lunes, 7 de enero de 2013

Una atención especial para...

Nuevo año y nueva entrega de esta sección periódica, por anual, de este modestísimo blog. Sin ser su finalidad, ha llegado a ser vista como una especie de profecía de Nostradamus, cuando sólo pretende destacar a una serie de corredores que, por una razón u otra, afrontan en 2013 una temporada decisiva. En 2012 puedo decir que fui especialmente nefasto con los protagonistas, pero ellos mismo se lo buscaron.

Ángel Madrazo: el gorrión de Cazoña ya ha dado buenas muestras de su valía -su ataque en el Poggio en la última Sanremo-, pero cumple 25 años y, entre lesiones y caídas, sigue sin acabar una grande. Este debería ser el año. Por otra parte, su defensa talibán de Lance Armstrong y decir que todavía cree en los Reyes Magos hacen pensar que será otro ciclista más.

S. Sánchez: ¿Cómo alguien con 35 años puede salir en esta sección? Bueno, el asturiano afronta la temporada en la que deberá gestionar su vejez, ya evidente. En el equipo lo van a mandar al Giro, donde objetivamente sólo puede aspirar a una etapa (o dos segundos puestos, que para el cuentan lo mismo), y no a ese podio que dice que le falta -junto con el del Mundial- para irse satisfecho del ciclismo. La combinación de su edad y su objetivos dará lugar a situaciones francamente comprometedoras: ¿será capaz de seguir mejorando en la tercera semana? ¿no ha aprendido nada del caso Barredo?

Nibali: lleva dos años sin ganar una carrera de entidad -vale, una T-A- y sin dejándose muchas carreras en el camino. Ha fichado por el Astana, donde se encontrará con muchos amigos del plan Ferrari, y un calendario despejado para sus objetivos: de momento, vuelve al Giro con sus dos colegas Vanoti y Agnoli. En las Ardenas también compartirá maillot con Iglinski, que le birló la Lieja 2012. No se: vislumbro transformación en ganador eficiente o desastre total, que viene siendo lo mismo.

Hesjedal: el canadiense, de 32 años, ganó el Giro del año pasado sin haber ganado jamás una carrera por etapas, a lo Gotti, que sin embargo era mucho más joven. Del canadiense no se puede esperar mucho más: ha dado el butrón de su vida en el equipo limpio del Garmin, el mismo que transformó en un sólo año a Wiggins. El de Vaughters. Como representante del nuevo ciclismo, espero muchísimo de el, algo asi como su espectacular 2011, donde no dio pie con bola.

Van Garderen: con Evans asumiendo su edad y tras haber acabado 5º en el Tour con 24 años, demostrando una sorprendente resistencia en montaña y que va a arrasar en las cronos del futuro, del americano sólo espero que suba al podio del Tour. En su equipo no parecen haber entendido el talento que tienen entre manos, y no han fichado ni un sólo gregario de grandes vueltas. Eso hará de su rendimiento algo aún más elogiable.

Gesink: el pupas del pelotón, tras otra temporada tirada a la basura, irá al Giro defendiendo los colores del Blanco, el extraño equipo -y con horrible maillot- que hace de Frankestein del Rabobank. Está en serio riesgo de convertirse en el enésimo holandés prometedor que se queda en un corredor de equipo con ciertas habilidades, y no más. Si se centra, gana el Giro, pero las carreteras italianas no parecen diseñadas para alguien que a duras penas se mantiene encima de la bicicleta.

Daniel Oss: el que parecía el nuevo talento italiano para el norte lleva un par de temporadas muy decepcionantes. Ha fichado por el BMC, lo que no parece una decisión muy acertada en un equipo que ya cuenta con Hushvod (o su cadáver), Gilbert, Van Avermaet, Ballan y Phinney, y que el año pasado dio lamentables espectáculos de gestión de sus corredores en las carreras de Bélgica, Holanda y Francia. Esta temporada se verá si vale para algo, o lo suyo fue otra de esas locuras del Liquigas.

