miércoles, 31 de octubre de 2012

Un año en el cielo

Bonito epitafio gráfico para la cohabitación en el Sky
Momento de la temporada en que se entregan los Velo d´Or y demás distinciones que destacan a los mejores corredores del año, y donde salen siempre los nombres de Wiggins, Boonen y J. Rodríguez, alguno incluso apunta a Gilbert, sin que nadie repare en que uno de los grandes corredores del año ha sido Mark Cavendish, simplemente por su condición de arcoiris no gafado.

El británico ha conseguido superar la maldición de campeón del mundo y cierra el año con ¡quince victorias!, que si bien no son una gran novedad en ese palmarés suyo que le llevará a ser uno de los grandes de la historia en cuanto a velocidad y triunfos en etapas, si que lo es en su condición de arcobaleno: estoy seguro que es el corredor con más victorias como campeón del mundo desde Hinault.

Freire en el año 2000 (10 victorias) también logró un registro muy interesante, pero en el caso de Cavendish ha hecho exactamente lo que se esperaba de él: ganar sus etapas y carreras igual que si no llevase el entorchado, y sin padecer en absoluto el cambio a la estructura Sky. Sin embargo, la maldición de campeón del mundo se ha manifestado en forma de efímero paso por el equipo científico, en lo que suena a toda una expulsión del paraíso terrenal por incompatibilidad manifiesta.

Tres etapas del Giro -y peleando la regularidad hasta el final con J. Rodriguez-, su primera vuelta por etapas en el Ster Elektrotoer, la K-B-K, y tres etapas en su auténtica carrera, el Tour, reflejan que el británico ha mostrado su privilegiado maillot ahí donde sus características como corredor le han permitido. Sin embargo, fue en la cita de julio donde se manifestó el esperable divorcio con el Sky.

El equipo fue al Tour con una estructura pensada en ganar la general y no los sprints, a los que sólo dedicaron a Eisel. Y lo justo, porque la caída de Sioutsou hizo que también Eisel tuviese que tirar en montaña, sin que nadie se espantase. De hecho, Cavendish ganó una etapa agonizante en la primera semana, y sólo sumo las otras dos en los dos últimos días, cuando ya todo estaba decidido a favor de su equipo.

Sólo el T-Mobile/Telekom consiguió tener en su estructura a un gran sprinter con un hombre-Tour, y tampoco salió muy bien salvo en 1997, al margen de que Zabel nunca ganó más de dos etapas por Tour disputado. El extraño encaje de Cavendish en el equipo científico Sky estaba claro que iba a estallar en cuando se demostrase que el equipo de negro era el nuevo UsPostal, donde nunca jamás dieron veleidad alguna a los sprinters.

El paso de Cavendish por el Sky se resume así: un año como otro cualquiera. Ni ha aportado nada al equipo, ni el equipo le ha aportado nada, al contrario. En el anunciado fichaje por el Quick Step -prácticamente la única salida que tenía- no se incluye ninguno de sus fieles, como ese Eisel que se queda con la banda de Brailsford, seducido por el equipo, y el equipo por la profesionalidad del gigantón austriaco.

En el equipo belga el británico encontrará una estructura ya montada a su servicio en un equipo que siempre ha añorado un sprinter de garantías tras la transformación de Boonen en un flandrien de esos exclusivos (como Van Petegem o Flecha), un puesto que han ocupado de manera lamentable Steegmans, Ciolek (que el próximo año ira a una especie de Wigarma) o Chicchi, nombres que provocan risa en un sprint masivo.

No cuesta imaginar a su compatriota Fenn lanzado el sprint para Cavendish, después de que Chavanel, Terpstra o Velits hayan tirado abajo la escapada. También es esperable que se hinche a ganar carreras, porque el Quick Step hace tiempo que desprecia las generales de las grandes y bien puede ir con seis corredores de treno y tres (Martin, Cataldo o Devenys) para lucir el maillot en escapadas de montaña o cronos al 90% de carreras por etapas del calendario.

