miércoles, 14 de septiembre de 2016

Reflexiones en torno a economía política y gobernanza de los sistemas nacionales e instituciones de educación superior en América Latina

José Joaquín Brunner / Francisco Aníbal Ganga

ResearchGate

RESUMEN La relación de las organizaciones académicas, especialmente las universidades, con el Estado y los mercados, es la base de la gobernanza de los sistemas nacionales de educación superior. A su turno, el gobierno de las organizaciones responde al régimen de gobernanza del sistema y a las tradiciones y evo-lución de la cultura propia de cada una de las instituciones. Decisivo para la conformación de esa relación de base es la economía política de los sistemas; esto es, la manera cómo se organiza la provisión de la educación superior y el financia-miento de las instituciones. Considerando el escenario descri-to, este trabajo tiene como objetivo cardinal reflexionar res-pecto de algunas cuestiones centrales que tienen que ver con la evolución y el funcionamiento de la economía política y la gobernanza de los sistemas nacionales que imparten educación superior en América Latina. Para este efecto se abordan los tópicos identificados bajo un formato de ensayo sustentado en la experiencia de los autores y en una revisión de la literatura académica pertinente.

Es sabido que el contexto dentro del cual se desenvuelve la educación superior contemporánea,

caracterizado por procesos de masificación, diferenciación y de continuo cambio de los límites entre lo público y lo privado, estimula y fuerza a las universidades a adaptar sus estructuras de gobierno a nivel institucional, y a los países a adaptar la gobernanza de los sistemas a nivel nacional. El presente ensayo tiene como finalidad reflexionar sobre los cambios en la economía

política y la gobernanza de los sistemas nacionales e instituciones de educación superior en Latinoamérica.

sábado, 9 de julio de 2016

sábado, 2 de julio de 2016

sábado, 11 de junio de 2016

Día 11


HAMLET.- Dirás este pasaje en la forma que te le he declamado yo: con soltura de lengua, no con voz desentonada, como lo hacen muchos de nuestros Cómicos; más valdría entonces dar mis versos al Pregonero para que los dijese. Ni manotees así, acuchillando el aire: moderación en todo; puesto que aun en el torrente, la tempestad, y por mejor decir, el huracán de las pasiones, se debe conservar aquella templanza que hace suave y elegante la expresión. A mí me desazona en extremo ver a un hombre, muy cubierta la cabeza con su cabellera, que a fuerza de gritos estropea los afectos que quiere exprimir, y rompe y desgarra los oídos del vulgo rudo; que sólo gusta de gesticulaciones insignificantes y de estrépito. Yo mandaría azotar a un energúmeno de tal especie: Herodes de farsa, más furioso que el mismo Herodes. Evita, evita este vicio.

Ni seas tampoco demasiado frío; tu misma prudencia debe guiarte. La acción debe corresponder a la palabra, y ésta a la acción, cuidando siempre de no atropellar la simplicidad de la naturaleza. No hay defecto que más se oponga al fin de la representación que desde el principio hasta ahora, ha sido y es: ofrecer a la naturaleza un espejo en que vea la virtud su propia forma, el vicio su propia imagen, cada nación y cada siglo sus principales caracteres. Si esta pintura se exagera o se debilita, excitará la risa de los ignorantes; pero no puede menos de disgustar a los hombres de buena razón, cuya censura debe ser para vosotros de más peso que la de toda la multitud que llena el teatro. Yo he visto representar a algunos Cómicos, que otros aplaudían con entusiasmo, por no decir con escándalo; los cuales no tenían acento ni figura de Cristianos, ni de gentiles, ni de hombres; que al verlos hincharse y bramar, no los juzgué de la especie humana, sino unos simulacros rudos de hombres, hechos por algún mal aprendiz. Tan inicuamente imitaban la naturaleza.

Corregidle del todo, y cuidad también que los que hacen de payos no añadan nada a lo que está escrito en su papel; porque algunos de ellos, para hacer reír a los oyentes más adustos, empiezan a dar risotadas, cuando el interés del drama debería ocupar toda la atención. Esto es indigno, y manifiesta demasiado en los necios que lo practican, el ridículo empeño de lucirlo. Id a preparaos. 

martes, 10 de mayo de 2016

Alejandra Pizarnik


No esperar nada del mundo. Estarse inmutable en los desastres. Reconocer que aunque no fueran desastres no por eso serían otra cosa que consuelos. Conocer que la esperanza es una mentira, que lo absoluto es la única aspiración legítima y que es inalcanzable.

sábado, 23 de enero de 2016

Eso

Ya llegue hasta aquí... Lo anhelo tanto que lo estropeo un poco. Nada me importa más, sólo pienso en eso y haré todo lo que esté a mi alcance para coseguirlo. Llegar no es el punto, es mantenerme, el objetivo no es ser uno del montón, sino de los mejores.

Moriré por esto, es mi vida.