sábado, 2 de febrero de 2008

DISTANCIA

9500 kilómetros. Esa era la distancia que creia me separaba de algo. Levantarme, enceder la television, pasar uno a uno todos los canales, encontrar con suerte alguno en el que detenerme, esperar a que terminase, mirar por la ventana, 9500 kilómetros...ese número debería de tener alguna significación, quizás baje a esa cafeteria un rato, una hora, dos, quizás sea capaz de escribir algo allí, espero que no me llame nadie, si; debería de bajar, debería de hacer algo, pero no se qué podría hacer, no se si ahora soy capaz de escribir algo, no a 9500 kilómetros, no cuando falta un día menos pero eso cada vez importa menos, tal vez haya alguien levantado alli, podría escribirle un mail, o una carta o incluso llamerle... pero no, ahora no habrá nadie: realmente aquí tampoco lo hay... ahora ya no existen esos 9500 kilometros, pero hay otros 9500 kilómetros separándome de alguna otra cosa, no lo había pensado así, no había pensado que siempre hay encuentro 9500 kilómetros que me separen de algo.