domingo, 26 de mayo de 2013

Un Giro de Italia pésimo

E un grande Giro d´Italia
A este Giro de Italia 2013 le ha sobrado toda la última semana, carente de sentido en cuanto Wiggins se retiró de la carrera. Evidentemente, es una circunstancia que no compete a los organizadores, que sólo habían podido atrapar -y no es poco- al vigente campeón del Tour. Desaparecido este, desapareció la carrera.

También están las adversas circunstancias climatológicas, de las que su medio de propaganda habitual les habrá dado buena cuenta: ahí los organizadores si que tienen la culpa, dado que insistieron mucho en que el Giro se disputase una semana antes de su fecha, igual que insistieron en que la Sanremo pasase de sábado a domingo.

Estamos a finales de mayo y dentro de una semana toda esa nieve que ha dejado uno de los peores Giros que se recuerdan será agua: una sola semana. Sin embargo, los organizadores dirán que todo ha sido imprevisible (hasta 12 horas antes daban la murga sobre poder disputar íntegramente etapas que coronaba puertos a más de 2.000 metros de altura) y que bastante hemos tenido. Y en esto último tienen razón.

Nibali ganó la cronoescalada molto pedalabile de Monte Polsa, sacando una diferencias muy notables para los escasos 20 km. El segundo fue Samuel Sánchez, que vendió su enésimo segundo puesto como siempre: se quedó a 58". El tercero, el joven Damiano Caruso (es de la nueva generación, pero ya viene dopado, algo de lo que el asturiano también le podría decir mucho) se quedó a 1´20", la distancia en la que se repartieron el resto de corredores, en una dispersión media realmente restringida. Basta ver esto para comprender que Nibali no ha tenido rival y todo ha sido una pantomima.

El sábado se anuló por completo la etapa, pero el mundo ciclista ganó cuota mediática por la vía que mejor sabe: la del dopaje. Se dio la circunstancia adversa de una etapa anulada y el positivo reincidente de un corredor relativamente conocido incluso fuera de los círculos del ciclismo. Era primera hora y, mientras algunos estaban con el tam-tam de etapa anulada (que bien podrían haber hecho 48 horas antes), el periodista lacayo y servil de la Gazzetta Pier Bergonzi anunciaba que Di Luca había dado positivo.

Fue el 29 de abril, pocos días antes del comienzo del Giro y justo después del Giro de Toscana. Merece la pena detenerse en el caso: Di Luca, un politoxicómano muy conocido, cumplió su sanción por dopaje y volvió al ciclismo ya en el lejano 2011, curiosamente en el Katusha, un equipo con querencia hacia corredores de sus características.

Este año estaba sin contrato y fue fichado por el Vini Fantini poco antes del Giro, carrera en la que tomó la salida con ¡sólo dos días de competición! en las piernas; empero, estaba siendo uno de los animadores de la carrera en el equipo animador, papel que este año han desempeñado los del maillot amarillo flúor (antes se llamaba surfer) para goce de aficionados y el organizador, el indolente Michelle Acquarone.

Di Luca era el compañero de Santambrogio, que ha ido de más a menos en la carrera, pero con su etapita; ha atacado en innumerables ocasiones, estando a punto de ganar en la etapa que ganó Battaglin y, ¿por qué irse tan lejos?, décimo en la cronoescalada de Monte Polsa y, el día anterior, propició el ataque al que se enganchó Visconti para ganar su segunda etapa.

Nadie dijo nada entonces, pero en el momento en que ha sido cazado ha recibido los vilipendios habituales del pelotón y la famiglia ciclista, incluyendo Lance Armstrong, lo que es directamente un paroxismo. La misma famiglia que acoje, sin ir más lejos, a Scarponi, que acaba cuarto este Giro y que también ha estado en dos ocasiones vinculado al dopaje, sin dar positivo en ninguna.

