miércoles, 6 de marzo de 2013

Boogerd, otro que confiesa a medias

Otro libro biográfico que pasa a ficción
Boogerd se rinde ante las evidencias acumuladas y confiesa su dopaje en una entrevista al canal holandés NOS que estará en onda esta noche. Desde que en 2009 saliese el caso HumanPlasma, el mejor ciclista holandés desde Zoetemelk (Holanda+ciclismo, piensen en la implicación) había negado absurdamente su pasado de dopaje, hasta ponerse en situaciones francamente absurdas.

Parece que la moral calvinista le ha llevado a confesar ("no voy a decir nombres", se oye en un adelanto de la entrevista) respetando las leyes de la omertà ciclista; eso, y la encomiable presión periodística que en estos días se respira en Holanda, donde han llegado a preguntar a Erwinn Nijboer sobre el dopaje de Indurain con Conconi.

Ya se que insisto mucho en el tema, pero cada vez más gente se da cuenta: aquí en España compañeros de generación de prácticas de Boogerd se han retirado en sordina y no tienen a periodistas que les vayan a incordiar, preguntar a su entorno o recordar sus grandes momentos de cagaleras, abandonos y desapariciones cuando se les esperaba. No es que no haya presión periodística, es que hay lisa y llanamente agasajo y peloteo.

Por no hablar de Benjamín Noval, claro, que sigue compitiendo y sin sanción alguna.

Boogerd ha reconocido que se dopó "intermitentente" entre 1997 y 2007, lo que son once temporadas de una carrera deportiva iniciada en 1995. Como suele ser habitual, el holandés salva un par de años preciosos de su juventud para su goce propio, pero es difícilmente creíble: en 1996 ganó una etapa del Tour (su primera victoria profesional) increíble en Aix-Les-Bains, donde saltó del pelotón tras un día entero bajo la lluvia, descolgó a Mauri y entró en solitario.

Por no hablar que Danny Nelissen ya dijo que había ganado el Mundial 1995 de Duitama -el más duro de las últimas décadas- completamente dopado, y que al año siguiente corrió el Tour con el Rabobank entero dopado hasta en las uñas de los pies. Será que a Boogerd no le ha llegado ese comentario, o la vanidad tan propia de los deportistas.

En Boogerd, un poco más acentuada, por eso de "dopaje intermitente". Dice que se chutaba "EPO, cortisona, hormona del crecimiento" para preparar el Tour, pero que nunca lo hizo durante su disputa. Díficil de creer, cuando el mismo afirma que empezó con las bolsas de sangre en fecha tan temprana como 1998, cuando empezó a detectarse la EPO en análisis.

Su conocida victoria en la etapa de La Plagne en 2002, consentida por el UsPostal, dice que la obtuvo relativamente limpio. En fin, el típico relato de corredor que confiesa sin decir nombres, salvo el del famoso doctor Geert Leinders, el médico del Rabobank entonces y que en 2010 fue fichado flamantemente por el Sky, donde permaneció hasta 2011.

Tiene gracia lo de "intermitente" en alguien como Boogerd, del que Óscar Freire dijo muy maliciosamente -y con una sonrisa en la boca- el año de su retirada, tras un Tour increíble que casi gana su compañero Rasmussen,  "no se por qué se retira, está mejor que muchos jóvenes". Tenía 34 años y una carrera sintomática.

Toda la vida en el equipo holandés -y en su germen llamado WordPerfect-, Boogerd parecía destinado para grandes cosas y llegó a ser uno de los corredores más potentes de finales de los noventa. Si no ganó más entonces fue por su pésima visión táctica, la misma que le hizo perder tantas y tantas carreras a él y a su equipo, que siempre apostaba por el corredor dentudo por su condición de holandés.

En 1998 acaba quinto el Tour de Francia, y sexto en el Mundial de Valkenbourg, donde era el máximo favorito cuando le sobrevino un inoportuno pinchazo. Volaba en las subidas y sólo tenía 26 años. Por esos años estuvo el pico de su carrera, que convirtió a partir de 2001 en una rememoración de Sísifo y su piedra. Absolutamente nulo en la crono, recuerdo sus arreones para ganar en cuestas en la Vuelta a Valencia, Tirreno o clásicas menores italianas.

Nunca llegó a nada, y sus mejores victorias fueron la Paris-Niza y  la Amstel de 1999, conseguida cuando todavía acababa en llano. Desde entonces, cuatro segundos puestos en la carrera y dos terceros. También dos segundos puestos y un tercer puesto en Lombardía. Y otros dos en Lieja con dos terceros puestos. Siempre una presencia constante en cabeza, muchas veces rompiendo la carrera, para absolutamente nada.

