lunes, 22 de abril de 2013

Las Ardenas que vivimos peligrosamente

Vaughters, muy integrado en Girona
Si antes de empezar el ciclo de las Ardenas alguien les hubiese dicho que apostaba porque la Amstel la ganase un cliente de Ferrari que con 27 años ficha como gregario, la Flecha un gregario de J. Rodríguez que sigue mejorando camino de los 32 años -como su líder, que es aún más viejo- y la Lieja un corredor irlandés que vive Girona como propia -con lo que eso conlleva-, sin duda habría llegado a la misma conclusión que yo: ¡es el ciclismo que cambia!.

En la carrera holandesa, muy favorecida por el cambio de trazado imitando el Mundial 2012, Roman Kreuziger se llevó la victoria. Absolutamente nadie contaba con el, y lo hizo con un buen numerito. Atacó a 17 km. de meta -Astarloza estuvo escapado todo el día, más de 230 km- y llegó en solitario a meta.

Había estado en País Vasco de manera anónima y, aunque había logrado ser quinto hace unos años con el final en el Cauberg, sus dos últimos años en el Astana no fueron muy buenos. Además, en el informe Usada aparece identificado como cliente de Michelle Ferrari desde la tierna edad de 21 años, cuando en 2007 ya acudía a las concentraciones del médico dopador.

Será eso lo que explica que al año siguiente fuese 2º en Romandía -que llegó a ganar en 2009- y, especialmente, ganase la Vuelta a Suiza con un numerito increíble, la cronoescalada al Klausenpass. O que debutase en el Tour con un notable 12º puesto final. Kreuziger lo prometía todo, y se ha quedado en un gregario de Contador, que se ha rodeado en su corte de -es la casualidad, ¿eh?- de antiguos clientes de Ferrari, ese médico con el que el madrileño nunca ha tenido que ver.

Un gregario que gana una clásica de las Ardenas con 27 años. Vamos, que a lo mejor endereza su carrera, lagunar desde hace años. Mientras el checo hacía camino, en el Cauberg Gilbert lanzaba un ataque como el que le dió el Mundial y, como entonces, Valverde iba mal colocado, pero con unas piernas excelentes que le permitieron cubrir la distancia con Gerrans a rueda.

En el 1´5 km de falso llano añadido tras coronar la única montaña de Holanda la única incógnita, porque la victoria ya se les había ido, era saber si conseguirían llegar con ventaja sobre el numeroso pelotón que la nueva configuación propicia: así fue, pero por un estrecho margen. Ganó Valverde, pero como siempre otro había entrado por delante.

Es un pena ver a un corredor con las características del murciano, que bien dirigido y mejor asesorado en el asunto de su bolsa de sangre podría haber marcado unos registros históricos en este tipo de carreras, conseguir su enésimo puesto de prestigio, que no su enésima victoria. Con ese sprint. La ligerísima ventaja con la que llegaron a meta también permitió que Gerrans fuese tercero, aunque en la foto se confunden todos con el pelotón principal.

La misma emoción adicional que ha aportado el cambio de recorrido de Amstel es de la que carece la Flecha, una carrera de sólo 200 km. sublimados en un patapúm p´rriba todos los años. Betancur atacó en la base e hizo la mayor parte de la ascensión pareciendo que iba a ganar, para ser devorado en los metros finales.

En el pelotón, Gilbert lo hizo todo, y lo hizo todo mal. Como si no hubiese corrido jamás la prueba, como si no hubiese sido durante dos años seguidos en el mejor uphill finisher del pelotón de manera incontestable, se quemó de una manera absurda en una subida como Huy, que premia al que mejor sabe aguantar sin saltar hasta el momento final.

El campeón del mundo puso un ritmo frenético que quemó a Sagan y, finalmente, a él mismo, que perdió 10 posiciones en los últimos 100 metros, completamente quemado, aunque no tanto como el espectador que asistió al triunfo de Dani Moreno, natural de Móstoles, amigo de Jesús Losa, desaparecido en la etapa de Fuente De y, merced a una rocambolesca combinación de factores, ganador de una Flecha-Valona. Sí, no es una pesadilla: D. Moreno gana una clásica en Bélgica, y no de las menores.

El madrileño que pasó los meses del invierno en Argentina "entrenándose" aguantó perfectamente a rueda y, llegado el momento, saltó para devorar a Betancur, finalmente tercero -no se hundió precisamente en el tramo final- y Henao. Cualquier despistado puede pensar: "hombre, es lógico, está en el grupo B de los mejores llegadores en cuesta, su líder se había caído en Amstel, es el premio a un trabajo entregado"....

Bueno, pues que piense eso: la realidad es que Moreno subió Huy sólo 4" peor que el record de Gilbert en 2011, y mejorando los tiempos de muchos ilustres ganadores aquí, cada uno con su EPOpeya particular: Fondriest, Jalabert, Armstrong, Casagrande, Rebellin....esos genuinos representantes del ciclismo pasado, porque el actual ha cambiado. Por eso Moreno gana. Me dicen que un medio patrio tituló "¡Toma Moreno!". Y tocándose los cojones chulescamente, como el famoso títere que popularizó la desagradable frase.

Visto lo visto, se esperaba lo peor para la Lieja, que este año había quitado la Roche Aux Façons por obras en la calzada. De hecho, mucho medios ponían a Valverde como favorito número 1 (entró 7º en Huy), sin duda una prueba más de que este ciclismo es más creíble y que se han dejado atrás las épocas más oscuras. ¿Valverde? Por favor, si no gana una carrera importante ni rezando...

