lunes, 25 de marzo de 2013

A por todas

Sagan sigue cumpliendo los plazos. Ahí está su inolvidable debut con dos victorias de etapa en París-Niza 2010 con 20 años, a cada cual más majestuosa.

Su debut en una grande en la Vuelta 2011, ganando tres etapas con 21 años; su debut en el Tour de Francia 2012, ganando otras tres etapas y el maillot verde de la regularidad con 22 años, y cumpliendo lo anunciado. Y ahora, su primera gran clásica con 23 años.

Algunos querrían que hubiese venido antes, y fe que lo podía haber conseguido el año pasado tanto en Sanremo como en Amstel Gold Race, o en la misma Gante-Wevelgem que ayer ganó de forma prodigiosa, como casi todo lo que hace este auténtico talento de la bicicleta, y no solo por los números circenses que hace, que ¡ay!, le emparentan con Cipollini y con Filippo Simeoni.

Sin embargo, las clásicas tiene tanto de táctica como de fuerza bruta y, aunque de lo primero tampoco anda manco, una serie de errores, minusvaloraciones de los rivales y la creciente enemistad que se está granjeando el pelotón han retrasado su primera victoria en una gran carrera de un día. Fíjense que Sagan, el tremendo Sagan que todo lo puede (menos los grandes puertos y las contrarreloj largas, menos mal) llevaba ¡cuatro segundos puestos! este año en las carreras que cuentan.

El primero vino en Strade Bianche, donde ganó su compañero Moreno Moser, pero donde el campeón de Eslovaquia demostró ser el más fuerte; el segundo en la Sanremo, donde intentó todo lo visto ayer en Wevelgem, pero donde minusvaloró a Ciolek, que aprovechó todo el trabajo del joven campeón; y el tercero hace apenas tres días en Harelbeke.

El pequeño Tour de Flandes fue un calco de la edición de 2011. Boonen atacó, como todos los años desde hace una década, en el Taainenberg, para probar que iba bien, pero el ataque decisivo fue el de Cancellara en Oude Kwaremont, donde literalmente el suizo iba a otra velocidad que el resto de sus rivales. El último en ceder, por cierto, fue Sagan, con Boonen muy mal.

A partir de ahí, el monólogo del suizo, que sólo puede ganar de esta manera: yendo solo. Devoró Tiegenberg y Knokteberg, alcanzando una ventaja de 1´ sobre el resto de rivales, que nunca organizaron bien la persecución a pesar de que a 10 km. de meta (de los casi 34 de cabalgada en solitario del expreso de Berna) se pusieron a 40". Inútil. Llegó a meta con 1´04" sobre Sagan, que realizó una remontada impresionante para alcanzar ese puesto por delante de Oss, que había atacado en el último km.

Y ayer, sólo dos días después, la victoria en Gante-Wevelgem, transformada para la ocasión en Gistel-Wevelgem, dado que el organizador de la carrera (un ex-ciclista, no como en Sanremo, que es un economista) tuvo en cuenta el penoso mal tiempo previsto y preparó la carrera para que se pudiese disputar en condiciones dignas y sin ser una chapuza a la italiana. Se quedó todo en 176 km., 46 kms. menos de los previstos, pero no hubo improvisaciones, loas al grande spettacolo y demás propaganda.

El intenso frío de -2º propicio la insólita imagen de ciclistas con dos o tres capas de ropa -parecían todos fondones, a lo Devolder-, gorra polar bajo el caso y gafas a pesar de los cielos grises para prevenir las heridas por frío en la córnea, como ven calamidades que pasan los auténticos esforzados de la ruta y que en otros deportes rara vez se ven.

Desde el primer momento se vio a un Sagan hiperactivo, aunque estaba por ver si esta vez le iba a servir para ganar o para el quinto segundo puesto en una carrera de un día en este 2013. Cancellara, como hace desde hace muchos años, tomó la salida pero desde el principio -no se metió en un corte con todos los favoritos, aunque después pudo enlazar- acabó abandonando. Dicen que es el máximo favorito para Flandes dentro de una semana.

Desde luego, no será porque Sagan vaya a dejarle. Boonen se cayó poco después y dicen que está muy magullado, pero también decían a principio de temporada que tenía la rodilla infectada y que también se perdería su carrera predilecta. Por lo visto este fin de semana, la apoteosis del ciclismo flamenco será un duelo a muerte entre Sagan y Cancellara, donde saldrá beneficiado un tercero.

Haussler, el muñeco roto del ciclismo que corre ahora para un equipo menor suizo, movió la carrera y se llevó con el a Sagan y su gregario Bodnar, Eisel, Van Avermaet, Bozic, Bodnar, Popovich, Debusschere y un impresionante Amador, que también se había movido muy inteligentemente en Harelbeke. Este chico maravilla, y no sólo por lo exótico de ser de Costa Rica.

Alcanzaron a los tres fugados del día (Flecha, Bazayev, Ladagnous), con Bodnar haciendo gran parte del trabajo, relevado escasamente por los otros fugados, hasta alcanzar una ventaja de 1´20" sobre un grupo donde Quick Step trabajaba para Cavendish, que va a cerrar otra primavera sin victorias en las clásicas del norte, porque la Gante-Wevelgem es la única que está a su alcance.

Desde ahí, 30 kms. a meta -pasando por la muy bella Ypres, que les sonará del gas mostaza- la única duda y emoción fue saber si Sagan iba a ser capaz de resolver la fuga a su favor. A cuatro de meta atacó Flecha y Sagan, para no repetir el error de Sanremo, se fue en solitario a tres km. Nadie le pudo seguir y llegó en solitario a la victoria en su primera gran clásica, que es algo como de gran campeón, aunque su estúpida celebración en meta no lo sea.

