viernes, 26 de octubre de 2012

Julich confiesa lo justo: salva el pasado, y salva su futuro

Un podio como el Mar de los Sargazos
Uno de los aspectos más interesantes del informe USADA es que en todos los testimonios recogidos están cancelados con una banda negra y un escrito "Rider nº" aquellos corredores que, citados por los que quisieron colaboran, no forman parte de la investigación, que siempre se centró en Armstrong.

Un análisis cruzado con la plantilla del UsPostal o los residentes en Girona en aquel cambio de milenio tan de mete y saca da con bastante facilidad los nombres: por ejemplo, Roberto Heras es "Rider 7", así identificado en testimonio de Jaksche (página 6) como ganador de la Vuelta a España positivo por dopaje.

Entre los famosos americanos residentes de Girona estaba Bobby Julich, dicen que "Rider 4", enemigo íntimo de Armstrong, coétaneo suyo y con el que sólo coincidió en sus tiempos de Motorola. Armstrong jamás lo quiso en su corte del UsPostal, y se despreciaban mutuamente. Julich jamás colaboró en la investigación de la USADA: no fue requerido por no formar parte de la plantilla de Armstrong, aunque bien pudo hacerlo a iniciativa propia.

Ayer dimitió de su cargo como director de equipo en el Sky que mea agua bendita, ese equipo sanísimo que cuando se fundó en 2010 se hizo sobre la base de nubes de algodón de que toda su plantilla y cuerpo técnico (casi 80 personas) no tuviese ningún vínculo pasado con el dopaje. Ya han tenido que despedir a Michael Barry y ahora ha llegado lo de Julich.

El americano ha confesado parte de su dopaje, que centra entre 1996 y 1998 exclusivamente, aunque fue profesional hasta 2008, y lo ha hecho en una carta al Sky y facilitada en exclusiva a cyclingnews.com . Evidentemente, como siempre que ocurre uno de estos requiebros en el ciclismo, todo tiene su intrahistoria, que en el caso de Julich es mucha.

Julich tenía 25 años y corría su segunda temporada de profesional cuando acabó 9º en la Vuelta de 1996, demostrando buena aptitud contra el reloj y subiendo. Al año siguiente fichó por el Cofidis, igual que Armstrong, con su bien conocida historia de la temporada en blanco por el cáncer. Cuando para 1998 el cowboy formó el UsPostal, Julich decidió quedarse en Cofidis, donde obtuvo el sorprendente tercer puesto en el Tour, del que viviría gran parte de su vida deportiva.

Lo logró como lo logró: en este Tour se fueron muchos para casa, el Cofidis era un equipo francés y se vio muy favorecido por las circunstancias. Jamás volvió a entrar en el top-ten de una grande. De como era el Cofidis en aquella época (Vandenbroucke, Casagrande) no hace falta extenderse mucho, aunque ya ven que Julich en su confesión acota su dopaje a esos años, y ahí está el interés.

En 2000 pasa al Credit Agricole con su compatriota de Girona Vaughters, que en el informe USADA queda retratado como todo un experto en drogadición (tuvo el record de la subida al Ventoux hasta que se lo quitó Mayo), como gran parte de ese equipo en esas fechas, incluyendo al santísimo Voigt, O´Grady o un jovencísimo Hushvod que por aquellos años residiá en el Roselló y frecuentaba la grupeta de Girona, y todo porque Europa es muy pequeña y pasan ese tipo de coincidencias.

Estuvo dos temporadas, con resultados paupérrimos. A pesar de esto, y como era de la banda de Girona, el Telekom lo fichó para el 2002. Era una práctica frecuente por entonces, y así aparece en el informe USADA: Telekom ficha a Livingston para que le cuente cómo se dopaba con Armstrong, Manolo Saiz ficha a Vande Velde por el mismo motivo, y así múltiples movimientos cruzados entre UsPostal, T-Mobile, Saiz y Riis, donde en algún momento habría que recuperar la figura de Andrea Peron.

El destino de las dos temporadas de Julich en T-Mobile fue aún más triste de lo que se podía esperar por su trayectoria, en claro paralelismo con las otras tres estrellas rutilantes fichadas por los alemanes en esos mismos años: Cadel Evans, Santiago Botero y Paolo Savoldelli. Menuda banda, menuda historia hay ahí: ninguno de los cuatro rascó bola, y Livingston acabó dejando el ciclismo con 30 años. A saber qué se ofrecía.

