martes, 4 de diciembre de 2012

Se retira el mejor en lo suyo, uno de los mejores de siempre

Como habrán podido comprobar, estas últimas semanas los medios generales, los deportivos y los especializados han estado llenos de artículos sobre la retirada de uno de los mejores ciclistas españoles de todos los tiempos, el mejor en lo suyo, y uno de los más grandes de la historia en sus pruebas.

Óscar Freire se ha retirado, e incluso los irreductibles y confesos fanáticos del corredor cántabro ya hemos abandonado cualquier esperanza de que el próximo uno de enero se ponga de nuevo un maillot. Y pensándolo fríamente es lo mejor.

Óscar Freire se ha retirado y nadie parece enterarse. No hay ningún otro deportista español de un deporte de prestigio y arraigo que haya sido tres veces campeón del mundo de su especialidad, y su retirada ha sido en la sordina que ha acompañado a su excepcional y longevísima carrera. Nada nuevo, pues salvo los excepcionales destellos mediáticos con alguna de sus grandes victorias -y no siempre-, Óscar Freire siempre ha sido un extraño en su país, algo que ha lamentado en el momento de su retirada.

En este país que se lamentaba de parir de tanto en tanto un deportista de nivel mundial y categoría excepcional, nos hemos acostumbrado tanto al éxito artificial y sobrevenido que la trayectoria deportiva de Freire obtiene menos titulares que otros deportistas con muchísimos menos méritos deportivos, porque ¿alguien duda que si el cántabro hubiese desarrollado su carrera en cualquier otra década sería un mito del deporte nacional?.

No merece la pena lamentarse por ese escaso reconocimiento. Ya se sabe que aquí somos enemigos del talento, y que si Freire ha ganado tres veces el Mundial es porque no valía para ganar el Tour. El tiempo agrandará su carrera, porque no tiene ningún sucesor, de la misma manera que tampoco tuvo nunca un referente en toda la historia del ciclismo.

Una carrera que empezó de una manera extremadamente asimétrica. Freire fue hasta 2004 un corredor que  tenía 28 años y seis temporadas de profesional con apenas un puñado de victorias en etapas y dos momentos descollantes: nada menos que dos Mundiales, honor sólo compartido con otros seis corredores en toda la  historia del ciclismo.

A esa descompensación de palmarés en la primera parte de su carrera contribuyó sobremanera su historial plagado de lesiones (prácticamente en blanco las temporadas 1999, 2001 y 2002), equipos que no confiaban en sus posibilidades -y eso incluye la primera temporada en Rabobank, en 2003- y competir contra rivales que jamás llegarían a nada, pero que entonces volaban.

Se puede decir que Freire empezó a construir la casa de su palmarés por el tejado, y aún así la estructura nunca llegó a tambalearse. Incluso en esta última temporada, compitiendo con 36 años, ha demostrado un nivel competitivo y cualidades que raras veces se ven en el ciclismo, demostrando que tenía piernas para más.

Sin embargo, el propio ciclista dijo en 2007, cuando se retiró su compañero Boogerd, que no entendía por qué se retiraba, si había andado mejor que muchos jóvenes. Lo dijo con una sonrisa maliciosa. Retirarse a tiempo es siempre una victoria -en el ciclismo actual gerontocratizado sin explicación aparente detrás, quizás la más importante-, y Freire quizás lo hace un poco tarde, pero dejando un buen sabor de boca que no había podido dar en 2011, un año torcido por las lesiones.

Quizás hayan sobrado estas dos últimas temporadas, con su terca insistencia en un Mundial que ya no podía ser suyo -y mejor así-, y tras haber logrado en 2010 en Tours la única victoria dentro de sus posibilidades que se le resistía. Da un poco igual, porque un poco de Freire era mucho más de lo que podían ofrecer otros ciclistas, y al final su palmarés ha quedado muy coherente: en los dos últimos años ha sumado cuatro victorias, consistentes en tres etapas en Andalucía y una en Australia, confirmando en el final de su carrera la asimetría entre su palmarés real y los objetivos que se planteaba.

Yo me quedo con este Freire de 2012, agresivo y al ataque, inventando nuevas modalidades de derrotar a rivales más poderosos o corriendo en su terreno: en Gante, en Harelbeke, en esos malditos 50 metros finales del Cauberg en la Amstel o la fuga de todo un día en el GP de Fourmies. Y claro, también me quedo con su extraordinario palmarés, donde refulgen con igual brillo algunas victorias menores -y derrotas- con sus éxitos más recordados, nada menos que diez: Tres Mundiales, tres Sanremo, una Gante-Wevelgem, una París-Tours, una Clásica de Hamburgo y un maillot verde en el Tour.

