jueves, 22 de noviembre de 2012

La ley de Levi (con fe de notario)

Los protagonistas, de funeral 
Uno de los testimonios más sorprendentes de entre todos los recabados por la USADA para condenar a Armstrong es, sin duda, el de Levi Leipheimer; al revés que la inmensa mayoría de los otros que testificaron, el ciclista de Montana tenía un buen contrato, un buen equipo y buenos resultados recientes, a pesar de su avanzadísima edad.

Es más: incluso tenía palmarés, con victorias de verdad, aunque esta última consideración tiene que ponerse en cuarentena. El propio Levi empieza su testimonio con un repaso a su palmares que ni el mismísimo cqranking.com, donde destaca sus puestos en grandes vueltas por encima de victorias más importantes como su Dauphine (2006, con el Gerolsteiner) y su Vuelta a Suiza (2011).

Es un repaso muy narcicista, con datos típicos de la mentalidad americana (ese catedrático que dice haber escrito más de cuarenta millones de palabras, como si tuviese algún interés), como el del punto 14: "tengo más podios en grandes vueltas que ningún otro ciclista estadounidense, con excepción de Greg LeMond y Lance Armstrong". Bueno, visto como han ido las cosas desde su testimonio -recabado el 21 de septiembre de 2012, una fecha que tiene su interés- ya puede decir que es el segundo mejor corredor estadounidense en cuanto a podios en grandes vueltas.

Leipheimer era un ciclista completamente desconocido, como tantos que poblaban el UsPostal de la época, hasta que en 2001 acabó tercero en la Vuelta, por delante de su jefe de filas Roberto Heras. Ese rendimiento sin precedentes le valió un contrato de tres años con el Rabobank, donde hizo bien poco, otro de dos años con Gerolsteiner y volver en 2007 con la banda de Bruyneel, donde recuperó su golpe de vena y pedal.

Pido la venia, señoría
En el punto 22 dice que en 1997, y corriendo en el supuestamente virginal circuito americano, conoció a Vaughters, que le habló de las bondades de la EPO, de las que había disfrutado en su época en el español Santa Clara; en el punto 34 dice que vive en Girona ininterrumpidamente desde principios de 2001, pero que ya se drogaba con EPO desde 1999. Supongo que con estos dos puntos destacados su testimonio ya tendría que ser interesante y completo, pero no es así, como siempre.

Se centra en decir lo malos que eran Del Moral, Bruyneel y Pepe from Valencia, y muy poquito más. En el punto 44 dice que Bruyneel, tras su inesperado tercer puesto en la Vuelta 2001, le dijo que era el verdadero ganador, algo que interpretó como que los dos primeros (a la sazón, Casero y Sevilla) habían utilizado otras técnicas de dopaje más sofisticadas, como las transfusiones. Ya les avisé antes que todo el relato es muy narcicista. "Yo iba dopado, pero los otros más". Claro.

En el punto 49 dice que en los tres años que estuvo en Rabobank fue el propio médico del equipo el que le daba la EPO, una declaración que, sin duda, ha ayudado a que la entidad bancaria retirase su apoyo de décadas al equipo ciclista. Por cierto, ese mismo médico estuvo en el Sky en la temporada 2010, el equipo científico y de compromiso cero con el dopaje.

¡Que a gusto me he quedado sin decir nada!
Cuando estaba en el Gerolsteiner, Pepe from Valencia le pasaba las drogas, bajo el aviso de que no dijese a Bruyneel que estaba ayudando a un rival en la carretera. De esa época data su rendimiento de dientes de sierra en el Tour 2006, cuando se desplomó en una crono, para después atacar en el Glandon y conseguir 3´ de ventaja sobre el pelotón en la etapa de La Toussuire, que le sirvieron de bien poco. Algo parecido (punto 70) pasó con Landis, que quería copiar los métodos de Ferrari que empleaba Leipheimer, llegando a alquilar conjuntamente un apartamento en Francia en fechas del Tour para chutarse las bolsas de sangre.

Conoció a Ferrari en marzo de 2005, cuando Armstrong le invitó a una estancia de 10 días en Tenerife en compañía de sus respectivas parejas de entonces. Lo más interesante de esta parte del relato (punto 60) es que describe el sistema de prescripción de EPO de Ferrari exactamente igual que el que usaba Eufemiano: un punto, 500 unidades de EPO; un punto rodeado por un círculo, 1000 unidades de EPO.

Ya lo podía haber señalado de verdad...
¿Habrá una Real Academia del Dopaje para unificar las notaciones de los diferentes médicos y que sus clientes no se confundan? A saber. En los puntos 64 y 65 dice que empezó con las bolsas de sangre a principios de 2005, y que en ese año y el siguiente se sacó dos o tres veces por temporada sangre en la clínica de Valencia de Del Moral, siempre con visos al Tour de Francia.