¿Y el equipo? El director, el antiguo esclavo de dopados Scinto, dijo que le habían impuesto al corredor -y buen uso que sacó de él, hace cuatro días criticaba en la Gazzetta que Garzelli no hubiese tirado de Santambrogio en la etapa de Ivrea, y elogiaba a Di Luca- y que no sabía nada (claro, por eso lo lleva al Giro con dos días de competición, descartando a uno de esos jóvenes que dice proteger en su equipo), de la misma forma que parece perfectamente lógico que el equipo monte bicicletas Cipollini: porque esto es ciclismo, y está siempre cambiando.

Por supuesto, Di Luca fue despedido por su famiglia como un representante de un ciclismo que ya no existe. Sin ir más lejos, el sábado el organizador se empeñó en subir a Lavaredo, a pesar de los avisos de tormenta de nieve, y ahí que les cayó encima a los ciclistas, que no tuvieron el coraje de plantarse y decir que eso era ridículo.

Nibali se fue sólo a 3 km. de meta en la subida mítica, para ganar bajo la ventisca y recibir la redoblada dosis de propaganda de los organizadores sobre el ciclismo, que lo del día anterior (todo la jornada los medios ocupados con el positivo de Di Luca) no lo era y che coraggio, che bel ragazzo, questo e il vero ciclismo, evviva l´Italia.

No necesitaba atacar, pero lo hizo: para machacar a sus comparsas, porque es difícil llamar rivales a lo que ha tenido Nibali enfrente. Curiosamente, y como buen símbolo del ciclismo que cambia, Nibali recorrió los empinadísimos últimos 3´65  km. de Lavaredo 5" mejor que Di Luca en 2007, la anterior ocasión que la carrera había llegado por esa zona.

Fue una etapa curiosa: Di Luca estaba ganando ese Giro pero como se fue por delante un desatado y dopadísimo Mazzoleni, no le quedó otra cosa que perseguir desde detrás y bueno, subió como una moto. En el control antidopaje, que pasó como líder de la carrera, sus valores de orina fueron los de un recién nacido, algo indicativo de trampa y manipulación. Acabando la temporada fue sancionado y no pudo disputar el Giro de Lombardía, perdiendo el ProTour ante Cadel Evans.

Es evidente que Di Luca compitió toda su vida deportiva completamente dopado, incluyendo ese 2007 portentoso. Bien, pues según los datos de @ammatiipyoraily, ese tramo final de Lavaredo al 12´65% de pendiente media y subida vertical de 449 metros lo hizo Nibali 5" mejor. Nevando y con ventisca. Será que había podido descansar muy bien el día anterior. 

Por detrás se hicieron fuertes una cohorte de colombianos: segundo Duarte, tercero Urán y cuarto Betancur, otro que ha tenido a un Di Luca en el equipo. Cada uno con sus intereses: el primero, la etapa; el segundo, conseguir ser segundo; y el tercero, evitar ser otra vez segundo y conseguir el liderato de los jóvenes, esos que están cambiando el ciclismo. Todos quedaron contentos con su resultado. También el organizador. 

Un Giro de tan baja calidad como este tuvo su colofón final en Brescia, un barrio con personalidad de Milán, aunque sea municipio y provincia. Es lo que más se adecuaba a la carrera. Ni fastos ni belleza, eso último que nos queda con el Giro. Uno de los peores finales de carrera que se recuerdan. Este Giro ha sido muy similar al de 2001.

Simoni no tuvo rivales y Olano acabó segundo porque se anuló una etapa de montaña -y no por mal tiempo, sino por una redada policial donde los corredores saltaban de las ventanas de los hoteles tras ver que las drogas se quedaban atascadas en el baño- y Osa tercero con las ganas de ser segundo y pagar el bonus de rendimiento a Eufemiano Fuentes. Fue uno de los peores Giros de la historia, pero este no va a la zaga. 