Pero todo eso será en los dos siguientes post, una especie de Opera Selecta de Óscar Freire. Ya me gustaría a mí escribir la Opera Omnia del iniguable ciclista pero, como he intentado explicar al inicio del texto de hoy, no creo que le interesase a nadie, ni siquiera al propio protagonista. Eso no le hace ni mejor ni peor que otros, simplemente nos hace peores a nosotros, que hemos sido contemporáneos de uno de los mejores ciclistas de la historia en lo suyo y todavía no nos damos cuenta que ya no volverá.
***
López Cerrón será el nuevo presidente de la RFEC. Aunque no me interesan los temas federativos -y ahí está el archivo del blog para comprobarlo-, considero que su elección aportará una dosis extra de entropía y  decadencia a este renqueante deporte. Estamos hablando del que fue segundo de Mínguez en Amaya y Vitalicio, dos equipos llevados por Eufemiano o, sin ir más lejos, del que llevó el solomillo a Contador, el aspecto que más han destacado más allá de los Pirineos.

Por cierto, posee una empresa de vallas publicitarias con intereses en el ciclismo, empresa en la que participa Contador. A mí me parece un conflicto de intereses evidente. Nos esperan tiempos divertidos y tristes al mismo tiempo.
***
Contador, un experto en la materia, vuelve a la práctica del "donde dije digo, digo Diego", esta vez para aclarar sus amenazas y presiones para que el Saxo Bank entre en el World Tour. Estas cosas pasan cuando eres bastante arrogante, tienes un jefe de prensa para decorar y que no habla inglés y bueno, estás acostumbrado a que la prensa de tu país sea un coro de rocieros que no van a cuestionar tus palabras.

De paso dice que no le gustaría alargar mucho su carrera deportiva, pero ya verán como tenemos Contador para rato. Y todo esto en la presentación de otra marca de prestigio que quiere asociar su nombre a la imagen pública del vegetariano sobrevenido: después de Flex, ahora es el turno de Time Force, relojes de gama baja y poligoneros. Con ese nombre...

Federer lleva muchos años siendo la imagen de Rolex, no se si me explico.
***
La organización traslada, a partir de 2013, la Sanremo y el Lombardía al domingo. La cuestionable medida se justifica de manera estúpida: que todas las otras grandes clásicas son en domingo -pero la Sanremo es más grande que todas ellas-, que hay mayor seguridad vial, mayor cobertura televisiva -lo dudo, los domingos están llenos de otros acontecimientos deportivos- y que se pueden hacer actividades paralelas para los aficionados.

Yo he visto Sanremos en directo y en el lugar, y les aseguro que hay cuatro gatos. Sanremo está demasiado lejos y demasiado mal comunicado de muchos sitios. No se qué pretenden, además de cargarse la tradición.
***
El Lampre, cuya temporada 2012 ha dado pena, quiere salir del agujero a su manera. Ha fichado a Richeze -suspendido dos años por dopaje, un sprinter argentino cuya mejores victorias son por descalificación por dopaje de Petacchi y en 2007- y ahora a ¡Michelle Bartoli! como preparador. El ex-ciclista, cliente de Eufemiano Fuentes bajo el código "Sansone", jamás ha dejado el mundillo, acogiendo a ciclistas del este en su red de pisos en Pisa y alrededores: ahí vivía Gusev cuando bailaba sobre el pavés y sobre las montañas alpinas, habilidades que ha perdido después.
***
El Mundial de Ponferrada 2014 será el peor de la historia: su gestación, su adjudicación, su parto renqueante, su todo...incluyendo las cuitas pueblerinas.
***
Por su parte, S. Sánchez anuncia que le gustaría dejarlo después de los JJ.OO de 2016, cuando tendrá la provecta edad de 38 años y 18 de profesional. Toma como ejemplo a Vinokourov, claro. Ese ejemplo. Hace año y medio, cuando le preguntaron en la radio por el Mundial de Ponferrada 2014, no estaba muy seguro de llegar. Y seguirá mejorando año tras año, por supuesto. Del resto de la entrevista destaco estas declaraciones genuinamente propias y encabezada siempre por un imaginado "he logrado":


  • (sobre la Itzluia): "siete victorias de etapa, cuatro podios, con una victoria, un segundo y dos terceros"
  • "En Flecha Valona ya estado dos veces en el podio [y no tengo ninguna espina clavada]
  • "La Amstel me gusta y me encanta. Siempre tengo mala suerte y no he podido estar donde me gustaría estar". En el podio, claro
  • "Y Lieja pues sería bonito un podio, llevo cuatro en Lombardía, que es un monumento, y me gustaría tener uno aquí"
  • (sobre el Mundial): "ya lo he demostrado, una vez cuarto y dos veces sexto"