Para 2007, de vuelta a la cuadra de Bruyneel, el belga no quería saber nada de doping de equipo antes del Tour, pero que Leipheimer se cuadró en no hacerlo por su cuenta (punto 79), hasta que el equipo cedió y Pepe from Valencia le sacó una bolsa de sangre después del Dauphiné para usar durante el Tour. Y qué Tour hizo el calvo de Montana: casi gana la carrera en la última crono, aunque al final fue para....su compañero Alberto Contador, que seguramente iba a pan, agua y solomillo.

A partir de la página 13 del testimonio, coincidiendo con el regreso de Armstrong, el relato de Leipheimer se hace vago y difuso, como si no quisiese hablar de esa época. No habla ni de su propio dopaje, pero tampoco dice que lo dejase: es simplemente una acumulación de frases como si fuese un listín telefónico. Después dice que Armstrong amenazó con un SMS a su mujer ("no andes, corre"), pero esa supuesta amenaza bien podría ser el lema de una campaña de Nike, siempre tan vinculada al cowboy de Texas.

En el punto 101 afirma que, dadas las sospechas de Armstrong sobre que hubiese testificado en su contra a finales de 2010, el ambiente en el equipo hacia él era muy negativo. No se a qué tipo de negatividad se refiere, porque ese año los abuelos del RadioShack obtuvieron unos resultados aterradores, incluyendo los suyos propios: 8º en París-Niza, iba a ganar la Volta cuando se cayó en la última etapa (es uno de los mayores besaasfaltos del pelotón), 1º en California, 1º en la Vuelta a Suiza, 1º en Utah, 1º en Colorado.

Una de las escasas fotos de Haven Parchinski. Falta Tugboat
Seguro que esa negatividad no iba con el programa de dopaje, al que jamás se refiere en el periodo 2008-2011. Recuerden que Leipheimer es un ciclista en activo en el momento de su testimonio, en un buen equipo y con contrato firmado para 2013. Mejor no tirar muchas piedras. En todo caso, de poco le ha servido mantener esas reservas: el Quick Step lo ha despedido y encima ha quedado como un mentiroso.

Lo mejor de todo el testimonio de Leipheimer viene al final, cuando se ve la firma del notario que ha tomado la declaración: nada menos que Haven Parchinski, la que era la mujer de Tyler Hamilton cuando era cliente de Eufemiano Fuentes, y cuyo nombre aparece en los pagos realizados al ginecólogo canario. Nada menos que una notario de EE.UU, y que tiene la notaría en....Austin, Texas.

Uy, uy, uy...demasiadas casualidades. Vale que el abogado del calvo de Montana es la nueva pareja de la ex de Hamilton, pero a Parchinski el relato de Leipheimer no le habrá parecido muy novedoso; en todo caso y como mucho, incompleto. De hecho, en el reciente libro de Hamilton Carrera secreta, no habla muy bien de ex-mujer, que lo sabía todo, incluyendo como engañar los controles antidopaje. Su mujer, nada menos que una notaria de EE.UU. Con sede de notaría en Austin, Texas. En fin, lo de siempre: saquen ustedes mismos las conclusiones.
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El próximo año vuelven las bonificaciones a todas y cada una de las etapas del Giro, salvo las cronos. Serán las de meta (20", 12" y 82) y las de los sprints intermedios, que pasan de uno a dos por etapa (5", 3" y 2") En la edición de 2012 las etapas de montaña no tuvieron bonificación. Vale que en el Giro hay 100 km. de crono para favorecer el asalto de Wiggins, pero esto no es muy buena noticia para las aspiraciones del inglés.

Lo curioso es que lo de las bonificaciones se conoce ahora, más de un mes después de la presentación de la carrera, quizás como gancho para atraer a J. Rodríguez o a que Nibali ataque con más tino.
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Les traduzco del berciano la última chaladura sobre Ponferrada 2014: lo que realmente quieren decir es "vamos a ver como nos lo montamos para dar el pelotazo los dos".  Un circuito de Mundial que incluye expropiaciones de tierras, manda güevos.
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Luis Abril, el que impulsó el patrocinio de Movistar a la estructura navarra de Unzué, deja la multinacional española. Junto al calvo que pidió "dar ejemplo", también se va la responsable de marketing. Dando ejemplo, claro. En teoría el equipo tiene asegurada las dos próximas temporadas, pero también las tenía el Rabobank...A ver que le parece a los nuevos responsables los 15 millones de euros que cuesta al año dar amparo a Piti, Rojas, Plaza...¿cúantas líneas ADSL hay que contratar para alcanzar esa cantidad?
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Dopaje en los bólidos. Dado que este fin de semana el Carlos Saiz de Oviedo se juega una vez más el Mundial de los bólidos más bólidos en la última carrera, parece conveniente.