jueves, 12 de febrero de 2009

CONCIENCIA ANIMAL.



Qué fantásticos son los Animales, me los imagino como una expresión psicodélica de la Divinidad; la explosión de formas, tamaños, colores, olores son increíbles. Cada especie con sus habilidades y sus retos, sus costumbres y su papel en el juego de la Evolución.




¿Alguna vez has mirado en los ojos de un Animal y visto la Presencia que vive ahí? La profundidad, la ternura, la fuerza, la belleza. Detrás de sus miradas, yace un Universo misterioso y mágico; Seres poderosos que nos despiertan oleadas de diversas e intensas emociones.
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Son nuestros hermanos, hijos también de la Tierra y del Sol; su ropaje es diferente al nuestro, su forma de comunicarse y expresarse es diferente, su función y misión también lo son. Sin embargo, son Seres Sintientes como nosotros, sus cuerpos funcionan como los nuestros, tienen las mismas necesidades, nacen, crecen, se reproducen y mueren, aman y duelen.




Han estado a nuestro servicio desde los inicios del tiempo, proveyendo con su cuerpo sustento, abrigo y techo. Revolucionaron nuestra capacidad de movilidad y transporte, el trabajo con la Tierra, la carga y recolección, la medicina y la sanación y la soledad del corazón.
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Como Humanidad caímos en la ilusión, en la creencia, que somos superiores que los Animales, que están aquí a nuestra disposición y voluntad para ser abusados, explotados, o para ser receptores de nuestras frustraciones y carencias.




Nos atrapamos en un viaje de ego por el regalo de poder trascender con la condición Humana. Orgullosos de tener la capacidad de darnos cuenta, de cuestionar, la capacidad de decisión y de elección, de experimentar e integrar, de instintos y raciocinio, nos creímos mejores; aún no hemos aprendido lo básico de Vivir, nos pasamos la vida atorados en el pasado, preocupados por el futuro, queriendo y pretendiendo ser lo que no somos y llenos de miedos.




Los Animales viven en el aquí y ahora; viven, sienten, se entregan de lleno a la experiencia de Ser lo que son, se aceptan como son, los Caballos no quieren ser Delfines, ni las Nutrias Águilas. Hay tanto que aprender de los Animales, lo poderoso del instinto y la intuición, de vivir momento a momento, en aceptación de lo que es, adaptándose al cambio, fluyendo con los ciclos y ritmos naturales, desarrollando sus talentos y potenciales.
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Y tanto que hacer por los Animales, necesitamos involucrarnos y crear Conciencia; hay montones de Perros y Gatos y otros Animales que son abandonados a su suerte, mal tratados, ignorados, torturados, masacrados y llevado a su extinción.La Conciencia es como una sonrisa, contagiosa. La educación y la enseñanza son a través del ejemplo, no del habla; mostremos a nuestros hijos, vecinos, padres, amigos y sobre todo a los desconocidos.





Tamara Kreimerman