Goss: el que en 2011 ganó Sanremo y fue plata en el Mundial ha hecho un 2012 lamentable, a pesar de la buena tónica general de su equipo, el debutante GreenEdge. Con 26 años se puede permitir otra temporada similar -en parte porque está en un equipo de paisanos-, pero en el ciclismo las jerarquías se pierden muy rápido, y más en el pujante ciclismo australiano.

Viviani: el nuevo Cipollini (¡ay!) cumple 24 años y se queda solo en el Cannondale -el nuevo nombre del Liquigas-, a ver si rasca algo. El año pasado debutó en la Vuelta y logró dos segundos puestos tras Degenkolb, pero a pesar de los desmedidos elogios que recibe en Italia, a mí no me convence. Si no gana algo importante este año, menos aún.

Andy Schleck: tras su año en blanco, el joven de los Schleck, que todavía tiene 28 años, vuelve a centrar todo su calendario en el Tour, por mucho que haya dicho recientemente que su principal objetivo van a ser las Ardenas. En un equipo hambriento de victorias, y de quitarse de encima la sombra de Bruyneel -apuesto a que jamás será citado en esta temporada que empieza-, quizás sea cierto, pero Andy Schleck todavía tiene que ganar una grande en la carretera.

Los extranjeros del Euskaltel: el griego, el marroquí, Romain Sicard...¿Romain que? Bueno, de este ya ni hablo. Estoy seguro que no rascarán bola y que se quedarán fuera de las pruebas más importantes. No digo que los vayan a tratar como maketos, pero las situaciones van a ser divertidas. Para el que tenga humor con estas cosas, claro.

Kiserlovski: el croata deja el Astana y ha fichado por el RadioShack, se supone que para suplir a los vejestorios Kloden y Horner, o incluso a F. Schleck si la federación luxemburguesa se pronuncia de una vez. El año pasado debutó en el Tour y se tuvo que ir a casa tras la caída provocada por las chinchetas camino de Foix. Me parece un escalador muy bueno y elegante, y creo que el cambio de equipo le va a sentar muy bien.

A nivel general, será interesante seguir a Valverde enfrentándose de nuevo al muro del Tour, el Sky y su fórmula mágica -especialmente a Siotsiu y Kiryenka sustituyendo a Rogers-, el Vacansoleil en conjunto y su fichaje estrella ¡Rujano!, además del Lampre y su espeluznante decadencia (encarnada en el fichaje de Pozzato, un fijo de esta sección). Nos espera una temporada 2013 donde el mantra del ciclismo limpio y el deporte que cambia volverá a ser repetido. En octubre nos vemos con estos nombres, y ya verán.
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La prensa local y afecta despide a Barredo. En el caso concreto del periódico de su pueblo de adopción, no ha encontrado mejor fotografía que esta. El contenido está a la altura: "era casi un secreto a voces", confirmando que se trata de un pueblo, y toda la culpa es de la UCI, que le tiene manía. Ni Caro Baroja hubiese explicado mejor la esencia de una aldea.

La noticia está llena de mentiras (lo de las caídas, por ejemplo), omisiones y capciosidades para dejar a su ser querido indemne y víctima de una injusticia. Es el estilo habitual de la prensa local, que siempre está pidiendo fondos, inversiones y dádivas (en general, favores) y que, en las escasas ocasiones en que no llegan, se llevan a cambio insultos, palabras mal sonantes y una ración de carbón. Subvencionado.

En el caso del otro pueblo grande de la región, la noticia se ha retrasado hasta el ¡3 de enero!, no vaya a ser que aguase la siesta a la heroica ciudad. La foto escogida está a la altura de la función que suplía Barredo en el ciclismo profesional.  Firma Cima, un periodista ex-ciclista que compite de tu a tu con Urraburu en cuanto errores gramaticales, de palmarés o de pura decencia.