En cuanto a la compatibilidad con Boonen, el corredor franquicia de la veterana estructura belga, no se esperan problemas: el belga hace tiempo que ha franqueado el camino de la inmortalidad ciclista -de hecho, este año ni siquiera ha salido en una grande- y su calendario acaba en abril tras unas carreras muy definidas, aunque después gane cositas por ahí y por aca.

El único objetivo común de ambos corredores es la Sanremo, pero Boonen ya ha demostrado que puede sacrificar sus justas aspiraciones en la gran carrera italiana (como bien sabe Pozzato) en favor de un compañero; por su parte, sólo las mentes ciclistas más efervescentes se pueden imaginar a Cavendish ayudando en Flandes, Roubaix o Harelbeke. No se espera que Lefevre lo transforme un flandrien.

Así pues, demos la bienvenida a Cavendish, dignísimo campeón del mundo durante su entorchado, a un equipo que sólo le puede aportar más gloria. Cuando se repase la carrera del que tiene números y trayectoria para ser uno de los más grandes velocistas de la historia del ciclismo su año en el Sky se verá como una anécdota, y quizás esa sea su salvación para entrar en el Gotha del ciclismo. Cavendish ha pasado su año en el cielo como campeón del mundo, y también su año en el Sky como británico, pero nada más.
***
Hoy acaba el plazo del ultimatum que la UCI hizo a Ponferrada 2014 para que asegurase el pago del canon de organización. No se conocen noticias.
***
Desarticulada otra red de rateros que robaban medicinas del sistema público de sanidad para revenderlas a deportistas. Actuaban en la Costa del Sol. Por supuesto, no se sabe nada de la identidad de los clientes, que ya se buscarán otro camello. Lo más gracioso es que El País califica la EPO de "medicamento anticancerigeno".
***
Tony Rominger, pieza central de la estructura de lavado de dinero de Michelle Ferrari. El suizo lo niega todo, quizás desconociendo que ya está investigado por la Fiscalía italiana, con lo que eso tiene de grabaciones, datos y documentos. Fue uno de los primeros burros transformados en caballos de carrera -la Vuelta 1992 vino sin ningún resultado previo en la general de una grande- gracias al médico italiano, y después se metió a marchante de corredores, dado su conocimiento de la cabaña ganadera.
***
El Quick Step ficha a Carlos Verona, escalador español de ¡19 años!. Esperemos que les salga mejor que Pecharromán, Mercado y Barredo.
***
El Movistar ficha a Alex Dowsett, británico clase 1988 que corría en el Sky, y del que sólo se conoce su buena aptitud contra el reloj. Es un fichaje que ni se había rumoreado. Este año sólo había competido con el equipo tecnológico durante 22 días, una cifra paradójica vista su edad y nacionalidad. Algo habrá pasado y no nos hemos enterado.

Lo que es bien sabido es que Dowsett es hemofílico. He-mo-fí-li-co. Un ciclista hemofílico. A saber que están tramando en la Clínica Universitaria de Navarra: ¿el nuevo Chris Froome? La desesperada búsqueda de certificados médicos es cada día más rapiñadora y descorazonadora.
***
RadioShack informa que no investigará a Popovych por su pasado en Discovery Channel, ni por su implicación en la investigación de la Fiscalía italiana. RadioShack es una vergüenza de equipo dirigido hasta hace nada por Bruyneel, que ha dado positivo con F. Schleck, y que tiene en sus filas a auténticos vejestorios como Voigt (41 años), Horner y Klöden. Menudo comeback que va a hacer el próximo año Andy Schleck.
***
Gilbert dice que quiere ganar una clásica de las Ardenas con el maillot de campeón del mundo. De paso, también afirma que su desastroso 2012 se debió a la "adaptación al nuevo material y a mis problemas dentales". Lo del ciclismo es increíble.