Segundo ha sido Urán, que empezó la carrera de gregario y en una etapa perdió minuto y medio por esperar a Wiggins; el gregario queda segundo: saquen ustedes las conclusiones. Es el primer colombiano que sube al podio del Giro, e incluso ganó una etapa, cosa rara en un corredor con cuatro victorias de profesional. Peor aún ha sido el tercero: Evans con 36 años y simplemente por aguantar. De haberse disputado la etapa del sábado se hubiese caído del cajón, pero ahí esta: como un moderno Olano. Encima dice que un problema mecánico le afectó en Lavaredo, la típica excusa que pone siempre. 

Cuarto Scarponi, ya comentado anteriormente, quinto Betancur (y con un compañero positivo, además de tres segundos puestos en etapas), sexto Niemiec -gregario polaco de Scarponi-, séptimo su compatriota Majka, octavo Intxausti, noveno Santambrogio y décimo Pozzovivo, compañero de Betancur.  Ha sido un Giro penoso en cuanto a la general. 

Las etapas, individualmente consideradas y siempre que no fuesen las de montaña, han sido divertidas y disputadas, pero no ocultan que Cavendish se ha llevado cinco -ha ganado todos los sprints que ha disputado- y la regularidad. Y la montaña, Pirazzi. Ha sido un Giro horrible, el segundo conquistado por Astana tras el de 2008: por entonces corrió Alberto Contador ayudado por Gusev, Colom y Kloden. Venía de la playa. Nibali viene de cinco meses entrenando en el Teide, hasta el punto che non vedeva la sua mamma (y eso para un italiano es muy grave) da Natale

Este es el nivel: la playa, el Teide, el ciclismo que cambia y un ganador que fue compañero de Di Luca tres años, entre 2006 y 2008, y gregario vital en el Giro ganado por Il Killer en 2007. Evidentemente, ningún medio de propaganda ha dicho eso durante estos últimos días. Nibali es otro de esos heraldos del nuevo ciclismo que corre para el equipo de Vinokourov el que compra carreras. En este deporte es todo muy creíble, pero lo único cierto es que por fin ha acabado este espanto de carrera.
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¿Se acuerdan de la merienda de negros en la AEA? Ya se ha perpetrado. Tienen colgadas todas las sesiones aquí, en principio eran los vídeos en bruto, pero ya han dicho que los van a editar. Si tienen tiempo y paciencia, cosa que yo no he tenido, pueden ver a toda prisa la de "periodistas", con una desatada Ana Muñoz Merino en la sesión de preguntas.
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Pequeñas vueltas para contrarrelojistas: en Baviera gana Malori -como venía anunciando su neodirector Matxín varios días antes- y en Bélgica Tony Martin. Las últimas etapas (las primeras se las repartieron esos pedazo de ciclistas que son Greipel y Ciolek, o algo peor) fueron para Haussler y SMS Sánchez, por lo que se demuestra que el ciclismo está cambiando mucho.  
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Les vengo avisando desde hace tiempo de lo cutre que será el Mundial 2014 y su preámbulo en forma de nacionales en Bembibre, este mismo año. Es una cuestión de simple sinestesia con el sitio donde se van a desarrollar. Aquí, el cartel oficial del magno evento, que costará a cada uno de los habitantes del feísimo pueblo minero 10 euros, susceptibles de ir subiendo, como en todos los eventos deportivos. "Rentabilidad asegurada": desde luego, en el cartel han ahorrado por la vía rápida. Y miren como era la primera versión

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Tenis y dopaje, donde un tenista de segunda fila respalda a Rochus y dice que había tenis en la Operación Puerto, y añade que tiene la lista de clientes de Fuentes....menudo cretino....aunque está muy bien lo que dice sobre Mariano Puerta, aquel argentino que llegó a la final de Roland Garros 2005 completamente dopado y sin haber hecho nunca nada en su vida. En la final cayó derrotado ante un jugador de 18 años llamado Rafael Nadal, que iba a pan y agua.