Dice que Barredo ha tenido "graves problemas psicológicos" con su problema con el dopaje, por lo que se "ha puesto en manos de médicos" (otros, se entiende), que no pudo correr ni Tour ni Vuelta "en 2011" (sic) por ese mismo problema (creía que había sido porque se había caído) y, respecto a su futuro como comercial del café, "ayer, día 2, Barredo debía comenzar en Madrid, pero retrasó unos días su incorporación.". Como buen asturiano.

¡Ahora si que le van a invitar al pinchín en todos los bares por donde se pase! ¡Y por cuestiones laborales!
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La Vuelta recupera para 2013 una de sus subidas míticas, que no se ascendía desde 1997: el Naranco de Oviedo. La noticia es muy interesante, porque dice que el Ayuntamiento de la heroica ciudad sólo pagará unos ridículos 20.000 euros por ser final de etapa, una tarifa que sólo se aplica a aldeas. A buen entendedor...
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Graham Watson, que no necesita presentación, ha inmortalizado ese ciclismo. Normal que defienda a Armstrong, aparte de por su condición de anglosajón, como hace siempre. Siempre me ha parecido un personaje nefasto,  peligroso -llegó a poner un tweet realmente ofensivo cuando se cayó Weylandt: lo borró en cuanto le dijeron que el belga se había muerto- y tan creativo en su profesión como un huevo frito a la gastronomía.
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Con ocasión de las recientes festividades, han abierto en Madrid La Bicicleta cycling cafe and workplace, en un local centralísimo que en tiempos fue una administración de lotería. Presentado en su gestación como un bar de esos que existen en Londres y otras capitales donde todo en gira en torno a la bicicleta, desde luego lo han logrado con los toques peculiares de nuestro país, que está más cerca de Marruecos que de Inglaterra. 

Yo he estado en varios de esos locales que ahora intentan imitar, y son muchísimo mejores; por lo menos te da la sensación de estar en un sitio donde se venera el ciclismo, y donde te vas a encontrar a gente de tu mismo jaíz. No es el caso de La Bicicleta. Con el mayor número posible de mesas y sillas para facturar por la cafetería, auténtico centro sobre el que gira todo, lo demás es accesorio. No hay ni una foto de un ciclista, una elección muy respetable y sintomática.

Eso sí, hay sandwich y pseudocomida con nombres como Indurain, Delgado (vegetariano), Tour o Giro, significándose especialmente el Contador, que tiene como ingrediente estrellla el salmón, y no el solomillo que cabría esperar. Del workplace no se sabe mucho: las mesas son de café, y la gente que está con un ordenador no está trabajando, de la misma manera que la gente que lleva zapatillas de deporte no está haciendo deporte. Por lo general.

La clientela está formada por gente de tendencia y que siempre esta volviendo de un pequeño break. Se respira muy poco ciclismo y mucho oportunismo. Los libros que hay son de los de a euro el kilo, compuesto por ediciones juveniles de Julio Verne y otro tipo de desechos propios de esta era del papel regalado y despreciado, cuyo valor reside en ser un objeto de decoración. Todo muy ciclista. Les irá bien. Ya les digo que el local está magníficamente situado, geográfica y cronológicamente, para lo que buscan.
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Según esta noticia acrítica, porque El País en Madrid hace la corte y el coro a las decisiones del PP -a ver cuando nos dicen que fué de Saenz y Tamayo, en vez de poner inauguraciones de locales de cupcakes-, Madrid 2020 pide otros 1000 millones para infraestructuras deportivas. Ah, y otros 1500 para otro tipo de infraestructuras. Seguramente la cantidad final, de aprobarse, será el doble.
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(Relacionado con lo anterior) En la revista femenina de El País, una guía de las tiendas de bicis más chachis y molonas, según el acendrado gusto de la redactora.¿A qué ninguna parece una tienda de bicis, y si el pasatiempo de un rico que ahora no tiene trabajo? "Yo soy arquitecta". No, tu eres una oportunista, y si el golf estuviese de moda tendrías una tienda de palos y bolas, porque para tí son lo mismo que ruedas y pedales.