Estaría bien que explicase, ya que no lo hizo en su biografía ni lo hará en la entrevista, lo que le pasa tras su fulgurante 1999 -acabó segundo en la Copa del Mundo-, y por qué abandona la lucha por las generales de las vueltas, obsesionandose únicamente con rendir bien y su Amstel Gold Race. No lo hará. Como siempre fue un desastre tácticamente, su confesión también será "intermitente": tendrá que ir haciendo addendas a medida que confiesen otros compañeros, quedando reflejado como lo que siempre ha sido. Un mentiroso.
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Hoy comienza una Tirreno-Adriático que, cuando hagamos balance a final de año, habrá sido la segunda carrera con mejor participación tras el Tour. Y encima los favoritos tienen ganas de batalla. Dos etapas con más de 230 km., subida al paso Lanciano -ojalá se pueda, porque está nevadísimo- y Froome, Evans, Contador y Nibali, entre otros, en liza.
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En la París-Niza las dos primeras etapas han decepcionado. En la primera vimos en fuga a Romain Sicard, que está finísimo, a pesar de que el recorrido era llano a no más poder. Inexplicablemente, se descolgó de sus dos compañeros de fuga. Al mismo tiempo, el esloveno fichado por los vascos abandonaba quedándose en el llano. Al parecer, ambos estan malitos del estomaguito y por eso colaron a Sicard en la fuga: para que pudiese circular con ventaja y no descolgarse del pelotón para entrar fuera de control.

Lo que no han explicado es porque los dos corredores tienen cagalera, seguramente por la nueva alimentación inteligente del gurú Mujika. La alimentación inteligente de Sicard, que hace dos años se rumoreó cosas feísimas de él, y que las ha confirmado estando exactamente dos años desaparecido. Desde luego, muy inteligente.

La etapa la ganó al sprint Bohuanni, el joven sprinter francés que no luce publicidad en su maillot de campeón nacional. También obtuvo el liderato, que perdió ayer mismo por una absurda caída en medio de una etapa con huelga de piernas caídas en el pelotón, dicen que porque había más de 200 km. de recorrido y les parecía mucho. A saber: es otra vergüenza para este deporte, que no se puede vender así.

Sin otra competencia deportiva en el martes, todos los bares y sitios de ocio que programan televisión tenían sintonizado el ciclismo, aunque sólo fuese por la inercia de poner Teletenis y su programación. Los ciclistas regalaron ese espectaculo de ir hablando en cabeza hasta que quedaban 20 km. a meta. Ahí se impuso Kittel por bici y media de ventaja.
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El diario As junta a cuatro corresponsales deportivos extranjeros en España  para que hablen de nuestros problemas con el dopaje. Atención: son cuatro de fuera que viven aquí, muchas veces conchavados con los periodistas locales. Dicen cositas de perogrullo, pero lo que hay que destacar es que esas cosas no las dice ningún periodista de aquí. Ninguno. Debe ser que ahí fuera tienen poderes especiales. 

"El retrato es duro, pero debería ser catártico". Lo escribe uno que en cuanto pueda se irá de cuchipanda con sus colegas en Marca o El Mundo. Y miren quien aparece en la foto con los cuatro corresponsales: Monchito, el de "el ciclismo ha contaminado a otros deportes". Aparece sonriendo, porque carece de vergüenza alguna. La misma que ha hecho que no publicase ni una mínima relación entre Xabi Alonso y la exclusiva de su periódico con Badiola y RSOC. Ni el a título personal, ni ninguno de los periodistas que dirige. Ya es casualidad. Será que ahí dentro tienen temas especiales, de los que no se tocan. "El retrato es duro" porque en un retrato se muestra la cara, que la teneis de mármol.
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(relacionado con lo anterior) un redactor de este mismo periódico, que se apunta medallas a título de empresa y a título individual de su supuesta lucha contra el dopaje, tiene esta reacción ante la confesión de Boogerd:
Si en Holanda están cantando es en gran medida por la presión de la prensa, con varios medios escritos y de la tele indagando, preguntando y arrojando luz donde antes sólo había oscuridad y mirar hacia otro lado. A Juan Gutiérrez lo de Boogerd  (y ojo al uso del plural, eh) "no nos pilla por sorpresa", mientras corredores que compitieron con el y llegaron a ganar el Tour viven en el retiro sin que nadie los incomode, como Carlos Sastre. No vaya a ser que nos de una sorpresa por sus vínculos con Holanda, ¿verdad?. 

Así es la prensa en España. Cualquier día admiten errores del pasado. Y quizás del presente.
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En breve llega la delegación del COI para evaluar la candidatura olímpica de #noaMadrid2020 y nuestro estado aconfesional agasaja a Sebastian Coe con la más alta distinción que puede dar un deportista, además de los títulos nobiliarios que reparte el Rey. Seguramente este medallón tiene que ver con los éxitos deportivos de COE, conseguidos hace tres décadas, y no con su importante papel actual en el COI.
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Este brillante artículo -por su concisión y contundencia- salió el lunes en la edición nacional de El País. Está bien que el diario capitolino dedique, de tanto en tanto, su atención a remotos parajes dejados de la mano de Dios como es el caso de Ponferrada. Les recomiendo su lectura como ciudadanos que son, y teniendo siempre en mente la locura del Mundial 2014 que se han empeñado en tener.

En ninguno de los medios locales se puede leer un atisbo de crítica al sistema de Mafia institucionalizada que rige esta comarca desheredada y decadente, por eso es tan necesario que medios de fuera lo digan de vez en cuando. Para el que quiera saber.