lunes, 18 de febrero de 2013

ATLETI: nueve bolsas de sangre, unos 100.000 euros

Con el sello del juzgado de S.L de El Escorial y de la UCO
Este domingo Carlos Arribas, el famoso gozne de la Operación Puerto que, ora recurre a su acceso privilegiado a los secretos tomos I, II y III del sumario, ora saca algún asunto de humo, se inclinó por una mezcla de ambos recuperando a Marta Domínguez.

La senadora palentina gozó de la atención del otrotora prestigioso periodista, que recibe elogios de los que se aproximan ahora a la Operación Puerto y no tuvieron que leer el "están todos, menos Valverde" o el "que no haya una generación    perdida" en su momento, por no hablar de lo bueno que era mi amigo y paisano Mancebo, que no necesitaba doparse y lo estafabamos vendiendole placebos.

Insisto mucho en esto y lo voy a volver a repetir: a mí de la Operación Puerto lo que más me interesa es la Operación Encubrimento que inmediatamente vino a continuación, en la que están implicadas las autoridades de los tres poderes del Estado (si, también el legislativo, puesto que se estaba redactando la Ley Antidopaje), los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (¡sólo grabaron a cuatro ciclistas entrando en los pisos patera!) y, especialmente, la prensa.

Ocultar lo evidente, destruir pruebas, mentir, confundir adrede apellidos, llamar "arqueólogos" a los pocos que no nos hemos creído nunca su versión masticada, apelar al sentimentalismo más ramplón y, finalmente, montar un juicio-farsa donde todo se centra en el ciclismo, cuando el delito contra la salud pública que se juzga es independiente de la modalidad deportiva de donde se puedan recabar testimonios. En la Operación Puerto sólo había ciclismo. Si aprietan bien los ojos y juntan los dedos índice y pulgar de ambas manos acabarán creyéndolo.

A Marta Domínguez nadie la situó oficialmente en la Operación Puerto hasta que, pasados los años y varias medallas en competiciones internacionales (y con Eufemiano retirado en una consulta de médico de familia en Las Palmas, la gran excusa que ponía la Operación Encubrimiento para dar por zanjado el asunto) se desarrolló la Operación Galgo, que yo seguí con las mismas expectativas de la Operación Puerto, hasta que ví que los investigadores ¡tenían que recurrir a bolsas de sangre de la Operación Puerto para tener pruebas incriminatorias contra La Galga!. Firmaba Arribas.

Ahora, dos años después, dice que hay "nuevas evidencias" y que "se han incorporado al sumario". La evidencia es que en el fratempo han hecho senadora -y por tanto, aforada- a Marta Domínguez, para descrédito de la clase política, del votante palentino y, en general, de nuestro país, que vende la imagen de la lucha contra el dopaje que vende.

Ahora, la bolsa de sangre ha vuelto a desaparecer. Se habla de cuentas bancarias, un documento de 1997 que demostraría que Marta Domínguez iba desde muy tierna guiada por Eufemiano Fuentes -algo que ya había dicho su entrenador "oficial", y por lo que fue brutalmente vilipendiado por la senadora-, pero la bolsa de sangre ha vuelto a desaparecer, confirmando el vodevil y el esperpento judicial.

En el Tomo IV de la Operación Puerto, que es de acceso público gracias a la USADA, aparecen documentos que, por su naturaleza y origen, deberían estar en los tres anteriores. No son muchos, y en seguida el Tomo IV se mete en papel mojado de recursos y contrarecursos judiciales, pero son muy significativos de lo que se está escamoteando -o dejando caer con cuentagotas, como hace Arribas para hundir a SMS Sánchez- a la opinión pública.