Con esta trayectoria herrumbrosa, Julich ficha en 2004 por el CSC de Riis, donde con 33 años (por entonces era una edad muy respetable) vuelve a carburar, gana carreras y hace un Tour de Francia espectacular como gregario de Basso, por no hablar de su bronce en la crono de los JJ.OO de Atenas. ¿La explicación? Que Riis motiva mucho a sus corredores, que es la misma razón por la que los enviaba a la consulta de Eufemiano Fuentes. Y en 2005 es uno de los mejores corredores del año, ganando la París-Niza, Criterium Internacional y acabando 17º del Tour como gregario, muchas veces subiendo mejor que los jefes de fila.

Hasta su retiro en 2008 en el propio CSC fue un gregario muy valioso. Cambió el sillín por el sillón de director deportivo en un plis-plas, y en 2010 pasó al neonato Sky, dados sus valiosos conocimientos del mundo de Girona, Andorra y las provisiones, que es básicamente lo mismo por lo que se mantuvo toda su vida de profesional.

Viendo su trayectoria, Julich podría haber colaborado, si no con la USADA centrada en Armstrong, si con la UCI o con el ciclismo, contando sus años en el Motorola, y todo lo demás. Viendo su trayectoria, es uno de esos corredores con el conocimiento suficiente como para dar una imagen de conjunto de toda esa época, que sigue siendo la nuestra dada su condición de director del Sky, donde preparaba a Flecha y otros, pero no al núcleo duro.

Pues no. Julich acota su dopaje al uso de EPO "entre agosto de 1996 [estaba en Motorola] y julio de 1998", y que lo dejó entonces porque la mujer de otro corredor -con toda probabilidad Betsy Andreu- se lo dijo a la suya, que le puso entre la espada y la pared. ¿A que es bonita la historia? Y un poco extraña: salvo honrosas excepciones, las mujeres son parte activa de la red de dopaje de los ciclistas, como no puede ser de otra manera cuando te tienes que picar en vena 200 días al año.

También el caso Festina le dejó muy impactado, y que "en cierto sentido, fue como una liberación". Una epifanía, diríamos. Se decidió a competir limpio y que los resultados acabaron llegando, precisamente en el limpísimo CSC de Riis, "que no lo quiero defender como persona, aunque si la estructura del equipo", que al parecer le ayudó bastante dándole "autoestima y respeto por mí mismo".

Qué bucólico todo. Lástima que Jaksche estuviese en el CSC en 2004 (donde también ganó París-Niza y Criterium Internacional un año antes que Julich) y dijese que iba enmierdado hasta las cejas, con dopaje de equipo externalizado en Eufemiano Fuentes.  Será que "autoestima" y confianza son dos nuevas sustancias químicas autoinyectables. "En todo ese tiempo en el equipo no vi nada de transfusión sanguínea ni dopaje estructurado de equipo".

Y cómo lo remarca. En fin. La auténtica razón por la Julich va acotando su dopaje es la misma que mueve al resto de ex-ciclistas a confesar con medias verdades parte de su pasado de doping: ir salvando su palmarés. Julich quiere salvar su medalla de plata olímpica (tras la conversión alquímica de su bronce con la confesión de Hamilton) y lo que pueda, con aras de volver al ciclismo. El que confiesa todo -como Jaksche- es porque nunca quiere volver. A Julich lo volveremos a ver en breve, y con aplausos, en cuanto acabe esta tormenta. Es un genuino representante de su época, su país y, gracias a su especial vinculación con el Sky, del futuro del ciclismo, que siempre será limpio.
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Así llegan las nuevas generaciones del ciclismo español. Para Ángel Madrazo lo de Armstrong se reduce a esto: "después de 218 controles antidoping sin dar positivo no tengo mucho más que decir. Para mí los siete Tours son suyos. Para el mundo del ciclismo y para los ciclistas de mi época que crecimos con él, con Beloki o con Induraín, primero, el americano es un ejemplo"

Se ve que tiene la lección muy bien aprendida, tanto que incluso muestra celo vindicador: "Me parece injusto que le sancionen sin dar positivo. Para el mundo ciclista seguirá siendo un campeón. Revolucionó buena parte de las ideas de este deporte. Fue el que introdujo el aumento de la cadencia de pedaleo como uno de los adelantos. Superar las cien pedaladas por minuto fue algo que puso en práctica él."