Vale, no es un Ferrari, pero tampoco el paraje es de Pinto |
Era la presentación del Tour y el vegetariano sobrevenido todavía no había dado su parecer sobre el equivalente a comer siete solomillos y perder siete Tours. "Se está humillando a Lance Armstrong" es el titular que han escogido la mayor parte de los medios, un titular muy hipócrita habida cuenta de lo que le pasó a Filippo Simeoni, uno de los humillados por Armstrong.
"Me parece que a Lance en ciertos momentos o ciertos sitios. No se le está tratando con nada de respeto, se le está humillando y linchando desde mi punto de vista. Se le está destruyendo", dice en su continua batalla con el castellano correcto, esa misma batalla que le llevó a decir "soy victima de una contaminación alimenticia" por "contaminación alimentaria", mientras su jefe de prensa tenía la mirada perdida.
Se puede escuchar aquí. El Diplomático Vaticano apenas se está conteniendo, tiene ganas de soltarlo todo y ahí que se va: "Lo que haya no lo sé, lo que sé es que si el ciclismo es popular en Estados Unidos es gracias a él, si saben allí lo que es el Tour es gracias a él, si hay equipos y carreras de alto nivel en su país es gracias a él".
Contador y el micrófono, esa extraña relación |
¿Se puede ir más allá? Con Contador siempre: "Ahora se habla de Lance, pero no ha habido ninguna prueba nueva ni nada. Se han basado exclusivamente en testimonios que podían haber existido en 2005. Respeto la decisión de cada corredor, pero me hubiera gustado que hubiera sido un poquito antes". Será que Jacinto Vidarte y su entorno no le han dicho nada de los datos médicos de 2009 y 2010, especialmente el primer año en el que compartían equipo, con lo que eso supone.
Por supuesto, Contador no se plantea porque no hubo esos testimonios en 2005, porque bastante tiene el con lo suyo en esos años, con Eufemiano Fuentes y Manolo Saiz, igual que tampoco se entiende muy bien porque le hubiese gustado que los testimonios contra Armstrong hubiesen salido "un poco antes", sin precisar.
Lo que si se va entendiendo en esta defensa cerril y pinteña de Armstrong es que a Contador le va parte de lo suyo en el destino del americano. Por supuesto, ningún medio español ha remarcado las concomitancias entre Alberto Contador y el informe USADA, que van mucho más allá del año que pasaron juntos el madrileño y Armstrong en 2009: parece que con sólo decir eso ya se cubre el expediente, y pasemos a otra cosa.
Pues no. Este es un elenco sucinto de lo que supone para Contador el informe USADA:
*Los médicos dopadores Pedro Celaya, García del Moral y Pepe from Valencia fueron los suyos (bien por equipo, bien personales) al menos en las temporadas 2007, 2008, 2009 y 2010. Cuatro años, cuatro; como el informe USADA se centra en Armstrong y, especialmente, en los años hasta 2005, parece que todo se acaba ahí.
*Muchos de los testimonios de vida de dopaje e iniciación al dopaje han sido recabados en compañeros de A.C: Hincapié, Leipheimer, Vande Velde (Liberty 2004), además de los conocidos de Jaksche, o el sangrante caso de los testimonios ausentes como Benjamín Noval, que todavía hoy sigue siendo compañero de Contador y estuvo en el UsPostal entre 2004 y 2005, años objeto de la investigación.
En la foto hay cinco swooosh y tres sonrisas |
*Johann Bruyneel, discipulo de Manolo Saiz y director de Alberto Contador entre 2007 y 2009, alcahueta de Michelle Ferrari e incitador al dopaje, entre otros méritos.
Kale borroka en Albuquerque |
*De igual modo, el Teide era el escenario ideal para Michelle Ferrari según el informe de la USADA. Ahí también estuvo Contador y toda la parte importante de la trama (incluyendo a un Armstrong surfero) a finales de 2008, en el recordado alojamiento hostelero de Las Madrigueras, tan premonitorio.
En fin, todo esto bastaría para que un periodista curioso y obligado con su profesión se plantease algunas preguntas sobre Alberto Contador y su "siempre he corrido limpio", o su destacado "yo nunca he mentido". Queseyo, una hipótesis como que su querido corredor, tan inocente, el de "estoy [siempre] en el lugar equivocado, en el momento equivocado" tenga como médico a Michelle Ferrari.
Esto ya lo ha dicho Arribas (sin decirlo, a su estilo) para curarse en salud en caso de que las investigaciones de la Fiscalía de Pádova -que tienen tanto de acceso a cuentas bancarias, a pinchazos telefónicos, a tablas del médico- acaben sacando nombres de ciclistas y no únicamente de equipos en su conjunto, esa Santa Cofradía de los periodistas españoles consistente en "eh, que yo ya lo había dicho".
Fue así: "Taminelli y Banfi [dos testaferros de la red mafiosa de dopaje de Michelle Ferrari] también fueron contratados por Alberto Contador cuando su positivo por clembuterol, logrando que le absolviera la federación española en febrero de 2011. Un mes después, sin embargo, quizás informado del peligro que suponía que se asociara su nombre al de Ferrari, con el que nunca había tenido relación, Contador cambió radicalmente de equipo legal y científico, confiándose al británico Mike Morgan".
O sea, que sabemos por el informe USADA que en el fondo tanto Celaya, como Del Moral como Pepe from Valencia eran simples machacas con estudios a las órdenes de Ferrari, que era el que llevaba la planificación y las innovaciones; sabemos que Ferrari, con su red triangular de equipos, pagos y paraísos fiscales, tenía entre sus clientes a todo el equipo Astana; y en estas pasa que Contador da positivo y no se le ocurre mejor cosa que contratar a Taminelli y Banfi.
Por eso Arribas pone que entre Contador y Ferrari "nunca ha habido relación". No hombre, es algo mucho más que una relación: es un compromiso firme. Normal que Contador salga cuestionando el informe USADA: le va bastante en el asunto, incluso en lo que tiene de revisión del pasado y de pasarse por encima los certificados médicos.
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Muy interesante post a cuenta de una fotografía en la que aparece Wiggins con una tirita en la vena, y las explicaciones que desde Sky (la jefa de prensa es la hermana de David Millar, así tufa el mundillo) han tenido que dar.
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El que fuera profesional durante 2001-2005, el aragonés Sergio Pérez, se desmarca de su paisano Escartín ("ahora parece que todos fuésemos drogadictos que íbamos hasta las trancas") y afirma que el dopaje "era el pan nuestro de cada día" y otros lindezas propias de un aragonés cuando se enfada.