El que hoy reproduzco fue incautado en la casa de Alberto León, que pagó con su vida su profundo conocimiento del tema que tratamos. A diferencia de la mayor parte de los documentos de la Operación Puerto, es un documento de origen informático -ojo, no confundir con sacado de un ordenador- con interesantes anotaciones manuscritas que ahora mismo comentaré, pero es muy importante indicar esto:

Es un documento de origen informático, y es una previsión de gastos/ingresos perfectamente estructurada para 2006. Lo que demuestra este documento, antes que nada, es que Eufemiano no era un chapucero que llevaba toda su contabilidad y tratamiento de drogas en post-it y agendas de las que regalan los visitadores médicos: alguien que movía esas ingentes cantidades de dinero -y tenía una cuenta en Ginebra, desde donde le enviarían algun extracto, digo yo- y coordinaba a, al menos, ocho personas, tenía que tener algo más serio, al margen de que para el día a día se las arreglase con sus apuntes a mano.

Como ya saben, las tres CPUs incautadas a Eufemiano jamás han sido analizadas oficialmente, porque es ahí donde llevaba la contabilidad de sus otras actividades, las que llevaba con médicos-antena dentro de, pongamos por caso, RSOC. La juez del caso, y los que la precedieron en el empeño, nunca ha tenido a bien  ver que podía haber dentro de los equipos informáticos: no creo que Eufemiano escanease sus notas manuscritas para tener la contabilidad en el ordenador, sino más bien una hoja como la que había en el domicilio de Alberto León.

De una manera rudimentaria, aparecen en primer lugar los ingresos previstos, después las minutas a los miembros de la banda y, por último, un tercer apartado con gastos especiales. En la primera parte, que es la interesante, aparece una primera columna a mano que son el número de bolsas de sangre previstas (90), el apodo del cliente y el precio del tratamiento y los pagos previstos para el 2006.

Nótese que los dos corredores con tratamiento 5 estrellas, Ullrich y Basso, pagan lo mismo: 70.000 euros, aunque el primero iba a disponer de ocho bolsas de sangre contra las diez del italiano. El resto se manejan en cuantías inferiores, porque tampoco aspiraban a ganar el Giro y el Tour ese año, cosa a la que si iban Ullrich y Basso en el primer Tour sin Armstrong.

Pero lo más interesante está en el apunte manuscrito que encabeza todo: con un nueve rodeado de un círculo (nueve bolsas de sangre, o el nueve del arcón que identifican con Marta Domínguez) aparece esto: ATLETI. Y un total de más o menos 100.000 euros de previsión de ingreso. Como saben, en la Operación Puerto -y este documento lo conocen los investigadores desde 2006- sólo había ciclismo, que es un deporte corrupto y que, según el directo de As Alfredo Relaño, ha contaminado todos los demás.

Es bien conocida la relación de Eufemiano con el atletismo, que va mucho más allá y mucho antes de Marta Domínguez: la madre de sus tres hijos y amantísima esposa durante 20 años fue atleta profesional, por ejemplo. Es muy probable que ATLETI se refiera a Atletismo, pero considerando las minutas aplicadas por el hemodruida canario, chirría sobremanera la tarifa de 100.000 euros por nueve bolsas de sangre. Chirria muchísimo, porque el atletismo es un deporte aún más pobre que el ciclismo.
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El mediático atleta paraolímpico Oscar Pistorius ha matado a su novia. En las primeras horas de la noticia, el mundo del deporte reaccionó como la sociedad endogámica y cerrada que es: a pesar del sentido común, repetían la coartada consistente en que el famoso mutilado había disparado -incluyendo un certero tiro en la cabeza- creyendo que la modelo rubia con la que estaba amancebado era un ladrón. Debía ser que era de noche.

Con el paso de los días, se ha ido sabiendo que Pistorius es un pieza en cuanto a malos tratos y episodios de violencia. De hecho, las autoridades sudáfricanas le han sometido a un control antidopaje para ver si tenía esteroides o testosterona -ambos disparan la violencia- en su organismo. Es curioso que, para demostrar su inocencia, el atleta pueda acabar reconociendo que se dopaba y que eso disparó su arma.

Al igual que Armstrong o Marta Domínguez, Pistorius estaba patrocinado personalmente por Nike.