miércoles, 7 de noviembre de 2012

SALTANDOSE EL PEAJE DURANTE 16 AÑOS

IPAD MINI - VIDEONALISIS

CHICA DEL DIA 7/11/12

¿Qué fue del ciclismo sudafricano?

Ayer se conoció el positivo por EPO de David George, un ciclista sudafricano de casi 36 años, que durante mucho tiempo fue considerado una joven promesa y el nuevo Pantani. En una reacción psicótica de todos los medios, el hecho más destacable de la trayectoria de este muñeco roto era que había estado dos años con Armstrong, en las temporadas 1999 y 2000.

Lo que era un positivo de desecho (en noviembre, un corredor sin equipo, perfectamente anónimo) adquirió bríos renovados gracias a su relación increíblemente forzada con el caso Armstrong, pero así están los medios y así dan ese enfoque, cuando el caso concreto de David George da para mucho más que su paso por el UsPostal con 23 y 24 años, sin entrar jamás en el equipo-Tour, con lo que eso significaba.

Tras ir dando tumbos por ahí y triunfando en carreras exóticas de su país (¿alguien se acuerda del Giro de Capo?) y en Malasia se pasó hace tiempo al mountain-bike, incluyendo el paso por el equipo autóctono Barloworld antes de su sublime eclosión vía CERA en 2007: estando en ese equipo no pudo tomar la salida en los Tres Valles Varesinos de 2004 por tener el hematocrito alto.

En 2006 hace el butrón en el Relax-GAM, un equipo que quería volar alto y que lo ficha en marzo tras haber ganado en Malasia y ser segundo en el Giro de Capo, sus cotos habituales y exclusivos. No hace nada con la formación española, que al año siguiente acogió a Jesús Losa y Vicioso, Mancebo, Sevilla, Hruska, por este orden y como parte de aquel engendro típicamente lissavetzkiano de superar la Operación Puerto dando un equipo estatal a algunos de sus famosos implicados. De serie con el equipo ya venían parches de calor, Dani Moreno o Rafa Valls: menuda cueva.

¿Cómo un ciclista con esta trayectoria tan espantosa, prácticamente retirado desde 2007, tiene tanta relevancia mediática? Por su relación -extremadamente tangente- con Armstrong. Lo que no hubiese pasado de un suelto en este modestísimo blog sirve como buena excusa para saber qué fue del cacareado ciclismo sudafricano y, como siempre, trazar una panorámica de este deporte, que no hay por donde cogerlo.

El primer ciclista sudafricano relevante fue Robert Hunter, que en la Vuelta 1999 y con 21 años, ganó el primer sprint de la carrera con el Lampre y a punto estuvo de ganar la regularidad, que sólo se la pudo arrebatar Vandenbroucke con una exhibición hemática en la última etapa de Madrid. En fin. Su trayectoria habla por el, pero quédense con este dato: es uno de los primeros de la familia de Girona, y ahora está con 35 años en el Garmin. Es un furibundo fustigador del dopaje, como suele pasar en estos casos de politoxicomanía. Sus habilidades en Girona, especialmente con lo que llega por correo desde su país natal, son bien conocidas.

Por entonces parecía que no venía solo desde su exótico país: le acompañaban el ya mencionado caso de George y también Ryan Cox, que compartía supuestas características de escalador con el primero, jamás demostradas en carrera de relevancia alguna. Su corta trayectoria vital (habría cumplido 34 años el próximo año) debe ser un recordatorio del dopaje y lo que significa para la salud.

En 2005, corriendo en Barloworld, ganó Malasia y fue segundo en el Giro de Capo, como al año siguiente George: casualidades que para nada tienen que ver con una planificación de equipo, qué va. Fue su punto álgido, con 23 años, para morir sólo dos después, curiosamente el mismo 2007 en que su equipo voló: la exhibición hemodruida de Soler en el Tour (sólo se recuerda su etapa de Briançon subiendo el Galibier mejor que Pantani, pero dos días antes había hecho un numerito rara vez visto en el ciclismo: se escapó del pelotón en la base del Colombiere y dio caza a los fugados, que iban con varios minutos de ventaja) o la del propio Hunter, ganando un sprint brutal y a punto de cazar varias etapas más.

Al año siguiente se supo, claro: con el positivo de Moisés Dueñas (del que Sastre dijo que "iba a hacer grandes cosas en este Tour") destapó la naturaleza del equipo, donde fueron abandonando la carrera con cuentagotas. Mauricio Soler, huelga comentarlo, se arrastró ese año y los siguientes. Nadie pareció acordarse de la muerte el verano anterior de Ryan Cox, a raíz de una hemorragia interna pocas semanas después de ser operado de una oclusión arterial en Francia. Sólo con mucha ingenuidad se puede creer que fue una muerte habitual de un postoperatorio.

Augustyn después de coronar La Bonette
Y quedaba otro joven sudafricano muy cacareado, nada menos que John-Lee Augustyn, que en el maltrecho Tour 2008 salvó el honor del Barloworld -al mismo tiempo que mancillaba el del Tour- al pasar primero nada más y nada menos que por la Bonette (2800 metros de altura), para después caerse ladera abajo por el peligrosísimo descenso. Y con 23 años. No volvió a hacer nada más, incluyendo un paso por el Sky de dos años, donde apenas compitió, a saber por qué al margen de sus enfermedades y dolencias varias.

Es cierto que todavía está en liza el buen sprinter Daryl Impey, pero esto es lo que queda del ciclismo sudáfricano, que parecía que podía ser una nueva Australia o una nueva Suiza por la cantidad y calidad de sus corredores: un cadáver, un ciudadano vitalicio de Girona (y que va dando lecciones por ahí), un politoxicómano y un enfermo continuo como Augustyn, prácticamente retirado del ciclismo con 26 años. También un tufo a dopaje masivo y continuo, que me parece más importante que destacar la tangencial relación de George con Armstrong.
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Wiggins dice que no quiere ser una superestrella y que lo reconozcan por la calle (para lo cual se ha cortado las patillas), pero va a cualquier programa de televisión que le invita, incluyendo los de entretenimiento. Asimismo, da entrevistas-rio donde cuenta con pelos y señales detalles íntimos de su vida, siempre en beneficio propio. Incluso cuando afirma que, tras ganar tres oros olímpicos en 2004, se dio al maravilloso mundo de conocer las cervezas belgas, llegando a beber 12 pintas al días.
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Haussler, que es otro muñeco roto de manual -ojalá algún día se sepa lo del Cerveló en 2009-, dice que quiere entrar en una espiral positiva.

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Según el colegio de economistas de Burgos, cada euro invertido en la Vuelta a Burgos revierte cuatro euros a la economía provincial. El chiste está en lo de "colegio de economistas". De Burgos.

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Federer se une a Murray y quiere más controles de dopaje en el tenis,  y lo dice cuando Ferrer va disparado a la Copa de Maestros de China, a sus 30 años y con Del Moral expuesto a la luz pública. Que acabe de ganar su primer torneo importante y sea el tenista con más trofeos este año es meramente casual. Ya saben que en España maduramos tardíamente.