Quizás Sagan gane una o dos clásicas al año, y en el resto acumule segundos y terceros puestos. Sería lo mejor para el ciclismo y el aficionado, igual que el duelo para el domingo con Cancellara sólo traerá ganancias, pero lo que es cierto es que Sagan puede ganar cualquiera de las clásicas del calendario, incluyendo las cinco calificadas de monumentos, una categoría que nunca me ha gustado y que tiendo a evitar.

Ese logro, en el que algunos creyeron ver posibilidades a Pozzato o a Cancellara, parece más cercano en el corredor de 23 años que puede ganar al sprint a cualquiera de los velocistas, en sprint en cuesta a Gilbert o J. Rodríguez, en solitario, rematando como un llegador -lo visto ayer- o resolviendo en grupos pequeños. Sagan va a por todas, y el domingo vuelve a empezar de nuevo.
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En el Criterium Internacional la etapa llana para Bos, crono para Porte y subida a L´Ospedale para Froome, que atacó a 6 km. de meta mientras su líder Porte se quedaba en el grupo. El australiano, para demostrar que tenía fuerzas, también atacó como para decir que perdía la general por cuestiones de equipo, pero que perfectamente podía haber ganado de haberse quedado Froome en el grupo. El Sky y sus dobletes, que en breve serán tripletes.
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En la Volta hubo una llegada a  Lleida, con sprint cantado. Se impuso un desconocido corredor del Argos, que una fábrica de velocistas,  llamado Parisien. Segundo Dumoulin, que no hace mucho hizo el butrón con dos etapas en la Volta. Siempre han escaseado los velocistas en la carrera, a saber por qué. Y eso que es WorldTour y todo eso. Por su parte, Martin puntuó en un sprint intermedio, y se picó tiempo en meta, obteniendo tiempo sobre J. Rodríguez y Quintana.

Como nota negativa destacada, la llegada se efectuó en esa zona común en todas las ciudades y pueblos españoles: la de los nuevos barrios propiciados con la burbuja de crédito invertido en la ladrillo de la que no nos estamos recuperando. Visto desde Google Earth -hace tiempo que no paso por la capital catalana- es como un tumor. Un tumor que se repite por toda la geografía española. Vaya sitio más horrendo para acabar.

Otro final en Valls, con tanto de homenaje a Tondo. Ahí ganó Gerrans, muy bien y remontando un sprint caótico a Meersman. En Barcelona, en una etapa de menos de tres horas, un atacante De Gendt -como siempre, sin pedir un relevo- obtuvo la primera victoria para el Vacansoleil del año, mientras que Scarponi arrebató el tercer puesto del podio a Quintana. Victoria final para Daniel Martin en la mejor Volta en mucho tiempo. 
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Se ha disputado en Italia la Coppi&Bartali, carrera por etapas de tercera fila donde Cunego siempre moja: este año no ha sido una excepción. Sus compañeros Malori y Ulissi también ganaron una etapa, y este último la general. Además, Damiano Caruso del Cannodale obtuvo su primera victoria profesional. Como ven, todo como muy amateur, italiano y cutre.
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En sporza.be, el canal televisivo y por internet de un país donde se ama el ciclismo, dedican este pequeño reportaje a Freire, emitido antes del E3 Harelbeke.  En el 2´50" deja bastante frío cuando el comentarista tradicional de la cadena, narrando el Mundial 2004, empieza a decir "tres, cuatro, cinco, seis españoles" en el grupo cabecero. Y es que fue así, una exhibición hemodruida de mucho cuidado. Mucho cuidado.
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Redada antidopaje en Italia, centrada en el cicloturismo y categorías inferiores. La Repubblica publica que también está implicado un escalador venezolano del Vacansoleil. Lo escribí en marzo de 2006 y acerté de pleno, pero el éxito de acertar corresponde al equipo holandés que se juega el patrocinador a finales de abril: fichar a Devolder, Riccò, Mosquera y Rujano es demasiada casualidad.Vamos, que no cuela.
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Eufemiano sigue su juego, sabedor de que el periodismo le seguirá la corriente. Por su parte, la marca española más conocida fuera de España, y responsable indirecta de que la Operación Puerto se convirtiese en Operación Encubrimiento como por arte de magia, ha anunciado un teatrillo, que acabará como el de Matxín contra Riccò.
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Londres 2012 no fue tan limpio como proclamó la propaganda: lo hizo antes de las dos semanas de fastos, durante las dos semanas de despiporre, y después, con la resaca. Resulta que la campeona del 1.500 femenino, turca, iba drogada. Segunda fue una compatriota, pero esa no ha caído. Como Cobo en Hautacam 2008.
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Felicidades un poco tardías a Matxín por su nuevo trabajo de director adjunto en el Lampre.
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Es tan ridículo que parece increíble: ciclistas urbanos piden asilo ante embajadas radicadas en Madrid por el acoso al que están sometidos. El asilo diplomático está pensado para cosas mucho más graves que los intereses de estos Armaniflautas, pero les da igual. Todo les da igual, hasta el ridículo. Dan peor imagen que el dopaje. Lo pongo otra vez: dan peor imagen que el dopaje. Prefiero ir en una marcha por la seguridad vial con Beloki o Mosquera que con alguno de esos gilipollas que han ido a las embajadas.