Y mira que tuvo a buen tiro su tercera Lieja. Eso sí, no le derrotó nada humano. El autor de este insobornable concepto también hizo su numerito a 30 km. de meta, tras haber ¡enviado una nota de prensa! la semana anterior a la prensa adicta sobre que iba a las Ardenas obligado por su equipo, y que no estaba muy a gusto con la decisión. Lo que viene siendo un profesional, vamos.

Tras otras menudencias, la carrera llegó a su fase final con un selecto grupo de corredores donde saltó Hesjedal, que dice que quiere repetir victoria en el Giro. Y yo, ser Rey de España. A mí el Garmin me da asco desde su origen hasta su residencia fiscal y social, pasando por la comadreja de su director, pero si que les reconozco que corren como un equipo, y de una manera raras veces vista.

En el Giro 2012 Vande Velde lo dio todo para que su compañero canadiense no perdiese la carrera en la etapa del Mortirolo-Stelvio; en 2011 Van Summeren también ganó la Roubaix por un juego táctico muy bien interpretado; y, sin irse más lejos, hace unas semanas ganaron la Volta con los mismo protagonistas de hoy, y también con el mismo derrotado: para que después digan que la de este año no fue la mejor edición de la Volta de los últimos lustros.

Hesjedal preparó el trabajo igual que el año pasado en la misma carrera. Su ataque tuvo que ser neutralizado por un selecto grupo al mando de un hiperactivo Betancur, Valverde, J. Rodriguez, Scarponi y su compañero Dani Martin, para el que se entregó trabajando en la fuga que le dio la victoria en la Volta. Eso es trabajo de equipo y, por muy deleznable -y en verdad lo es- que sea Vaughters, es mérito suyo.

Neutralizado en la St. Niklass, el canadiense siguió tirando como un poseso, llevando al grupo ahogado hacia la decisiva subida a Ans, porque detrás Fulgsang llevaba al gran grupo a tope para jugar las opciones de Gasparotto, tercero el año pasado. O las de Gilbert. O las de todos los demás que iban afilando los dientes, porque vaya manera de tirar y no pedir ni un relevo.

Evidentemente, el máximo favorito era Valverde. Evidentemente, nadie quería llegar al sprint con el. J. Rodríguez, felizmente recuperado de su caída y mejorando año tras año hasta cumplir cuarenta, atacó a 1´2 km. de meta. Hizo lo de siempre, pero lo hizo mal: siendo como es el más rápido, podía haber esperado unos cientos de metros más y asegurarse, pero su ritmo fue decayendo y D. Martin lo alcanzó y superó, para ganar su primera Lieja con 27 años.

Valverde esprintó para ser tercero, achando en meta no haber podido responder al ataque de J. Rodríguez porque su cambio eléctrico se estropeó justo en ese momento; será casualidad, pero fue lo mismo que dijo Wiggins cuando el viernes no pudo seguir a Nibali en el Trentino. 1.000 km. de diferencia, distintos equipos y les pasa lo mismo: desde luego, con eso de que los cambios son eléctricos, a lo mejor tienen un virus informático que les ha hecho fallar súbitamente.

La realidad es que Valverde no volvió a estar donde tenía que estar en el momento decisivo. Eso es así, por más que se haya pasado a la cofradía de nada humano le derrota. En todo caso, con su nuevo podio el murciano se convierte en uno de los mejores corredores de la historia de la carrera, con dos victorias, un segundo puesto y un tercero.

Por su parte, J. Rodríguez no le va a la zaga: ha subido seis veces al podio de una carrera de las Ardenas, pero sólo ha ganado una. Después alguien se extraña que, teniendo como tenemos la edad de oro del ciclismo español, no se gane el Mundial desde 2004. Eso sí, un porrón de platas y bronces a cargo de estos dos corredores. Quizás la próxima medalla de metales nobles, incluyendo el plomo, venga a cargo de Dani Moreno.

Dirigiendo a Dani Martin en carrera estaba Erik Van Lancker, que ganó aquí en 1990. Huelga decir que ningún irlandés ganaba una carrera de tanto prestigio desde que Kelly ganase su última Sanremo en 1992. Desde entonces, una larguísima travesía del desierto, de donde parecía que les iba a sacar Mark Scanlon, aquel campeón del mundo juvenil que se retiró con 26 años tras haber competido sólo con equipos franceses, y que vio lo que había y se largó. Desde luego, el ciclismo está cambiando. Ya hay hasta cambios eléctricos, otra cosa que también se había presentado a principios de los noventa.
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No se a qué ritmo seguiré, de momento los sueltos se van a ver muy afectados. También el ritmo de los post. Tengan paciencia. Conmigo.
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La Vuelta a Castilla-León para Plaza, que demuestra que siempre fue un corredor Kelme +1 gratis. Por la calidad y la entidad de sus victorias. Y segundo el paisano Mancebo. Después Ana Muñoz Merino enseña sus pieles por ahí diciendo que quiere las bolsas de sangre de la Operación Puerto para aplicar sanciones. Ejemplares, como ella misma. Toda la carrera olía a hornazo y oveja vieja.
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En el Trentino, gana Nibali a Wiggins.
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A Freire le han hecho una biografía autorizada, que se está presentando estos días en los mejores salones. El libro tiene muy buena pinta, eludiendo los temas escabrosos como es consuetudinario. A la presentación que yo asistí el ambiente fue muy distendido, como corresponde, y lisonjero. A Horrillo ya le habían ofrecido hacer algo parecido para el mercado holandés, y se negó. Hubiese envejecido muy mal. Como todos. Como este.
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La conductora, borracha.