martes, 27 de noviembre de 2012

Graziano Gasparre tiene cáncer ¿a quien le importa?

Graziano Gasparre tiene apenas 34 años y un sarcoma extirpado de urgencia hace pocos días. Graziano Gasparre fue un joven talentoso que pasó a profesionales en 2001 en loor de multitudes y futuros éxitos, para acabar siendo un ciclista del montón más bajo del pelotón, un ciclista del Amore & Vita retirado en 2009 a la edad de 31 años.

Al revés que muchos otros compañeros de generación y profesión, que han hecho de la visita al médico por achaques una cita constante de su agenda, y seguramente por la gravedad de su caso, Graziano Gasparre ha querido decir bien alto y claro lo que cree que es la causa de su mal: el dopaje sistemático al que se sometió durante sus años más mozos.

No lo ha hecho de viva voz, sino a través de Ivano Fanini, el patrón del Amore Vita y el primero que denunció en Italia, con pelos y señales, el mal extremadamente radicado del doping, recibiendo a cambio insultos, querellas, amenazas, risas y el clásico tratamiento de enajenado y loco. Fanini, sin ir más lejos, fue el primero que dijo en 2008 que Ferrari entrenaba desde un camper en St. Moritz a Nibali, Pellizotti o Bertagnolli, mucho antes de que lo hiciese la Fiscalía o la USADA.

"Durante muchos años he tenido que acostumbrarme al sistema para tener sitio en los mejores equipos, pagando con mi salud y otras cosas. Seguramente lo que estoy viviendo es consecuencia de algunos venenos". La típica descalificación que el sistema suele hacer de los casos como el de Gasparre es que bueno, el cáncer y los tumores están ahí y te pueden tocar, incluso siendo ciclista.

Bueno, maticemos: un sarcoma con 34 años no es muy frecuente. Que haya sido en la nalga izquierda es meramente anecdótico, puesto que suelen salir en las partes blandas y, por fortuna, suelen ser siempre benignos. La familia ciclista tampoco es tan grande, y ya ven la de casos de cáncer (en diferentes grados y modalidades que hay) que existen. Se dice con bastante alegría que en el arco de toda una vida, uno de cada tres habitantes de países desarrollados desarrollará un cáncer, pero el arco de una vida no es al principio de la treintena, o incluso la veintena.

Gasparre es de Lodi -Lombardía-, pero tanto su nombre como su apellido indica que proviene del profundo sur. En el año 2000 logró las tres victorias más prestigiosas para un sub-23: el campeonato de Europa -un coto de italianos por aquellos años-, la ronda de Isard y el Giro de las Regiones. Si falta el campeonato del mundo es porque ese año un sputnik llamado Petrov ganó ruta y crono en Plouay, dejando bien poco a los demás. Sirve de buen ejemplo de cómo estaban las categorías inferiores esos años.

Pasó al año siguiente al Mapei, coincidiendo por edad y carreras con Cancellara y Pozzato, entre otros corredores de aquel vivero a pan y agua que había construido y vendido propagandísticamente Giorgio Squinzi y su equipo médico, en la actualidad presidente de la patronal italiana, que manda más que un Ministerio. Y que dos juntos, si me permiten.

Este es un dato para no perder de vista: Gasparre dice que quiere publicar un libro sobre sus conocimientos y vivencias del dopaje, pero ya les aseguro que no dirá ni el nombre del mandamás e ideólogo del Mapei, ni seguramente de muchos compañeros y médicos.  Por razones evidentes y muy patronales, sin tener que recurrir a los tópicos más manidos sobre Italia. Ahí al menos publican libros sobre dopaje.

Tras dos años sin obtener resultados destacados en el Mapei, con la desaparición del equipo pasa en 2003 al De Nardi, un equipo de serie C italiano, donde está otros dos años sin conseguir nada a la altura de lo que prometía. Mientras sus compañeros de equipo y generación se colocaron muy bien tras el cierre de Mapei, la carrera de Gasparre y su progresión no interesó a nadie, hasta el punto de abandonar el profesionalismo en 2005 con apenas 27 años. Fanini lo recupera para su Amore Vita en 2006, donde llega a liderar el Circuito Montañés, y lo mantiene en nómina hasta 2009, a pesar de que a partir de 2007 no compite en carrera alguna.

La historia de Gasparre es la otro muñeco roto del ciclismo, con el valor añadido de que quiere hablar, tiene un cáncer y pasó por el cacareado Mapei. Ya es bastante más que sus compañeros de generación, aunque tenga muchas menos victorias. Con un poco de suerte, aunque tampoco hay que ser muy confiados, Gasparre conseguirá la auténtica batalla de su vida, que no es contra el cáncer: es contra la mentira y el sistema, el mismo que ya se apresta a ningunear su historia. Por cierto, ¿la han leído en algún medio español?
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El COI tendrá todos los males que quieran, pero su política de tolerancia cero con un pasado de dopaje es la adecuada y el camino a seguir. Al parecer, este julio pasado volvieron a comprobar muestras de atletas que compitieron en los JJ.OO de Atenas 2004, encontrando cinco positivas. Seguramente estaban buscando una sustancia que por entonces era desconocida o no se buscaba -como indica la noticia- y no porque está a punto de vencer el plazo de ocho año para ejecutar sanciones.
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La última estancia canaria de Alberto Contador se está desarrollando en el complejo Anfi Emerald, que es ahora uno de los patrocinadores del equipo de Riis. Situado en Arguineguin, no tiene nada que envidiar a Las Madrigueras. Hombre, está un poco más lejos del Teide, pero tiene todo lo que un equipo ciclista que va a las Canarias en noviembre necesita.
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Fuglsang, que este año ha fichado por el Astana, dice que el reparto del equipo para las grandes rondas irá así: Nibali a por el Giro acompañado de Brajkovic y Kessiakoff, y él al Tour esperando entrar entre los diez primeros. Debería esperar entrar entre el octavo y el décimo puesto.
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Si alguien se acuerda del caso Europcar -aquel tirón de orejas en la previa del Tour 2012- y lo ridículo que fue, sabrá que todo se iba a acabar en blanco y con un apretón de manos. Así ha sido.
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El libro de Hamilton The Secret Race, ganador del premio a  mejor libro deportivo del año en el premio de género que patrocina una conocida casa de apuestas. Si este es el mejor libro, todavía hay que mejorar mucho. Probablemente el premio haya sido concedido por la relevancia mediática del caso Armstrong.

El premio consiste en 24.000 libras, otras 2.000 para gastar en apuestas, una copia especial del libro, y un día en las carreras de caballos, que siempre son limpias y nunca amañadas.
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Este mismo corredor, que sigue de gira de presentación de su libro, ha declarado a la cadena alemana ZDF, siempre interesada en la auténtica realidad del ciclismo que "Armstrong hablaba frecuentemente  con Verbrugghen desde el bus del equipo como si fuesen buenos amigos".
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"El tenis, un deporte donde el dopaje nunca existirá". Y si existe, es porque me ha dado un beso una chica enfarlopada dos horas antes del control antidopaje.