos y con una guerra de todos contra todos. También hay un post de ese triunfo, pero mejora mucho viendo el vídeo de la etapa o alguna de las estupendas fotografías que dejó la jornada, con McEwen enfadado como una mona tras no haber podido superar a Freire a pesar de todas sus marrullerías.

Ya ven: McEwen, que tampoco contó con mucho lanzador en su carrera, se retiró a principios de este año con 12 etapas del Tour, 12 del Giro y otras victorias por ahí, y con un 4º puesto en Tours como mejor resultado en una clásica. El australiano sólo perdió aquel día otra de sus etapitas, las que adornan un palmarés discreto.

Gante-Wevelgem 2007 y 2010


Cinco campeones del mundo. Me apetecía poner la foto
Una carrera que Freire descubrió muy tarde y en la que hubiese podido establecer registros muy notables. Al final una única victoria (la primera de un español en una carrera con pavé) y dos derrotas muy esclarecedoras: en 2007 cayó bajo la pinza del T-Mobile -y ya ven que ha sido de esos dos corredores, incluyendo al entonces prometedor Burghardt de 23 años- y entró con una de las mayores caras de decepción de su carrera en meta, quizás sólo superada por el atraco de Carcasonne en el Tour 2006 o la humillación de Varese 2008.

En 2010 dejó uno de mis momentos favoritos de los últimos años de ciclismo. En un día de perros, Freire iba en la escapada que se iba a jugar la victoria. En una de las grandes rectas que llevan a Wevelgem, Kuchynksi -otro que parecía que iba para figura en las clásicas, ya ven-, uno más de los cinco Liquigas que iban en el grupo, se descuelga un poco al ver que lleva a Freire a rueda.

El cántabro, en un juego de tensiones, no pasa al relevo. Y el bielorruso mantiene su apuesta. Y mantiene. Y mantiene. El resultado final fue que ambos se descolgaron del grupo, en una acción rarísimas veces vista en el ciclismo. Freire diría días después que tenía piernas, pero también un orgullo que se tenía que haber tragado. Al final ganó Eisel, un corredor al que Freire hubiese batido en el 99% de las sprints que disputasen.
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Movistar mete a Nairo Quintana dentro del programa para disputar el próximo Tour de Francia, con el calendario de aproximación habitual. Me parece muy bien que descubra el Tour tan joven, la lástima es que sea el Tour menos montañoso que se recuerda, pero bueno...no hubiese estado mal que lo llevasen a sus 23 años al Giro 2013, donde sus excepcionales habilidades escalando hubiesen tenido lucimiento seguro, pero estamos hablando del equipo navarro obsesionado con el Tour....

martes, 4 de diciembre de 2012

VIVIMOS PEOR QUE NUESTROS PADRES

SALVADOS - OLIGOPOLY



El programa emitido el pasado 18 de Noviembre de 2012 en La Sexta (España) y por el cual la patronal del sector eléctrico UNESA presiona al Presidente del Grupo Antena 3, don Sr. LARA, para tener un espacio en Antena 3 TV y que desaparezca SALVADOS presentado por Jordi Evole.